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DIA 21.<br />
que íuvosan Hilarión, í«é. una que <strong>de</strong>l olor <strong>de</strong> los cuerpos,<br />
y <strong>de</strong> los vestidos y <strong>de</strong> las oirás cosas que alguno habla<br />
tocado, sabia el vicio qiietenia y <strong>de</strong>que <strong>de</strong>monio eiaten-,<br />
lado. Visitaba al tiempo <strong>de</strong> la vendimia las celdas délos<br />
monges, acompañado <strong>de</strong> todos los que vivían en aquellos<br />
<strong>de</strong>siertos, que eran algunas veces dos mil y tres mil personas:<br />
llegó una vez con sn santa compañía á una viña <strong>de</strong><br />
un monge, que tenia fama <strong>de</strong>codicioso y apretado, y halló<br />
puestas guardas que no los <strong>de</strong>jaron entrar; pero fueron<br />
recibidos y acariciados <strong>de</strong> otro monge, que se llamaba Saba,<br />
y les entregó una viña para que comiesen y se recreasen<br />
en ella. Hecha oración y dadas las gracias al Señor,<br />
el santo bendijo la viña, y mandó á los tres mil hombres<br />
que iban con él, que comiesen <strong>de</strong> los frutos <strong>de</strong> ella. Comieron<br />
ysaciáronse: y fué tan provechosa al mongeaquella<br />
su caridad, que juzgando lodos, antes que comiesen,<br />
que la viña daría como cien cargas <strong>de</strong> uvas; <strong>de</strong>spués do<br />
haber comido <strong>de</strong> ella (res mil personas, vendimiándose <strong>de</strong><br />
allí á veinte d¡as,dió trescientas. Y aquel monge avariento<br />
cogió aquel año mucho menos que solia, y lo que cogió se<br />
le volvió en vinagre, como el santo viejo mucho antes se<br />
lo había profetizado.<br />
Tuvo don <strong>de</strong> profecía. Estando en Palestina, y diciéndole<br />
una señora que quería ir á Egipto á ver á san Antonio,<br />
abad; él la respondió, que <strong>de</strong> buena gana hiciera él aquel<br />
eamino para ver á su santo padre; pero que ya habia dos<br />
días que el mundo carecía <strong>de</strong> tal maestro. Otra vez, queriendo<br />
algunas personas <strong>de</strong>votas <strong>de</strong>tenerle en un pueblo<br />
cerca <strong>de</strong> Alejandría, les dijo que no quería quedarse con<br />
ellos a(|iiclla noche por no hacerles mala obra; y que por<br />
lo (pie <strong>de</strong>spués suce<strong>de</strong>-ria, enten<strong>de</strong>rían que habia tenido<br />
jusla causa para partirse tan apriesa, Luegoá la mañana<br />
vínimm á aquel lugar los ministros <strong>de</strong> Juliano Apóstata,<br />
pura peMferla y malark; y él por la revelación divina,<br />
quean'cs h ibia teniito, se escapó <strong>de</strong> sus manos, Pero entre<br />
todas las excelencias que tuvo san Hilarión, <strong>de</strong> la que<br />
mas se admira y la que mas engran<strong>de</strong>ce san Gerónimo, es<br />
la humildad y el menosprecio <strong>de</strong> la honra, y el estudio con<br />
que huyólagloria y aplauso popular: porque concurriendo<br />
al santo <strong>de</strong> todas parles clérigos,monges, obispo y lodo<br />
género <strong>de</strong> personas ríeos y pobres, hombres y mujeres,<br />
para recibir <strong>de</strong> él un poco <strong>de</strong> pan , ó aceite bendito; él<br />
siempre lloraba, y le parecía que vivken el siglo, y que<br />
Dios le pagaba en esta vida sus servicios; y por eso se <strong>de</strong>terminó<br />
á huir á alguna parte remola y solitaria, don<strong>de</strong><br />
no fuese conocido, Entiítidióse su <strong>de</strong>terminación , y vinieron<br />
a él mas <strong>de</strong> diez mil personas para <strong>de</strong>tenerle y rogarle<br />
qne no se partiese; mas él estuvo tan (irme en su propósito,<br />
que les dijo, que no comería bocado, ni belteria<br />
gota, sí no le <strong>de</strong>jaban partir; y en efecto estuvo siete dias<br />
sin comer, hasta que le <strong>de</strong>jaron : y él, <strong>de</strong>spidiéndose <strong>de</strong><br />
toda aquella gente y no habiendo comido en todos aquellos<br />
dias, estuvo fuerte para andar camino á pié, y ayunar<br />
todo el día sin comer hasta la noche: y así se fué al lugar<br />
don<strong>de</strong> balji;i vivido san Antonio, reverem'iándolo como<br />
inorada <strong>de</strong> tan sanio varón que ya era muerto. Después se<br />
'"«tiró con dos solos monges aun <strong>de</strong>sierto que estaba allí<br />
ceren, y comenzó á hacer una vida^mas <strong>de</strong> ángel que <strong>de</strong><br />
mmbre, con tanto rigor, abstinencia y penitencia como si<br />
entonces comenzara á servir al Señor. Mas para que se vea<br />
el <strong>de</strong>seo que san Hilarión tenia <strong>de</strong> no ser conocido en el<br />
mundo; y como Dios lo hacia conocer; el cuidado con que<br />
OCTUBRE.<br />
mn<br />
él se escondía; y'como Dios lo <strong>de</strong>scubria: la solicÜudron<br />
que él huía déla gloria; y como aquella misma gloria iba<br />
tras él y le seguía como sombra! y que cuanto el hombre<br />
mas se humilla; tanto Dios mas lo levanta: estando en este<br />
<strong>de</strong>sierto san Hilarión muy contento, por parecerle que<br />
ninguno lo conocía, todos los pueblos <strong>de</strong> aquella comarca<br />
vinieron á él, y le suplicaron que con sus oraciones les alcanzase<br />
lluvia <strong>de</strong>l cielo; porque habia tres añosque noltovia.<br />
Pidiéronselocon (anta instancia y con tantas lágrimas,<br />
que é! se enterneció : alzólos ojosa] cielo, y luego<br />
impetró loque quería; pero con las muchasaguas nació tan<br />
gran<strong>de</strong> muchedumbre <strong>de</strong> serpientes y animales ponzoñosos,<br />
que <strong>de</strong>struyeron la (ierra, y mucha gente perecía.<br />
Acudieron á Hilarión, y con el aceite bendito qne les daba<br />
curaban sus llagas y sanaban. Como vió que en este<br />
<strong>de</strong>sierto era conocido, salió <strong>de</strong> allí y peregrinó por diversas<br />
parles: y juzgando que no podía vivir seguro y<br />
<strong>de</strong>sconocido en Oriente, se embarcó para Sicilia, ofreciéndole<br />
por flete al patrón <strong>de</strong>l navio un libro <strong>de</strong> los Evangelios,<br />
que siendo mozo habia escrito; porque no tenia otra<br />
cosa qué darle. Navegando, un hijo <strong>de</strong>l patrón comenzó á<br />
ser atormentado <strong>de</strong>l<strong>de</strong>monio; y san Hilarión lo sanó; y por<br />
esíe beneficio el padre le volvió el libro. Llegado á Sicilia,<br />
para escon<strong>de</strong>rse mas se entró la tierra <strong>de</strong>ntro, y cada dia<br />
corlaba un haz <strong>de</strong> leña, y la veadía, y <strong>de</strong>l precio 61 y un<br />
discípulo se sustentaban. Pero ¿cómo pue<strong>de</strong> el sol <strong>de</strong>jar <strong>de</strong><br />
resplan<strong>de</strong>cer y dar luz? O ¿cómo se pue<strong>de</strong> escon<strong>de</strong>r la<br />
ciudad puesta sobro un alto monte? ¿NÍ encubrirse, aunque<br />
eslé <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> (ierra, el que Dios quiere manifestar?<br />
A! liempoque Hilarión estaba escondido en Sicilia, un hombre<br />
en<strong>de</strong>moniado dió voces en la iglesia <strong>de</strong> San Pedro en<br />
Roma , y dijo, que pocos dias ánles Hilarión, siervo da<br />
Cristo, había entrado en Sicilia, y estaba escondido sin ser<br />
conocido <strong>de</strong> nadie; mas que iria allá y té dosi'iibriria, Pué:<br />
hallóle: hablóle; y quedó sano. Súpose el milagro: concurrió<br />
<strong>de</strong> toda la isla innumerable gente á Hilarión para<br />
remedio <strong>de</strong> sus niales, y fué pregonado por Dios, y conocido<br />
<strong>de</strong> todos, el que <strong>de</strong>seaba no serlo <strong>de</strong> ninguno. Aquí<br />
tampoco quiso recibir cosa alguna <strong>de</strong> los muchos dones que<br />
le ofrecían los que habían curado, diciendo á (odos aquellas<br />
palabras <strong>de</strong>l Señor : Gratis aceepistis, gratis date: Lo<br />
que graciosamente habéis recibido, dadlo graciosamente.<br />
Y con esto, como dice san Gerónimo , <strong>de</strong> ninguna cosa<br />
se maravillaban mas los hombres , como <strong>de</strong> que con tantos<br />
milagros no tomase un pedazo <strong>de</strong> pan <strong>de</strong> los que recibían<br />
aquel beneficio. De Sicilia huyó á Dalmacia , para escon<strong>de</strong>rse<br />
<strong>de</strong> nuevo ; mas permitió nuestro Señor, que al mismo<br />
tiempo un dragón <strong>de</strong> extraña gran<strong>de</strong>za , que llamaban<br />
en su lengua boas (porque era tan gran<strong>de</strong>, que se tragaba<br />
un buey entero; y no solamente el ganado mayor y menor,<br />
sino los mismos pastores y hombres se engullia), <strong>de</strong>struia<br />
toda aquella tierra. Compa<strong>de</strong>cióse el santo <strong>de</strong> aquella calamidad<br />
tan gran<strong>de</strong> : y habiendo hecho oración , hizo traer<br />
mucha leña, y mandó al dragón que se pusiese en 'medio<br />
<strong>de</strong> ella ; y pegando el santo fuego á la leña, en presencia<br />
<strong>de</strong> todo el pueblo se hizo ceniza aquella besün horrible y espantosa.<br />
Otra cosa le sucedió allí nó<strong>de</strong> menor admiración,<br />
y fué, que por un terremoto extraño que hubo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />
ja muerte <strong>de</strong> Juliano Apóstala, el mar íaííó <strong>de</strong> sus (érminos,<br />
6 inundó la tierra <strong>de</strong> manera, que las naves quedaron<br />
en seco en las cumbres délos montes. No tuvieron<br />
otro remedio los naturales <strong>de</strong> Epidauro , don<strong>de</strong> san Hila-