Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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mosna comprase el cielo. Ofrecióle después el rey lodo
aquel monte y lerritorio ; mas el santo no quiso aceptar
sino una parte , en que edificó un oratorio de Nuestra Señora,
y en él un altar á san Remigio. Aquí vivió con grande
y maravillosa abstinencia y penitencia, en oración perpetua
y fervorosa, trabajando de dia y velando de noche
en compañía de los monges : y porque- tenia falla de
agua, que la traían de muy lejos, hizo oración san Leonardo,
y el Señor les dió una fuente lan copiosa de agua,
que hasta el dia de hoy da de beber á los moradores de
aquel lugar.
Fueron tantos los milagros que el Señor obró por la intercesión
de san Leonardo , que su fama se extendió por
lodo el reino de Francia , Inglaterra y Alemania; pero en
10 que mas se esmeró este santo, y en lo que mas Dios le
glorificó, fué en librar los presos de la cárcel, y sacarlos
de ella, y traerlos á su casa por mas que estuviesen aherrojados
y cargados de prisiones y cadenas : y así venían
de muchas parles remotas muchos que habían sido librados
de las cárceles, y traían sus grillos, esposas y cadenas
; y poniéndolas delante de él, se arrojaban á sus pies,
suplicándole que los tuviese en su compañía y se sirviese
de ellos como de esclavos ; mas el santo era tan humilde,
que les servia á ellos, y les enseñaba á servir al Señor, y
les daba parte de aquel campo que había recibido del rey,
para que le cultivasen y viviesen de su trabajo : y algunos
deudos suyos y otros, y no pocos de varios estados, hombres
y mujeres, movidos de estos milagros , y mas de la
fama de su santidad , también concurrían para ser de él
enseñados en el camino de la vida , y permanecer debajo
do su disciplina y magisterio, á los cuales el santo enseñaba
yencaminabaparael cielo. Y habiendo corrido gloriosamente
su carrera, dió su benditísima alma al Señor, á los
6 de noviembre del año ?>">!), segun Tritemio, y su sagrado
cueipo fué enterrado honoríficamente en la misma iglesia
ú oratorio que él había dedicado á nuestro Setior ; y
después por cierta revelación y milagro le trasladaron á
011 o templo que se le edificó mas suntuoso. Después de
muerto le ilustró Dios con muchos milagros , como lo había
hecho en vida, especialmente en librar á los presos de
la cárcel : hizo obras prodigiosas y admirables , y fueron
tantas, que casi no se pueden contarlas esposas, grillos y
cadenas, y otros inslrumenlos penales , que estaban colgados
á su sepulcro en memoria del beneficio que habían
recibido por su intercesión los que los habian traído, librándose
de la cárcel.
En la ciudad de Limosin, eslandoun hombre inocente,
devoto de san Leonardo, atado por el cuello con una cadena
de hierro , y tan apretado que apenas podía respirar;
encomendóse al santo, se le apareció luego, y le dijo: No
morirás ; sino vivirás y contarás las obras del Señor. Levántate
y toma esa cadena , y llévala á mí iglesia para
que esté co'gada á mi sepulcro, y ninguno de aquí adelante
sea mas atormentado con ella.
Estaba otro hombre, devoto del mismo santo, en lo mas
hondo de una lori e y sumido en una hoya , y atado de
piés y manos , y con muchas guardas á la puerta que el
tirano, que le había mandado prender , había puesto temiendo
que san Leonardo le había de librar de sus manos,
como le libró sacándole de aquel calabozo horrible y
penoso en que estaba, y llevándole por su mano sin que
ninguno se lo pudiese estorbar. De estos milagros se
LA LEYENDA DE ORO. DÍA C.
cuentan muchos en su vida, la cual se halla en el sexlo tomo
del P. Fr. Lorenzo Surio. De san Leonardo hacen mención
los Marlirologios, el romano á 6 de noviembre , y el
de Beda y Adon.
* SAN FÉLIX. MÁam.—Este santo vivía, en el siglo tercero
de la Iglesia, ocupado en predicar el santo Evangelio.
Sus cristianas virtudes irritaron mucho al juez, quien
lo hizo prender y atormentar; después de subidos los
tormentos fué llevado otra vez á la cárcel con el objeto de
matarlo, el día siguiente. Cuando los verdugos fuéron á
la cárcel con el indicado objeto, vieron que había ya entregado
su espíritu al Criador. San Agustín es quien da
estos pormenores en la esposicion que hizo al pueblo dt>I
Salmo ÍOI en el dia de la conmemoración de este santo
mártir.
LA CONMEMORACIÓN DE DIEZ SANTOS MÁttTinES.—Fueron
sacrificados por el furor de los sarracenos en la ciudad de
Antioquía, el año 6íiT. Su martirio fué muy prolongado, y
en el se vieron manifiestas seriales de la gracia que Jesucristo
comunica á sus santos cuando padecen por su
causa.
SAN SEVERO, OBISPO V MÁnua.—Nació en Barcelona do
íamilía ilustre. Sus padres lo dedicaron al estudio de las
letras, y Dios lo llamó al estado eclesiástico. En su juventud
era ya distinguido cnlre el clero catalán por su doctrina
y el candor de sus costumbres. Habiendo vacado la
sede episcopal de Barcelona , por elección del clero y del
pueblo fué Severo elevado á ella, y le consagraron
obispo de la misma ciudad con gran satisfacción de lodos.
En esta dignidad resplandeció el siervo de Dios como antorcha
de verdadera luz, y su alma estuvo siempre inflamada
de aquel zelo sanio tan necesario en aquellos tiempos
de calamidad para la Iglesia. Su principal ocupación
era predicar incesantemente al pueblo, alentándole á la
constancia de lafé, y al amor mutuo que tiene á Dios por
principio, á fin de que no llegase nunca á romperse entro
sus ovejas la cadena de la caridad , que mantiene á todos
los fieles unidos con Jesucristo, pero no descuidaba por
esto Severo su propia sanlílicacion : la oración , la contemplación
y la penitencia eran su mas sabroso alimento;
y por esto sin duda mereció que el cielo le revelase que
se acercaban nuevos dias de amarga tribulación para la
Iglesia de Espafia. Kn efecto , poco tardó en aparecer en
ella el presidente Dacíano, que tantos ríos de sangre crisliana
hizo correr por el suelo español. Llegado el gentil
á Barcelona, y sabiendo Severo que le buscaba para ensayar
en él su furor, acordándose del consejo evangélico
«Si os persiguen en un lugar, huid á otro, n se escapó ai
Vallés, dirigiéndose á un lugar llamado entonces Castro
Octaviano, y ahora San Cvgal del Valles. A la mitad drl
camino encontró á un labrador que estaba sembrando habas,
llamado Uemelerío, hombre muy cristiano y devoto
del venerable obispo. Contóle éste lo que sucedía , y le
advirtió que sí pasaban por allí los ministros del juez, les
dijese si le buscaban que en Castro Octaviano le hallarían;
pues estaba resuelto á derramar su sangre por Jesucristo.
Poco después llegaron efectivamente los perseguidores, y
Hemelerio les dijo que por allí había pasado el santo pastor
, y les contó la maravilla de haber ya crecido las habas
que entonces sembraba. Habiéndole preguntado además
si era cristiano, y contestado que sí, lo llevaron consigo
hasta donde estaba el obispo , el cual se les presentó