Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

m 19. OCTUIUIE.
saberse el origen, se entró san Pedro por medio del fuego,
y á su presencia y ai imperio de su voz, Luyeron las llamas
y se apagó el incendio. Muchas veces pasó los ríos
caudalosos, caminando á pié sobre las aguas sin hnndirse,
como si pasara por un firme puente; y otra vez hizo á un
compañero suyo que le siguiese, y pasaron ambos de esta
manera el rio Guadiana, que venia muy crecido con las
avenidas. Kstando lloviendo sin cesar, caminaron él y un
compañero suyo sin que cayese sobre ellos gota de agua,
cercándolos per todas partes la lluvia, y corriendo arroyos
de ella por los campos. Estando una noche el siervo de
Dios en un despoblado, empezó á caer mucha nieve: entróse
dentro de los cimientos de una antigua venta; y reconociendo
el peligro de la vida pidió al Señor que le favoreciese
apuella noche; y luego la nieve quehabia caído
seliquidó é introdujo por las venas de la tierra, y dejóseco
el suelo donde el santo estaba como pudiera estar en
verano: y la que iba cayendo, se apartaba auna y otra
parte sirviendo de materiales para una espaciosa sala que
fabricaron los ángeles, siendo el hielo la argamasa que
hacia mas fuerte la fábrica. Levantadas en breve espacio
las paredes, prosiguieron los soberanos artífices la obra
cerrándola con una hermosa bóveda, quedando hecha una
pieza bien capaz, y tan abrigada como si fuera sala de algun
palacio. Toda la noche estuvo nevando sobre el edificio
de nieve, yclsantoen or-.cion dentro de él, defendiéndole
la nieve de la misma nieve, hasta que por la mañana
los rayos del sol, que penetraron las paredes del transparenle
edificio, le avisaron que ya era día, y él salió rompiendo
una puerta en la pared; dando gracias á Dios por
tan singular beneficio. Muchas veces lo vieron levantado en
el aire, estando en altísima contemplación: otras volar por
él algún espacio como si fuera una ave. Aparecióse ásanta
Teresa y á otras personas viviendo y estando distante
muchas leguas, para consolarlas en sus afleiciones y socorrerlas
en sus necesidades. Pues en la tierra ¿ cuántas
maravillas Li/.o ? Entrando en la huerta del convento del
Pedroso, en que habia muchos árboles fructíferos,le dijeron
los religiosos que solo les faltaba una higuera. Díjoles
t'l sanio: Dios lo remediará, y no faltará higuera en esta
huerta. Luego hincó en la tierra su báculo, que le había
;>compañadü muchos años, y no era de higuera; y echándole
su bendición, fué cosa maravillosa que el báculo seco
' evei deció, echó raices en la tierra, y mudando la naturaleza
se coiivirlió en higuera, como lo mostraron las hojas
de que se vistió, y los higos que llevó aquel mismo año,
los cuales se repartieron á diversas personas, y comiéndolos
eon devoción, sanaron de varias enfermedades que
padeeiaii. Creció mucho esta higuera, y dura hasta hoy
pues t,t'lnas de cien años, conla misma lozanía quelos
primeros años, y ]oS |j¡gOS son mas suaves que los de otras
higueras. Son innumerables los milagros que Dios ha obra,
do por medio de los frutos, hojas y ramas de esta higuera
eu España, Francia, Italia, Alemania v otras remolas provincias,
adonde han sido llevados por reliquias, para sanar
enfermedades : por lo cual es llamada esta Infera
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« la higuera santa.» Créese comunmente que la higuera
del convento de Arenas fué plantada por el santo padre;
PWO Fr. Juan de San Bernardo alínna, q,le es una ram3
de la del pedroso, plantada por un hijo de san Pedro de
Alcáulai a, gran siervo de Dios, llamado Fr. Alonso de San
5laiiin, que b plantó en nombre de san Pedro de Alcántara-;
y por eso la ha concedido Dios los mismos privilegios
y virtudes que á la del Pedroso. El espíritu de profecía con
que sabia lo oculto, penetraba lo interior y decia lo venidero,
fué uno de los dones mas raros con que Dios nuestro
Señor adornó á su siervo. Yo solamente contaré una
de sus muchas é insignes profecías ; porque puede servir
á muchos de aviso y enseñanza. Habia educado el santo en
toda virtud á un mancebo de ilustre sangre, de tal manera,
que el mancebo en cuanto podia, y su edad lo permitía,
seguía los pasos de su santísimo maestro. Estaban juntos
un día, y vínole un pliego de la córte al mancebo, en que
le av isaban sus parientes como por la muerte de un deudo
suyo habia heredado un oslado de mucha consideración.
Alegróse como mozo de verse heredero, y trató luego de
lomar postas, para partirse á la córte. Procuró el santo detenerle,
diciéndole dos y tres veces , que no le convenia
parlirse tan presto ; mas el mancebo, deseoso ya de verse
en la posesión de su mayorazgo, no daba oídos á las palabras
del santo : el cual por despodida le encargó que no
se olvidase de los consejos que le habia dado , ni dejase
jas buenas costumbres con la mudanza de estado , ni so
mudase por ningún suceso adverso que le acaeciese. Y coms
el mancebo con la poca experiencia prometiese mucho
y ser siempre el mismo que habia sido y nunca desamparar
la virtud ; le miró el santo con rostro triste, como quien
miraba compasivo los varios sucesos que habia de tener; y
preguntóle: Decidme , hijo mío , sí os víésedes dentro de
poco tiempo sin el estado del cual vais á tomar posesión, y
que otro lo gozaba ¿tendríades paciencia por amor de
Dios? Sí tendría (dijo él); porque por todas las cosas de
la tierra no quiero perder las del cielo. Añadió el santo'y
dijo : Y si con veros sin vuestra hacienda y estado, os víésedes
también sin honra, ¿lendríades paciencia por amor
de Dios? Si tendría i respondió); pues Dios nuestro Señor
se humilló, y mucho mas que esto, padeció por mí. Y
si junlamcnto con esto (replicó el santo), con veros sin hacienda
y sin honra, os víésedes en tal estado, que las personas
que según naturaleza os habían de ayudar y favorecer,
esas mismas os persigan y no solo deseen quitaros la
hacienda y la honra, pero aun quitaros del mundo si pudiesen,
¿ lendríades paciencia por amor de Dios ? A esto el
caballero bien turbado respondió : Padre mió , como
no toque á mi alma , en todas las cosas temporales y
del cuerpo procuraré tener paciencia por amor de Dios.
El santo padre , dando un doloroso suspiro, le dijo con lágrimas
en los ojos : ¡ Ay , hijo ! y sí juntamente con todo
lo dicho estuviese vuestra alma por espacio de algunas horas
perdida por ceguedad contra Dios nuestro Señor, y por
ello os viésedes encarcelado, sentenciado, ensambenitado
y puesto en el último esti emo de la infamia, ¿ lendríades
paciencia por amor de Dios ? Quedó el caballero como
muerto; y como fuera de sí, dió una voz, diciendo : Dios
me tenga de su mano para que no le ofenda. Pues id con
Dios (concluyóel santo), y armaos de paciencia, para lo
que os sucediere. Partióse el mancebo muy triste y pensativo,
por lo que el santo le habia dicho: encontró en el
camino una persona muy calificada, pero tocada de la herejía,
que pasaba de Alemania á España, la cual inficionó
al simple mancebo, que perseveró hereje veinte \ cuatro
horas ; porque luego reconoció su engaño. Descubrióse el
caso poco tiempo después, y le sucedieron los trabajos que
el santo le profetizó: fué preso, sentenciado, deshonrado,