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u 1.<br />
Iglesia católica, y sanlificados y adornados con las reliquias<br />
<strong>de</strong> los márlircs se consagrasen al Señor; como se<br />
ve en san Gregorio Magno, que en una epístola escribe al<br />
rey <strong>de</strong> Inglaterra, que poco antes se había convertido á la<br />
fé, que haga echar por el suelo los templos <strong>de</strong> los ídolos:<br />
y <strong>de</strong>spués que ya la cristiandad había echado algunas raíces<br />
en aquel reino; para que los flacos no se turhasen,<br />
mandó á Meüto, obispo, que no se arruinasen los templos<br />
<strong>de</strong> los paganos, sino que se convirtiesen en iglesias <strong>de</strong><br />
cristianos. Siguiendo pues esta or<strong>de</strong>n Bonifacio IV, que<br />
fué sumo pontífice poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> san Gregorio (porque<br />
Sabiniano y Bonifacio III, que inmediatamente le sucedieron,<br />
aun no vivieron tres años), <strong>de</strong>dicó el Panteón que<br />
Agripa había edificado á todos los dioses, en honra <strong>de</strong> la<br />
santísima Víigen María nuestra Señora, y <strong>de</strong> lodos los<br />
santos mártires (que eran los que en aquel tiempo se celebraban<br />
en la santa Iglesia), y llamó á aquella iglesia<br />
Sánela Slaria adMarlym, y hoy se llama Nuestra Señora<br />
la Rotunda; y mandó que se celebrase fiesta en Roma á<br />
los 13 <strong>de</strong> mayo en que se hizo la <strong>de</strong>dicación, y en esle dia<br />
la pone el Martirologio romano. El car<strong>de</strong>nal Baronio dice,<br />
que en un libro antiguo <strong>de</strong> aquella Iglesia; escrito <strong>de</strong> mano,<br />
halló que se levantaron y colocaron en ella con gran<br />
solemnidad veinte y oc ho carros <strong>de</strong> huesos <strong>de</strong> santos mártires,<br />
sacados <strong>de</strong> diversos cementerios <strong>de</strong> aquella santa<br />
ciudad. Esto es lo que mandó el papa Bonifacio IV; mas<br />
<strong>de</strong>spués Gregorio, asimismo papa IV, que murió por los<br />
años <strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong> 814, or<strong>de</strong>nó que la fiesta que se hacia<br />
en Roma á 13 <strong>de</strong> mayo en honra <strong>de</strong> nuestra Señora y <strong>de</strong><br />
lodos los mártires, se hiciese por toda la cristiandad el<br />
primer dia <strong>de</strong> noviembre en reverencia <strong>de</strong> ellos y juntamente<br />
<strong>de</strong> todos los santos confesores y moradores <strong>de</strong>l cielo.<br />
Por esta causa se llama la Fiesta <strong>de</strong> Todos los Santos, y<br />
se guarda en toda la Iglesia, y particularmente en la <strong>de</strong><br />
Nuestra Señora la Rotunda <strong>de</strong> Roma,con singular regocijo<br />
y <strong>de</strong>voción, y esta es la primera causa <strong>de</strong> la inslitucion <strong>de</strong><br />
osla fiesta. Pero otras hay <strong>de</strong> no menor consi<strong>de</strong>ración, entre<br />
las cuales una es la obligación tan precisa que leñemos<br />
<strong>de</strong> glorificar al Señor en sus santos, y <strong>de</strong> honrar los<br />
mismos santos que tan bien le supieron honrar, y nos<br />
<strong>de</strong>jaron tan raros ejemplos en su santidad, para que los<br />
iuiitásemos; y ahora con sus oraciones nos ayudan y sustentan.<br />
Pero siendo como son los santos innumerables, y que<br />
por ser tantos no se pue<strong>de</strong>n todos en particular y cada uno<br />
por sí celebrar, fué cosa convenienlísima que se insliluyeso<br />
un dia para que en él á lo ménos los alabásemos y<br />
pidiésemos su favor, y mostrásemos la piedad y <strong>de</strong>voción<br />
que tenemos con todos, sin excluir á ninguno. Otra razón<br />
os la que se escribe en el libro llamado Or<strong>de</strong>n romano:<br />
Ul qmdqutd(úke) humana fragilüas per ignoranliam, aut<br />
negíigcnliam m solemnitaUbus, el vigilm sanclorum minús<br />
plenc pcreQH, m hac observalione sánela servetur: Para<br />
que todo lo que la humana fragilidad hubiere fallado entr<br />
ano en las fiestas y vigilias <strong>de</strong> los santos, ahora sea por<br />
nuestra •gnorancia, ahora por nuestra negligencia se recompense<br />
en esta ties a y se supla con el mavor fervor <strong>de</strong><br />
nuestra <strong>de</strong>voción. Otra razón es laque la santa Iglesia nos<br />
da en la oración <strong>de</strong>l oficio divino que reza este dh<br />
Ul<strong>de</strong>si<strong>de</strong>raiam nobis luce propitialioni abundantiam muí<br />
upheaüs mlercessoribuslargiaris: Para que lo qúe por<br />
nuestros gran<strong>de</strong>s pecados no habernos podido alcanzar <strong>de</strong>l<br />
NOV1KMBRE. 295<br />
Señor, por intercesión <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> los santos; hoy lo<br />
alcancemos por los ruegos <strong>de</strong> aquella córte y .bienaventurada<br />
compañía, que postrada <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l acatamiento <strong>de</strong><br />
la santísima Trinidad, le representan nuestras plegarias y<br />
oraciones, y con singular afecto y caridad le pi<strong>de</strong>n que<br />
nos oiga y otorgue lo que por medio <strong>de</strong> tantos y tan gran<strong>de</strong>s<br />
siervos y amigos suyos le suplicamos.<br />
Pero la principal razón <strong>de</strong> la institución <strong>de</strong> esta fiesta os<br />
animarnos á la imitación <strong>de</strong> todos los santos, proponiéndonos<br />
su vida pcjrfectísima y divina, y la gloria inenarrable<br />
que por ella alcanzaron (como dice san Bernardo); para<br />
que en nuestra conversión sigamos á los que con esta tan<br />
solemne fiesta veneramos, y corramos con gran<strong>de</strong>s pasos<br />
á la bienaventuranza <strong>de</strong> los que tenemos por bienaventurados,<br />
y seamos favorecidos con el patrocinio <strong>de</strong> los que<br />
nos recrean con sus alabanzas: y san Agustín dice: «Aquellos<br />
<strong>de</strong> verdad celebran las gozosas fiestas <strong>de</strong> los santos<br />
mártires que siguen las pisadas y ejemplos <strong>de</strong> los mismos<br />
mártires; porque no son otra cosa las solemnida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los<br />
mártires, sino unas encendidas exhortaciones, para que<br />
no seamos perezosos en imitar lo que celebramos con gloria.<br />
» Hasta aquí son palabras <strong>de</strong> san Agustin. Para esto la<br />
santa Iglesia nos lee hoy en la misa el Evangelio <strong>de</strong> las<br />
bienaventuranzas en que se <strong>de</strong>scubre el camino por don<strong>de</strong><br />
lodos los santos anduvieron y nosotros <strong>de</strong>bemos andar: la<br />
humildad y pobreza <strong>de</strong> espíritu, la mansedumbre y lágrimas,<br />
la hamhre y sed <strong>de</strong> la justicia, la misericordia y las<br />
otras virtu<strong>de</strong>s que tuvieron; y juntamente el galardón y<br />
posesión <strong>de</strong> la tierra <strong>de</strong> los vivientes, y reino <strong>de</strong>l cielo que<br />
por ellas se les dió. Y porque los ejemplos <strong>de</strong> los santos se<br />
<strong>de</strong>ben leer en las vidas particulares <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> ellos,<br />
y todos se resumen y están cifrados en estas bienaventuranzas,<br />
que son los medios para alcanzar la gloria y bienaventuranza<br />
déla patria que ahora poseen (la cual, aunque<br />
con diferentes grados, es una y la misma <strong>de</strong> todos);<br />
para que mas nos inflamemos al amor <strong>de</strong> la virtud, y á<br />
imitar la vida <strong>de</strong> los mismos santos, quiero aquí tratar <strong>de</strong>l<br />
inmenso gozo y gloria inenarrable que ellos poseen; pues<br />
la santa madre Iglesia, celebrando su fiesta, hoy nos la representa.<br />
Mas, ¿qué lengua, aunque sea <strong>de</strong> los mismos santos,<br />
podrá explicar la gloria que ellos poseen; ó qué entendimiento<br />
compren<strong>de</strong>r aquel Bien que solo es bien y fuente y<br />
causa <strong>de</strong> lodos los otros bienes? El apóstol san Pablo<br />
dice, que el ojo no vió, ni la oreja oyó, ni el corazón<br />
<strong>de</strong>l hombre comprendió los bienes que Dios tiene aparejados<br />
para los que le aman. No pue<strong>de</strong> el ojo verlos;<br />
porque no tienen color: ni la oreja oírlos, porque no tienen<br />
sonido: ni el corazón humano compren<strong>de</strong>rlos, porque<br />
aquellos bienes no son humanos, sino divinos, é infinilamento<br />
exce<strong>de</strong>n su capacidad. El angélico doctor santo Tomás<br />
enseña, que tres cosas, que en sí son finitas, en cierta<br />
manera son <strong>de</strong> infinita gran<strong>de</strong>za y dignidad. La primera<br />
es la humanidad <strong>de</strong> Jesucristo nuestro Salvador, que<br />
por ser upida en una misma persona con unión hipostática<br />
con la divinidad, es <strong>de</strong> infinita dignidad, y no se pue<strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>cir, que Cristo es pura criatura. La segunda cosa es la<br />
sacratísima Virgen María nuestra Señora: la cual, aunqua<br />
en sí es pura criatura, finita y limitada; mas por ser madre<br />
<strong>de</strong> Dios, y haber concebido en sus entrañas y parido<br />
al Verbo eterno, que es infinito é incomprensible, tiene en<br />
si una cierta gran<strong>de</strong>za inmensa y una prerogativa <strong>de</strong> infi-