Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

306 LA LEYENDA DE ORO. DIA 13,
mos: no comian mas quo yerbas silvestres, y algunos no
mas que una vez por semana, y solamente se reunían los
domingos para la celebración de los santos misterios. Los
sarracenos invadieron después el monte Sinaí; asesinnron
á algunos de aquellos solitarios, á otros se los llevaron
cautivos, y solo dieron libertad á los mas ancianos. San
Kilo fué de eslos últimos; pero su bijo Teódulo fué llevado
cautivo, y no encontrando á nadie que quisiese emplearlo
para lo que ellos querían, por poco es asesinado.
I'or íin, rescatóle el obispo de lílcusis, á quien lo reclamó
luego san Nilo. El venerable prelado no usó do sus derecbos
sobre Teódulo, sino para obligar al padre y al bijo á
que se ordenasen de sacerdotes. Nada mas sabemos de
este sanio sino que murió el año 4'JO, de una edad muy
avanzada, siendo considerado ya por sus contemporáneos
como un padre de ta Iglesia. Escribió muebos tratados donde
brilla su sabiduría, el conocimiento que tenía del corazón
bumano y su zelo por la verdad. Su Tratado de la vida
monáslica sirvió a los padres del desierto y á los monges
que le sucedieron, para regular su conducta y mantener
entre los religiosos el espíritu de piadosa regularidad.
SAX MACARIO, OBISPO Y COM'ESOR.—Fué obispo de una
ciudad de Escocia, á cuyo puesto fué elevado por el mérito
desús exlrnordínarias virtudes. Su profunda humildad y
su amor cxlrardinario á la pobreza, manifestaron queiMacario
se hallaba enteramente desprendido de las cosas terrenas,
y la exacta fidelidad con que desempeñó los deberes
del episcopado le colocaron en la categoría de los mas
ilustres pastores que ba tenido la Iglesia de Escocia. Murió
eníre los anos 780 y 190.
SAN TEODORO STCDITA, CONFESOR.—Diéronle el sobrenombre
de Sludita porque fué abad del monasterio de S!udio,
fundado por Sludius, cónsul romano, en uno de los
arrabales de Constantinopla. Nació en la misma ciudad el
año ÜJO y abrazó la vida monástica á la edad de veinte y
dos años. La santa libertad con que condenó Teodoro al
emperador Constantino, hijo de Lcon IV, que habia repudiado
á la emperatriz María para casarse con Teodora, y
su empeño en defender el culto de las santas imágenes
durante los emperadores iconoclastas, le acarrearon violentas
persecuciones. A León el Armenio, que quería obligarle
á abrazar los errores, contostóle un dia: Vos estais
encargado del estado y del ejército ; pues bien, cuidad
de ellos en buena hora y dejad los negocios de hx
Iglesia á la solicitud de los teólogos y pastores. Estas palabras
le merecieron un destierro de siete años, al cabo de
los cuales, por muerte de aquel príncipe, pudo Teodoro
volver á su monasterio. El santo y zeloso abad acabó la
carrera de sus dias, el 11 de noviembre del afio 826, en
la isla de Calcula, situada frente de Constantinopla. Toda
su vida la pasó consagrada á los intereses de la religión,
y en los numerosos escritos que publicó contra las herejías
de su tiempo, reúne á una vastísima erudición y una solidez
inexpugnable, una piedad acrisolada y un estilo claro,
conciso y elegante. Los que deseen conocer la disciplina y
costumbres, do la Iglesia griega en los siglos VIH y IX,
dice Feller, deben leer las obras de este santo.
SAN RENÉ, OBISPO V CONFESOR.—La bistoria de san Rene,
dice el canónigo G uk'scard, so halla envuelta en tantas
fábulas, que es muy difícil descubrir la verdad. Algunos
han negado que b.iya ocupado nunca la sede episcopal de
Angers, pero hay una tradición en aquella Iglesia, q;ie dice
fué discípulo de san Maurelio y obispo de Angers ¡ que
después pasó al obispado de Sorrenfo en Italia, y qne sus
reliquias fueron después llevadas desde esta última ciudad
á Angers. Ignoramos la época de esta traslación; solo
consta que el cuerpo del santo estaba ya en Angers en el
siglo IX. Actualmente se halla colocado en la catedral y es
patrón de la ciudad.
SA\ EMILIANO, MONGR Y CONFESOR.—Este nombre da el
Martirologio romano á san Milían de la Cogulla, cuya vida
hemos puesto en este dia.
DIA Í3.
SAN ESTANISLAO DE KOSTKA. CONFESOR.—Nació el bienaven'urndo
Estanislao en el reino de I'olonia él año de fí$0,
en un castillo de sus padres, quo se dice Kostkovo; y sn
padre se llamó Juan Kostka, y su madre Margarita Kaiskan,
personas iluslres y principales en aquel reino, y mas
ilustres por haber conservado siempre la religión católica
y piedad, en cuyo linaje ha habido muchos señores palalinos,
electorales, senadores, capitanes, obispos y otros do
alta dignidad. Kn're los otros hijos que tuvieron sus padres,
uno fué nuestro Estanislao, el cual habiendo pasado
loablemente su niñez, y siendo ya de edad de trece años,
fué enviado de su padre con otro hermano suyo mayor,
llamado Pablo, á !a ciudad de Viena, cabeza de la provincia
de Austria, donde á la sazón residía el emperador Maximiliano,
para que debajo de la disciplina y magisterio de
los padres de la Compañía de Jesús (que en aquella ciudad
tiene un insigne colegio) aprendiese virtud y buenas letras.
Diáse tan buena maña Estanislao, y puso tanta diligencia
en el estudio, que Con su buen ingenio hacia ventajas
á sus condiscípulos, y era amado de todos por su
buena condición y modeslia. ihase luego por la mañana
cada dia áníes de entrar en las aulas , cá la iglesia de la
Compañía á hacer oración, y lo mismo hacia las tardes,
acabadas sus lecciones. Iluia de las malas compañías como
de serpientes venenosas, y de las conversaciones livianas
y libres, y de cualquiera cosa que no olióse á devoción.
Era muy amigo del silencio, y pensaba mucho las palabras
que había de decir. Tenia una modestia alegre, y una alegría
modesta y afable. Trataba de muy buena gana con
gente sencilla y sincera. Era muy compasivo, y socon ia
con lo qne podia á los qne tenian necesidad. El primero
que se levantaba de la cama por la mañana en casa era él.
No se contentaba de oir cada día una misa: en las íiestws
oia todas cuantas podia. Su vestido era muy llano y sencillo,
y por grande que fuese el frió (como lo suele serlos
inviernos en aquellas partes), nunca llevaba guantes ni
quena que ningún criado le acompañase, sino cuando su
hermano ó su maestro se lo mandaban. Todas las oracior
nes y declamaciones que componía para ejercitarse en la
elocuencia, comunmente eran de las grandezas y alabanzas
de la santísima Virgen nuestra Señora, de la cual era
devotísimo, y cada dia le rezaba el rosario. Ocupábase de
muy buena gana todos los ratos quo podia en la oración,
no solo de dia, sino también de noclie , levantándose de la
cama para orar cuando los otros doi mían, y con la oración
juntaba muchos actos de humildad y de mortiíicacion; porque
á veces sin ser visto harria el aposento de su hermano,
y con disimulación ayunaba mnohos dias y oasligaha
á lueuudo su carne virginal con ásperas discip!in;:s; y