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Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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m<br />

LA imm<br />

piir^alorio, el iftfti tliialó y <strong>de</strong>jó p:ira el otro siglo el íiu'.o<br />

<strong>de</strong> su penitencia y conversión : y osle fuego, aunque no<br />

es eterno, es snmamefite penoso ; poique esce<strong>de</strong> todas las<br />

penas que jamás sufrió algim hombre en esta vida. Nunca<br />

se ha hallado acá petia, que con ella se pueda comparar,<br />

por mas atroces y esquiólos loimentos que hayan pa<strong>de</strong>cido<br />

los mártires, y otros hombres facinerosos, que por<br />

sus <strong>de</strong>litos han sido atormentados : y por esto cada uno<br />

<strong>de</strong>be procurar enmendar su vida , y hacer penitencia por<br />

sus pecados, <strong>de</strong> tal manera, que no tenga necesidad <strong>de</strong> pasar<br />

tan graves penas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su muerte : » lo mismo<br />

afirma san Gregorio, diciendo : «Yo creo que aquel fuego,<br />

por el cual pasan las almas en el purgatorio, es mas<br />

intolerable, que ninguna tribulación <strong>de</strong> esta vida :» y con<br />

estos santos doctores concuerdan Beda, san Anselmo y san<br />

líernardo ; y aun santo Tomás aña<strong>de</strong> mas , que no solamente<br />

las penas <strong>de</strong>l purgatorio son mayores que las <strong>de</strong> todos<br />

los mártires, sino también que las que pa<strong>de</strong>ció Cristo<br />

nuestro Salvador en su santísima y acerb sima pasión, con<br />

haber sido las mas atroces y dolorosas que ninguna persona<br />

ha sufrido en esta vida. La razón <strong>de</strong> esto es ; porque<br />

el fuego <strong>de</strong>l purgatorio es <strong>de</strong> una misma especie con el <strong>de</strong>l<br />

infierno, y aflige las almas, no por virtud natural que en<br />

sí tenga, sino como instrumento <strong>de</strong> Dios, que se íirve <strong>de</strong><br />

aquel fuego para purificar y afinar las almas <strong>de</strong>l purgatorio,<br />

<strong>de</strong> la manera que el sabe y es servido , y por lodo el<br />

tiempo que con el peso <strong>de</strong> su justicia ha <strong>de</strong>terminado, y<br />

nosotros no sabemos ni po<strong>de</strong>mos escudrinar. Pero no hay<br />

duda, sino que algunos pa<strong>de</strong>cen mas años <strong>de</strong> los que algunos<br />

piensan; porque, como dice san Agustín : « Por<br />

aquel rio <strong>de</strong> fuego tanto mas tarda en pasar, el qua mas<br />

lardó en pecar; y cuanto fué mayor la culpa, tanto será<br />

mayor el castigo que hace la llama ; y cuanto mas la loca<br />

maldad se apo<strong>de</strong>ró <strong>de</strong>l alma, tanto mas cruel será ta sabia<br />

pena con que se paga allí las palabras ociosas, los pensamientos<br />

livianos y vanos; una muchedumbre <strong>de</strong> pecados<br />

lijeros que inficionaron la pureza <strong>de</strong> nuestra noble naturaleza,<br />

serán consumidos. » Esto es <strong>de</strong> san Agustin, Pero<br />

con ser la pona <strong>de</strong>l fuego <strong>de</strong>l purgatorio tan terrible y cscesiva,<br />

es mucho mayor sin comparación la que llamamos<br />

pena <strong>de</strong> daño, que es no ver á Dios; porque es tan gran<strong>de</strong><br />

el <strong>de</strong>seo que el alma, suelta y libre ya <strong>de</strong> la cárcel <strong>de</strong><br />

su cuerpo, '.¡ene <strong>de</strong> ver aquel sumo Bien, que cualquiera<br />

dilación , por pequeña que sea , la aflige mucho y la iraspasa<br />

<strong>de</strong> un dolor tan vehemente, que ningún otro <strong>de</strong> esta<br />

tida se pue<strong>de</strong> comparar con él, especialmente acordándose<br />

el alma que por sus pecados está en aquel estado, y<br />

privada <strong>de</strong> aquella gloriosa vista, y que pudo en esta vida<br />

saliífacer con obras penales por ellos, y que por su <strong>de</strong>scuido<br />

y pereza no lo hizo. Algunos doctores hay, queá estas<br />

penas aña<strong>de</strong>n otra <strong>de</strong> los <strong>de</strong>monios que atormentan las<br />

ánimas, como enemigos crueles y verdugos <strong>de</strong> la justicia<br />

divina, fundándose en algunas apariciones : aunque santo<br />

Tomás, Solo y otros autores sienten (y es mas probable)<br />

que nuestro Señor no se sirve para esta justicia <strong>de</strong> los <strong>de</strong>monios<br />

; porque habiendo sido finalmente vencidos <strong>de</strong><br />

aquellos cuyas almas se purifican en el purgatorio, no es<br />

<strong>de</strong> creer que quiera nuestro Señor que los que fueron vencidos<br />

atormenten á los vencedores, y <strong>de</strong>n la vaya á los<br />

que tan bien pelearon, y tan glonosamenlc triunfaron <strong>de</strong><br />

ellos. Mas en este penoso y lastimoso estado llenen las almas<br />

<strong>de</strong>l purgatorio algunos refrigerios y consuelos, como |<br />

DA DK ORO. DIA 2"<br />

son : el .^aber cierto que están en gracia <strong>de</strong> Dios, y que no<br />

la pue<strong>de</strong>n per<strong>de</strong>r, ni pecar, y que aquellas penas que pa<strong>de</strong>cen<br />

, se han <strong>de</strong> acabar, y que el gozo que esperan no<br />

tendrá fija, A mas <strong>de</strong> esto , tienen visitas y alivios <strong>de</strong> los<br />

sanios ángeles, especialmente <strong>de</strong> los <strong>de</strong> la Guarda, que las<br />

alientan, animan y consuelan : tienen las oraciones y favores<br />

<strong>de</strong> los bienaventurados <strong>de</strong>l cielo, y los socorros y sufragios<br />

<strong>de</strong> la tierra , que toda la Iglesia militante ofrece<br />

por ellas, y particularmente sus <strong>de</strong>votos y amigos, á los<br />

cuales en<strong>de</strong>rezan sus afectos y <strong>de</strong>seos: y si pudiesen hablar,<br />

les rogarían y suplicarían entrañablemente que se<br />

apia<strong>de</strong>n <strong>de</strong> ellas, y con las buenas obras y oraciones las<br />

libren <strong>de</strong> aquellas horribles penas ; porque no hay duda,<br />

sino que las oraciones y sufragios <strong>de</strong> los fieles, que viven,<br />

aprovechan á las almas <strong>de</strong> los muertos que están en el<br />

purgatorio.<br />

Esta es la segunda cosa que nos enseña la Iglesia en la<br />

Conmemoración <strong>de</strong> los difuntos que celebra boy. Para cuya<br />

inteligencia y explicación se di be presuponer, que leda<br />

la iglesia (como dice Pedro Cluniacense, y se saca <strong>de</strong> san<br />

Pablo) es un cuerpo místico, cuya cabeza es Jesucristo,<br />

en el cual todos los miembros están trabados y unidos<br />

entre sí por fé, esperanza y caridad : <strong>de</strong> tal manera , que<br />

así como en el cuerpo natural, cuando pa<strong>de</strong>ce un miembro<br />

(como dice el Apóstol), se compa<strong>de</strong>cen los otros miembros,<br />

y se socorren y ayudan; así también en esle cuerpo<br />

místico espiritual y perfectísimo <strong>de</strong> la Iglesia, lo hacen<br />

entre sí los fieles, como verda<strong>de</strong>ros miembros <strong>de</strong> él:<br />

y como las ánimas <strong>de</strong> los justos ya difuntos que están en<br />

el purgatorio, sean parle y miembros <strong>de</strong> este cuerpo do<br />

la Iglesia , por estar unidos con su cabeza (pues como dice<br />

san Agustin: Piorum animee <strong>de</strong>functorum lab Ecclesiu<br />

non separanlur, qum esí reymm Chrisli: Las almas <strong>de</strong> los<br />

justos ya difuntos no están apartadas <strong>de</strong> la Iglesia, que es<br />

el reino <strong>de</strong> Cristo); <strong>de</strong> esto se sigue que los vivos pue<strong>de</strong>n<br />

ayudar á los difuntos que están en el purgatorio, con sus<br />

oraciones y sufragios; porque los que están en el cielo ,<br />

no tienen <strong>de</strong> ellos necesidad, y á los que están en el infierno<br />

, no pue<strong>de</strong>n aprovechar. Y asi como Cristo nuestro<br />

Señor, siendo vivo, hizo bien á muchos vivos , sanándolos<br />

y enseñándolos: también á los muertos , resucitándolos<br />

Í y siendo muerto aprovechó á los muertos, sacando<br />

<strong>de</strong>l limbo á las almas <strong>de</strong> los sanios padres : y no mónos<br />

aprovechó á los vivos matando la muerte con su muerte ;<br />

<strong>de</strong> la misma manera ha querido por su misericordia, que<br />

en su santa Iglesia haya esta peifecta comunicación, é<br />

imitación <strong>de</strong> su cabeza , y que los vivos ayu<strong>de</strong>n con sus<br />

obras y oraciones á los otros vivos, y que los muertos<br />

aprovechen á los otros muertos, como lo hacen los bienaventurados<br />

<strong>de</strong>l cielo, rogando por los que eslán en el<br />

purgatorio, y que también ayu<strong>de</strong>n y socorran á los<br />

vivos, favoreciéndolos con sus oraciones; y finalmente,<br />

quo los vivos ayu<strong>de</strong>n á los muertos , y los que están en<br />

esta vida, álos que en la otra aun no gozan <strong>de</strong> Dios, y satisfacen<br />

á la divina justicia con las penas que pa<strong>de</strong>cen.<br />

Las obras con que po<strong>de</strong>mos socorrer á las almas son<br />

en una <strong>de</strong> tres maneras: la primera y mas principal es<br />

el santo sacrificio déla misa: la segunda es la oración:<br />

la tercera todas las obras penales, con que se satisface ,<br />

como son la limosna, ayunos,penitencias, peregrinaciones<br />

y cosa semejantes. Distinguimos la oración <strong>de</strong> estas obras<br />

satisfactorias; porque aunque la oración lo es y se pue<strong>de</strong>

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