Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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felicidades á aquella mujer del Apocali[)SÍ qnolenia la luna
debajo de sus pies; pisaron es'.os reyes con el patrocinio
de, María sobre lunns africanas con tantas victorias como
pasos; conque Espaíia perdida se ganó á sí misma:
recobró todos sus reinos: recuperó todas sus ciudades; y
eclipsadas por mejor luna tantas limas, volvió á resplandecer
con nuevos rayos el sol de la fécalólica en Espaíia, que
pudo dar por bien empleada la infelicidad de perdida, por
la dieba de recuperada con tantos favores de María.
No solo ha favorecido y patrocinado María santísima á
España dentro de E-spafla, mas también fuera de España y
de Europa, dando á Portugal en Oriente y á Castilla en
Occidente, no sdamente nuevos reinos pero nuevos mundos
por medio de Colon, Cortés, Pizarro, Gama y otros famosos
descubridores pte nuevas provincias y gentes, poniendo
María tantas coronas de oro en la monarquía de España,
cuantas los españoles lian consagrado de fó á Jesucristo.
En la conquista del reino de Méjico venció Cortés
con pocos españoles innumerables bárbaros, y en la del
reino del Perú con ciento y cincuenta soldados desbarató
Pizarro á doscientos mil peruanos; pero no es maravilla
que alcanzasen estos dos capitanes tales victorias, si merecieron
tener áMaría santísima de su parte, que apareciéndose
diversas veces acompañada de Santiago en el ejército
de los españoles, arrojaba polvo á los ojos de los genliles
para que ciegos á sus idolatrías estando sujetos á los
españoles viesen la luz de la fé, por medio do aquellos
qno no tanto pi eiendian sujetarlos al imperio de España,
cuanto á la fé de Cristo y culto de María santísima: á lacua!
como principa! Conquistadora erigieron mucliostemplos
estos no ménos piadosos que valerosos capitanes. En
Oriente no hay duda que descubi ió Vasco de Gama aquel
nuevo mundo con el favor de María santísima, debido á la
piedad y devoción del rey don Manuel de Portugal, que
la escogió por patrona de todas sus empresas fuera de
Europa, y la edificó nn templo en la Harra de Lisboa, que
fuese como el deJano en la gentilidad, no sé si templo de
la guerra ó déla victoria abierto á los soldados que iban á
nuevas conquistas, para que pidie?en socorro á María contra
sus enemigos, y llevasen negociada la victoria cuando
iban á la batalla; y pagó la Virgen esta piedad y confianza
de! rey, dándde muchas victorias en Oriente y Mediodía.
Pues las victorias espirituales que alcanzó aquel prodigioso
apóstol del Oriente san Francisco Javier de muchos centenares
de millares de bárbaros, resucitando la féeh muchos
reinos donde antes habia predicado, y plantándola
en otros muchos donde nunca se habia oido el nombre de
Cristo; ¿quién no sabe que las alcanzó con el patrocinio de
María á quien tomó en París, Roma y Loréto, por patrona
de sus empresas y protectora de todas sus conquistas?
Mas no hay para qué detenernos en decir como tantos predicadores
evangélicos que han salido de España para predicar
la fé, destruir la idolatría y dilatar el reino de Cristo
en las Indias orientales y occidentales, han conquistado
tantos reinos, alcanzado tantas victorias y ganado tañías almas
por el patrocinio deMaría; porque es claro, según enseña
la Iglesia, que María santísima es la que ha destruido
en todo el inundólas herejías y desterrado los errores.
Con tantas y tan continuadas victorias ha crecido la monarquía
española á la grandeza que hoy tiene desde que
se vió rcduíidaá la estrechura de las Asturias, comoaquela
fuente del libro de Ester que pri mero se hizo rio, luego
DA DE ORO. DU 1i.
[ se convirtió en luz, después en sol y últimamente en océano
de inmensas aguas; así España de fuente creció á rio,
de rióse convirtió en luz por la fé, que volvió á resplandecer
en ella; luego gozó privilegios ó hizo el oficio desoí
alumbrando á las partes mas remotas del mundo con los
resplandores de la fé, y con esto ha merecido ser como
un mar inmenso en la grandeza y dilatación de su dominio.
También se puede comparar á aquella pequeña piedra
que derribó la estatua soñada de Nabucodonosor,
compuesta de diversos metales, y después de haber deshecho
la estatua en polvo, se hizo un monte grande que
llenó toda la tierra; porque esta monarquía, echando por
el suelo las estatuas de los Idolos y reduciéndolas á cenizas,
se ha hecho tan grande que. ha llenado toda la tierra;
pues no hay parle en el mundo adonde no se extienda el
imperio español á la sombra de María, que como tiene en
toda la tierra el principado, quiere que en teda la tierra lo
tengan los españoles, á quienes corTían especial amor ha
lomado debajo de su patrocinio. Ni es menor la devoción
que en otros paises se tiene á la santísima Virgen. En el
reino de Francia Luis Xllí declaró en 10 de febrero de 1C33,
y lo ratificó en 1637, que tomaba áMaría por protectora
especial de todo el reino.
Mascón haber patrocinado María santísima á nuestra
monarquía desde sus principios, y con haber tenido esta
monarquía á María siempre por palrona reconociendo de
su liberalísima mano todas sus felicidades, se guardó para
la piedad y religión de nuestro católico monarca Felipe IV
íque esté en el cielo), la gloria de dar á María el patrocinio
de las Españas con la debida solemnidad y solicitar que
se celcbrnsecon este título: porqueconsiderando el piadosísimo
rey, cuántas victorias habia consegoido el cetro de
España en la mano de los reyes sus precedesores: cuántos
triunfos en la suya; y lodos porsu intercesión y patrocinio:
viendo también amenazada á España por todas partes do
las armas de sus contrarios, que como olas de un mar tempestuoso
en que soplábanlos vientos de la envidia y el odio,
acometían á esta gran nave para anegarla si pudiesen;
queriendo agradecerá María las mercedes recibidas y empeñarla
con el agradecimiento á nuevos favores, alcanzódo
la santidad de Alejandro Vilque se celebrase perpetuamenleen
España una fiesta particulará nuestra Señoracon
título del Patrocinio, como se verá por el tenor de la Imla
en que el papa la concede: la cual me ha parecido poner
aquí; y es como sigue.
«Alejandro, papa VH, para pcrpelua memoria. La excelente
piedad para con Dios, y devoción para con la beatísima
Virgen María, Madre de Dios, de nuestro carísimo
hijo en Cristo Felipe, rey católico de las Españas juntas,con
unasingular piedad para con nosotros y la sedo apostólica,
merece que favorezcamos cuanto nos es concedido de lo
alto á sus ruegos, enderezadosá aumentarla veneración de
la beatísima Virgen. Porque como el mismo rey Fel¡pc(segunnoshizosaber)
desccen gran manera para dargraciasá
la Virgen María , Madre de Dios, por muchísimos beneficios
que con piadoso afecto confiesa haber recibido de su
mano, que se celebre todos los años en alguna de las dominicas
de noviembre una fiesta particular, que se llame
del Patrocinio de la bienaventurada Virgen María : Nosotros,
alabando muchísimo en el Señor el piadoso intento
del mismo rey'Felipe, y deseando hacerle especiales favores
y gracias, inclinados á sus «úplicas hechas á Nos