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Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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'M><br />

LA LEYENDA<br />

jandrú) ¡ ia cn.il estando ent'erina <strong>de</strong> una grave enl'ermetJad,<br />

por las oraciones <strong>de</strong>l abad Engetiio cubro salud ; y<br />

Icniéiidole por varón, se enamoro perdidaineníe <strong>de</strong> el. y<br />

•en cie.rlo ocasión le <strong>de</strong>claró su dafiuda voluntad, provocándole<br />

á pecar: y como el sanio ásperamente la lepivndiesc<br />

y cerrase los oídos á los silb is <strong>de</strong> la serpiente venenosa,<br />

y con gi an presteza se fu'se huyendo <strong>de</strong>l lugar<br />

don<strong>de</strong> estaba ; ella, viémlose escarnecida y menospreciada,<br />

como otra ama <strong>de</strong> José, dió veos, y publicó que Eugenio,<br />

el abad, la babia querido hacer fuerza. Dió noticia<br />

<strong>de</strong> esla monlira y falsedad á Felipe, el prefecto, que todavía<br />

era gentil, y no sabia <strong>de</strong> su bija, porque se le bahía<br />

<strong>de</strong>saparecido y hecho cristiana, y lomado el hábito <strong>de</strong><br />

religión, sin po<strong>de</strong>rlo él enten<strong>de</strong>r. Permitió mieslro Sefior<br />

esta tribulación á Eijgenio ; para que conozcamos mas la<br />

flaqueza <strong>de</strong> las mujeres, y nos guar<strong>de</strong>mos <strong>de</strong> ellas, y para<br />

<strong>de</strong>scubrir con esta ocasión la virtud <strong>de</strong> los que, armadus<br />

con su gracia, resisten á los apolítos <strong>de</strong> la carne ; y para<br />

mas maniu'.star la gloria y excelencia <strong>de</strong> nuestra sagrada<br />

religión : porque el prefecto Felipe, babiendo oído el caso<br />

<strong>de</strong> Melancia, mandó traer <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> sí á Eugenio, abad.<br />

Vino, llevando consigo á Troto y Jacinto, con sus hábitos<br />

<strong>de</strong> religiosos. Díóles 1-elípe una gran<strong>de</strong> reprensión, diciendo,<br />

si Cristo, su Dios, les ensenaba que <strong>de</strong>sbonrasen é<br />

hiciesen fuerza álas matronas honradas. Entonces Eugenio<br />

con gran severidad y mo<strong>de</strong>stia respondió: Tiempo hay<br />

para cíillar, y tiempo para hablar: ahora se verá la verdad<br />

<strong>de</strong> ¡o que dice Melancia, y Ui, ó Felipe, me repren<strong>de</strong>s.<br />

Diciendo esto, rasgó ei hábito que tenia: <strong>de</strong>scubrió<br />

sus pechos; y vieron como era mujer; y quedaron todos<br />

espantados, Melancia confusa, y el prefecto admirado: y<br />

babiendo conocido que aquella era Eugenia, su hija, y sabida<br />

la historia <strong>de</strong> todo lo que había hecho, y alumbrado<br />

<strong>de</strong>l rayo <strong>de</strong> la divina luz, se convirlóá la fé <strong>de</strong> Jesucris'o<br />

el y toda su familia. Dejó la prefectura, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> algún<br />

tiempo fué mártir <strong>de</strong>l Seílor. Volvió á Roma la santa<br />

doncella Eugenia con ProtQ y Jacinto, y por su ejemplo y<br />

santa conversación muchos recibieron lafé <strong>de</strong> Cristo. Supo<br />

esto el emperador Galicno,,}- mandólos pren<strong>de</strong>r; y á Eugenia,<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberle dado graves tormentos, la sentenció<br />

á <strong>de</strong>gollar, l'rolo y Jacinto pasaron por !a misma<br />

senlencia; ia cual se ejecutó en elíos el dia que la Iglesia<br />

les celebra la fiesta, que fué á los 11 <strong>de</strong> setiembre, el año<br />

<strong>de</strong> 273, aunque <strong>de</strong>l martirio <strong>de</strong> santa Eugenia celebra la<br />

fiesta á los '23 do diciembre. Escribieron <strong>de</strong> estos santos<br />

Simeón Melafraste, y los Martirologios, romano, el <strong>de</strong> Ueda,<br />

üsuardo y Ádon.<br />

LOS SANTOS DlODOaO, DlO-MEDES, Y DÚmiO. MÁUTIIIKS.—<br />

Estos santos eran nalurales <strong>de</strong> Laodicca en Siria. Convencidos<br />

<strong>de</strong> la divinidad do la religión <strong>de</strong> Jesucristo, se convirfieron<br />

á ella, fueron bautizados, y muy luego empezaron<br />

á predicar la misma religión á sus paisanos, cuyo sucoso<br />

llegando á oidos <strong>de</strong>l tirano, mandó pren<strong>de</strong>rlos, y <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> haber sido atormentados,<br />

martirio.<br />

alcanzaron la palma <strong>de</strong>l<br />

S\N EMU.IVNO, OBISPO Y coNFESon.—Nació en un pueblo<br />

pequeño <strong>de</strong> Aragón, fué inslruído en la religión por el<br />

obispo san Féliv, y se <strong>de</strong>dicó todo entero al estudio <strong>de</strong> la<br />

piedad cristiana. Algún tiempo <strong>de</strong>spués so retiró á un <strong>de</strong>sierto,<br />

en el que vivió por espacio <strong>de</strong> cuarenta afios, mi<br />

tregado á la santificación <strong>de</strong> su alma, y á conducir por los<br />

caminos <strong>de</strong> la salvacióná todos losquecon este objeto iban<br />

DE ORO.<br />

Müifti<br />

á pedirle consejo. Hallándoie vacante la se<strong>de</strong> episcopal<br />

<strong>de</strong> Verceil, en Italia, el cielo <strong>de</strong>signó milagrosamente á<br />

limiliaiiofara ocuparla; y aunque se resistió extraordinariamente,<br />

le consagraron obispo, y fué por muchos afios<br />

pastor y padre <strong>de</strong> aquellos pueblos. Asistió á los concilios<br />

111, IV y VI <strong>de</strong> Roma congregados por el papa san<br />

Símaco, que profesaba al obispo <strong>de</strong> Verceil particular<br />

afecto y admiración, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un apostolado muy fecundo<br />

en cosas admirables, cargado do arios y <strong>de</strong> merecimientos,<br />

mudó santamenle por los primeros años <strong>de</strong>l siglo<br />

VI.<br />

S VN PACIENTE, OBISPO Y CONPESOB.—Dios suscitó á este<br />

santo para ser el sosten y el consuelo <strong>de</strong> los cristianos do<br />

las dalias en las calamida<strong>de</strong>? que los alligiemn durante<br />

el siglo Y. Por sus eminentes virtu<strong>de</strong>s fué colocado en la<br />

se<strong>de</strong> arzobispal <strong>de</strong> Lyon, y <strong>de</strong>splegó al instante tanta actividad<br />

en su cargo pastoral, quo por todas partes se sintieron<br />

muy pronto los efectos <strong>de</strong> su zelo. En sus manos se<br />

mulliplicabnn los medios <strong>de</strong> hacer bien, y casi siempre las<br />

empleaba todos en favor <strong>de</strong> los indigentes. San Sidonio<br />

Apolinar, que era amigo y contemporáneo suyo, dice que<br />

poseía todas las viiiu<strong>de</strong>s apostólicas, y que no sabe quo<br />

era en él mas admirable, si su zelo por la gloria <strong>de</strong> Dios,<br />

ó su caridad para con los pobres. Templaba siempre la<br />

suavidad con la dulzura, y la actividad con la pru<strong>de</strong>ncia, y<br />

sus esfuerzos fueron coronados con la conversión <strong>de</strong> gran<br />

número <strong>de</strong> infieles y herejes, arríanos y foemianos. Con su<br />

zelosa predicación ilustraba los entendimientos <strong>de</strong> los que<br />

se hallaban sumidos en el error, y <strong>de</strong>spués acababa por<br />

ganarles el corazón á fuerza <strong>de</strong> bonda<strong>de</strong>s. San Paciente<br />

murió en Lyon. el afio 480. Su nombre se halla en esto<br />

dia en el Martirologio.<br />

SAN PAFNCCIO, OIHSPO Y CONFESOR.—Natura! <strong>de</strong> Egipto,<br />

y cristiano <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su infam ia. Habiendo pasado algunos<br />

afios en el <strong>de</strong>sierto, bajo la dirección <strong>de</strong> san Antón, salió<br />

<strong>de</strong> la soledad para ser consagrado obispo <strong>de</strong> la Tebaida.<br />

San Paínucio fué uno <strong>de</strong> aquellos ilustres confesores, que<br />

en tiempo <strong>de</strong>l emperador Maximino-Daia, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberles<br />

arrancado el ojo <strong>de</strong>recho, y cortado los nervios <strong>de</strong><br />

la rodilla izquierda, fueron con<strong>de</strong>nados á las minas. Cuando<br />

se volvió la paz á la Iglesia, el venerable obispo so<br />

reunió otra vez á su grey, y empezó á trabajar con lodo<br />

su zelo para librarle <strong>de</strong> los estragos <strong>de</strong>l arrianismo que<br />

amenazaban. Su eminente santidad, y el glorioso titulo <strong>de</strong><br />

confesor <strong>de</strong> la fé, le granjearon la estima y veneración do<br />

los padres <strong>de</strong>l concilio <strong>de</strong> Nicea, al cual asistió. Dicesc que<br />

el emperador Constantino le llamaba con mucha frecuencia<br />

á su palacio, y se complacía hablando con él largos ralos,<br />

no <strong>de</strong>spidiéndose nunca sin besarle ei lugar don<strong>de</strong> babia<br />

estado el ojo quo perdiera por la fe. Pafnucio tuvo estrecha<br />

amistad con san Alanasio y todos los obispos católicos<br />

<strong>de</strong> su época, y murió en la paz <strong>de</strong> Dios por los años 337.<br />

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DIA lí" : " •<br />

nvvmiVM-o C'Uüwlmw mv> UIÍÍ ,mobmtmM mp<br />

SANTA HIENA , VÍRÍÍEM.—buena, á quien los egipcios<br />

llaman Cordímimda, fué natural <strong>de</strong> Egipto, <strong>de</strong> real estirpe<br />

y saegre. Su padre se llamó Zabui, noble sátrapa: su madre<br />

se llamó Ziba. I'ué hermosisima <strong>de</strong> cuerpo: pero mucho<br />

mas <strong>de</strong> ánimo y virtu<strong>de</strong>s. No era bautizada cuando<br />

murieron sus padres: y asi quedó nina huérfana en la<br />

tutela do sus parientes: pero muy rica do bienes <strong>de</strong> for-

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