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2G0 LA LEYENDA DE ORO. DIA ^0.<br />
glorifica, como lo hizo con sania Irene: porque, estando<br />
el abad Selio, su lio, como suspenso y maravillado <strong>de</strong> lo<br />
que había oido <strong>de</strong> su sobrina; el Señor le reveló lodo lo<br />
que pasaba y dón<strong>de</strong> hallaría el cuerpo <strong>de</strong> la santa virgen<br />
y mártir. Con esta revelación habló al pueblo, para que<br />
con una solemne procesión lo fuesen á buscar-, y el pueblo<br />
con gran voluntad lo hizo, movido <strong>de</strong> la autoridad <strong>de</strong>l santo<br />
abad, y mucho mascón la inspiración é impulso <strong>de</strong>l Sefior,<br />
que por este camino quería <strong>de</strong>scubrir la verdad y magniücar<br />
á la santa virgen. Había llevado elrioNaban con su<br />
corriente el cuerpo al rio, llamado entonces Nocecaro, y<br />
ahora Zezere, en quien él entra, y por este había <strong>de</strong>scendido<br />
ai Tajo. Yendo en su procesión (ó mano po<strong>de</strong>rosa y<br />
benignísima <strong>de</strong>l Señor f), vieron que el rio Tajo milagrosamente<br />
se había retirado en aquel su hondo piélago, <strong>de</strong>jando<br />
<strong>de</strong>scubierto en seco el cuerpo <strong>de</strong> la santa virgen, y<br />
que estaba ya puesto en un hermoso sepulcro, labrado por<br />
manos <strong>de</strong> los ángeles, renovándose el antiguo milagro <strong>de</strong><br />
la sepultura <strong>de</strong>l glorioso papa y mártir san Clemente, como<br />
lo <strong>de</strong>cimos en su vida á les 23 <strong>de</strong> noviembre. Quiso el<br />
abad y los que con él iban, sacar el cuerpo <strong>de</strong> don<strong>de</strong> estaba;<br />
y nunca pudieron ni con alguna fuerza moverlo: y<br />
entemhemto que era la voluntad <strong>de</strong> Dios que so quedase<br />
allí, lo <strong>de</strong>jaron, llevando consigo algunos <strong>de</strong> sus cabellos<br />
y parte <strong>de</strong> su camisa, como unas preciosas reliquias, las<br />
cuales puestas en el monasterio <strong>de</strong>l abad Selio dieron salud<br />
á muchos enfermos, ciegos y tullidos, que las locaron.<br />
Pero otro milagro no menos maravilloso obró el Señor,;<br />
porque volviéndose la procesión, el rio Tajo, que se<br />
hahin retirado y recogido, y estaba como inmóvil, hasta que<br />
enltM-aincnle se manifestase la gloria <strong>de</strong> Dios en su santa,<br />
comenzó luego á volverse á su antigua corriente, y á exten<strong>de</strong>r<br />
sus aguas y cubrir el sepulcro <strong>de</strong> la sania: á la<br />
euíil el Señor pag6 en el cíelo con gran gloria eterna la<br />
ignominia é infamia que había pasado por su amor, y la<br />
coronó con guirnalda <strong>de</strong> virgen y mártir, y quiso que en<br />
la tierra fuese tan honrada y reverenciada, y que la villa<br />
<strong>de</strong> Escalabis, don<strong>de</strong> está su cuerpo, mudase el nombre y<br />
se llamase Santa Irene, y ahora corrompido y abreviado<br />
el vocablo, vulgarmente se dice Samaren: con esto<br />
quedó á la bienaventurada virgen lodo el rio Tajo como<br />
por lempio <strong>de</strong> su celestial sepultura, y una gran villa por<br />
epitafio y letra do su sepulcro. Y aun se dice, que en<br />
nuestros días en el rioNaban (don<strong>de</strong> fué echado su sagrado<br />
cuerpo) se han hallado muchos guijarros con golas<br />
<strong>de</strong> sangre. También se escribe que el triste monge Remigio<br />
y el soldado que la mató, conocieron su culpa, y<br />
fueron á Roma y allí murieron en penitencia y llamo.<br />
<strong>Los</strong> breviarios ponen la vida <strong>de</strong> esta santa el año <strong>de</strong>l Señor<br />
<strong>de</strong> 6S3. Hace <strong>de</strong> ella mención el Martirologio romano<br />
á los 20 <strong>de</strong> octubre, y el car<strong>de</strong>nal Baronío en aquel<br />
lugar.<br />
Pues ¿quién leyendo esta vida no apren<strong>de</strong> el recato con<br />
que los hombres, aunque sean religiosos y santos, <strong>de</strong>ben<br />
tratar con las mujeres y apartar con cuidado la estopa <strong>de</strong>l<br />
fuego: la cual con una centella y con un soplo se encien<strong>de</strong>,<br />
y se abrasa y consume sin remedio? Muchas veces comienza<br />
la comunicación entre el hombre y la mujer en la<br />
caridad y acaba en carnalidad, como vemos en Remigio;<br />
pues por obediencia <strong>de</strong> su abad y para enseñarla y hacerla<br />
perfecta, comenzó á tratar con santa Irene; pero la<br />
mucha comunicación y familiaridad dió lugar al <strong>de</strong>monio,<br />
para que le lentase y ablandase con torpe afición al que<br />
antes parecía duro como una piedra. Religioso era Remigio,<br />
y religioso grave y principal, y por la aprobación <strong>de</strong><br />
su vida le encomendó el abad que fuese maestro <strong>de</strong> su<br />
sobrina; mas ninguna victoria pasada ha <strong>de</strong> ser parte para<br />
asegurarnos, ni para <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> temer la batalla que con<br />
blando, doméstico y porfiado enemigo tenemos, y que solo<br />
con el huir se pue<strong>de</strong> vencer,<br />
SAN JUAN CAXCIO, PRESBÍTERO Y CONFESOR.—San Juan<br />
Cancio nació á 24 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 140G, en un lugar llamado<br />
Kcncio, <strong>de</strong>l obispado <strong>de</strong> Cracovia, en el reino <strong>de</strong> Polonia.<br />
Sus padres fueron Estanislao y Ana, ambos ilustres, no<br />
ménos por la nobleza <strong>de</strong> su sangre, que por su cristiana<br />
piedad; en la cual criaron con gran diligencia á su hijo<br />
Juan, inspirándole <strong>de</strong>sdo sus tiernos años con sus palabras<br />
y ejemplos el aborrecimiento al vicio y el amor á la<br />
virtud. Por esto motivo tuvo Juan la feliz suerte, ó para<br />
<strong>de</strong>cirlo mejor, recibió <strong>de</strong> Dios nuestro Señor la gracia <strong>de</strong><br />
conservar la inocencia y <strong>de</strong> evitar los pecados y <strong>de</strong>sór<strong>de</strong>nes,<br />
á los cuales suele estar <strong>de</strong>masiado sujeta la edad juvenil<br />
; <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber pasado Juan los primeros años<br />
bajo el cuidado <strong>de</strong> sus piadosos padres, y <strong>de</strong> haber aprendido<br />
en su misma casa las letras humanas, le enviaron estos<br />
á la ciudad do Cracovia, para que en aquella universidad<br />
recientemente fundada por Uiadislífo, rey <strong>de</strong> Polonia,<br />
esludíase la filosofía y teología. En efecto, estudió el<br />
siervo <strong>de</strong> Dios on dicha universidad con mucha diligencia<br />
y aplicación estas faculta<strong>de</strong>s, y como era <strong>de</strong> un ingenio<br />
muy porspicaz y penetrante , aprovechó tanto en el estudio,<br />
que. obtuvo en ambas el grado <strong>de</strong> doctor ó maestro,<br />
el cual en aquellos tiempos se concedía, no por ceremonia<br />
y pura formalidad, como frecuentemente suce<strong>de</strong><br />
al presente, sino por recompensa <strong>de</strong> la virtud, y como un<br />
auténtico leslimoDio do la habilidad <strong>de</strong> aquellos que lo obtenían.<br />
Pero lo que mas importa es que san Juan conservó<br />
siempre la misma pureza <strong>de</strong> costumbres en medio <strong>de</strong> las<br />
ocupaciones <strong>de</strong> sus esludios, y entre los peligros á que se<br />
hallaba expuesto fuera <strong>de</strong> la vista y snjecion <strong>de</strong> sus padres.<br />
A este fin llevaba una vida retirada y mortificada: alimentaba<br />
su alma con el dulce pábulo <strong>de</strong> la oración, <strong>de</strong> la<br />
lección espirilual y <strong>de</strong> los santos sacramentos: sobre lodo,<br />
resplan<strong>de</strong>cía en él una singular humildad, que es la basa<br />
y el fundamento <strong>de</strong> la piedad cristiana. Por cuyo motivo,<br />
aunque los principales doctores y maestros <strong>de</strong> la universidad<br />
estimasen y admirasen mucho su mérito y sus virtu<strong>de</strong>s,<br />
él se reputaba sinceramente el menor <strong>de</strong> todos, y se<br />
ereia indigno <strong>de</strong> cualquiera honor ó magisterio. Por esto<br />
fué preciso hacer fuerza ásu humildad, para que consintiese<br />
á recibir primero el sobredicho grado <strong>de</strong> doctor, y<br />
<strong>de</strong>spués el cargo <strong>de</strong> enseñar á otros la filosofía, el cual<br />
<strong>de</strong>sempeñó tan excelentemente y con tan universal aplauso,<br />
que los rectores <strong>de</strong> aquella universidad le eligieron<br />
dos veces <strong>de</strong>cano <strong>de</strong>l colegio <strong>de</strong> doctores <strong>de</strong> filosofía <strong>de</strong> la<br />
misma universidad. Después que por algún tiempo el siervo<br />
<strong>de</strong> Dios hubo enseñado la filosofía, <strong>de</strong>jando los esludios filosóficos<br />
se aplicó enteramente al estudio <strong>de</strong> la sagrada<br />
teología, <strong>de</strong> la cual fué maestro excelente, cuando fué <strong>de</strong>stinado<br />
á enseñarla á los jóvenes seglares, que <strong>de</strong> lodo el<br />
reino <strong>de</strong> Polonia acudían en gran número á aquella universidad.<br />
Las lecciones que hacia sobre las materias teológicas,<br />
todas las sacaba <strong>de</strong> las puras fuentes <strong>de</strong> la sagra-