Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

DIA 10.
conlemplacion de lostiivinos Dust^tbs , y ál volvorso h su
palria co»ociócn Constan!iiio[)la á la virgen Sopalra. Era
esta, hija del emperador M'.nricio y se hallá!)a animada
de iguales senlimienlos que Enstolia. Ambas confereneiaron
sobre las delicias de consagrarse á Dios, y habiéndose
muluamenle enfervorizado, comunicaron al emperador sn
designio do vivir en la soledad. Mauricio fundó enlonces
m célebre monasterio en Constanlinopla, el cual dió á las
dos esposas de Jesucristo, tpic lo pusieron bajo la regla de
San Basilio. Sn comunidad se hizo en breve mimerosa,
pues la fama délas dos fundadoras aumentaba cada dia, y
el Señor las llamó á la mansión celestial por los años
deC07.
LA COXMF.MORACIOX DE L.V iMÁflF.N DEL SAI.VADOa.—-Kl atlO
TCS, unos judíos que vivían en Bciruth , ciudad de Siria,
pudieron apoderarse de una imagen de Jesucristo, y renovando
contra el divino Salvador lodo el odio desús [ladres,
cometieron con ella una porción de indignidades, y
por fin la cruciücaron. Apenas acabó la santa imagen de
ser clavada en la cruz , cuando empezó á derramar lauta
sangre por sus heridas, que, divulgado el milagro, corrieron
los cristianos, la recogieron, y puesta en preciosos fi asquilos,
la disli ibuyeron enlre varias iglesias de Oriente y
de Occidente. Es!e ruidoso milagro fué celebrado desde
luego por los fieles con muchísima veneración , en juslo
desagravio á Jesucristo por los ultrajes quede los judíos
hahia recibido , y después cu el afio 781, el séptimo concilio
general celebrado en Nicea dispuso que «lodos los
afios el dia 9 del mes de noviembre se celebrase csia liesta
con la misma solemnidad que la del Nacimiento del Seíior
y la de la Pascua. » Concilio II de Nicea, sos. iv.
LA FIESTA DEL SANTÍSIUO CHISTO.—Celébrase con mucha
pompa en la ciudad de Balaguer, provincia de Lérida,
principado de Cataluña. Desde tiempo inmemorial se conserva,
fuera de la ciudad, y á corta distancia, en un convento
de monjas de sania Clara, y en un suntuoso templo,
una milagrosa imagen conocida con el nombre de sanio
Cristo de Balaguer. Acuden á ella de toda la comarca, y
aun de mas lejos, muchísimos devetos con fé sincera,
pues es sabido que Dios se ha servido obrar grandes prodigios
en favor de los que le piden amparo por aquella
mediación.
DIA. 10.
Los SANTOS TairoN , BESPICIO Y NINFA , MÁnmES. — Fué
san Trifon tan devoto y dado al servicio del Señor, que
siendo aun pequeño, hizo algunos milagros, sanando personas
atormentadas del demonio, y curando otras de varias
enfermedades. Levantóse en su tiempo contra la Iglesia del
Séflor la persecución de Decio, emperador, que fué muy
(crrible y cruelísima : y aunque algunos cristianos hukm,
y otros desfallecían, Trifon, sin temor de los tormentos ni
déla muerte, animaba á los Sacos y exhortaba á los cobardes
á que no temiesen los tormentos, que. por rigorosos
que sean , al,fin con la vida se acaban j sino que pusiesen
el corazón y los ojos en aquella vida bienaventurada , que
por medio de ellos liabian de alcanzar. Supo esto un prefecto
llamado Quilino : mandóle prender y atormenlnr en
elecúleo, y desgarrar sus carnes con uíirs de hierro, y
quemar sus costados con hachas encendidas , y moler el
cuerpo con bastones nudosos, -y atravesarle los piés con
clavos ardiendo.
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NOVIiaiRRE. 345
Todos e.^íos lormenlos sufi ia el sardo mártir con ánimo
esforzado y con un rostro alegre, como si rsliniera en
alguna huerla amena y deleitosa. Violo un fribimo, llamado
Bespicio, y maravilloso de tan grande constancia y
alegría en tan duras penas; y alumbrado de Dios, eníendió
que aquella n» era cosa humana, ni lo podia s;1!-, sino
obra so'.ire todas las fuerzas de la naturaleza y piopia de
la mano de Dios, que esforzaha á su soldado, y le hacia
dulces los tormentos y sabrosos los suplicios, porque los
sufria por su amor : lo cual no hiciera, si no fuera verdadera
aquella fé y creencia por la cual los padecía: y encendido
en amor de Dios y animado con el ejemplo de
Trifon, confesó públicamente que era cristiano, y luego
echaron mano de él y le atormentaron juntamente cen su
santo compañero. Lleváronlos á los dos á un templo parn
que adorasen una estatua de Júpiler: púsose de rodillas
Trifon, para hacer oración á Dios; y luego cayó aquel ídolo
en lierra, hecho pedazos. Estaba presente una doncella
gentil do las vírgenes vestales, llamada JSinfa, y visto el
milagro, y que aquella estatua por la oración de Trifon
había caído y deshechose, alzóla voz y comenzóá decir
que Jesucristo era verdadero Dios; y los que adoraban los
gentiles eran falsos, pues no podían resistir á la oración
de un hombre cristiano, ni defenderse de su poder. Por
estas palabras asieron á Ninfa, y la atormentaron en compañía
de Trifon y Bespicio, y azotáronlos con plomadas, con
tanta crueldad, que todos fres acabaron sus dichosos días
en aquel martirio, y dieren sus almas ai Señor en 10 de
novíembredelañode 2o2, imperando el j a nombrado Decio.
La historia del martirio de estos santos es diversa: porque
unos cscrihen, que fueron marlírizados en Sajonia :
otros en Apamea, en Siria: otros en Nicea de Bilinia; y
otros dicen cosas diferentes, así de la patria en que nacieron,
como del lugar en que murieron, que se pueden velen
el cardenal Baronio. Los cuerpos de estos bienaventurados
mártires están en Boma, en el insigne hospital de
•Síincíi Spiriliis in Sasia , debajo del altar mayor: y por
ventura los que dijeron que habian muerto en Sajonia, se
engañaron, pensando que el lugar de su sepultura había
sido el de su martirio, y que Scxia era Sajonia ; no siendo
sino un barrio de Boma, que está enlre la iglesia de San
Pedro y el Tiber; y por haber allí habitado muchos sajones,
que vivieron en Boma, después que los sujetó Cai to
Magno, se llamó el barrio ó la escuela de los sajones; y
en este barrio está el hospital de Sanrti Spiritus, y en el
(como dijimos) los cuerpos de estos gloriosos mártires. Hacen
mención de ellos los Martirologios romano y de
üsuardo, y el breviario de Pío V.
SAN ANDRÉS AVEUNO, COXFCSOU.—Uno de los mas ilustres
ornamentos de la religión de clérigos regulares es
sin duda el glorioso san Andrés Avelino, cuya vida empozamos
á escribir. Nació es!e grande santo en el lugar de
Caslro-Novo, de la provincia de la Basilkata, en el reino
de Nápoles, en el año 1521. Sus padres fueron Juan Avelino
y Margarita Appella, ambos nobles, pero de cortas
conveniencias. En el bautismo pusieron á este bendiio niño
el nombre de Lancelolo, que él mudó en el de Atubés,
cuando vistió el hábito religioso; porque deseoso de imitar
á este glorioso apóstol en el amor ardiente que tuvo ¡í
la cruz, y en el deseo de padecer por amcr de Jesuci ís!o,
pidió con muchas instancias á sus superiores le permitiesen
tomar su mismo nombre.
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