Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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DÍA 5. Practicaron ambos los ejercicios propios dol ministerio á que habian sido destinados, predicando é instruyendo á los pueblos en el camino de la salvación. Después de muchos trabajos y fatigas, descansaron en paz á fines del siglo primero. San Pablo babla de ellos en el capítulo diez y seis de su carta á los romanos, cuando encarga que los saluden afectuosamente, como sus hermanos en Jesucristo. S\N PHÓCULO, MÁimn.—Solo sabemos por Usuardo, que floreció en Aulun durante los primeros siglos de la Iglesia, y que acabó su vida degollado, por haber confesado la fé de Jesucristo. SAN CLUO, PRESBÍTERO v MÁuTia.—Nació en Rochester, en Inglaterra, y habiendo sido ordenado sacerdote, pasó á las Galias. Fijó su residencia en el lerritorio de Vexin. de la diócesis de Rúan, y \ivió allí en la practica de las mas heroicas virtudes. Solo salía de su retiro, para ir á predicar á los pueblos vecinos las verdades de la salvación. El año 898 murió Claro, mártir de la castidad, á manos de dos asesinos, que á este objeto habia enviado una mujer impúdica, que no habia podido lograr que el santo consintiese á satisfacer su pasión. Su culto ha sido célebre en Francia, y la ermita donde fue enterrado es todavía lugar donde acuden muchos peregrinos, y que ha sido glorificado por el Señor con muchos milagros. SAN PoRFiaio, MÁRTIR.—Era ciudadano deEfeso, y vivia en dicha ciudad en tiempo del emperador Aurcliano. El año ni de Jesucristo, habiéndole querido obligar á ofrecer incienso á los ídolos del paganismo, consumó con un ilustre martirio su victoria, y el no quererse preslar á las exigencias de los gentiles. SAN NICANDRO Y SAN HERMAS, MÁRTIRES.—El primero fué obispo, y el segundo presbítero de la Iglesia de Mira, en Licia. Los dos derramaron su sangre, y dieron su vida por Jesucristo, siendo degollados por orden del gobernador Libanio, en tiempo del emperador Diocleciano. SAN PIERIO, PRESBÍTERO Y CONFESOR.—Nació en Egipto, se dedicó al estudio de las ciencias sagradas, en las que salió muy aventajado. Su vida pura y sin tacha, y su amor a! estudio de la íilosofía cristiana, le hicieron amar extraordinariamente por san Teoanas, patriarca de Alejandría, que leconlirió las sagradas órdenes. Regentó por algún tiempo la célebre escuela de Alejandiía, con aprovechamiento de los discípulos, y publicó varios tratados en defensa de la religión verdadera. Después se retiró de la vida pública, y emprendió un viaje á Roma, donde acabó en paz el resto de su vida, muriendo santamente el año 28T. SAN AMANCIO, OBISPO Y CONFESOR.—Nació en la ciudad de Rodez, en Francia. Desde íimy jóven abrazó el estudio eclesiástico, y debió á sus virtudes el ser elevado á la cátedra episcopal de su patria. Trabajó infatigablemente en la conversión de los idólatras que habia todavía en su diócesis, y convirtió á muchos en fuerza desús discursos y milagros. Tenia una afición particular á las austeridades de la penitencia, la cual sabia aliar muy bien con las fatigas apostólicas. Murió á fines del siglo V, y-fué sepultado en la misma ciudad de Rodez. SAN JÜANICIO, ABAD—Natural de Bifinia, de padres pobres, y pasó sus primeros años guardando cerdos. En su juventud llevó una vida bastante disipada: entró en la compañía de guardias del emperador de Constanlinopla, y como era de buena presencia y de una intrepidez pas- NOYIEMBim. 333 mosa, se congració en la córley gnnó recompensas distinguidas. Siguió en religión las ideas de los iconoclasias, que se hallaban protegidos por los cortesanos; pero al mismo tiempo tuvo la dicha de conocer á un santo religioso, que al fin consiguió apartarlo del vicio y del error. Tocado entonces Juanicio de una viva compunción, pasó seis años entre la oración y la penitencia, sin cambiar por esto de estado. Por fin, á la edad de cuarenta años dejó el servicio, y se retiró al monte Olimpo, en Bilinia. Fasó unos cuantos años en algunos monasterios, para formarse en las prácticas y ejercicios de la perfección, y después se retiró á un lugar solitario, donde pasaba el tiempo orando y cantando los salmos que habia aprendido de memoria. Pasados doce años en este género de vida, tomó el hábito religioso, en el monasterio de Eresía. El don de milagros y el de profecía lo hicieron tan célebre en todo el Oriente, que acudían á verle desde los lugares mas distantes. Defendió con zelo el culto de las santas imágenes, y contribuyó mucho á que la emperatriz Teodora prescribiese aquel error. Llegó á la edad de ciento diez y seis años, y murió el de 8í3. San Juanicio es uno de los santos mas célebres en la Iglesia griega. SAN BRISTAN, OBISPO Y CONFESOR.—En 931 fué este santo consagrado obispo de Vinchesler, cuya Iglesia edificó con su santidad. Tenía una devoción particular á los fieles difuntos. Todos los días celebraba en su sufragio el santo sacrilicio de la misa, y durante la noche se iba al cementerio, y allí se estaba horas enteras rezando salmos. No dejaba pasar ningún dia sin lavar los pies á algunos pobres, á quienes después servia á la mesa. Murió saulainenle el 4 de noviembre del año 934. SANTA MODESTA, VÍRGEN.—Fué natura! de Tréveris, y consagró toda su vida á Jesucristo, al cual lomó por esposo desde sus primeros años. El Señor la favoreció con divinas revelaciones, y murió santamente en su misma patria, en el año 680. Su cuerpo fué sepultado en la iglesia principal de dicha ciudad, y su sepulcro fué glorioso en milagros. DIA S. SAN ZACARÍAS , PROFETA Y MÁRTIR, Y SANTA ISABEL, PA­ MES DE SAN JUAN BAUTISTA.—En Judea, en tiempo del rey Hcrodes, fué glorioso el nombre de Zacarías, sacerdote, profeta y padre de san Juan Bautista. San Lucas, evangelista, en el principio de su Evangelio, dice divinidades, hablando de él y de sus virtudes. Este elogio solo bastaba para tenerle por tan gran santo como es; y sobre todo haber tenido un hijo, como el Bautista. Fué, pues, Zacarías de la tribu de Levi: y porque de su prosapia, profecía, aparición del ángel en el templo, y demás cosas que tocan al nacimiento del Bautista,se trata sulicientemente en la Natividad de san Juan, á il de junio; solo trataremos aquí de su gloriosa muerte, que fué en esta forma. Viéndose Herodes burlado de los santos reyes Magos; pues, cuando los esperaba de vuelta de Belhlen, para que le diesen noticia del recien nacido infante Jesús, nuestro Salvador, ellos tomaron por otra parte su camino, como refiere el sagrado evangelista san Maleo ; entonces, oyendo decir la gloriosa santa Isabel, que también buscaban á su hijo Juan (niño tan tierno, que solo tenia seis meses mas que Cristo Bien nuestro), para quitarle lu

vida con IOÍ. demás sanios niños Inoccnlos, márlii-cs, lomando su hijo on los brazos, se fué á un alio monle da Jmien bnyendo; pero viendo que ¡a segilian los crueles verdugos, impíos ojecnlores de! rigor dellerodes, temió, ó liizo oración proíiuidamenle liumiide, pidiendo á Dios librase á su bijo Juan de la muerte. Al instante (¡ó fuerza de la oración del justo ! ¡oh maravillas de Dios!) se abrió e! monte, y en la abertura se escondió Isabel y su hijo, dejando burlados á los fieros verdugos que, los seguían. En las entrañas, pues, del monte, los recreaha el Señor que los guardaba, con una luz divina, y un ángel santo (pie les minislraba lodo lo necesario para la conservación de la humana vida. Otros dicen, se escondió santa Isabel cen su hijo en un monaslerio de los muchos que eníonecs los Tísenos, hijos de los profetas, descendientes del gran profeta y patriarca san Elias, tenían edificados por aquellas montarías, y allí se crió el niño Juan en el instituto carmelítico, siguiendo en todo desde entonces (comoquien tenia ya para hacerlo el uso de la razón, desde que fué santificado en el vieulrc de su madre) ei espíritu y virtud de Elias, para ser príncipe del oslado religioso y monástico en la ley de gracia, como lo era y es Elias en la escrita i y esta opinión es la mas corriente y común; aunque ñola niega, quien sigue la primera de la milagrosa abertura del monte : pues unos y otros dicen, que acabada la persecución de Heredes, el niño Juan se crió entrólos Erenos, hijos de los profetas, hasta que de siete años, insüuido ya en la vida monástica, se retiró á hacer vida solitaria al desierto, como lo hacían muchos de aquellos antiguos monges, sucesores de Elias. Quedóse entonces solo en su casa y asistencia del templo el santo sacerdote Zacarías, y como Herodcs enviase sus ministros, á que ie preguntasen por el niño Juan, hijo suyo, y ó! respondiese, no sabia dónde estaba, como era cierto que no lo sabia ( sin que esta ignorancia se oponga al ser profeta santo; porque no todas las cosas sabe el que es profela, sino solas aquellas que Dios quiere revelarle), y asimismo les reprendiese el rigor y crueldad suya y de su rey y señor Uerodes , que los obligaba á quitar tanlas inocentes vidas, y predicase á Cristo recien nacido, Rey de Israel, Hijo de Madre Virgen, y Señor de cielos y tierra, y ellos le refiriesen ledo lo dicho á Uerodes; él enfurecido contra eí santo viejo Zacarías, envió de noche secretamenle sus verdugos, los cuales le quitaron la vida entre el templo y el aliar, donde fué criada la Virgen santísima María, sin pecado concebida, desde su gloriosa presenlatacion. A la mañana, los demás sacerdotes vinieron al templo, y esperando á que Zacarías saliese del santuario, se pasó la hora acostumbrada, y se hizo muy larde: por lo cual uno de ellos entró en el santuario, y halló la sangre del santo sacerdote, que toda se habia juntado y endurecido como una piedra. Luego oyó una voz del cíelo que dijo: Aquí han muerto á Zacarías, y su sangre no se borrará de Israel, hasta que se levante el que le ha de vengar. Con esto salió fuera del santuario, y eonió á los demás sacerdotes todo lo que pasaba; y ellos temblaron de oírle, y sintieron un ruido grande de piedras, como que se rompían y daban unas con otras. Buscaron el cuerpo del sacerdote y mártir Zacarías, y no lo hallaron. Fué su martirio glorioso, á S de noviembre (dia en que locelebra la Iglesia) año 1 del Señor. Pasados muchos años, apareció milagrosamente su santo cuerpo cu el mismo templo de Je- LA LEYENDA DE ORO. DIA 5. rusten, y alií eslavo mucho tiempo en honroso sepulcro. Ahora se dice rpio eslá en Veneda en un monasterio do señoras, fundado á honor suyo, y con su nombre.. La gloriosa sania Isabel, su esposa, y madre del Baulista, fué de la lril)udeAaron;de cuya santidad trata, como déla del santo Zacarías, su esposo, el sagrado evangeliza san Lucas en el principio de su Evangelio : y así, aquí solo trataremos de su gloriosa muerte; pues las demás cosas, que tocan ásus virtudes, santidad, salulacion y parlo, las refiere ei Evangelio. Después que [como dijimos poco ha) tuvo seguro y educado á su hijo, y que ya el sanio niño se retiró al desierto, cumplidos los siete años de su edad, á hacer vida solitaria, ercmfiica ó monáslica ; Isabel se retiró á la monlaña de Judea á su casa, y allí vivió sanlísimamente algunos meses, hasta que quiso el Señor llevársela en paz y gracia suya, llena de días, santidad y viriudes; y allí fué sepultada esta gloriosa santa, prima y hermana de la Reina de los ángeles, y Madre de Dios María santísima, sin pecado concebida; porque santa Ana y sania Esmeria fueron hermanas, hijas de Agarin r do Ana, nació la Virgen María; de Esmeria , Isabel y Eliud; y de Eliud nació Eminin; y de Eminin nació san Servacio, obispo, cuya vida pusimos a lít de mayo. Otros afirman que en la misma cueva (que así llaman la abertura ó quiebra del monte en que se ocultaron madre c hijo) se la llevó Dios, quedando por custodio fiel y nutriz del niño Juan, el ángel que ya dijimos les ministraba el sustetiío necesario á la vida. Como quiera que ello sea, Isabel mmió en paz y gracia del Señor, cuya cierna gloria posee. No se sabe el dia cierto de su glorioso tránsito ; y así nuestra madre la Iglesia la ha señalado el mismo de su esposo el sanio sacerdole, profela y mártiiZ acarías, ceiehrandoá los dos en un mismo dia. Escríliieron las vidas de estos dos benditos casados , padres del Baufisla, saní.ucas en su sagrado Evangelio, cap. I; Beda; Usuardo, y Atlon, y los demás padres de la Iglesia lalina; los griegos en su Menologio ; san Epifanio, lib. de Vit. el Inler. jiropltel. , cap. 23 , in Patinar. Iiccres. 2G , el cual afirma ser esle Zacarías el que dice Crislo, Bien nuestro, por san Mateo, cap. 23, fué muerto enlreel temploy el aliar, como ya queda dicho. Del mismo sentir son Orígenes, in Mallh., cap. 211; sanrius Pclrus Akxandrinus, episc. el mart. in CÍÍÍÍ; 13 ; sanct. Gfefofius IS'issenus, in Orat. de Chrisli Nútiv. ; sancl. Basilius , Ilomil. de Humana Chrisli general.; sanet Cijrillus Alexand., ¡ib. adversus Anlhropomorphitay, sancl. TheodoreAus , Uhlor., lib. iv, cap. 7 ; Pelrns de Natalib., h Caéatoff. SS., lib. x, cap. 24 el 2i>; si bien san Gerónimo (uvo otro sentir, explicando el cap. 23 de san Mateo; él Martirologio romano ; y Baroüio en sus anolaciones, y en el tomo i de sus Anales, m appatútii, num. 16, PÍ aun. 1, num. I>3 el seq., donde cH autores , que afirman haber visto en las ruinas, que boy se ven del templo de Jerusalen , algunas piedras con las señales de la sangre de Zacarías, y en particular una, que tiene la sangre fresca ; cuya cabeza dice , se guarda en Roma en San Juan de Lclran , la cual dicen ha manado sangre muchas veces. En las cosas históricas, y que solo son de la fé humana por las tradiciones de que constan (si no es que luviesen especial revelación de Dios) , pudieron tener los sanios Padres diversos pareceres, según lo que cada uno hallaba escrito y dicho, inclinándose unos á un tentir y oíros á

DÍA 5.<br />

Practicaron ambos los ejercicios propios dol ministerio á<br />

que habian sido <strong>de</strong>stinados, predicando é instruyendo á<br />

los pueblos en el camino <strong>de</strong> la salvación. Después <strong>de</strong> muchos<br />

trabajos y fatigas, <strong>de</strong>scansaron en paz á fines <strong>de</strong>l siglo<br />

primero. San Pablo babla <strong>de</strong> ellos en el capítulo diez<br />

y seis <strong>de</strong> su carta á los romanos, cuando encarga que los<br />

salu<strong>de</strong>n afectuosamente, como sus hermanos en Jesucristo.<br />

S\N PHÓCULO, MÁimn.—Solo sabemos por Usuardo, que<br />

floreció en Aulun durante los primeros siglos <strong>de</strong> la Iglesia,<br />

y que acabó su vida <strong>de</strong>gollado, por haber confesado la fé<br />

<strong>de</strong> Jesucristo.<br />

SAN CLUO, PRESBÍTERO v MÁuTia.—Nació en Rochester,<br />

en Inglaterra, y habiendo sido or<strong>de</strong>nado sacerdote, pasó<br />

á las Galias. Fijó su resi<strong>de</strong>ncia en el lerritorio <strong>de</strong> Vexin.<br />

<strong>de</strong> la diócesis <strong>de</strong> Rúan, y \ivió allí en la practica <strong>de</strong> las<br />

mas heroicas virtu<strong>de</strong>s. Solo salía <strong>de</strong> su retiro, para ir á<br />

predicar á los pueblos vecinos las verda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la salvación.<br />

El año 898 murió Claro, mártir <strong>de</strong> la castidad, á manos<br />

<strong>de</strong> dos asesinos, que á este objeto habia enviado una<br />

mujer impúdica, que no habia podido lograr que el santo<br />

consintiese á satisfacer su pasión. Su culto ha sido célebre<br />

en Francia, y la ermita don<strong>de</strong> fue enterrado es todavía<br />

lugar don<strong>de</strong> acu<strong>de</strong>n muchos peregrinos, y que ha sido<br />

glorificado por el Señor con muchos milagros.<br />

SAN PoRFiaio, MÁRTIR.—Era ciudadano <strong>de</strong>Efeso, y vivia<br />

en dicha ciudad en tiempo <strong>de</strong>l emperador Aurcliano. El<br />

año ni <strong>de</strong> Jesucristo, habiéndole querido obligar á ofrecer<br />

incienso á los ídolos <strong>de</strong>l paganismo, consumó con un<br />

ilustre martirio su victoria, y el no quererse preslar á<br />

las exigencias <strong>de</strong> los gentiles.<br />

SAN NICANDRO Y SAN HERMAS, MÁRTIRES.—El primero<br />

fué obispo, y el segundo presbítero <strong>de</strong> la Iglesia <strong>de</strong> Mira,<br />

en Licia. <strong>Los</strong> dos <strong>de</strong>rramaron su sangre, y dieron su vida<br />

por Jesucristo, siendo <strong>de</strong>gollados por or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l gobernador<br />

Libanio, en tiempo <strong>de</strong>l emperador Diocleciano.<br />

SAN PIERIO, PRESBÍTERO Y CONFESOR.—Nació en Egipto,<br />

se <strong>de</strong>dicó al estudio <strong>de</strong> las ciencias sagradas, en las que salió<br />

muy aventajado. Su vida pura y sin tacha, y su amor<br />

a! estudio <strong>de</strong> la íilosofía cristiana, le hicieron amar extraordinariamente<br />

por san Teoanas, patriarca <strong>de</strong> Alejandría, que<br />

leconlirió las sagradas ór<strong>de</strong>nes. Regentó por algún tiempo<br />

la célebre escuela <strong>de</strong> Alejandiía, con aprovechamiento<br />

<strong>de</strong> los discípulos, y publicó varios tratados en <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong><br />

la religión verda<strong>de</strong>ra. Después se retiró <strong>de</strong> la vida pública,<br />

y emprendió un viaje á Roma, don<strong>de</strong> acabó en paz el resto<br />

<strong>de</strong> su vida, muriendo santamente el año 28T.<br />

SAN AMANCIO, OBISPO Y CONFESOR.—Nació en la ciudad<br />

<strong>de</strong> Ro<strong>de</strong>z, en Francia. Des<strong>de</strong> íimy jóven abrazó el estudio<br />

eclesiástico, y <strong>de</strong>bió á sus virtu<strong>de</strong>s el ser elevado á la cátedra<br />

episcopal <strong>de</strong> su patria. Trabajó infatigablemente en la<br />

conversión <strong>de</strong> los idólatras que habia todavía en su diócesis,<br />

y convirtió á muchos en fuerza <strong>de</strong>sús discursos y milagros.<br />

Tenia una afición particular á las austerida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

la penitencia, la cual sabia aliar muy bien con las fatigas<br />

apostólicas. Murió á fines <strong>de</strong>l siglo V, y-fué sepultado en<br />

la misma ciudad <strong>de</strong> Ro<strong>de</strong>z.<br />

SAN JÜANICIO, ABAD—Natural <strong>de</strong> Bifinia, <strong>de</strong> padres<br />

pobres, y pasó sus primeros años guardando cerdos. En<br />

su juventud llevó una vida bastante disipada: entró en la<br />

compañía <strong>de</strong> guardias <strong>de</strong>l emperador <strong>de</strong> Constanlinopla,<br />

y como era <strong>de</strong> buena presencia y <strong>de</strong> una intrepi<strong>de</strong>z pas-<br />

NOYIEMBim.<br />

333<br />

mosa, se congració en la córley gnnó recompensas distinguidas.<br />

Siguió en religión las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> los iconoclasias,<br />

que se hallaban protegidos por los cortesanos; pero al<br />

mismo tiempo tuvo la dicha <strong>de</strong> conocer á un santo religioso,<br />

que al fin consiguió apartarlo <strong>de</strong>l vicio y <strong>de</strong>l error.<br />

Tocado entonces Juanicio <strong>de</strong> una viva compunción, pasó<br />

seis años entre la oración y la penitencia, sin cambiar por<br />

esto <strong>de</strong> estado. Por fin, á la edad <strong>de</strong> cuarenta años <strong>de</strong>jó el<br />

servicio, y se retiró al monte Olimpo, en Bilinia. Fasó unos<br />

cuantos años en algunos monasterios, para formarse en<br />

las prácticas y ejercicios <strong>de</strong> la perfección, y <strong>de</strong>spués se retiró<br />

á un lugar solitario, don<strong>de</strong> pasaba el tiempo orando y<br />

cantando los salmos que habia aprendido <strong>de</strong> memoria. Pasados<br />

doce años en este género <strong>de</strong> vida, tomó el hábito religioso,<br />

en el monasterio <strong>de</strong> Eresía. El don <strong>de</strong> milagros y<br />

el <strong>de</strong> profecía lo hicieron tan célebre en todo el Oriente,<br />

que acudían á verle <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los lugares mas distantes. Defendió<br />

con zelo el culto <strong>de</strong> las santas imágenes, y contribuyó<br />

mucho á que la emperatriz Teodora prescribiese<br />

aquel error. Llegó á la edad <strong>de</strong> ciento diez y seis años, y<br />

murió el <strong>de</strong> 8í3. San Juanicio es uno <strong>de</strong> los santos mas<br />

célebres en la Iglesia griega.<br />

SAN BRISTAN, OBISPO Y CONFESOR.—En 931 fué este santo<br />

consagrado obispo <strong>de</strong> Vinchesler, cuya Iglesia edificó<br />

con su santidad. Tenía una <strong>de</strong>voción particular á los fieles<br />

difuntos. Todos los días celebraba en su sufragio el santo<br />

sacrilicio <strong>de</strong> la misa, y durante la noche se iba al cementerio,<br />

y allí se estaba horas enteras rezando salmos. No<br />

<strong>de</strong>jaba pasar ningún dia sin lavar los pies á algunos pobres,<br />

á quienes <strong>de</strong>spués servia á la mesa. Murió saulainenle<br />

el 4 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong>l año 934.<br />

SANTA MODESTA, VÍRGEN.—Fué natura! <strong>de</strong> Tréveris, y<br />

consagró toda su vida á Jesucristo, al cual lomó por esposo<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus primeros años. El Señor la favoreció con divinas<br />

revelaciones, y murió santamente en su misma patria,<br />

en el año 680. Su cuerpo fué sepultado en la iglesia<br />

principal <strong>de</strong> dicha ciudad, y su sepulcro fué glorioso en<br />

milagros.<br />

DIA S.<br />

SAN ZACARÍAS , PROFETA Y MÁRTIR, Y SANTA ISABEL, PA­<br />

MES DE SAN JUAN BAUTISTA.—En Ju<strong>de</strong>a, en tiempo <strong>de</strong>l rey<br />

Hcro<strong>de</strong>s, fué glorioso el nombre <strong>de</strong> Zacarías, sacerdote,<br />

profeta y padre <strong>de</strong> san Juan Bautista. San Lucas, evangelista,<br />

en el principio <strong>de</strong> su Evangelio, dice divinida<strong>de</strong>s, hablando<br />

<strong>de</strong> él y <strong>de</strong> sus virtu<strong>de</strong>s.<br />

Este elogio solo bastaba para tenerle por tan gran santo<br />

como es; y sobre todo haber tenido un hijo, como el<br />

Bautista. Fué, pues, Zacarías <strong>de</strong> la tribu <strong>de</strong> Levi: y porque<br />

<strong>de</strong> su prosapia, profecía, aparición <strong>de</strong>l ángel en el templo,<br />

y <strong>de</strong>más cosas que tocan al nacimiento <strong>de</strong>l Bautista,se trata<br />

sulicientemente en la Natividad <strong>de</strong> san Juan, á il <strong>de</strong><br />

junio; solo trataremos aquí <strong>de</strong> su gloriosa muerte, que fué<br />

en esta forma. Viéndose Hero<strong>de</strong>s burlado <strong>de</strong> los santos reyes<br />

Magos; pues, cuando los esperaba <strong>de</strong> vuelta <strong>de</strong> Belhlen,<br />

para que le diesen noticia <strong>de</strong>l recien nacido infante<br />

Jesús, nuestro Salvador, ellos tomaron por otra parte su<br />

camino, como refiere el sagrado evangelista san Maleo ; entonces,<br />

oyendo <strong>de</strong>cir la gloriosa santa Isabel, que también<br />

buscaban á su hijo Juan (niño tan tierno, que solo tenia<br />

seis meses mas que Cristo Bien nuestro), para quitarle lu

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