27.08.2017 Views

Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

348 LA LEYENDA DE ORO. DIA 10.<br />

fiidor un relajito <strong>de</strong> arena, con el cual medía el liempo que<br />

<strong>de</strong>bía permanecer en cada casa.<br />

En este tenor <strong>de</strong> vida poi icvcrú el santo por el largo<br />

csji', 10 fiü's <strong>de</strong> cincuenta años, no solo en la ciudad<br />

[I • Ná| oh'8, sino en oirás ciuda<strong>de</strong>s, singularmente en Mí-<br />

, ,1 l'^isencia, doa<strong>de</strong> fundó casas <strong>de</strong> su ór<strong>de</strong>n , favo-<br />

Pé ido <strong>de</strong> srn Carlos Borromco, que lo amaba muchísimo.<br />

¡Nada pudo <strong>de</strong>tener el fervoroso Zi'lo con que Andrés procuraba<br />

la salud <strong>de</strong> las almas; iba pronto don<strong>de</strong> alguna<br />

necesidad le llamaba sin reparar en lluvias, ni en los rigores<br />

<strong>de</strong>l tiempo, ya fuese <strong>de</strong> invierno , ó ya <strong>de</strong> verano,<br />

ni en sus achaques y edad <strong>de</strong>crépita. Sus amigos le persuadían<br />

suspendiese algún poco su- fatigas, para dar algún<br />

<strong>de</strong>scansoá su cuerpo <strong>de</strong>bilitado por sus enfermeda<strong>de</strong>s<br />

y edad avanzada; pero el santo jamás se <strong>de</strong>jó vencer <strong>de</strong><br />

sus persuasiones, antes mirando á su cuerpo como enemigo,<br />

le trató siempre con suma aspereza, y para tenerle<br />

sujeto al espíritu , le daba el alimento con lasa tan rigurosa<br />

, quo apenas bastaba para sustentarse. Observaba<br />

los ayunos <strong>de</strong> la Iglesia , y los que son particulares <strong>de</strong> la<br />

ór<strong>de</strong>n , con tal rigor, que no lomaba cosa alguna hasta el<br />

mioilierer, y on los últimos años do su vida , <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los<br />

selenla hasta los ochenta y ochó en que falleció, fué tan<br />

asombrosa su abstinencia, que en ellos no comió jamás,<br />

ni ana estando enfermo , ni carne, ni huevos, ni pescado,<br />

sustentándose solo <strong>de</strong> pan , yerbas y habas cocidas,<br />

que tomaba en el refectorio (lelos convalecientes para evilar<br />

la singularidad. Pero cuanto mas el santo aíligia y<br />

atormentaba su cuerpo , tanto mas el Señor regalaba su<br />

espíritu, porque mientras tomaba esle escaso y basto<br />

alimento , era nmchas veces inundado <strong>de</strong> tales consuelos<br />

<strong>de</strong>l cielu , que le hacían suspen<strong>de</strong>r la comida ; y olvidado<br />

<strong>de</strong> lo que hacia , juntando las manos y levantando los<br />

ejos al cielo , se <strong>de</strong>rrelia en liemas lágrimas do amor.<br />

Rezando el oticio divino (lo que ejecutaba siempre en pié,<br />

y con un recogimiento y <strong>de</strong>voción muy extraordinaria)<br />

oia algunas veces los santos ángeles, que cantaban las<br />

divinas alabanzas.'Una vez estando en oración, vióla sacralísima<br />

humanidad <strong>de</strong> Jesucristo, ro<strong>de</strong>ada <strong>de</strong> inmensa<br />

luz , tan bella y hermosa, que en su comparación todo lo<br />

que habia mas hermoso en el mundo, le parecía una fealdad.<br />

Favoreció á mas <strong>de</strong> esto el Señor á su siervo con el<br />

don <strong>de</strong> profecía, el <strong>de</strong> conocer los pecados <strong>de</strong> sus penitentes<br />

y el <strong>de</strong> hacer milagros; enlrc los cuales es digno<br />

<strong>de</strong> referirse lo que le acaeció una noche , volviendo <strong>de</strong><br />

confesar á doña Catalina Garrafa, mujer <strong>de</strong> don Camilo <strong>de</strong><br />

Cmiis , prcsidonle <strong>de</strong>l consejo <strong>de</strong> Kápoles. Hallándose<br />

muy enferma esta ilustre sellara, fué á visitarla Andrés,<br />

y contra lo que acoslumbiaba hacer en semejantes ocasiones<br />

, se <strong>de</strong>tuvo con ella en santos coloquios hasta la<br />

tercera hora <strong>de</strong> la noche ; queriendo entonces restituirse<br />

á su casa, le insló la enferma admitiese su carroza: pero<br />

no pudiendo conseguir que aceptase aquel ofrecimiento,<br />

mandó á un lacayo que fuese acompañándole con una hacha<br />

encendida: como la noche era muy oscura y el tiempo<br />

tan cerrado, que amenazaba una gran<strong>de</strong> tempestad <strong>de</strong><br />

viento y lluvia; don Juan Pablo Orlaudio , capellán <strong>de</strong>l<br />

presi<strong>de</strong>nte. consi<strong>de</strong>rando que Andrés se hallaba en la<br />

edad <strong>de</strong> ochenta y cuatro años , que su compañero Lbaldo<br />

Pellicer era un viejo <strong>de</strong> ochenta y seis años, y que la casa<br />

<strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte distaba un cuarto y medio <strong>de</strong> hora <strong>de</strong><br />

la casa <strong>de</strong> San Pablo, quiso también acompañarle hasta<br />

dicha casa ; pero apenas habían andado algunas calles,<br />

rezando salmos como lo practicaba siempre que iba por la<br />

ciudad , cuando empezó á llover copiosamente, y á soplar<br />

un viento tan recio que apagó la hacha <strong>de</strong>l lacayo. Kn<br />

esle lance los que acompañaban al sanio no sabían qué hacerse,<br />

cuando <strong>de</strong> improvislo vieron al cuerpo <strong>de</strong> Andrés<br />

ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> una luz milagrosa que les enseñaba el camino,<br />

y suplía bien la falla <strong>de</strong> la hacha <strong>de</strong>l lacayo: alumbrados<br />

<strong>de</strong> esta luz prosiguieron su camino, y llegaron felizmente<br />

á la casa <strong>de</strong> San Pablo; pero habiendo entrado<br />

en ella, se <strong>de</strong>svaneció aquella luz y repararon que ni el<br />

santo, ni los tres que le acompañaban se habían mojado<br />

los vestidos, ni enlodado los zapatos: restituyéronse inmediatamente<br />

á la casa <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte el capellán y el lacayo<br />

, sin parar jamás la lluvia; y llegados á ella advirtieron<br />

que se había repetido el prodigio, [mes se vieron enteramente<br />

enjutos y sin lodo en los zapatos, como si no<br />

se hubiesen movido <strong>de</strong> casa.<br />

Con esle y otros prodigios hizo conocer Dios al mundo<br />

cuánto amaba á Andrés y cuán agradables le fueron sus<br />

ejercicios y santas ocupaciones; por lo que toda la ciudad<br />

<strong>de</strong>Nápoles le veneraba y respetaba como á santo. Pero no<br />

obstante, era tan rara y profunda su humildad, que se tenia<br />

por un gran<strong>de</strong> pecador. Un padre, coníi<strong>de</strong>nlesuyo, 1c<br />

encontró una vez en su aposento <strong>de</strong>shaciéndose en lágrimas;<br />

preguntóle por qué lloraba; y le respondió: Lloio<br />

porque con mí malicia, bajeza y negligencia he menoscabado<br />

y oscurecido las obras <strong>de</strong> Dios. Cuanto pensaba , le<br />

parecía impropio ; cuanto <strong>de</strong>cía, inútil; cuanto obraba<br />

imperfecto ; y teniéndose por el mas ingrato <strong>de</strong> los hombres<br />

, vivía en un perpetuo temor <strong>de</strong> su salvación ; por<br />

lo que preguntaba repetidas veces á sus confesores, sí so<br />

salvarla, y respondiéndole que sí, quedaba lleno <strong>de</strong> conlenlo.<br />

No se sosegaba si no se confesaba tres ó cuatro veces<br />

al dia ; pues <strong>de</strong>cia que era tan ruin y miserable, que<br />

nada conseguiría sino fuese por los méritos <strong>de</strong> la pasión<br />

<strong>de</strong>l Señor, que por tan gran<strong>de</strong> sacramento se comunican:<br />

otras veces <strong>de</strong>cia: Será gran misericordia <strong>de</strong> Dios hacerme<br />

estar hasta el dia <strong>de</strong>l juicio en el purgatorio : y levantando<br />

los ojos al cíelo y suspirando exclamaba: ¿Será posible<br />

que un hombrecillo tan vil y miserable como yo, haya<br />

<strong>de</strong> ser puesto en el paraíso ?<br />

Habiendo por fin llegado Andrés á la edad <strong>de</strong>crépita <strong>de</strong><br />

ochenta y ocho años, empezando ,1a sania misa al <strong>de</strong>cir<br />

aquellas palabras: lulroibo ad aliare Iki, fué acometido<br />

<strong>de</strong> una apoplejía ; repitió el santo tres veces las mismas<br />

palabras, y perdida el habla, iba á caer en tierra si no fuera<br />

sostenido <strong>de</strong>l quo le ayudaba á la misa: acudiendo luego<br />

otras personas al socorro <strong>de</strong> aquella necesidad , fué<br />

llevado en brazos ajenos á la sacristía, don<strong>de</strong> le <strong>de</strong>snudaron<br />

los sagrados ornamentos, y <strong>de</strong>spués le llevaron á su<br />

aposento, don<strong>de</strong> recibió con mucha <strong>de</strong>voción el santísimo<br />

viático y extremaunción ; y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> pocas horas entregó<br />

su santa alma en manos <strong>de</strong> su Criador, á 10 <strong>de</strong> noviembre<br />

do 1606.<br />

Beatiiicó á san Andrés la santidad <strong>de</strong> Urbano Vilí, en<br />

el año 162o , y <strong>de</strong>spués Clemente XI, en el año 1112 le<br />

canonizó solemnemente , habiendo antes aprobado á este<br />

fin los tres milagros siguientes.<br />

El primero sucedió con Jaime Gíovío, el cual tenia encogida<br />

y seca <strong>de</strong> tal modo la organización ó trabazón <strong>de</strong>.<br />

los nervios en la mitad <strong>de</strong> la parle superior <strong>de</strong>l cuerpo,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!