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LA LEYENDA DE ORO. DIA 23.<br />
iñ á Dios <strong>de</strong> cuiintas vivían, teniendo á lodos por mejores<br />
íjue ella; y por esto quería á todo el mundo con entrañable<br />
amor y caridad, procurando disminuir las culpas ajenas y<br />
teniéndolas por átomos en comparación <strong>de</strong> 1Í^ suyas propias.<br />
De este modo logró ser <strong>de</strong>chado <strong>de</strong> toda virtud; humil<strong>de</strong>,<br />
pobre, casta, compasiva, limosnera, contemplativa,<br />
sufrida y apacible. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> es!o, fué ennoblecida Colagia<br />
con el don <strong>de</strong> milagros, y con el <strong>de</strong> lágrimas, que<br />
como eran lágrimas <strong>de</strong> ojos humil<strong>de</strong>s, le merecieron en<br />
esta vida el po<strong>de</strong>r y el reino <strong>de</strong> Dios, y le dieron confianza<br />
y ánimo para comparecer tranquila en su tribunal, á<br />
buscar el premio <strong>de</strong> la virginidad y <strong>de</strong> las <strong>de</strong>más virtu<strong>de</strong>s.<br />
Poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> muerta, que fué á fines <strong>de</strong>l siglo<br />
XIII, quedó su cuerpo resplan<strong>de</strong>ciente y hermoso,<br />
echaba <strong>de</strong> sí una fragmeia agradable; y fué sepultado con<br />
gran concurso <strong>de</strong>l puehlo, en la misma ciudad <strong>de</strong> Burcelona,<br />
en el convento <strong>de</strong> Santa Eulalia <strong>de</strong> padres mercenarios.<br />
SAN FELIPE, OBISPO Y MÁnTm.—Gobernó la Iglesia <strong>de</strong><br />
Ferino, ciudad <strong>de</strong> la Marca <strong>de</strong> Ancona, durante el siglo III,<br />
y <strong>de</strong>rramó su sangre por Jesucristo, en una <strong>de</strong> las persecuciones<br />
que en el mismo siglo excitaron contra los fieles<br />
los emperadores paganos.<br />
SAN DONATO, OBISPO V CONFESOR.—Nació este santo en<br />
Escocia, y habiendo ido á Italia para visitar el sepulcro<br />
<strong>de</strong> los santos apóstoles y apren<strong>de</strong>r las sagradas Letras, se<br />
quedó allí, y llegó á ser obispo <strong>de</strong> Fiésoli. Desempefió su<br />
santo ministerio con admirable zelo y caridad, y murió en<br />
Toscana, se Ignora la época.<br />
SAN YEUECUNDO, OBISPO Y CONFESOR.—Natural dcltalia, y<br />
here<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> un rico patrimonio, lo renunció todo para consagrarse<br />
solo á Dios, lletiróse á vivir en la soledad, <strong>de</strong> la<br />
cual fué <strong>de</strong>spués como arrebatado, para ser consagrado<br />
obispo <strong>de</strong> Verona. Atemorizado con esta carga, quecrew<br />
saperior á sus fuerzas, pasaba el día trabajando sin <strong>de</strong>scanso<br />
en ol arreglo <strong>de</strong> su diócesis, y las noches en oración<br />
y lágrimas, pidiendo al Seílor le ayudase en el buen acierto<br />
<strong>de</strong> sus obras. El cielo le oyó bondadoso, y Veracundo<br />
fué uno <strong>de</strong> los prelados mas recomendables, no solo por<br />
sus extraordinarias virtu<strong>de</strong>s, sino por la visible protección<br />
que el cielo le dispensaba, obrando por su medio muchas<br />
maravillas. Fué sumamente venerado y querido<br />
<strong>de</strong> sus ovejas, y se cree que murió en paz, durante el siglo<br />
Y.<br />
DIA. 23.<br />
<strong>Los</strong> SANTOS SERVANDO Y GEBMAN, MÁRTIRES.—San Isidoro<br />
y otros autores, escriben que Servando y Germán fueron<br />
presos y que llevados <strong>de</strong>lante un juez <strong>de</strong> los emperadores<br />
romanos, fueron atormentados y <strong>de</strong>spués salieron libres,<br />
con titulo <strong>de</strong> confesores: que así se llamaban antiguamente<br />
los que habían confesado en publico juicio su<br />
fé y el nombre <strong>de</strong> Cristo, siendo ó no siendo atormentados,<br />
si quedaban con la vida. Comenzó nuestro Señor á<br />
hacer muchos milagros por estos santos, dando salud á<br />
muchos enfermos y librando los en<strong>de</strong>moniados; y con<br />
estos milagros y su santa vida y doctrina hacían gran<br />
guerra á los <strong>de</strong>monios, <strong>de</strong>struyendo sus templos, y convirliendo<br />
los gentiles y animando á los fieles. Estando ocupados<br />
en estas santas obras en la ciudad <strong>de</strong> Mérida, fueron<br />
presos por mandado <strong>de</strong> un vicario <strong>de</strong>l prefecto <strong>de</strong>l<br />
pretorio, llamado Viator: y como afirma san Isidoro, fueron<br />
<strong>de</strong> él muy atormentados con azotes y peines <strong>de</strong> hierro,<br />
y otros géneros <strong>de</strong> cruelda<strong>de</strong>s: y para que mas gloriosamente<br />
triunfasen y fuese mas dura y larga la pelea, partiéndose<br />
Viator á Tánger, mandó llevar Iras sí á los santos<br />
mártires á pié y cargados <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>nas, con mucha hambre<br />
y mal tratamiento; mas ellos, armados con la firmeza<br />
<strong>de</strong> la fé, todo lo sufrían con extremada alegría y<br />
constancia. Llegado á la isla <strong>de</strong> Cádiz, Yiator (porque allí<br />
se quería embarcar para Tánger), los mandó <strong>de</strong>gollar en<br />
una heredad que llaman Ursoniano, á los 23 <strong>de</strong> octubre, y<br />
en este día hacen conmemoración <strong>de</strong> ellos los Martirologios<br />
romano, <strong>de</strong> Beda, Usuardo y Adon; y en el Breviario<br />
toledano, en un himno sagrado se cantan las proezas y<br />
coronas <strong>de</strong> estos santos. El Martirologio romano dice, que<br />
el cuerpo <strong>de</strong> san Germán está sepultado en Mérida, y el<br />
<strong>de</strong> san Servando en Sevilla. Adviértase, que no todos los<br />
autores que escrihen <strong>de</strong> estos santos, que aquí quedan referidos,<br />
los ponen por hijos <strong>de</strong> san Marcelo el Centurión,<br />
ni por hermanos entre sí; aunque todos dicen que san<br />
Marcelo el Centurión fué mártir, y que tuvo doce hijos que<br />
le imitaron y merecieron la corona <strong>de</strong>l martirio: pero el<br />
breviario <strong>de</strong> Évora y Juan Yaseo, y algunos otros escritores,<br />
les ponen los nombres que aquí quedan escritos, y dicen<br />
que estos son los hijos <strong>de</strong> Marcelo; y nosotros los habernos<br />
seguido, por no tener certidumbre <strong>de</strong> lo contrario.<br />
* SAN PEDRO PASCUAL.—Véase su vida en el día C d« diciembre.<br />
SAN TEODOBO, PRESBÍTERO Y MÁRTIR.—A mediados <strong>de</strong>l siglo<br />
IV, gobernaba el Oriente un tío <strong>de</strong>l emperador Juliano,<br />
que se llamaba también Juliano y era apóstata<br />
como él. Sabiendo que las iglesias tenían muchos vasos<br />
<strong>de</strong> oro y piala, quiso apo<strong>de</strong>rarse <strong>de</strong> ellos, y publicó<br />
un edicto para que se cerrasen lodos los templos y<br />
se le entregasen sus tesoros. Teodoro estaba encargado<br />
<strong>de</strong>l <strong>de</strong>pósito <strong>de</strong> los <strong>de</strong> Antioquía y se negó á obe<strong>de</strong>cer los<br />
edictos, por cuyo motivo fué preso y conducido al gobernador,<br />
á quien reprendió por su locura y apostasía. El gobernador<br />
indignado, mandó que azotasen al santo en las<br />
plantas <strong>de</strong> los pies y «n la cara, y le hizo <strong>de</strong>scoyuntar los<br />
brazos y las piernas. El cuerpo <strong>de</strong>l ilustre mártir quedó enteramente<br />
dislocado; pero no por esto se extinguió su valor,<br />
ni la crueldad <strong>de</strong>l tirano. Extendiéronle sobre el potro,<br />
y cuando ya la sangre salía á borbotones <strong>de</strong> todas las partes<br />
<strong>de</strong>l cuerpo, aplicaron sobre sus puras carnes hachones<br />
encendidos. En medio <strong>de</strong> estos dolores, el santo levantó<br />
con fervor los ojos al cielo, y dió un grito pidiendo misericordia<br />
para sus verdugos. Estos <strong>de</strong>tuvieron en aquel<br />
mismo instante la ejecución, y habiéndoles reprendido Juliano<br />
por su torpeza, contestaron que no querían continuar<br />
el suplicio, porque habían visto que los ángeles acudian á<br />
confortar á Teodoro. Entonces Juliano mandó que lo <strong>de</strong>gollasen,<br />
cuyo mandato se ejecutó el año 362 <strong>de</strong> Jesucristo,<br />
en la ciudad <strong>de</strong> Antioquía.<br />
SAN SEVERINO, OBISPO Y CONFESOR. — Fué este sanio<br />
originario <strong>de</strong>l Asia, y <strong>de</strong> aquí se dirigió á Bur<strong>de</strong>os. El<br />
obispo <strong>de</strong> esta ciudad, llamado Amando, que habia sido<br />
elegido el año 404, tuvo una revelación que le anunciaba<br />
la llegada <strong>de</strong>l siervo <strong>de</strong> Dios. Salió pues á recibirle, y á<br />
pesar <strong>de</strong> que no se habían visto nunca; al encontrarse en<br />
medio <strong>de</strong>l camino, se saludaron mutuamente por sus nombres.<br />
Amando condujo á Severino á la casa episcopal, y