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DIA. 1 .<br />
(lose las cejas y qucbnindoíc Wi caliczos, no pnodon con<br />
lodo su estudio V diligencia rnsln-ar, escudrinar, ni <strong>de</strong><br />
mil parles investifíar; allí los ven claramenloen su fílenle,<br />
y alcanzan el cnmplimienlo do su <strong>de</strong>seo. Allí ven como<br />
la tierra-, el agna, el aire y fuego y lodos los elementos<br />
fueron criados ric nada I el cielo adornado <strong>de</strong> lanías y<br />
tan esclarecidas lumbres y estrellas; y cada cosa colocada<br />
en su liig;ir con ¡idmirnble ór<strong>de</strong>n y armonía. Allí ven la<br />
sapienUsima y maravillosa distinción, hermosura y disposición<br />
<strong>de</strong> los nueve coros <strong>de</strong> ios ángeles, repartidos en<br />
tres jerarquías. Allí ven como todas las gracias nalurales<br />
y sobrenaturales <strong>de</strong> tal manera se <strong>de</strong>rivan <strong>de</strong> aquella<br />
fuente manantial y perenne, y <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n en las cristuras,<br />
que no se apartan jamás <strong>de</strong> su fiienle como el rio <strong>de</strong> su<br />
origen), sino que siempre esl; n en ella (•nleramente, como<br />
una luz rpie se comunica y se reparte en muclias luces,<br />
sin algún <strong>de</strong>trimento suyo, ó disminución. Ven como Iodos<br />
los dones <strong>de</strong> Dios siempre son nuevos, porque en él<br />
no bay diferencia <strong>de</strong> tiempos, ni pasado ni porvenir, mas<br />
una eternidad, tiempo sin tiempo presentísimo. Ven como<br />
siendo Dios un bien simplícisimo, inconmutable é indivisible,<br />
unos participan <strong>de</strong> él mas y otros ménos, á .miisa<br />
<strong>de</strong>l sol que coinuniea masó menos su calor y su luz, según<br />
la disposición que baila. Tucs ¿(¡ue diré <strong>de</strong> los secretos<br />
juicios <strong>de</strong> Dios, y <strong>de</strong> los maravillosos efectos <strong>de</strong> su divina<br />
provi<strong>de</strong>ncia, que son un abismo sin suelo, y no si;<br />
pue<strong>de</strong>n apear y agolan el humano enleiulimietilo? ¿Poiqué<br />
en esta vida uno es rico, otro pobre: uno sano, otro<br />
enfermo i uno robusto, otro llaco: uno hermoso y otro feo:<br />
uno <strong>de</strong> agudo, y otro <strong>de</strong> nulo ingenio l y lo que es mas,<br />
por qué una criatura mucre ánte.- <strong>de</strong>l bautismo y va al<br />
limbo; y otra, en recibiendo el bautismo, vuela al cielo?<br />
¿l^or qué á uno <strong>de</strong> los ladrones que fueron cruciíicados<br />
con (a islo, le di6 tan extraordinaria gracia, para que le<br />
conociese, y le confesase por Dios; y al otro <strong>de</strong>jó morir en<br />
su pecado? ¿Porqué permitió que cayese Judas en tan<br />
<strong>de</strong>leslable y horrible maldad; y guardó á los <strong>de</strong>más apóstoles<br />
para que no cayesen en ella? ¿Por (pié (como escribe<br />
san Aguslin) el bueno es pobre, y el malo es rico : y el<br />
malo anda alegre y contento; y el bueno, triste, congojado<br />
y afligido? ¿Por qué el inocente y sin culpa sale <strong>de</strong>l<br />
juicio con<strong>de</strong>nado; y el perverso acusador triunfa y se alaba<br />
<strong>de</strong> haberse vengado <strong>de</strong>l que no lo merecia: el pecador<br />
tiene entera salud; y el justo está consumido y podrido<br />
do enfermeda<strong>de</strong>s? ¿Por qué los que daban esperanza<br />
<strong>de</strong> ser provechosos con sus vidas, son arrebatados <strong>de</strong> ía<br />
muerte antes <strong>de</strong> tiempo; y otros que no parece que hablan<br />
<strong>de</strong> nacer, logran y viven largos anos? ¿Por que está sentado<br />
en el trono y sublimado en honra y dignidad el que<br />
ea oproluo y escándalo d« la repüb'ica; y el que es justo,<br />
pac, y Pichoso, está arrinconado y sepultado en<br />
perpetuo olv.do? Finiente, all, ven que todas las obras<br />
<strong>de</strong> Dios son mezcladas con justicia y con misericordia, y<br />
que<strong>de</strong> todas saca el Señor su gloria : y qnesi permite algunas<br />
que a nuestros ojos flacos parecen <strong>de</strong>sbaratadas y<br />
nion^l!?min0' ^ ^ "'"y seriadas y convel<br />
mentes para mayor bien nuestro, y gloria y ensalzamiento<br />
laspernute: y nolasperm.tmia, ni los males que vemos<br />
sino fuesen instrumentos <strong>de</strong> los mayores bieneí, y<br />
para amplificar la gloria <strong>de</strong> Dios, que por sn gran sabiduría<br />
é inmensabondad<strong>de</strong> losmismos males saca mayoresbienes'<br />
TOMO III<br />
iVOviEMimir. AJ m<br />
De la envidia <strong>de</strong> los hijos <strong>de</strong> Jacob, con que vendieron<br />
á los ismaelitas á José, su hermano, sacó la salud y remedio<br />
<strong>de</strong> los mismos hermanos que le hablan vendido:<br />
<strong>de</strong> la miierle acerbísima é ignominiosísima <strong>de</strong> Jesucristo<br />
nuestro Salvador, la re<strong>de</strong>nción <strong>de</strong>l mundo: <strong>de</strong>l pecado <strong>de</strong><br />
sao Pedro, humildad para él, y misericordia y compasión<br />
para nosotros: dé la incredulidad <strong>de</strong> sanio Tomás, linr.e<br />
testimonio <strong>de</strong> nuestra fé: <strong>de</strong> la crueldad <strong>de</strong> los tiranos que<br />
perseguian la Iglesia, la gbria y constancia <strong>de</strong> innumerables<br />
mártires, la confirmación <strong>de</strong>l Evangelio y ejemplo<br />
<strong>de</strong> todos los fieles. No hay contador tan diestro y ejeicitado,<br />
que pueda contar ni sumar las cosas que los santos<br />
ven en la divina esencia : ni orador, por eldcuente que<br />
sea, que las pueda explicar: ni entendimiento <strong>de</strong> hombre,<br />
que, las pueda imaginar: las cuales todas compren<strong>de</strong>n los<br />
sanios en una sola simplicisima é in<strong>de</strong>cible vista: déla<br />
cual nace un amor lan e ncendido, tan abrasado y tan fervoreso,<br />
que el alma bienavenlurada se hace fuego por la<br />
paHicipacion <strong>de</strong> aquel incendio y fuego divino <strong>de</strong>l Señor:<br />
<strong>de</strong> quien se dice que es fuego que consume y convier <br />
te todas las cosas en si, y siempre ar<strong>de</strong>, y nunca se acaba.<br />
De esle amor resulta la fruición y gozo inenarrable en<br />
la misma alma por la unión <strong>de</strong> su entendimienlo con iiquel<br />
mar Océano <strong>de</strong> inmensa sabiduría, y <strong>de</strong> su afecto y vo~<br />
lunlad con el sumo bien : con el cual está tan abrazada, y<br />
(an apretada y asida, que no se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>sasir. Ksla es la<br />
gloria esencial <strong>de</strong> los santos, <strong>de</strong>clarada, nó como ella es<br />
iporque esto es imposible', sino como un rasguño, y cosa<br />
mal pintada, á !a manera que nuestra flaqueza en la oscuridad<br />
déla noche <strong>de</strong> esta vida, y <strong>de</strong> las tinieblas <strong>de</strong><br />
nuestra ignorancia por un vislumbre pue<strong>de</strong> explicar.<br />
No se acaba en este sumo bien el bien <strong>de</strong> los santos, ni<br />
su gloria en la gloria que tienen con la vista, posesión y<br />
gozo <strong>de</strong>l sumo bien; ánlcs <strong>de</strong> este sumo bien como <strong>de</strong> su<br />
fílenle, manan otros cualro bienes que pertenecen á la<br />
bienaventuranza acci<strong>de</strong>ntal, segundaria y ménos principal<br />
: los cuales son la gloria <strong>de</strong> sns cuerpos, la hermosura<br />
y excelencia <strong>de</strong>l lugar don<strong>de</strong> están, la compañía <strong>de</strong> tantos<br />
cortesanos <strong>de</strong>l cielo, y la certidumbre <strong>de</strong> que aquella gloria<br />
será eterna y durará mientras que Dios fuere Dios.<br />
Porque primeramente <strong>de</strong> aquella gloria copiosísima y<br />
abundantísima <strong>de</strong>l alma redunda en el cuerpo <strong>de</strong>l hienaventurado<br />
(oda la gloria, resplandor y hermosura <strong>de</strong> que él<br />
es capaz; y con una sujeción singular, hermandad y obediencia<br />
á la misma alma, que el cuerpo, como si no fuese<br />
corporal sino espiritual, así la sigue en todo sin contradicción<br />
ni repugnancia: <strong>de</strong> manera, que así como mientras<br />
que vivimos acá en la (ierra por ser nuestra alma forma<br />
<strong>de</strong>l cuerpo, y tan hermanada con él, parece que es <strong>de</strong> carne,<br />
y con el peso <strong>de</strong> su mismo cuerpo se inclina y es lirada<br />
hacia bajo; así en el cielo la carne vestida <strong>de</strong> la gloria<br />
<strong>de</strong>l espirilu, se levanta y sube á lo alto, y en cierta manera<br />
se convierte en espíritu. Para esto da Dios al cuerpo<br />
cuatro dotes maravillosos, que son, conforme á la doctrina<br />
<strong>de</strong> san Pablo y <strong>de</strong> los teólogos, agilidad, sutileza, impasibilidad<br />
y claridad. La agilidad será lan gran<strong>de</strong> y tan<br />
admirable, que á un abrir <strong>de</strong> ojos se hallará el cuerpo <strong>de</strong>l<br />
bienaventurado don<strong>de</strong> su alma querrá. No hay caballo tan<br />
lijero que así corra, ni águila que así vuele, ni saeta que<br />
vaya con tanta velocidad, ni el mismo sol (que en tan pocas<br />
horas hace su curso y da vuelta al mundo), que se<br />
pueda comparar con la presteza con que el cuerpo gloriü-<br />
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