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Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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332 LA LEYKN DA DE ORO. DÍA i.<br />

ahí, hasta que so quebrasen las ca<strong>de</strong>nas, se borrase el<br />

papel, y él fuese consolado entendiendo que había alcanzado<br />

misericordia <strong>de</strong>l Señor.<br />

Habiendo estado allí <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la hora <strong>de</strong> prima hasta la<br />

hora <strong>de</strong> nona en oración, cansado ya se adormeció y san<br />

Esteban le apareció y le mandó que se echase <strong>de</strong>lante <strong>de</strong><br />

la tumba <strong>de</strong> Emeiico, su hijo, que estaba alli cerca; porque<br />

por el don <strong>de</strong> la virginidad y otras virtu<strong>de</strong>s habia sido<br />

lan agradable á Dios, que le afcanzaria luego perdón <strong>de</strong><br />

todos sus pecados.<br />

Ilizolo así Conrado: y estando en oración en la capilla<br />

<strong>de</strong> san Emerico, las ca<strong>de</strong>nas se quebraron y los pecados<br />

se borraron <strong>de</strong>l papel; y él publicó su mala vida pasada y<br />

el milagro: por el cual y por otros muchos, el rey Ladislao,<br />

los obispos, prelados y gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l reino, trataron<br />

que se pusiese luego Emerico en el catálogo <strong>de</strong> los santos;<br />

y habiendo precedido ayuno <strong>de</strong> tres dias, pusieron su sagrado<br />

cuerpo sobre el altar á los 4 <strong>de</strong> noviembre, baciendo<br />

nuestro Señor muchos y gran<strong>de</strong>s milagros por su intercesión,<br />

y dando salud á los enfermos, que <strong>de</strong> muchas y<br />

remolas parteé concurrian á su sepulcro. La vida <strong>de</strong> san<br />

Emerico trae Surio en su sexto lomo. Martin Polono dice<br />

que murió el año <strong>de</strong> 1032; y Crcmero el año <strong>de</strong> 1036.<br />

Hace mención <strong>de</strong> él el Martirologio romano á los í <strong>de</strong> noviembre<br />

; y Antonio Bonfinio, en la Historia <strong>de</strong> Hungría<br />

en la segunda década, lib. n; y Benedicto, papa Y1H (á<br />

quien llaman el IX) le canonizó con san Esteban, su padre-,<br />

como lo nota el car<strong>de</strong>nal Baronio en sus anotaciones<br />

sobre el Martirologio, a los 4 <strong>de</strong> noviembre.<br />

SÍN VIDAL Y SAN AGRÍCOLA, MÁRTIRES.—Escribiendo el<br />

bienaventurado san Ambrosio álas vírgenes, y tratando <strong>de</strong><br />

los mártires san Vidal y san Agrícola, dice estas palabras:<br />

vLa condición y estado bajo <strong>de</strong>l hombre no le es impedimento<br />

para que no sea estimado, ni la gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong>llinaje<br />

le hace digno <strong>de</strong> loa sino la fé; porque el esclavo y el libre<br />

son una misma cosa en Cristo, y cada uno recibirá <strong>de</strong><br />

Dios el premio <strong>de</strong>l bien ó <strong>de</strong>l mal, que hubiere hecho. Ni<br />

la servidumbre nos quita, ni la libertad nos da; porque la<br />

una y la otra se pesan con el mismo peso <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l Señor<br />

: ni hay diferencia en los merecimientos <strong>de</strong>l esclavo<br />

que bien sirve, ni <strong>de</strong>l libre que goza <strong>de</strong> su libertad: porqueta<br />

mayor dignidad <strong>de</strong> todas es servir á Cristo: y por<br />

esto san Pablo se gloría <strong>de</strong> ser esclavo <strong>de</strong> Cristo; porque<br />

esta servidumbre es gloriosa, <strong>de</strong> la cual se precia el Apóstol:<br />

y con razón : pues nuestra suma gloria es, que Dios<br />

nos haya estimado en tanto, que nos compró con la sangre<br />

<strong>de</strong> su bendito Hijo.)) Todo esto es <strong>de</strong> san Ambrosio, á<br />

propósito <strong>de</strong> los. santos mártires Vidal y Agrícola, <strong>de</strong> los<br />

cuales Agrícola era caballero principal y Vidal esclavo<br />

suyo, y ambos cristianos; y por esta causa fueron presos<br />

en Bolonia, ciudad <strong>de</strong> Italia, y martirizados, siendo emperadores<br />

Dioclcciano y Maximiano, tan fieros enemigos <strong>de</strong><br />

Cristo nuestro Salvador, que nunca se vieron hartos <strong>de</strong><br />

sangre <strong>de</strong> cristianos. Era Agrícola hombre noble (como dijimos)<br />

y bien acondicionado, y tenia muchos amigos: y<br />

queriendo el presi<strong>de</strong>nte atemorizarle y no matarle, comenzó<br />

por Vidal, m esclavo , y mandóle atormentar y<br />

azotar crudamente, para que viendo el amo los atroces<br />

tormentos que su siervo pa<strong>de</strong>cía, se reportase y se <strong>de</strong>jase<br />

persuadir, y adorase á los falsos dioses. Atormentaron<br />

á Vidal los verdugos tan sin piedad, que quedó el cuerpo<br />

<strong>de</strong>l santo lan lleno <strong>de</strong> llagas y heridas, que no tenia en él<br />

cosa sana don<strong>de</strong> poner los ojos, ni sangre que <strong>de</strong>rramar,<br />

según estaba exhausto y consumido. Levantó el glorioso<br />

márür pus ojos al cielo, y pidió humil<strong>de</strong>mente á Dios, que<br />

recibiese su espíritu, para que él recibiese la corona que<br />

su sank» ángel le habia mostrado. Oyóle el Señor; y en<br />

acabando su oración, le dió su alma. Estaba Agrícola presente<br />

á este espectáculo, con el cual el juez le quiso espantar<br />

y apartarle <strong>de</strong> su intento, para que escat mentase<br />

en la cabeza <strong>de</strong> su siervo; y esto con una cruel piedad (como<br />

dice san Ambrosio) pues le quería privar <strong>de</strong> la gloria<br />

<strong>de</strong>l martirio. Mas Agrícola no se turbó por los tormentos<br />

<strong>de</strong> Vidal; antes se animó y encendió mas en d amor <strong>de</strong><br />

Dios, <strong>de</strong>seando tenerle compañía, y seguir al que iba <strong>de</strong>lante,<br />

y no ser ménos valeroso en la fé <strong>de</strong> Cristo, que lo<br />

había sido su mismo esclavo. Como el juez le vió lan constante,<br />

convirtió la blandura que con él habia usado, en<br />

saña, y se embraveció y le mandó poner en una cruz; y<br />

así se hizo traspasándole y fijando sus sagrados miembros<br />

con muchos y duros clavos; y el santo levantado en alto<br />

representando con aquel género <strong>de</strong> martirio á su Señor,<br />

mostrando que tenia en poco todo lo <strong>de</strong> la tierra, y que<br />

anhelaba al cielo, don<strong>de</strong> tenia su corazón, el mismo dia<br />

que Vidal entre los azotes y tormentos dió sn cspíi Hu al<br />

Señor, él le dió el suyo en la cruz; y el amo y el esclavo<br />

fueron iguales en eí martirio y en la corona. Sepultaron<br />

sus cuerpos en un cementerio y osario <strong>de</strong> judíos; y así<br />

¡dice san Ambrosio) que estuvieron las rosas entre las espinas,<br />

y la luz entre las tinieblas hasta que Dios los reveló.<br />

Cuando se <strong>de</strong>scubrieron y se hubieron <strong>de</strong> trasladar,<br />

fué el santo prelado á Bolonia, convidado <strong>de</strong>l obispo <strong>de</strong><br />

aquella ciudad para honrar al Señor, y gozar <strong>de</strong> aquel<br />

nuevo tesoro y <strong>de</strong> la gloria <strong>de</strong> los santos. El mismo san<br />

Ambrosio dió á las vírgenes parte <strong>de</strong> las reliquias, y las<br />

dice estas palabras: «Yo os he traído preciosos dones y<br />

cogidos con mis manos, que son los trofeos <strong>de</strong> la cruz,<br />

cuya gracia conocéis en las obrasr y los mismos <strong>de</strong>monios<br />

las confiesan. Otros alleguen oro y plata, y saquen estos<br />

metales <strong>de</strong> las venas <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> tierra: busquen joyas y<br />

piedras preciosas, que al fin se acaban, y muchas veces<br />

son dañosas á los que las poseen: nosotros habemos recogido<br />

los clavos <strong>de</strong>l mártir, y muchos; porque mas fueron<br />

las heridas que pa<strong>de</strong>ció, que los miembros en que las<br />

pa<strong>de</strong>ció. Recogimos también la sangre que <strong>de</strong>rramó, y<br />

con la cual triunfó <strong>de</strong> la muerte, y el ma<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> la cruz<br />

en que estuvo colgado.» Esto dice san Ambrosio: el cual<br />

colocó este tesoro y preciosas reliquias en la ciudad <strong>de</strong><br />

Florencia, en un templo que una santa y rica señora, llamada<br />

Juliana, habia edificado. San Gregorio Turonensc<br />

cuenta algunos milagros, que obró nuestro Señor por intercesión<br />

<strong>de</strong> estos santos mártires, y dice que parle <strong>de</strong><br />

sus reliquias fueron llevadas á Francia, y que Namacio,<br />

obispo déla ciudad <strong>de</strong> Alvernia, las colocó en una iglesia<br />

que él mismo había labrado. Fué su martirio á los 4 <strong>de</strong><br />

noviembre (en que la santa Iglesia celebra su fiesta) y en<br />

el año <strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong> 303, imperando los dichos Díocleciano<br />

y Maximiano; y <strong>de</strong> ellos hacen mención los Martirologios<br />

romano y <strong>de</strong> Usuardo; san Paulino, obispo <strong>de</strong> Kola;<br />

Gregorio Turonense, y los otros mas mo<strong>de</strong>rnos que han<br />

escrito vidas <strong>de</strong> santos.<br />

*- SAN FILÓLOGO y SAN PATUOBAS.—Fueron discípulos <strong>de</strong>l<br />

Salvador, y según la opinión mas común, fué el primero<br />

obispo <strong>de</strong> Sinope y el segundo <strong>de</strong>l territorio <strong>de</strong> Ñapóles,

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