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Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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DIA 4<br />

íVnni'diul mortal Juan Podro Sl()pi>aiHJ, sai oidolc di» esta<br />

casa. LftQgft lino luvo noticia, fuó en persona y se encargó<br />

<strong>de</strong> la cura <strong>de</strong>l enfernio, asisüendole á la cama, sirviéndole<br />

(le dia y noche, y haciéndose su enfermero. Agravósele<br />

el mal hasta el último trance: dolíale gran<strong>de</strong>mente la pérdida<br />

<strong>de</strong> es'e sacerdote: pidió á Dios su salud con tan fervoroso<br />

afecto, que la alcanzó milagrosamente. Admiraron<br />

todos este ejemplo <strong>de</strong> tan singular benignidad en un tan<br />

gran prelado; y á una persona que exageraba mas este<br />

cuidado, le dijo el saolo: Vos no sabéis <strong>de</strong> cuánto precio<br />

es la vida <strong>de</strong> un buen sacerdote.<br />

Admitió también san Carlos á esta congregación á los<br />

seglares <strong>de</strong> todo grado y oficios, con pafliculares reglas,<br />

que habitando en sus casas, se empleaban en obras pias,<br />

conformes á su estado, principalmenle <strong>de</strong> ensenar la doctrina<br />

cristiana, visitar hospitales, cuidar <strong>de</strong> los presos <strong>de</strong><br />

las cárceles, acudir á sus causas y <strong>de</strong>más obras santas.<br />

Instituyó en la misma iglesia <strong>de</strong>l Santo Sepulcro una congregación<br />

<strong>de</strong> mujeres, con título <strong>de</strong> Compaflia <strong>de</strong> las Matronas<br />

<strong>de</strong>l Oratorio, con algunas reglas y varios ejercrcios<br />

<strong>de</strong> piedad. Or<strong>de</strong>nóles frecuentasen los sacramentos y los<br />

sermones <strong>de</strong>l Oratorio, que meditasen continuamente en la<br />

pasión <strong>de</strong> Cristo nuestro Señor y conservasen viva su<br />

memoria.<br />

NOVilülBUK.<br />

No solo ejercitó san Carlos la misericordia espiritual<br />

con su pueblo, pero también la corporal, principalmenle<br />

en tiempo <strong>de</strong> hambre y pestilencia, mostrando en todas<br />

ocasiones suma caridad, pru<strong>de</strong>ncia y solicitud que en este<br />

sanio siempre anduvieron juntas. Fué gran<strong>de</strong> la carestía<br />

que hubo en Lombardia el año <strong>de</strong> KHO : no se hallaba<br />

trigo ni otra vilnalla por precio alguno. Trajo el hambre á<br />

Jlilan nn gran número <strong>de</strong> pobres <strong>de</strong> los lugares oslériles,<br />

á socorrerse <strong>de</strong> los ciudadanos ricos. Mandó Ine^o san<br />

Carlos á su limosnero (pie alargase las limosnas ordinarias<br />

y socorriese todas las necesida<strong>de</strong>s, en particular lus logares<br />

pios y monasterios pobres, don<strong>de</strong> mas se pa<strong>de</strong>cía. Or<strong>de</strong>nóse<br />

al prepósito <strong>de</strong> la casa hiciese provisión <strong>de</strong> pan,<br />

arroz, legumbres, y se diese á cada pobre lo que bastase<br />

á sustentar la vida : que en los porlales <strong>de</strong>l palacio arzobispal<br />

tuviesen unas cal<strong>de</strong>ras con sobra <strong>de</strong> este alimento,<br />

y fuese libre la entrada, para (pie no comprasen los pobres<br />

con el tiempo el socorro. Ejecutóse el or<strong>de</strong>n punlnalmenle:<br />

acudian mas <strong>de</strong> tres mil pobres cada dia, que sustentaba;<br />

y dándose el á la abslinencia y macilento el rostro con<br />

ayunos, le alligia el hambi'e ajena. Duró esta caridad lo<br />

que el tiempo <strong>de</strong> la carestía, cpie fueron algunos meses.<br />

Fuélc forzoso a<strong>de</strong>udarse y pedir por su persona limosnas<br />

á los señores y ricos : hacíales frecuentes y vivas exborlaciones<br />

á que fuesen liberales con los pobres en tiempo<br />

que la necesidad clamaba. Movieron sus palabras y mas<br />

su ejemplo, á muchos á hacer copiosas limosn ts. Siguió<br />

con mayor <strong>de</strong>mosíi ación al santo el duque <strong>de</strong> Alburquerqne,<br />

gobernador <strong>de</strong> Milán : mandó dar un sueldo á cada<br />

pobre que llegaba á su palacio, y diversos ciudadanos enviaron<br />

á san Carlos cantida<strong>de</strong>s gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong> dinero. Fué tan<br />

gran<strong>de</strong> su cuidado, que no <strong>de</strong>sfalleció pobre por falta <strong>de</strong><br />

alimento, como se lemia. Abrazó su provi<strong>de</strong>ncia lodo el<br />

arzobispado ; y no contento <strong>de</strong> haber dado ór<strong>de</strong>nes bastantes<br />

para la provisión, salió en persona por los lugares<br />

y villas, remediando todas las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los pobres,<br />

reduciendo á los nobles y ricos á hacer limosnas con larga<br />

mano, como hablan hecho en Milán. Ahuvciitó su caridad<br />

los rigores <strong>de</strong> la hambre, siendo ?ocorro á todo ;. Cayó el<br />

mismo año tan gran copia <strong>de</strong> nieve en toda la Lombardia,<br />

(pie vinieron á ¡udigro <strong>de</strong> caers;' las casas y perecieron algunas.<br />

Habíase congelado en las calles tan duramente la<br />

nieve, que era necesario entallar escalones pan subir ó<br />

pasar <strong>de</strong> una á otra calle. Habíase con<strong>de</strong>nsado á modo do<br />

un vallado ó trinchera, y era forzoso romperse y hacer<br />

puertas para el paso ; no podia caminarse en coche ó á caballo,<br />

y á pié con dilicnllad : necesitaban traer puntas do<br />

hierro en el calzado para asegurar el peligro <strong>de</strong> caer. Estaba<br />

en el campo alia la nieve tres bi azas, cosa tenida por<br />

prodigio jamás visto. Temióse ocasionara gran falU <strong>de</strong><br />

trigo en los principios <strong>de</strong> la primavera, y que al <strong>de</strong>shacerse<br />

tan gran copia <strong>de</strong> nmve, viniese una inundación,<br />

como diluvio, que arruinase las casas é hiciese otros estragos,<br />

nósin daño <strong>de</strong> la salud <strong>de</strong> los cuerpos. Cuidadoso san<br />

Carlos <strong>de</strong> los riesgos <strong>de</strong> su pueblo, movido <strong>de</strong> sn ardiente<br />

caridad, hizo recurso á sus valedores la oración y ayuno,<br />

para suplicar al Señor los librase <strong>de</strong>l peligro que les amenazaba,<br />

y persuadió al pueblo á lo mismo. Fué cosa maravillosa,<br />

(|ne se <strong>de</strong>svaneció la nieve poco á poco imperceptiblemente,<br />

y los torrentes y nos se ciñeron con sus<br />

márgenes al liquidarse aquellos montes helados. Tuvieron<br />

lodos esta gracia por milagro, atribuyéndola á los<br />

méritos ó intercesión <strong>de</strong> san Carlos, mayormente porque<br />

ta cosecha <strong>de</strong> trigo fué aquel año la mayor que habían<br />

visto, con admiración <strong>de</strong> todos, que tuvieron <strong>de</strong> allí a<strong>de</strong>lante<br />

mayor fé con su santo arzobispo.<br />

Vino sobre Milán una laslimosa peste, la cual el siervo<br />

<strong>de</strong>Dioshabia profetizado áules que sucediese. Visitaba el<br />

santo por su persona propia los apestados : administrábales<br />

los sacramentos: (lió gran<strong>de</strong>s limosníis, distribuyendo,<br />

á mas <strong>de</strong> dinero, buena parte <strong>de</strong> los muebles <strong>de</strong> su casa,<br />

haciendo llevar al hospital hasta su propia cama. Envió á<br />

la casa <strong>de</strong> la moneda la plata que halló <strong>de</strong> su servicio : i e-<br />

du-oia á dineros para pobres; y dando cnanto podia, viendo<br />

(pe no bastaba, envió por ciuda<strong>de</strong>s y tierras vecinas»<br />

aun fuera déla provincia, á buscar limosnas, con que pro'<br />

veyó bastantemente por entonces á la necesidad quo había.<br />

Animó al pueblo á paciencia y obras <strong>de</strong> misericordia<br />

con un libro que mandó imprimir <strong>de</strong> homilias <strong>de</strong> santos,<br />

que hablan á propósito <strong>de</strong> aquella cahunidnd, y en una<br />

carta que hizo que escribiese el sumo pontífice á Milán,<br />

con que se consoló mucho la ciudad. La multitud <strong>de</strong> pobres<br />

(pie acudian por remedio al saato prelado fué innumerable<br />

; porque losamos babian <strong>de</strong>spedido los criados y los<br />

artífices á los oficiales. Fnéronse lodos un dia juntos á san<br />

C iiU á pedirle misericordia; porque en Milán no halla<br />

ban modo <strong>de</strong>, vivir, y fuera <strong>de</strong> Milán no les querian admitir<br />

por venir <strong>de</strong> parte apestada. K! santo socorrió á todos,<br />

y los que no podían servir (leñada, recogió en nn lugar<br />

don<strong>de</strong> los sustentó: y poi que no estuviesen ociosos, Les<br />

dió admirables reglas <strong>de</strong> vida, con que gastasen el tiempo<br />

san'.amenle, que no parecían sino leligiosos muy observantes:<br />

y porque la hacienda <strong>de</strong>l santo arzobispo no<br />

bastaba á sustentar á todos, mandaba recoger limosnas<br />

<strong>de</strong> otras personas. Enviaba también los pobres mismos<br />

divididos en tropas por los lugares vecinos, cantando lelanias<br />

y otras oraciones, llevando <strong>de</strong>lante un crucifijo para<br />

excitar los fieles á hacer mayores limosnas, con que se leí.<br />

socorrió <strong>de</strong> bastante comida. Mas venido el invierno, no<br />

hallándose provisión para po<strong>de</strong>rlos vestir ni dufen<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l

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