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m<br />
LA imm<br />
piir^alorio, el iftfti tliialó y <strong>de</strong>jó p:ira el otro siglo el íiu'.o<br />
<strong>de</strong> su penitencia y conversión : y osle fuego, aunque no<br />
es eterno, es snmamefite penoso ; poique esce<strong>de</strong> todas las<br />
penas que jamás sufrió algim hombre en esta vida. Nunca<br />
se ha hallado acá petia, que con ella se pueda comparar,<br />
por mas atroces y esquiólos loimentos que hayan pa<strong>de</strong>cido<br />
los mártires, y otros hombres facinerosos, que por<br />
sus <strong>de</strong>litos han sido atormentados : y por esto cada uno<br />
<strong>de</strong>be procurar enmendar su vida , y hacer penitencia por<br />
sus pecados, <strong>de</strong> tal manera, que no tenga necesidad <strong>de</strong> pasar<br />
tan graves penas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su muerte : » lo mismo<br />
afirma san Gregorio, diciendo : «Yo creo que aquel fuego,<br />
por el cual pasan las almas en el purgatorio, es mas<br />
intolerable, que ninguna tribulación <strong>de</strong> esta vida :» y con<br />
estos santos doctores concuerdan Beda, san Anselmo y san<br />
líernardo ; y aun santo Tomás aña<strong>de</strong> mas , que no solamente<br />
las penas <strong>de</strong>l purgatorio son mayores que las <strong>de</strong> todos<br />
los mártires, sino también que las que pa<strong>de</strong>ció Cristo<br />
nuestro Salvador en su santísima y acerb sima pasión, con<br />
haber sido las mas atroces y dolorosas que ninguna persona<br />
ha sufrido en esta vida. La razón <strong>de</strong> esto es ; porque<br />
el fuego <strong>de</strong>l purgatorio es <strong>de</strong> una misma especie con el <strong>de</strong>l<br />
infierno, y aflige las almas, no por virtud natural que en<br />
sí tenga, sino como instrumento <strong>de</strong> Dios, que se íirve <strong>de</strong><br />
aquel fuego para purificar y afinar las almas <strong>de</strong>l purgatorio,<br />
<strong>de</strong> la manera que el sabe y es servido , y por lodo el<br />
tiempo que con el peso <strong>de</strong> su justicia ha <strong>de</strong>terminado, y<br />
nosotros no sabemos ni po<strong>de</strong>mos escudrinar. Pero no hay<br />
duda, sino que algunos pa<strong>de</strong>cen mas años <strong>de</strong> los que algunos<br />
piensan; porque, como dice san Agustín : « Por<br />
aquel rio <strong>de</strong> fuego tanto mas tarda en pasar, el qua mas<br />
lardó en pecar; y cuanto fué mayor la culpa, tanto será<br />
mayor el castigo que hace la llama ; y cuanto mas la loca<br />
maldad se apo<strong>de</strong>ró <strong>de</strong>l alma, tanto mas cruel será ta sabia<br />
pena con que se paga allí las palabras ociosas, los pensamientos<br />
livianos y vanos; una muchedumbre <strong>de</strong> pecados<br />
lijeros que inficionaron la pureza <strong>de</strong> nuestra noble naturaleza,<br />
serán consumidos. » Esto es <strong>de</strong> san Agustin, Pero<br />
con ser la pona <strong>de</strong>l fuego <strong>de</strong>l purgatorio tan terrible y cscesiva,<br />
es mucho mayor sin comparación la que llamamos<br />
pena <strong>de</strong> daño, que es no ver á Dios; porque es tan gran<strong>de</strong><br />
el <strong>de</strong>seo que el alma, suelta y libre ya <strong>de</strong> la cárcel <strong>de</strong><br />
su cuerpo, '.¡ene <strong>de</strong> ver aquel sumo Bien, que cualquiera<br />
dilación , por pequeña que sea , la aflige mucho y la iraspasa<br />
<strong>de</strong> un dolor tan vehemente, que ningún otro <strong>de</strong> esta<br />
tida se pue<strong>de</strong> comparar con él, especialmente acordándose<br />
el alma que por sus pecados está en aquel estado, y<br />
privada <strong>de</strong> aquella gloriosa vista, y que pudo en esta vida<br />
saliífacer con obras penales por ellos, y que por su <strong>de</strong>scuido<br />
y pereza no lo hizo. Algunos doctores hay, queá estas<br />
penas aña<strong>de</strong>n otra <strong>de</strong> los <strong>de</strong>monios que atormentan las<br />
ánimas, como enemigos crueles y verdugos <strong>de</strong> la justicia<br />
divina, fundándose en algunas apariciones : aunque santo<br />
Tomás, Solo y otros autores sienten (y es mas probable)<br />
que nuestro Señor no se sirve para esta justicia <strong>de</strong> los <strong>de</strong>monios<br />
; porque habiendo sido finalmente vencidos <strong>de</strong><br />
aquellos cuyas almas se purifican en el purgatorio, no es<br />
<strong>de</strong> creer que quiera nuestro Señor que los que fueron vencidos<br />
atormenten á los vencedores, y <strong>de</strong>n la vaya á los<br />
que tan bien pelearon, y tan glonosamenlc triunfaron <strong>de</strong><br />
ellos. Mas en este penoso y lastimoso estado llenen las almas<br />
<strong>de</strong>l purgatorio algunos refrigerios y consuelos, como |<br />
DA DK ORO. DIA 2"<br />
son : el .^aber cierto que están en gracia <strong>de</strong> Dios, y que no<br />
la pue<strong>de</strong>n per<strong>de</strong>r, ni pecar, y que aquellas penas que pa<strong>de</strong>cen<br />
, se han <strong>de</strong> acabar, y que el gozo que esperan no<br />
tendrá fija, A mas <strong>de</strong> esto , tienen visitas y alivios <strong>de</strong> los<br />
sanios ángeles, especialmente <strong>de</strong> los <strong>de</strong> la Guarda, que las<br />
alientan, animan y consuelan : tienen las oraciones y favores<br />
<strong>de</strong> los bienaventurados <strong>de</strong>l cielo, y los socorros y sufragios<br />
<strong>de</strong> la tierra , que toda la Iglesia militante ofrece<br />
por ellas, y particularmente sus <strong>de</strong>votos y amigos, á los<br />
cuales en<strong>de</strong>rezan sus afectos y <strong>de</strong>seos: y si pudiesen hablar,<br />
les rogarían y suplicarían entrañablemente que se<br />
apia<strong>de</strong>n <strong>de</strong> ellas, y con las buenas obras y oraciones las<br />
libren <strong>de</strong> aquellas horribles penas ; porque no hay duda,<br />
sino que las oraciones y sufragios <strong>de</strong> los fieles, que viven,<br />
aprovechan á las almas <strong>de</strong> los muertos que están en el<br />
purgatorio.<br />
Esta es la segunda cosa que nos enseña la Iglesia en la<br />
Conmemoración <strong>de</strong> los difuntos que celebra boy. Para cuya<br />
inteligencia y explicación se di be presuponer, que leda<br />
la iglesia (como dice Pedro Cluniacense, y se saca <strong>de</strong> san<br />
Pablo) es un cuerpo místico, cuya cabeza es Jesucristo,<br />
en el cual todos los miembros están trabados y unidos<br />
entre sí por fé, esperanza y caridad : <strong>de</strong> tal manera , que<br />
así como en el cuerpo natural, cuando pa<strong>de</strong>ce un miembro<br />
(como dice el Apóstol), se compa<strong>de</strong>cen los otros miembros,<br />
y se socorren y ayudan; así también en esle cuerpo<br />
místico espiritual y perfectísimo <strong>de</strong> la Iglesia, lo hacen<br />
entre sí los fieles, como verda<strong>de</strong>ros miembros <strong>de</strong> él:<br />
y como las ánimas <strong>de</strong> los justos ya difuntos que están en<br />
el purgatorio, sean parle y miembros <strong>de</strong> este cuerpo do<br />
la Iglesia , por estar unidos con su cabeza (pues como dice<br />
san Agustin: Piorum animee <strong>de</strong>functorum lab Ecclesiu<br />
non separanlur, qum esí reymm Chrisli: Las almas <strong>de</strong> los<br />
justos ya difuntos no están apartadas <strong>de</strong> la Iglesia, que es<br />
el reino <strong>de</strong> Cristo); <strong>de</strong> esto se sigue que los vivos pue<strong>de</strong>n<br />
ayudar á los difuntos que están en el purgatorio, con sus<br />
oraciones y sufragios; porque los que están en el cielo ,<br />
no tienen <strong>de</strong> ellos necesidad, y á los que están en el infierno<br />
, no pue<strong>de</strong>n aprovechar. Y asi como Cristo nuestro<br />
Señor, siendo vivo, hizo bien á muchos vivos , sanándolos<br />
y enseñándolos: también á los muertos , resucitándolos<br />
Í y siendo muerto aprovechó á los muertos, sacando<br />
<strong>de</strong>l limbo á las almas <strong>de</strong> los sanios padres : y no mónos<br />
aprovechó á los vivos matando la muerte con su muerte ;<br />
<strong>de</strong> la misma manera ha querido por su misericordia, que<br />
en su santa Iglesia haya esta peifecta comunicación, é<br />
imitación <strong>de</strong> su cabeza , y que los vivos ayu<strong>de</strong>n con sus<br />
obras y oraciones á los otros vivos, y que los muertos<br />
aprovechen á los otros muertos, como lo hacen los bienaventurados<br />
<strong>de</strong>l cielo, rogando por los que eslán en el<br />
purgatorio, y que también ayu<strong>de</strong>n y socorran á los<br />
vivos, favoreciéndolos con sus oraciones; y finalmente,<br />
quo los vivos ayu<strong>de</strong>n á los muertos , y los que están en<br />
esta vida, álos que en la otra aun no gozan <strong>de</strong> Dios, y satisfacen<br />
á la divina justicia con las penas que pa<strong>de</strong>cen.<br />
Las obras con que po<strong>de</strong>mos socorrer á las almas son<br />
en una <strong>de</strong> tres maneras: la primera y mas principal es<br />
el santo sacrificio déla misa: la segunda es la oración:<br />
la tercera todas las obras penales, con que se satisface ,<br />
como son la limosna, ayunos,penitencias, peregrinaciones<br />
y cosa semejantes. Distinguimos la oración <strong>de</strong> estas obras<br />
satisfactorias; porque aunque la oración lo es y se pue<strong>de</strong>