Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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DIA 12. JSOViBlliRE. 3G3 lado y calainiloso, luego que so sentó on su siüa apostólica, oponerse al emperador y res¡s(iile valorosamenle, hasta derramar la sangre por la fé católica. Enserió con esteejeraploá los príncipes, que no son eüosjuecesdelas cansas eclcsiáslicas, ni de la íé; á los sacerdotes y prelados (áquienes pertenecen) !a vigilancia y conslancia con que las deben amparar y defender. Cuando el emperador Constante supo lo que el papa Martin habia hecho, salió casi de sí; y lleno de rabia y furor, determinó prender ó matar ai papa, en venganza de la injuria quede él le parecía habia recibido. Para esto proveyó á Olirupio, su camarero ((pie era hereje ccmo 61), del exarcafo ó gobernación de Italia. Mandóle, que en llegando á ella sembrase la herejía ; y si el papa se lo quisiese estorbar, que le prendiese ó lo matase. Olimpio luego que llegó á llavena (que era ta residencia en aquel tiempo de los exarcos), recogió la mas genle que pudo y vino á Roma, y comenzó á per.-uadirá muchas personas principales que complaciesen en este caso al emperador. Todos, así clérigos como seglares, le dieron por respuesta que no entendían creer ni confesar mas de lo que su pontífice en el concilio lateranense de los ciento y cinco obispos habia determinado. Como el exarco vió que los medios blandos no le aprovechaban, y que el sumo pontífice era muy bien quisto en Roma, y sacarle de ella muy dificultoso, determinó matarle. Para hacerlo mas fácilmente, fingió quererse comulgar de mnm del mismo santo pontífice: y un dia que decía misa solemne en la iglesia de Santa María la Mayor, dió orden á uno de su guarda, que al tiempo que é! estuviese de rodillas delante del altar para comulgar, le diese la espada para con ella dar la muerte al que le estaba dando el pan de vida. ¡Adonde no llega la malicia del hombre! ¡ A qué abismo de maldad no se arroja un ministro ambicioso, para dargnsloá su príncipe! ¡Cómo toma máscara de piedad contra la misma piedad, y rebozo de h religión contra la misma religión 1 Mas el Señor que está en el cielo y ve el corazón del hombre, hace burla de él y lo descubre. Al mismo tiempo que aquel sayón cruel quiso ejecutar su maldad, y dar la espada á Olimpio, se cegó de lal manera, que jamás pudo atinar á ver ni conocer al papa: el cual no solamente estaba en el altar rodeado do ángeles para su defensa, sino también del Rey de los ángeles que tenia en sus sagradas manos. Con esto se salió el soldado sin poner en ejecuejon loque Olimpio le habia mandado, ni cometer aquel tan horroroso sacrilegio; y el santo pontífice por entonces se hbró de sus manos; porque Olimpio, sabido el milagro que Dios habia obrado, se reconcilió con san Blartin y se partió para Sicilia (que caía en su gobernacioñ) pararesisUr a los moros, que hacían grandes daflos en aquella is a, así en la costa como dentro de la tierra. Yino con ellos a batalla ; y aunque los venció quedó su ejércto tan destrozado, que parecía mas veuciio que vencedor: y por justo jmco de Dios, dentro de pocos días muñó de cansancao y de una dolencia, para qne pagase el horrible delito con que había pretendido quitar la vida al santo pontífice y vicario del Emperador del cielo vw agradar y servir al déla tierra. Mas constante cuando supo la muerte de Olimpio, envió á Italia por evarco á Teodoro Cahopa, qne otra vez había tenido aquella di-nidad y gobernadose tan bien en ella, que el santo pontífice Martin y tpda ta gente cuerda y pacifica se holgó mucho con su venida, creyendo que serla él el que había sido, y que daría buena cuenta de sí en ¡as cosas de paz y de la guerra : pero engañáronse mucho ; porque el emperador le mandó secrelamenlo que prendiese al papa , y se lo enviase á buen recaudo á Constaníinopla , y no fiándose de él le dió p;ira acompañaiie para el negocio de la prisión á Paulo Peladlo , criado suyo de quien tenia satisfacción que baria fielmente lodo lo que le mandr.ba : mas no era menester aquella seguridad ; porque Callopa venia muy trocado y con gran deseo de dar gusto al emperador : y así en llegando á Roma, aunque al principio (para engañar mejor, como lo suelen hacer los políticos) se mostró muy católico y amigo de la fé romana (porque vió al clero y al pueblo muy puesto en seguir á su pastor, y que anatematizaba á todos los qne se apartaban deolla); un dia, estando el santo potitíiice en San Jaande Lelran, doliente y bien descuidado de la traición que Teodoro le tramaba, y echado en una camilla delante del altar (domde después de las vigilias en las noches solía algún tanto reposar), entró gente armada , y*con gran ruido y alboroto echó mano de éi .; y cargado de prisiones muy ásperas , Teodoro lo entregó á Paulo Peladlo para que lo llevase al emperador. No quiso el santo pastor resistir la violencia de aquellos lobos rabiosos; antes, como cordero manso, se entregó á sus manos para que le matasen. Hubo grande escándalo y turbación en Roma por un caso tan extraño : y cuando se supo qne qoerian llevar á Conslantinopla á su santo maestro, muchos del clero se determinaron acompañarle y servirle por el camino con sus personas y haciendas; mas fueron prohibidos y amenazados como enemigos del emperador y amigos de su enemigo; y así desamparado de todos lo llevaron á Conslantinopla, muy maltratado y afrentado, publicando contra él por todas parles por donde pasaba grandes calumnias y maldades. Holgóse el malvado Constante con esta presa todo lo posible: echáronle en una cárcel áspera y lóbrega, donde estuvo noventa y dos dias, sin hablar con nadie: lleváronle después á diversos jueces y li ibuíiales, coa grande escarnio y gritería ; y volviéronle otra vez á la cárcel cargado de hierro, en compañía de ladrones, donde estuvo otros muchos dias consumido de frió , y d&la estrechez y mal olor de la cárcel. Mas viendo el emperador y sus ministros que por ningún camino podían ablandar aquel pecho fuerte del santo pontílicc, ni hacer mella en él, mas que si fuera de acero ó de diamante , y que claramente les decía que aunque le hiciesen tajadas no comunicaría con la Iglesia de Constaníinopla , ni se apartarla un punto de la fé que enseñaba la romana ; lo desterraron á Quersoneso , on lo último del Ponto Euxino, (ierra frigidísima y casi inhabitable , en donde muchos años ánles san Ciemenle, papa, estuvo desterrado y acabó la vida. Aquí el bienaventurado san Martin fué tan maltratado y afligido , y padeció tantas calamidades, y tuvo tan extremada pobreza y falta de lodo lo necesario para la vida humana , que el mismo santo en una epístola dice estas palabras : « Yo glorifico al Señor porque nos envía las tribulaciones como él sabe que conviene, especialmente viendo que en esta tierra es tan grande la hambre y la necesidad, que el pan se nombra y no se ve , y si de allá no se nos envía el socorro , es imposible vivir aquí. El espíritu está pronto, la carne flaca : » y en otra epístola, después de haber encarecido su pobreza y uece-

3Gi sidad, afiadc cslas palabras: a TA Señor tendrá cuidado de este mi cuerpo flaco y vil y le gobernará como fuere servido, ahora sea aíligiéndomecon coníinuas tribulaciones ; ahora dándome algún refrigerio y breve reposo. El Seflor eslá cerca , y así no hay para qué tener solicitud: porquo confio en su misericordia, que me encaminará á lo que mas lo agradare y hará de mí su voluntad. Saludad á lodos en el Scfíor, especialmente á los. que por su amor so bau compadecido de mis cadenas y trabajos. » Esto es del mismo san Martin: el cual dentro de pocos dias vino á morir con grandísima paciencia , como glorioso mártir de Cristo nuestro Seflor. Falleció en el afio Cííí, á 12 días del mes de noviembre en que la Iglesia católica celebra su Gesta, habiendo tenido la silla de san Pedro, según el cardenal Baronk), seis años , tres meses y doce dias. ilustró el Señor á este santísimo pontífice y esclarecido mártir, con muchos milagros que obró en vida y en muerte; porque aun en el tiempo que estaba en Constanlinopla aprisionado y afligido, (lió vista á un ciego con su oración como lo escribe san Audoeno, obispo de Roban , en la vida de san Eligió : y después que murió, dice el autor que escribe su destierro y martirio, y fué su compañero y testigo de vista , que lodos los enfermos de varias dolencias, llegando á su santosepulcro, sanaban de ellas : los ciegos eran alumbrados: los sordos oian: los mudos hablaban: los mancos y cojos sanaban: los endemoniados quedaban libres ; y ninguno dejaba de alcanzarlo que pedia á Dios por intercesión de su sanio. Su sagrado cuerpo se transfirió después á Roma , y fué colocado en el título de Esquicio, que es la iglesia de San Silvestre , papa, y de San Marlin , obispo, que ya antes estaba edificada en honra de estos dos santos; y después que se sepultó en ella el cuerpo de san Martin , papa y mártir, algunos pensaron que habia sido edificada en honra suya, y nó de san Marlin , el obispo. Este fué el fin que tuvo este glorioso ipártir de Dios, muriendo con un prolijo y penoso martirio ,.por la puridad de nuestra santa fé y por la unión de la Iglesia católica , permitiendo nuestro Seflor tan gran maldad y tan detestable sacrilegio, para probar y afinar mas al santo pontífice, y coronarle en el cielo con la gloriosa corona de martirio , y para castigar al emperador Constante por este y otros delitos que cometió : porque dejando aparte las olías calamidades que padeció , y la disminución y menoscabo de su imperio (que fué muy grande), él mismo pasó á Italia con un poderoso ejército, é hizo guerra á ürimaldo, rey de los longobardos, y fué vencido y desbaratado su ejército en el reino de Ñápeles. Después llegó á Roma : y habiendo sido recibido con gran solemnidíid del papa Vilaliauo y de ios otros moradores de aquella santa ciudad , en doce dias solos que estuvo en ella , la robó y despojó, nó como emperador y señor, sino como enemigo y tirano. De allí navegó al reino de Sicilia, é imponiendo nuevas é injustas cargas y tributos en todas las provincias á él sujetas, se hizo tan odioso y mal quisto, que le fué causa de su muerte: la cual le dieron estando en un baño, por mandado de un capitán suyo; para que entendamos, que aunque Dios nuestro Señor algunas vece» permite tan grandes males y excesos, y por algún tiempo los disimula ; pero que al fin los castiga, aun en esta vida, para ejemplo y escarmiento de otros. De san Marlin , papa y mártir, hacen mención los Marlirologios romanos ? y los mas, aunque no lodos, concuerdan en el LA LEYENDA DE ORO. DIA 12. dia de su martirio. También escriben de él los autores de la Historia poulifical, y el qno arriba alegamos que le acompañó y escribió su vida, y el cardenal Itaronio en sus anotaciones del Martirologio , y en el vm lomo de sus Anales. SAN MILLATÍ DE LA COGULLA, CONFESOK,—La vida de san Millan, monge, que otros llaman Emiliano, escribió san Braulio, arzobispo de Zaragoza, y discípulo de san Isidoro: del cual, y de los breviarios antiguos de España, sacaremos lo que aquí se dirá. Fué san Millan de la tierra de Ilioja : siendo mozo era pastor y guardaba ganado: entreteníase, como suelen los pastores, en tañer un rabel; y con la dulzura de aquella música rústica aliviaba su trabajo y descebaba el cansancio de la soledad. AI son de esle su inslrumenlo se quedó un dia dormido; y nuesfro Señor le dió en el sueño lal gusto espiritual, que despertó con nuevo menosprecio de todas las cosas de la tierra y vivo deseo de las del cielo. Fuése luego al yermo en busca de un santo ermitaño, llamado Félix, que moraba en el desierto para ser enseñado en aquella vida que quería seguir. Félix le enseñó y mucho mas el Señor invisiblemente, alumbrándole é inspirándole como á hombre que ya había escogido para doctrina y ejemplo de otros. Apartóse después á vivir en una soledad, cerca del lugar llamado Birgegio, pero como él era amigo de la quietud, y la mucha genle que venia á buscarle le estorbase su sanio reposo, determinó meterse mas adentro , en lo mas alto y mas áspero de un monte, llamado entonces Destorció. En aquel yermo perseveró cuarenta años, apartado del trato y ccmunicacion de los hombres; mas muy acompañado y regalado de consolaciones angélicas. No pudo esconderse lanío san Millan que el resplandor do sus grandes virtudes no lo descubriesen y le hiciesen conocer. Tuvo noticia de su santidad Dídirao, obispo de Tarazona: mandóle llamar , y casi por fuerza le ordede sacerdote , y le mandó sirvióse en la Iglesia de Birgegio. Él obedeció, y comenzó á hacer su oficio con tanta exacción y cuidado, procurando desarraigar de aquella Iglesia ta codicia de los clérigos y los malos usos que de ella nacen que algunos clérigos no lo pudieron sufrir, y acusaron á nuestro Millan como á hombre disipador de los bienes de la Iglesia, delanlc dol obispo Dídiino: el cual, croyondo fácilmente lo que le habían dicho, reprendió al santo ásperamente, y como á culpado le quitó el cargo de la Iglesia. No se turbó con esta tribulación san Millan; antes como árbol bien plantado se arraigó mas en la humildad y en la paciencia, y en el deseo de darse mas y mas á la contemplación y al sosiego de su alma; y así se retiró á un lugar cerca de Birgegio, y pasó lo que le quedaba de la vida con mayor gusto y ansias de los bienes del cielo. Llegó á cien años do vida, y para mayor merecimiento y corona suya, fué muy fatigado de la hidropesía y de otras enfermedades. Un año ánles que falleciese supo el tiempo de su muerte: y aunque estaba con la edad y con las enfermedades exhausto y consumido, comenzó á darse á mayor rigor de penitencia, ayunos y vigilias, y á ocuparse mas tiempo en oración : y en la cuaresma de aquel año lo fué revelada la destrucción de Vizcaya, que después sucedió, y avisó á los príncipes de aquella provincia del castigo de Dios que habia de venir sobre ella por sus pecados, para que los llorasen, y con la penitencia aplacasen al Se-

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sidad, afiadc cslas palabras: a TA Señor tendrá cuidado<br />

<strong>de</strong> este mi cuerpo flaco y vil y le gobernará como fuere<br />

servido, ahora sea aíligiéndomecon coníinuas tribulaciones<br />

; ahora dándome algún refrigerio y breve reposo. El<br />

Seflor eslá cerca , y así no hay para qué tener solicitud:<br />

porquo confio en su misericordia, que me encaminará á lo<br />

que mas lo agradare y hará <strong>de</strong> mí su voluntad. Saludad<br />

á lodos en el Scfíor, especialmente á los. que por su amor<br />

so bau compa<strong>de</strong>cido <strong>de</strong> mis ca<strong>de</strong>nas y trabajos. » Esto es<br />

<strong>de</strong>l mismo san Martin: el cual <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> pocos dias vino á<br />

morir con grandísima paciencia , como glorioso mártir <strong>de</strong><br />

Cristo nuestro Seflor. Falleció en el afio Cííí, á 12 días<br />

<strong>de</strong>l mes <strong>de</strong> noviembre en que la Iglesia católica celebra<br />

su Gesta, habiendo tenido la silla <strong>de</strong> san Pedro, según el<br />

car<strong>de</strong>nal Baronk), seis años , tres meses y doce dias. ilustró<br />

el Señor á este santísimo pontífice y esclarecido mártir,<br />

con muchos milagros que obró en vida y en muerte;<br />

porque aun en el tiempo que estaba en Constanlinopla<br />

aprisionado y afligido, (lió vista á un ciego con su oración<br />

como lo escribe san Audoeno, obispo <strong>de</strong> Roban , en la vida<br />

<strong>de</strong> san Eligió : y <strong>de</strong>spués que murió, dice el autor que<br />

escribe su <strong>de</strong>stierro y martirio, y fué su compañero y testigo<br />

<strong>de</strong> vista , que lodos los enfermos <strong>de</strong> varias dolencias,<br />

llegando á su santosepulcro, sanaban <strong>de</strong> ellas : los ciegos<br />

eran alumbrados: los sordos oian: los mudos hablaban:<br />

los mancos y cojos sanaban: los en<strong>de</strong>moniados quedaban<br />

libres ; y ninguno <strong>de</strong>jaba <strong>de</strong> alcanzarlo que pedia á Dios<br />

por intercesión <strong>de</strong> su sanio. Su sagrado cuerpo se transfirió<br />

<strong>de</strong>spués á Roma , y fué colocado en el título <strong>de</strong> Esquicio,<br />

que es la iglesia <strong>de</strong> San Silvestre , papa, y <strong>de</strong> San<br />

Marlin , obispo, que ya antes estaba edificada en honra<br />

<strong>de</strong> estos dos santos; y <strong>de</strong>spués que se sepultó en ella<br />

el cuerpo <strong>de</strong> san Martin , papa y mártir, algunos pensaron<br />

que habia sido edificada en honra suya, y nó <strong>de</strong> san<br />

Marlin , el obispo. Este fué el fin que tuvo este glorioso<br />

ipártir <strong>de</strong> Dios, muriendo con un prolijo y penoso martirio<br />

,.por la puridad <strong>de</strong> nuestra santa fé y por la unión <strong>de</strong><br />

la Iglesia católica , permitiendo nuestro Seflor tan gran<br />

maldad y tan <strong>de</strong>testable sacrilegio, para probar y afinar<br />

mas al santo pontífice, y coronarle en el cielo con la gloriosa<br />

corona <strong>de</strong> martirio , y para castigar al emperador<br />

Constante por este y otros <strong>de</strong>litos que cometió : porque<br />

<strong>de</strong>jando aparte las olías calamida<strong>de</strong>s que pa<strong>de</strong>ció , y la<br />

disminución y menoscabo <strong>de</strong> su imperio (que fué muy<br />

gran<strong>de</strong>), él mismo pasó á Italia con un po<strong>de</strong>roso ejército,<br />

é hizo guerra á ürimaldo, rey <strong>de</strong> los longobardos, y fué<br />

vencido y <strong>de</strong>sbaratado su ejército en el reino <strong>de</strong> Ñápeles.<br />

Después llegó á Roma : y habiendo sido recibido con gran<br />

solemnidíid <strong>de</strong>l papa Vilaliauo y <strong>de</strong> ios otros moradores <strong>de</strong><br />

aquella santa ciudad , en doce dias solos que estuvo en<br />

ella , la robó y <strong>de</strong>spojó, nó como emperador y señor, sino<br />

como enemigo y tirano. De allí navegó al reino <strong>de</strong> Sicilia,<br />

é imponiendo nuevas é injustas cargas y tributos en<br />

todas las provincias á él sujetas, se hizo tan odioso y mal<br />

quisto, que le fué causa <strong>de</strong> su muerte: la cual le dieron<br />

estando en un baño, por mandado <strong>de</strong> un capitán suyo;<br />

para que entendamos, que aunque Dios nuestro Señor algunas<br />

vece» permite tan gran<strong>de</strong>s males y excesos, y por<br />

algún tiempo los disimula ; pero que al fin los castiga, aun<br />

en esta vida, para ejemplo y escarmiento <strong>de</strong> otros. De san<br />

Marlin , papa y mártir, hacen mención los Marlirologios<br />

romanos ? y los mas, aunque no lodos, concuerdan en el<br />

LA LEYENDA DE ORO.<br />

DIA 12.<br />

dia <strong>de</strong> su martirio. También escriben <strong>de</strong> él los autores<br />

<strong>de</strong> la Historia poulifical, y el qno arriba alegamos<br />

que le acompañó y escribió su vida, y el car<strong>de</strong>nal Itaronio<br />

en sus anotaciones <strong>de</strong>l Martirologio , y en el vm lomo <strong>de</strong><br />

sus Anales.<br />

SAN MILLATÍ DE LA COGULLA, CONFESOK,—La vida <strong>de</strong> san<br />

Millan, monge, que otros llaman Emiliano, escribió san<br />

Braulio, arzobispo <strong>de</strong> Zaragoza, y discípulo <strong>de</strong> san Isidoro:<br />

<strong>de</strong>l cual, y <strong>de</strong> los breviarios antiguos <strong>de</strong> España, sacaremos<br />

lo que aquí se dirá.<br />

Fué san Millan <strong>de</strong> la tierra <strong>de</strong> Ilioja : siendo mozo era<br />

pastor y guardaba ganado: entreteníase, como suelen<br />

los pastores, en tañer un rabel; y con la dulzura <strong>de</strong> aquella<br />

música rústica aliviaba su trabajo y <strong>de</strong>scebaba el cansancio<br />

<strong>de</strong> la soledad. AI son <strong>de</strong> esle su inslrumenlo se quedó<br />

un dia dormido; y nuesfro Señor le dió en el sueño lal<br />

gusto espiritual, que <strong>de</strong>spertó con nuevo menosprecio <strong>de</strong><br />

todas las cosas <strong>de</strong> la tierra y vivo <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> las <strong>de</strong>l cielo.<br />

Fuése luego al yermo en busca <strong>de</strong> un santo ermitaño, llamado<br />

Félix, que moraba en el <strong>de</strong>sierto para ser enseñado<br />

en aquella vida que quería seguir. Félix le enseñó y mucho<br />

mas el Señor invisiblemente, alumbrándole é inspirándole<br />

como á hombre que ya había escogido para<br />

doctrina y ejemplo <strong>de</strong> otros. Apartóse <strong>de</strong>spués á vivir en<br />

una soledad, cerca <strong>de</strong>l lugar llamado Birgegio, pero como<br />

él era amigo <strong>de</strong> la quietud, y la mucha genle que venia<br />

á buscarle le estorbase su sanio reposo, <strong>de</strong>terminó meterse<br />

mas a<strong>de</strong>ntro , en lo mas alto y mas áspero <strong>de</strong> un<br />

monte, llamado entonces Destorció. En aquel yermo perseveró<br />

cuarenta años, apartado <strong>de</strong>l trato y ccmunicacion<br />

<strong>de</strong> los hombres; mas muy acompañado y regalado <strong>de</strong> consolaciones<br />

angélicas. No pudo escon<strong>de</strong>rse lanío san Millan<br />

que el resplandor do sus gran<strong>de</strong>s virtu<strong>de</strong>s no lo <strong>de</strong>scubriesen<br />

y le hiciesen conocer. Tuvo noticia <strong>de</strong> su santidad<br />

Dídirao, obispo <strong>de</strong> Tarazona: mandóle llamar , y casi<br />

por fuerza le or<strong>de</strong>nó <strong>de</strong> sacerdote , y le mandó sirvióse<br />

en la Iglesia <strong>de</strong> Birgegio. Él obe<strong>de</strong>ció, y comenzó<br />

á hacer su oficio con tanta exacción y cuidado,<br />

procurando <strong>de</strong>sarraigar <strong>de</strong> aquella Iglesia ta codicia<br />

<strong>de</strong> los clérigos y los malos usos que <strong>de</strong> ella nacen que<br />

algunos clérigos no lo pudieron sufrir, y acusaron á nuestro<br />

Millan como á hombre disipador <strong>de</strong> los bienes <strong>de</strong> la<br />

Iglesia, <strong>de</strong>lanlc dol obispo Dídiino: el cual, croyondo fácilmente<br />

lo que le habían dicho, reprendió al santo ásperamente,<br />

y como á culpado le quitó el cargo <strong>de</strong> la Iglesia.<br />

No se turbó con esta tribulación san Millan; antes como<br />

árbol bien plantado se arraigó mas en la humildad y en la<br />

paciencia, y en el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> darse mas y mas á la contemplación<br />

y al sosiego <strong>de</strong> su alma; y así se retiró á un lugar<br />

cerca <strong>de</strong> Birgegio, y pasó lo que le quedaba <strong>de</strong> la<br />

vida con mayor gusto y ansias <strong>de</strong> los bienes <strong>de</strong>l cielo. Llegó<br />

á cien años do vida, y para mayor merecimiento y<br />

corona suya, fué muy fatigado <strong>de</strong> la hidropesía y <strong>de</strong> otras<br />

enfermeda<strong>de</strong>s. Un año ánles que falleciese supo el tiempo<br />

<strong>de</strong> su muerte: y aunque estaba con la edad y con las enfermeda<strong>de</strong>s<br />

exhausto y consumido, comenzó á darse á mayor<br />

rigor <strong>de</strong> penitencia, ayunos y vigilias, y á ocuparse<br />

mas tiempo en oración : y en la cuaresma <strong>de</strong> aquel año lo<br />

fué revelada la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> Vizcaya, que <strong>de</strong>spués sucedió,<br />

y avisó á los príncipes <strong>de</strong> aquella provincia <strong>de</strong>l castigo<br />

<strong>de</strong> Dios que habia <strong>de</strong> venir sobre ella por sus pecados,<br />

para que los llorasen, y con la penitencia aplacasen al Se-

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