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DIA RJ.<br />
limos. Mas para recibir osla utilidad <strong>de</strong> la iglesia, es<br />
menester ir á ella como á la casa <strong>de</strong> oración y temijlo <strong>de</strong><br />
Dios, con mucho recalo y gran respeto y reverencia: porque<br />
si cuando se entra en el palacio ó en la antecámara<br />
<strong>de</strong>l rey, va el hombre sobre aviso y compuesto, acordándose<br />
que está allí el rey; mucho mas lo <strong>de</strong>be hacer cuando<br />
entra don<strong>de</strong> está al Rey <strong>de</strong> los reyes y Sefior <strong>de</strong> todo<br />
lo criado, y va á negociar con ól, nó negocios y cosas <strong>de</strong><br />
tan poca sustancia como son todas las <strong>de</strong> la tierra, sino la<br />
salvación <strong>de</strong> su alma. Por no hacerse esto, como se <strong>de</strong>be,<br />
ni tenerse respeto á las iglesias, se ven tantos y tan graves<br />
daños en la república, castigándonos Dios por los<br />
<strong>de</strong>sacatos que se hacen á sus templos. Y muchos, que <strong>de</strong>bían<br />
venir á la iglesia, como á una botica <strong>de</strong> medicinas y<br />
sacramentos, para buscar salud, vuelven á sua casas heridos<br />
y atosigados, haciendo por su culpa rejalgar <strong>de</strong> la<br />
medicina, y muerte <strong>de</strong> la vida: y así dice san Juan Crisóstomo:<br />
«De aquí nace todo nuestro mal y lodo lo bueno<br />
perece: porque cuando habíamos <strong>de</strong> procurar <strong>de</strong> roconciliarnos<br />
con Dios y ganarle la voluntad; <strong>de</strong> tal manera<br />
estamos en la iglesia y nos partimos <strong>de</strong> ella, que le<br />
enojamos y provocamos su ira contra nosotros:» y en otra<br />
parle dice : /(Yo os ruego y eucarecidamenle os pido que<br />
no solamente miréis cómo venís á la iglesia, sino también<br />
cómo estáis en ella, y que siempre que salís <strong>de</strong> ella, llevois<br />
á vuestra casa algún remedio y medicina para curar<br />
vuestras pasiones:« y san Agustín nos exhorta á estar en<br />
el templo material <strong>de</strong> Dios, como verda<strong>de</strong>ros y espirituales<br />
templos suyos, en los cuales habita el Seiíor <strong>de</strong> mejor gana,<br />
que en los otros <strong>de</strong> piedra; porque cualquier in<strong>de</strong>cencia,<br />
<strong>de</strong>senvoltura y liviandad ó parlería, que se comete<br />
en el templo, es grave injuria <strong>de</strong>l Seilor, quo presi<strong>de</strong> en<br />
el templo, y <strong>de</strong> todos los ángeles que allí le asisten. En<br />
uin^una cosa mostró Cristo nuestro Salvador su zelo mas<br />
que en echar <strong>de</strong>l templo dos veces á los que compraban y<br />
vendian auu las cosas necesarias para los sacrilicios y<br />
ofrendas, y á título <strong>de</strong> piedad y que estaban en el atrio ó<br />
parte exterior <strong>de</strong>l templo: queriendo con éste hecho encarecernos<br />
la veneraciou (pie se <strong>de</strong>be á la casa <strong>de</strong> Dios, por<br />
ser suya y casa <strong>de</strong> oración. Dios nuestro Señor ha obrado<br />
y obf a continuamente muchos y gran<strong>de</strong>s milagros en benelicio<br />
<strong>de</strong> los que asisten y frecuentan con <strong>de</strong>voción y reverencia<br />
sos templos; y ha hecho muy severos y graves<br />
castigos contra los (pie los han profanado: y hasta los historiadores<br />
gentiles escriben muchos y raros ejemplos <strong>de</strong><br />
personas, que fueron afligidas y consumidas con todo género<br />
<strong>de</strong> calamida<strong>de</strong>s y miserias, por haber perdido el respeto<br />
que <strong>de</strong>bían á los templos <strong>de</strong> sus falsos dioses: y Sócrates<br />
en su Uisloria pru<strong>de</strong>ntemente notó, que las profanaciones<br />
<strong>de</strong> los templos son señal <strong>de</strong> la ira <strong>de</strong> Dios y <strong>de</strong><br />
algún terrible azote que ha <strong>de</strong> venir á la república; y<br />
cuanto la persona es <strong>de</strong> mayor dignidad, tanto <strong>de</strong>be ser<br />
mas <strong>de</strong>vota y mas mo<strong>de</strong>sta en la iglesia, y mover con su<br />
ejemplo a los <strong>de</strong>más, como lo hacia el emperador Teodosio,<br />
el menor, el cual tema tan gran respeto á las iglesias que<br />
dice <strong>de</strong> sí mismo estas palabras : «Nosotros, que siempre<br />
estamos ro<strong>de</strong>ados <strong>de</strong> las armas <strong>de</strong> nuestro imperio, y que<br />
no conviene que, estemos sin nuestras guardas y atnlfl<br />
armada ; al entrar en la iglesia con gran<strong>de</strong> humildad <strong>de</strong>jamos<br />
á la puerta las armas y la misma dia<strong>de</strong>ma, que es<br />
señal <strong>de</strong> la majestad imperial, y no llegamos al altar sino<br />
para ofrecer, y habiendo ofrecido, salimos fuera al cuerpo<br />
NOVIOimE. 343<br />
<strong>de</strong> la iglesia, por la reverencia que <strong>de</strong>bemos á los lugares<br />
en que resplan<strong>de</strong>ce mas la divinidad <strong>de</strong>l Señor. )> La madre<br />
<strong>de</strong> san Gregorio Nacianceno (como él mismo lo escribe)<br />
estaba tan recogida y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> sí, y con tan gran<strong>de</strong> acatamiento<br />
en el templo, que nunca hablaba palabra ni escupía<br />
en él, ni volvía las espaldas al altar don<strong>de</strong> estaba<br />
el santísimo Sacramento. Esta es la fiesta que hoy celebra<br />
la santa Iglesia, <strong>de</strong> la Dedicación <strong>de</strong>l templo <strong>de</strong>l Salvador,<br />
y lo que con ella nos enseña. Supliquemos al Señor (como<br />
dice san Agustín) que lo que entonces se hizo en las<br />
pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong> piedra, ahora se haga en nuestros corazones<br />
<strong>de</strong> carne; y lo que se obró en el templo material, se obro<br />
en nuestras almas espiritualmente, para que seamos verda<strong>de</strong>ro<br />
y vivo templo, en que habite su divina Majestad.<br />
SAN TEODORO, MÁRTIR.—Siendo soldado <strong>de</strong>l emperador<br />
<strong>de</strong> la tierra san Teodoro, y mucho mas <strong>de</strong>l Emperador <strong>de</strong>l<br />
cielo, y estando en la ciudad <strong>de</strong>Amasea, que es en el Ponto,<br />
sepublicó un edicto <strong>de</strong> los emperadores, cuelísimo contra<br />
los cristianos. Súpolo Teodoro, y abrasado <strong>de</strong> amor divino,<br />
confesó luego que él era cristiano y que estaba aparejado<br />
para morir por Cristo. Prendiéronle : y como era<br />
mozo <strong>de</strong> gentil disposición y bien quisto, tuviéronle lástima,<br />
y con una falsa compasión le <strong>de</strong>jaron y le rogaron que<br />
se mirase en ello, y por una vana superstición no quisiese<br />
per<strong>de</strong>r la hacienda, honra y vida. Salido Teodoro <strong>de</strong> sus<br />
manos, hacia continua oración, y se encomendaba <strong>de</strong> todo<br />
su corazón al Señor; y para respon<strong>de</strong>r con las obras mas<br />
que con palabras á los que le habian <strong>de</strong>jado, y le persuadían<br />
que adoraseá los dioses; enlró una noche en el templo<br />
<strong>de</strong> Cibeles (que es la madre <strong>de</strong> los dioses), el cual estaba<br />
cerca <strong>de</strong>l rio, y viendo quo soplaba un viento recio, le<br />
pegó fuego, con el cual en breve se quemó todo y se hizo<br />
ceniza. Quemado el temp' j, no luijó Teodoro ni se escondió<br />
: ántes con gran<strong>de</strong> ánimo y fortaleza el mismo se manifestó<br />
que babia sido el autor <strong>de</strong> aquel incendio. Prendiéronle<br />
<strong>de</strong> nuevo, y espantados los jueces <strong>de</strong> verle tan intrépido,<br />
seguro y gozoso , quisiéronle con blandura y con<br />
promesas redutir á la superstición <strong>de</strong>sús dioses : y como<br />
el santo se riese, el juez le mandó azotar fuertemente y<br />
<strong>de</strong>spués encerrar en una cárcel tenebrosa, y sellarla y <strong>de</strong>jarle<br />
allí.para que muriese <strong>de</strong> hambre: mas aquella misma<br />
noche le apareció el Scttoj y le dijo : Teodoro, está fuerte<br />
; porque yo estoy contigo. No tomes <strong>de</strong> los hombres<br />
comida, ni bebida; porque yo te daré una vida conmigo<br />
en el cielo bienaventurada y eterna. Con este regalo <strong>de</strong>l<br />
Señor quedó muy alegre, cantando salmos y alabanzas á<br />
Dios, y gran multitud <strong>de</strong> ángeles le ayudaban y le daban<br />
música en aquella cárcel, la cual oyeron los guardas, y lo<br />
vieron ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> personas vestidas <strong>de</strong> blanco que cantaban<br />
con él y quedaron asombrados. Avisaron al juez <strong>de</strong> lo<br />
que pasaba, y el vino á la cárcel y la halló cerrada y sellada,<br />
y entrando en ella no vio sino á Teodoro : y tornando<br />
á cerrar la puerta, mandó que cada día le diesen<br />
una onza <strong>de</strong> pan y un jarro <strong>de</strong> agua ; mas el santo mártir<br />
no lo quiso recibir, diciendo que Jesucristo, su Hey y Señor,<br />
le sustenlaria. Sacáronle <strong>de</strong> Ja cárcel; ofreciéronle<br />
gran<strong>de</strong>s premios si consentía con su voluntad : y como ninguna<br />
cosa , <strong>de</strong> las que <strong>de</strong>cían ni hacían, aprovechase para<br />
mellar aquel corazón fuerte y armado <strong>de</strong>l espíritu <strong>de</strong> Dios;<br />
entendiendo que perdían tiempo, llamándole sacrilego, impío<br />
y blasfemo, le mandaron atormentar. Levantáronle en<br />
un ma<strong>de</strong>ro alto: azotáronle: <strong>de</strong>sgarráronle sus carnes con