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Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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cántaros <strong>de</strong> barro y <strong>de</strong>ntro unas luces encendidas : ¿y<br />

qué son estos cántaros <strong>de</strong> barro, sino figuras <strong>de</strong> María santísima<br />

, en que entró la luz <strong>de</strong> la divinidad á vestirse <strong>de</strong>l<br />

barro <strong>de</strong> nuestra carne , como <strong>de</strong> una linterna , para que<br />

templada la eficacia <strong>de</strong> sus rayos, venciese á los príncipes<br />

<strong>de</strong> las tinieblas, y sin ofen<strong>de</strong>r nuestros ojos , <strong>de</strong>sterrasen<br />

las sombras <strong>de</strong> muerte en que estábamos sentados? Pero<br />

¿qué mas ilustre figura <strong>de</strong> María santísima , que el arca<br />

<strong>de</strong>l Testamento? Esta llevaban los israelitas en sus ejércitos<br />

: por ella esperaban las victorias; y por ella conseguían<br />

los triunfos. Por eso Moisés cuando los levitas lomaban<br />

el arca para moverla al movimiento <strong>de</strong> los reales, <strong>de</strong>cía<br />

: Levantaos, Señor, y sean <strong>de</strong>struidos vuestros enemigos<br />

: huyan <strong>de</strong> vuestra presencia los que os aborrecen: y<br />

cuando al pararlos reales ponían el arca en su lugar, <strong>de</strong>cía<br />

: Volved, Señor, los ojos á la multitud <strong>de</strong>l ejército <strong>de</strong><br />

Israel: pidiendo á Dios , que por medio <strong>de</strong>l arca , en (pie<br />

asistía su virtud , <strong>de</strong>fendiese á su pueblo y <strong>de</strong>struyese á<br />

los enemigos <strong>de</strong> Israel : y dice san Atanasio , que el arca<br />

les bastaba á los israelitas por ejército, si no había algún<br />

<strong>de</strong>lito en el pueblo, ó hipocresía en los que la llevnlan La<br />

otra arca , en que se libró el genero humano <strong>de</strong> la ira <strong>de</strong><br />

Dios , cuando anegó al mundo en las aguas <strong>de</strong>l diluvio,<br />

también era sombra <strong>de</strong> María ; y no menos la paloma que<br />

anunció la libertad con el ramo <strong>de</strong> oliva ; y el arco iris,<br />

que era seguro y prenda <strong>de</strong> paz entre Dios y los hombres.<br />

Pues las victorias milagrosas que alcanzó el pueblo <strong>de</strong><br />

Dios <strong>de</strong> sus enemigos por medio <strong>de</strong> mujeres, Jael, Débora,<br />

.Tudilh, y haberse librado por medio <strong>de</strong> Esther <strong>de</strong> la muerte<br />

que pretendía darle Aman, armado <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Asnero<br />

; ¿ quién negará que representen las victorias que habían<br />

<strong>de</strong> alcanzar los fieles <strong>de</strong> sus enemigos por medio <strong>de</strong><br />

María, <strong>de</strong> quien aquellas ilustres mujeres fueron figuras?<br />

Dejando las otras victorias <strong>de</strong>l Viejo Testamento, que todas<br />

se consiguieron, ó por alguna sombra <strong>de</strong> María , ó por su<br />

respeto; 6s muy digno <strong>de</strong> notar, que la primera victoria<br />

que se propone en la Escritura sagrada , es la que había<br />

<strong>de</strong> alcanzar María santísima <strong>de</strong> Lucifer, cuando dijo Dios á<br />

la serpiente : Pondré enemistad entre ti y la mujer , entre<br />

tu generación y la suya : ella te quebrantará la cabeza ; y<br />

tú andarás siempre acechando á sus calcañares. Ksta victoria<br />

alcanzó Maria sanlísima <strong>de</strong>l infierno en su concepción<br />

purísima, conque empezó ya en su persona á ejercer ci<br />

ülicio <strong>de</strong> patrona <strong>de</strong> las batallas ; y corrieron tan por su<br />

cuenta las victorias, que el Hijo <strong>de</strong> Dios , para vencer al<br />

infierno, tomó <strong>de</strong> María las armas, como dice Ricardo <strong>de</strong><br />

San Laurencio por estas palabras : «Así como el soldado<br />

para pelear se arma en el tabernáculo; así Cristo , para<br />

vencer al <strong>de</strong>monio por la Iglesia , lomó en las entrañas <strong>de</strong><br />

la Virgen las armas <strong>de</strong> la humana carne,»<br />

No contando ahora las victorias que otros príncipes<br />

cristianos han conseguido <strong>de</strong> los infieles por el favor y patrocinio<br />

<strong>de</strong> María, que si se preten<strong>de</strong>n referir en particular<br />

no basta un libro entero, y si se quieren <strong>de</strong>cir en una palabra,<br />

se ha <strong>de</strong> afirmar que todas las han alcanzado por<br />

el favor <strong>de</strong> María; diremos solamente algunas <strong>de</strong> las mas<br />

celebradas que ha conseguido España por el patrocinio <strong>de</strong><br />

María santísima, no tanto refiriendo, cuanto apuntando, ni<br />

para enseñar lo que nadie ignora , sino para acordar al<br />

agra<strong>de</strong>cimiento lo que lodos saben. Después que toda España,<br />

por sus pecados, fué ocupada <strong>de</strong> los moros, habiéndose<br />

retirado don Pelayo con mil soldados á las Asturias,<br />

LA LEYENDA DE ORO. DÍA 14.<br />

y encerrádose en una cueva ancha y espaciosa <strong>de</strong>l monto<br />

<strong>de</strong> Fusena, vino don Oppas, arzobispo <strong>de</strong> Toledo ó <strong>de</strong> Sevilla,<br />

según Rodrigo y Mariana , á persuadirle que se entregase<br />

á los moros, pues no podia resistir con tan pocos<br />

soldados á tanta multitud do infieles; y era mejor comprar<br />

con el rendimiento la vida , que adquirirse con la temeridad<br />

la muerte : pero el piadosísimo y valerosísimo principe<br />

le respondió , que por la intercesión <strong>de</strong> la Madre do<br />

Dios y con su ayuda, esperaba , no solo salvarse á sí y á<br />

los suyos , mas confiaba que <strong>de</strong> aquellos pocos crislianoí<br />

se había <strong>de</strong> restaurar la gente <strong>de</strong> los godos, como <strong>de</strong> pocos<br />

granos nacen muchas espigas. Luego espantado Pelayo<br />

y sus soldados <strong>de</strong> una gran<strong>de</strong> avenida <strong>de</strong> moros que lo<br />

cercaba, se encerró en la cueva ; y los moros combatieron<br />

con todo género <strong>de</strong> armas y con un granizo <strong>de</strong> piedras y<br />

una tempestad <strong>de</strong> saetas la entrada <strong>de</strong> la cueva. Mas (j ó<br />

po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Dios y favor <strong>de</strong> María sanlísima!) mientras que<br />

Pelayo y los suyos imploraban el favor <strong>de</strong> María santísima<br />

con gran<strong>de</strong> aféelo, las piedras, saetas y dardos que tiraban<br />

los moros, revolvían contra los que las tiraban, teniendo<br />

cada uno tantos enemigos como compañeros, y los cristianos<br />

tanlos soldados <strong>de</strong>l socorro como coulrarios. Con<br />

esto se turbaron los moros y se animaron los cristianos: y<br />

saliendo Pelayo <strong>de</strong> la cueva con los suyos, dieron con tal<br />

ímpetu y valor en los enemigos, que en breve tiempo mataron<br />

veinte mil, con su capitán Alcama , y prendieron á<br />

don Oppas. Setenta mil que quedaron, pasando <strong>de</strong>l monto<br />

Fusena, don<strong>de</strong> al principio se habían recogido , al campo<br />

Libanense, por don<strong>de</strong> corre el rio Dena, parle <strong>de</strong> un monte<br />

cercano, arrancándose <strong>de</strong> raíz, cayó en el rio, y precipitó<br />

á los que estaban en el monte , y otros cogió <strong>de</strong>bajo:<br />

con que perecieron casi todos aquellos bárbaros. La cueva<br />

don<strong>de</strong> se recogió Pelayo, en memoria <strong>de</strong> esta \icloria alcanzada<br />

por favor <strong>de</strong> María se <strong>de</strong>dicó á su nombre , y se<br />

llama Santa María <strong>de</strong> Govadonga. Con tan feliz principio<br />

y milagrosa victoria empezó á respirar España, y levantó<br />

la cabeza sóbrela morisma, y cobró esperanza cierta <strong>de</strong><br />

sacudir el yugo mahometano con el favor <strong>de</strong> María. El<br />

car<strong>de</strong>nal Baronio , habiendo traído esta historia <strong>de</strong> nuestro<br />

Pelayo, aña<strong>de</strong> i «Verda<strong>de</strong>ramente es digno <strong>de</strong> observación,<br />

que así León en Oriente, como Pelayo en Occi<strong>de</strong>nte,<br />

invocando á la Madre <strong>de</strong> Dios contra los sarracenos,<br />

alcanzaron en arabas partes una gran<strong>de</strong> y no esperadn<br />

victoria. No fué ménos insigne la victoria que alcanzó <strong>de</strong><br />

los moros Alfonso VIH , rey <strong>de</strong> Castilla , por sobrenombre<br />

el fiueno ; antes os la mas ilustre que hubo en España,<br />

como dice el padre Juan <strong>de</strong> Mariana : porque siendo el<br />

ejército <strong>de</strong> los cristianos muy inferior al <strong>de</strong> los moros,<br />

constando este <strong>de</strong> innumerable gente, que á modo <strong>de</strong> una<br />

gran<strong>de</strong> inundación anegaba los campes y cubría los montes<br />

; trabándose la batalla enlre los dos campos , estando<br />

Africa por los moros y María por los cristianos , mataron<br />

estos doscientos mil moros, y <strong>de</strong>sbarataron é hicieron<br />

huir á los <strong>de</strong>más , con rauerle <strong>de</strong> solos veinte y cinco<br />

cristianos ; atribuyendo todos esta victoria á la virtud <strong>de</strong><br />

la santa cruz y al patrocinio <strong>de</strong> nuestra Señora: porque<br />

en el mayor fervor <strong>de</strong> la batalla, llegando el estandarte<br />

rcal enque iba pintada una imagen <strong>de</strong> nuestra Señora al<br />

escuadrón mas fuerte <strong>de</strong> los contrarios , que tenia gran<br />

muchedumbre <strong>de</strong> gente y hacia la mayor resistencia á los<br />

cristianos, á vista <strong>de</strong> la Reina <strong>de</strong>l cielo se <strong>de</strong>sbarató, volvió<br />

las espaldas y <strong>de</strong>shizo como humo, quedando muertos

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