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382 LA LEYENDA DE ORO. DIA lí.<br />
manifestar claramenle la inocencia <strong>de</strong> Sei apio, que el terreno<br />
en qric <strong>de</strong>rramó su sangre, habiendo sido antes seco<br />
é infecundo, quedase <strong>de</strong>spués milagrosamente florido, ver<strong>de</strong><br />
y abundante. Escribióle san Pedro Nolasco que se restituyese<br />
á España, á fin <strong>de</strong> sacar <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio á<br />
muchas mujeres , cuya vida y tratos eran solamente la<br />
torpeza y sensualidad, como lo consiguió : por lo que irritados<br />
fuerlemenle con él ios que vivian con ellas escandalosamente,<br />
le injuriaron , y diciéndole muchos baldones y<br />
dicterios, le abofetearon ; mas la paciencia, constancia y<br />
mansedumbre con que sufrió el santo en esta ocasión tan<br />
afrentosos oprobios, fueron tales, que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberles<br />
concedido amorosamente el perdón que por su <strong>de</strong>satención<br />
y <strong>de</strong>lito lo pidieron, los redujo también á penitencia <strong>de</strong>sús<br />
culpas, y á que sirviesen en a<strong>de</strong>lante al Señor.<br />
Hizo algunas re<strong>de</strong>nciones , y entre estas una en Murcia<br />
con su compañero Fr. Tedio <strong>de</strong> Castellón, redimiendo noventa<br />
y ocho cautivos, y en todas fué in<strong>de</strong>cible el incendio<br />
<strong>de</strong> su ardiente caridad que mostraba con los pobres esclavos<br />
que no podia redimir : pues á los que juzgaba mas<br />
necesitados, suministraba algún socorro conque pudiesen<br />
aliviar <strong>de</strong> algún modo sus trabajos: á los que no lo eran<br />
tanto , los animaba á la tolerancia do sus penas , y á la<br />
conformidad en ellas en el Si'ñor, esperanzándoles la libertad<br />
en otra re<strong>de</strong>nción; para que asi quedasen todos<br />
fortalecidos y constantes en la fé católica que profesaban:<br />
y á fin <strong>de</strong> conseguir por lodos modos algún alivio á los<br />
cautivos, impelido <strong>de</strong> la compasión y amor que les tenia,<br />
se postraba rendido á los piés <strong>de</strong> los dueños <strong>de</strong> los mismos<br />
esclavos ; y regándolos con sus lágrimas, procuraba con<br />
palabras llenas <strong>de</strong> dulzura y caridad persuadirles alzasen<br />
la mano <strong>de</strong> su rigor contra los pobres y míseros esclavos,<br />
y que fuesen tratados mas blandamente; y era tanta la<br />
eficacia y virlud que en estas exhortaciones santas y rendimientos<br />
humil<strong>de</strong>s infundía Dios en Serapio , que redujo<br />
aquellos corazones obstinados <strong>de</strong> los moros á que fuesen<br />
mas compasivos, y no tan duros é inhumanos con los míseros<br />
esclavos , logrando estos así quedar en gran parte<br />
consolados.<br />
Otra re<strong>de</strong>nción hizo Serapio en Argel con Fr. Berengario<br />
<strong>de</strong> Bañeres, en la cual el glorioso san Ramón Nonato, <strong>de</strong>l<br />
mismo real ór<strong>de</strong>n, á quien comunicaba y profesaba Serapio<br />
muy estrecha amistad, le anunció al tiempo <strong>de</strong> parlir<br />
su feliz y <strong>de</strong>seado martirio. Siendo en ella los redimidos<br />
ochenta y siete: y no pudiéndose redimir por falla <strong>de</strong> dinero<br />
á algunos cautivos puestos en evi<strong>de</strong>nte peligro <strong>de</strong><br />
renegar, ni pudiendo tolerar el inextinguible fuego <strong>de</strong> su<br />
ardiente caridad que ardía en su magnánimo pecho, <strong>de</strong> que<br />
aquellas pobrecitas almas, redimidas con el infinito precio<br />
<strong>de</strong> la sangre preciosísima <strong>de</strong>l Salvador, fuesen torpe pasto<br />
y víctima á aquellos insolentes bárbaros, discurrió y practicó<br />
su gran<strong>de</strong> amor el arbitrio y medio <strong>de</strong> quedarse en rehenes<br />
por ellas; y aquí fué don<strong>de</strong> enar<strong>de</strong>cido <strong>de</strong>l zelo <strong>de</strong> la<br />
honra y gloria <strong>de</strong> Dios, y <strong>de</strong>l bien y salvación <strong>de</strong> aquellos<br />
infieles, se opuso públicamente á su falsa y abominable<br />
seda <strong>de</strong> Mahoma : por lo que por mandato <strong>de</strong>l bárbaro y<br />
Urano rey <strong>de</strong> Argel fué preso y puesto en una hedionda y<br />
obscura mazmorra , azotado con una crueldad inaudita, y<br />
con la misma, atado <strong>de</strong> piés, apaleado en el vientre, entregado<br />
<strong>de</strong>spués su llagado cuerpo á una dura y pesada<br />
ca<strong>de</strong>na, manteniéndole con solo pan <strong>de</strong> peno y salvado;<br />
y viendo el rey la invicta constancia <strong>de</strong> Serapio, que ni el<br />
rigor <strong>de</strong> tantos y tan crueles (ormenlos como habia pa<strong>de</strong>cido,<br />
ni las amenazas <strong>de</strong> los que intentaba ejecutar su furor<br />
con el santo, pudiesen no solo rendirle, pero ni ménos atemorizar<br />
aquel animoso y valiente corazón <strong>de</strong>l soldado veterano<br />
<strong>de</strong> Cristo; por último resolvió rabioso y airado, que<br />
le fuese quitada la vida, á cuyo fin mandó sacarle á la<br />
plaza, don<strong>de</strong> viendo Serapio la aspa ó cruz en que habia<br />
<strong>de</strong> morir, lleno su corazón <strong>de</strong> un inalterable gozo é inexplicable<br />
júbilo, rindió gracias á Dios, en <strong>de</strong>bido reconocimiento<br />
<strong>de</strong>l singular beneficio <strong>de</strong> permitirle sacrilicar á<br />
imitación <strong>de</strong> su sanlísimo Hijo la vida en la cruz, y exclamó:<br />
¡ O dulce y precioso leilo, perfecta imágen <strong>de</strong> aquel en<br />
que mi amado Jesús pendió, por tí espero subir á la bienaventuranza!<br />
y dichas estas palabras pasaron á atormentarle<br />
cruelísimamenlc. Desgarraron poco á poco su ya dosfigurado<br />
cuerpo con acerados garfios y peines <strong>de</strong> hierro:<br />
introdujéronleagudas cañas entre carne y uñas: cortáronlo<br />
todas las coyunturas y artículos <strong>de</strong> pies, manos, brazos,<br />
piernas y rodillas, añadiendo por último el riguroso tormento<br />
<strong>de</strong> la rueda ó torno, con la cual á violencia <strong>de</strong> giros<br />
le sacaron las tripas, que rairaculosamente salieron<br />
enteras; y <strong>de</strong>spués cortándole la cabeza, dió el santo su<br />
espíritu á su Criador, á los 14 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong>l año 1240;<br />
y antes <strong>de</strong>l último aliento dijo: Señor mió, yo os suplico<br />
que por estos tormentos y dolores que gustoso por vuestro<br />
amor pa<strong>de</strong>zco, tengáis piedad <strong>de</strong> aquellos que se hallaren<br />
afligidos <strong>de</strong> algún dolor.<br />
Fueron innumerables los prodigios que por intercesión<br />
<strong>de</strong>l santo márlir obró Dios ya en su vida, como <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />
muerto. Dos niños resucitó viviendo; el uno en el navio en<br />
que el santo pasaba ai reino <strong>de</strong> Escocia, á quien su mismo<br />
padre,irritado porun <strong>de</strong>scuidoquecomelió su hijo, le habia<br />
muerto: otro en Irlanda, hijo <strong>de</strong> un caballero, quien resucitado,<br />
dijo <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> todo el concurso: Una Scílora vestida<br />
<strong>de</strong> blanco con corona <strong>de</strong> oro en la cabeza y una insignia<br />
en el pecho, al modo que trae Serapio, me ha mandado<br />
volviese al mundo.<br />
De los milagros <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su muerto son irrefragables<br />
testigos los muebos votos, tablones, mortajas, cuerpos enteros,<br />
piernas, cabezas, brazos, pechos, corazones, vionires<br />
<strong>de</strong> cera y <strong>de</strong> plata, como también báculos, muletas y<br />
otros que á sus altares han ofrecido los fieles, que por la<br />
intercesión eíicaz <strong>de</strong>l santo consiguieron remedio do sus<br />
males y lograron consuelo en sus aflicciones, siendo singular<br />
su patrocinio á cuantos le invocan y se valen <strong>de</strong> aquel<br />
para todo género <strong>de</strong> dolores.<br />
En vista <strong>de</strong> cuyos prodigios y por muchos siglos continuada<br />
veneración <strong>de</strong> los santos fieles al santo, <strong>de</strong> las <strong>de</strong>claraciones<br />
y sentencias dadas y promulgadas por los ordinarios<br />
<strong>de</strong> Gerona y Barcelona sobre su culto inmemorial, año<br />
<strong>de</strong> 1718, y <strong>de</strong> las piadosas súplicas <strong>de</strong>l católico monarca<br />
<strong>de</strong> las Españas Felipe V (que <strong>de</strong> Dios goce), ruegos repelidos<br />
<strong>de</strong> diferentes eminentísimos car<strong>de</strong>nales, instanci.is<br />
continuas <strong>de</strong> los arzobispos y obispos <strong>de</strong> España, y peticiones<br />
humil<strong>de</strong>s <strong>de</strong> toda la religión mercenaria; la santidad<br />
<strong>de</strong> Benedicto, papa X1H, con su bula , dada en Boma á<br />
los 14 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 112S, se dignó aprobar y confirmar dichas<br />
sentencias, y <strong>de</strong>claró el referido culto inmemorial <strong>de</strong>l<br />
santo. Quiera su divina Majestad que por los méritos po<strong>de</strong>rosos<br />
<strong>de</strong> este invicto y glorioso mártir san Serapio, consigamos<br />
paciencia en los trabajos y adversida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> este<br />
mundo, conformándonos en todo con la divina voluntad: