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286 LA LEYENDA DE ORO<br />
gunló Judas: Soñor, ¿cómo ha <strong>de</strong> sor eso que te has <strong>de</strong><br />
inanifestar á nosotros y no al mundo? No hay mas mención<br />
parlicnlai- on el Evangelio <strong>de</strong> Judas ni <strong>de</strong> Simón, y es muy<br />
poco lo que sabemos <strong>de</strong> estos sagrados apóstoles que sea<br />
cierto y averiguado: con ser cosa ciertísima que en la<br />
predicación y propagación <strong>de</strong>l Evangelio pa<strong>de</strong>cieron gran<strong>de</strong>s<br />
trabajos é hicieron muchos milagros, y convirtieron á<br />
la fé innumerables gentes, y como capitanes valerosos <strong>de</strong><br />
Cristo y conquistadores <strong>de</strong>l mundo, hicieron guerra con su<br />
vida y con su doclrina á Satanás, echándole <strong>de</strong>l liono que<br />
tiránicamente habia usurpado, y <strong>de</strong>rribándolos ídolos, y<br />
alumbrando y <strong>de</strong>sengañando á los que con la vana adoración<br />
<strong>de</strong> los falsos dioses andaban ciegos y embaucados.<br />
Solamente se dice que san Simón predicó en Egipto y san<br />
Judas ó Ta<strong>de</strong>o en Mesopotamia, y que <strong>de</strong>spués enlraron<br />
juntos en Persia ; y habiendo traido al conocimiento <strong>de</strong>l<br />
Seílor gran muchedumbre do pueblos, fueron coronados<br />
<strong>de</strong>l martirio. Esto es lo que dicen los Marlirologios romano,<br />
el <strong>de</strong> Beda, Usuardo y Adon ; y so saca <strong>de</strong> san Gerónimo<br />
y san Isidoro y otros autores antiguos, y <strong>de</strong>l car<strong>de</strong>nal Baronio<br />
entre los mo<strong>de</strong>rnos. En una vida, que en nombre <strong>de</strong><br />
Abdías Babilónico anda <strong>de</strong> estos santos apóstoles, que osla<br />
que siguen san Antonino, arzobispo <strong>de</strong> Florencia, y el obispo<br />
Equilino y Joaquín Perionio, monge <strong>de</strong> san Benito, y<br />
otros autores, se cuentan algunas cosas que, dado que<br />
aquel libro sea apócrifo, pue<strong>de</strong> ser que sean verda<strong>de</strong>ras;<br />
porque <strong>de</strong>cir que un libro es apócrifo, como lo es esle, e^<br />
<strong>de</strong>cir qne no licué autoridad ni certidumbre <strong>de</strong> verdad;<br />
pero nopor estosesigao que todas las cosas que se contienen<br />
en aquel libro sean falsas; pues en cualquier libro,<br />
por apócrifo que sea, se pue<strong>de</strong>n hallar algunas cosas verda<strong>de</strong>ras,<br />
y por ventura lo son lasque se contienen en la<br />
Tida <strong>de</strong> estos santos, que, como digo, escribió Abdías : las<br />
cuales quiero yo aquí referir, por ser las quecomimmenle<br />
<strong>de</strong> ellos escriben.<br />
Luego que llegaron á Persia los santos apóstoles, los<br />
<strong>de</strong>monios, que hasta allí habian dado respuestas, se enmu<strong>de</strong>cieron.<br />
Sucedió que un capitán <strong>de</strong>l rey <strong>de</strong> Babilonia,<br />
llamado Baradach, babia <strong>de</strong> salir á la guerra contra<br />
los indios, y quiso saber <strong>de</strong> sus dioses el fin que habia<br />
<strong>de</strong> tener aquella guerra. Anduvo <strong>de</strong> un diosen otro,<br />
y ninguno le dió respuesta. Maravillado <strong>de</strong> esto, y queriendo<br />
saber la causa , ünalinente respondieron que no le<br />
podian respon<strong>de</strong>r micnlras que Simón y Judas, apóstoles<br />
<strong>de</strong> Jesucristo, estuviesen en aquella provincia. Fueron buscados<br />
por mandato <strong>de</strong> Baradach los santos apóstoles: y <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> haber pasado algunas razones entre ellos, los apóstoles<br />
dieron licencia á los <strong>de</strong>monios para que respondiesen,<br />
y por su respuesta mejor se conociese cuán mentirosos<br />
eran y engañosos. Bespondieron los <strong>de</strong>monios por medio<br />
<strong>de</strong> sus ministros, que la guerra seria larga y sangrienta,<br />
y costaría muchas vidas <strong>de</strong> una parle y otra. Oyendo esto<br />
los apóstoles se sonrieron ; y como Baradach les dijese:<br />
Estoy yo con gran temorr ¿y vosotros reís? respondieron<br />
los santos : No tienes por qué temer; que mafíana á<br />
hora <strong>de</strong> tercia vendrán embajadores délos indios á pedirte<br />
paz y ponerse en tus manos, y harán cuanto les quisieres<br />
mandar. <strong>Los</strong> sacerdotes <strong>de</strong> los ídolos hacían mofa y escarnio<br />
<strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>cían los santos apóstoles,y pretendían hacerlos<br />
sospechosos como á hombres que lenian trato secreto<br />
ron sus enemigos; mas el capitán se sosegó, porque no le<br />
pedian que guardase largo tiempo para certificarse <strong>de</strong> la<br />
DIA 28.<br />
verdad, sino pocas horas. Mandó pren<strong>de</strong>r á los apóstoles y<br />
á los ministros <strong>de</strong> sus dioses, para castigar á los que le hubiesen<br />
mentido. Vinieron á ¡a mañana á la hora <strong>de</strong> tercia<br />
los embajadores: y con esto salió <strong>de</strong> duda Baradach, y<br />
quiso matar á los sacerdotes; mas los apóstoles se lo estorbaron,<br />
diciendo que no habian venido á aquel reino á<br />
quitar la vida á nadie, sino á darla á muchos. Ofrecióles<br />
muchas joyas y dones;y ninguna cosa quisieron rocihir.<br />
Llevólos consigo al rey <strong>de</strong> Babilonia : contóle lo que con<br />
ellos le habia pasado: sublimólos mucho, así <strong>de</strong> tener espíritu<br />
profético y saber lo por venir, como <strong>de</strong> personas humil<strong>de</strong>s,<br />
virtuosas, pacíficas y <strong>de</strong>sinteresadas. Eslabim á<br />
esta sazón con el rey dos magos y hechiceros, llamados<br />
Zaroes y Arfaxad, que habian venido huyendo do la ludia,<br />
en don<strong>de</strong> san Maleo predicaba y habia <strong>de</strong>scubierto sus malda<strong>de</strong>s<br />
y engaños. Estos, viendo á los apóstoles, comenzaron<br />
á perseguirlos, y para espantar á los gentiles y hacer<br />
mal á los santos, por arte <strong>de</strong> encantamiento hicieron venir<br />
allí muchas serpientes; mas san Simón y Judas mandaron<br />
á las mismas serpientes que sin matarlos mordiesen y lastimasen<br />
á los mismos magos. Obe<strong>de</strong>cieron las serpientes á<br />
los siervos <strong>de</strong>l Señor, y los magos quedaron con gran<strong>de</strong><br />
pena y dolor, sin autoridad y crédito, y confusos salieron<br />
do Babilonia y fueron á otras parles, publicando por todas<br />
que los apóstoles eran enemigos <strong>de</strong> los dioses y les quita-<br />
Iwn la adoración. Con esto los apóstoles quedaron libres, y<br />
con su predicación y gran<strong>de</strong>s milagros convirtieron á muchos,<br />
y el mismo rey y su casa se bautizó, y la fé <strong>de</strong> Cristo<br />
se plantó en aquel reino con gran gloria <strong>de</strong>l Señor y beneficio<br />
universal <strong>de</strong> todos los que la recibieron. Sucedió<br />
en aquel tiempo una cosa que hizo mas admirables y gloriosos<br />
á los santos apóstoles. Una hija <strong>de</strong> un hombre principal<br />
concibió en Babilonia sin saberse el autor <strong>de</strong> aquella<br />
maldad: apretáronla sus padres á la hora <strong>de</strong>l parto que<br />
dijese quién era el que la habia <strong>de</strong>shonrado; y ella, para<br />
librarse <strong>de</strong>l peligro ó para encubrir el autor (por ser <strong>de</strong><br />
baja y vil condición), ó porque Dios lo permitió para manifestar<br />
mas su gloria, levantó teslimonio á un diácono <strong>de</strong><br />
los apóstoles, llamado Eufrosino, echándole la culpa <strong>de</strong><br />
este crimen. Prén<strong>de</strong>nle y llévanle <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l rey. Sabido<br />
por los apóstoles y que estaba inocente, pi<strong>de</strong>n que Vengan<br />
las partes y que traigan al niño reciennacido: bízose así:<br />
mandaron al niño en el nombre <strong>de</strong> Jesucristo que dijese<br />
si aquel diácono habia cometido el <strong>de</strong>lito que su madre le<br />
imponía, y si aquel era su padre. Bespondió el niño que<br />
no era su padre, y que aquel diácono era bueno y casto,<br />
y mmea habia comolido pecado carnal. Instaban los contrarios<br />
á los apóstoles que preguntasen al niño quién era<br />
el malhechor; ellos dijeron : A nosotros toca librar á los<br />
inocentes, y nó <strong>de</strong>scubrir á los culpados t y con esto se<br />
<strong>de</strong>scubrió la falsedad, y el diácono quedó libre, y los santos<br />
apóstoles en mayor crédito y veneración.<br />
Después <strong>de</strong> haber plantado la fé, salieron los apóstoles<br />
<strong>de</strong> Babilonia, y anduvieron predicando por diversas parles<br />
<strong>de</strong>l reino. Llegaron á una ciudad muy principal, llamada<br />
Suamir, don<strong>de</strong> estaban los dos magos Zarocs y Arfaxad,<br />
los cuales instigaron á los pontílices y sacerdotes<br />
<strong>de</strong> los ídolos contra los santos apóstoles, como contra <strong>de</strong>struidores<br />
<strong>de</strong> sus templos; y pudieron tanto con sus palabras<br />
y engaños, que los hicieron pren<strong>de</strong>r. Llevaron á Simón<br />
al templo <strong>de</strong>l Sol, y á Ta<strong>de</strong>o al <strong>de</strong> la Luna, para qmv<br />
los adorasen. Hicieron oración los apóstoles, y los ídolo*