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DI \ 19.<br />
luM-vir el eslnmiuo, como sucio una caMci-a pnesla ai fue<br />
go. Vov los excesos da su ainor con que suspiraba, sequejaba<br />
lasliiDosamenle y daba voces por los campos, convidando<br />
ú todas las crialuras á alabar á Dios, le leuian por<br />
loco los que no le conocían : « Y <strong>de</strong> verdad k» estaba ídicc<br />
sania Teresa) á lo divino <strong>de</strong> aquella locura y embriaguez<br />
que tenia el sanio Profela, cuando convidaba á todas las<br />
criaturas <strong>de</strong>l cielo y <strong>de</strong> la tierra á las alabanzas <strong>de</strong> Dios,<br />
cantando aquel admirable cántico <strong>de</strong>l Denedieite omnia.<br />
¡Olí qué buena locura si nos la diese Dios á todos!» De un<br />
fuegfl se encendió otro fuego, <strong>de</strong> la caridad con Dios la caridad<br />
con los prójimos. A lodos sus prójimos amaba con<br />
mi verda<strong>de</strong>ro amor, á todos procuraba su mayor bien,<br />
qne es la salvación y perfección, procurando sacar á los<br />
pecadores <strong>de</strong> sus pecados, y a<strong>de</strong>lantar á los justos en la<br />
justicia con sus serinoucs, pláticas, conversaciones familiares,<br />
consejos, ejemplos, penitencias, oraciones y cuantos<br />
medios bailaba que conducian para aprovecbar á alguna<br />
alma.<br />
Su paciencia fué invencible en los trabajos <strong>de</strong> cualquiera<br />
p¡ii te que le viniesen. Afligíale Dios con enfermeda<strong>de</strong>s,<br />
los hombres con injurias, los <strong>de</strong>monios con tentaciones, la<br />
carne le hacia guerra, el mundo le perseguía, el intierno<br />
lo maltrataba, y él <strong>de</strong>seaba que creciesen las penas y se<br />
aumentasen los trabajos; porque <strong>de</strong>cía, que el pa<strong>de</strong>cer<br />
muchas tribulaciones por amor <strong>de</strong> Jesucristo es el camino<br />
mas cier lo y seguro para alcanzar la perfección : y aunque<br />
es estrecho, áspero y lleno <strong>de</strong> espinas, llega hasta las<br />
puertas <strong>de</strong>l cielo. Su pru<strong>de</strong>ncia ora admirable para enca-<br />
"duar los negocios <strong>de</strong>l servicio divino, como su constancia<br />
I'ara empezarlos y proseguirlos hasta conseguir el log^o<br />
<strong>de</strong> ellos. El con<strong>de</strong> <strong>de</strong> <strong>Oro</strong>pesa don Juan Alvarez <strong>de</strong><br />
Toledo, no niénos pru<strong>de</strong>nte que piadoso y religioso principo,<br />
venérala todas las palabras <strong>de</strong>l santo , admirando en<br />
ellas una pru<strong>de</strong>ncia mas que humana, y <strong>de</strong>cía que eran<br />
como las palabras do la Escritura que encierran cada una<br />
muchos inislerios, y halla cada uno en ellas lo que ha<br />
menester. Estando un dia el con<strong>de</strong> con el santo, lamenlán-<br />
^ose <strong>de</strong> la perdición <strong>de</strong>l mundo le dijo: ¿Qué le parece,<br />
Pr Er. Pedro, cuál está el mundo con lautas culpas? "So sé<br />
cómo nos sufre Dios y no llueve rayos sobre nosotros. Res-<br />
Pendió el santo : ¿De eso se aflige V. S. ? No tenga pena;<br />
Que remedio tiene. Admirado el con<strong>de</strong> do que hallase reniedio<br />
en un mal tan <strong>de</strong>sesperado, le preguntó: ¿Y qué<br />
'"oincdio? Eácil, señor: con quékV. S. y yo seamos ¡os<br />
'pie <strong>de</strong>bemos, podremos tanto con Dios que lo remedie; y<br />
cuando nó, ya oslará el mundo remediado cuanto es <strong>de</strong><br />
nuestra parte, y habrá méuos que remediar. Su penitencia<br />
fué increiblc: no comía sino <strong>de</strong> li es en tres dias una vez,<br />
) < gmiaa veces se le pasaban seis v ocho dias sin comer ni<br />
beber cosa alen* ; ,<br />
"'buna. comía un poco <strong>de</strong> pan con unas yerbas,<br />
y para (potarla el poeo sabor que pedia loner esla comida,<br />
echaba sobre ella ceniza y agua fría, ó polvos <strong>de</strong> ajenjos<br />
u otras yerbas amargas, vino no lo probó en suvida,<br />
aunque le aconsejaron nmchos que lo bebiese para templar<br />
los coulmuos dolores <strong>de</strong> estómago que le aíligían. Al<br />
<strong>de</strong>ca él que aborrecía mas que á la muerte, y en<br />
cuarenta años no durmm enlre noche y día mas que íiora<br />
5 "iod,a, y nunca tuvo mas cama que el suelo duro : y<br />
cuando estaba enfermo, ponía por regalo un pedazo <strong>de</strong><br />
Pell&O sobre que se senlaba; porque en su celda no podia<br />
estar eslondido, por ser la celda <strong>de</strong> cuatro pies y medio<br />
OCTUBRE<br />
2o3<br />
larga y el sanio <strong>de</strong> gran<strong>de</strong> eslalura. Cuando dormía fuera<br />
<strong>de</strong>l convento en la casa <strong>de</strong> algún seglar, nunca se echaba<br />
en la cama, aunque la <strong>de</strong>scomponia ordinaríamenle<br />
para disimular su penitencia, sino en un rincón <strong>de</strong>l aposento^fodas<br />
las noches tomaba dos disciplinas <strong>de</strong> sangre,<br />
una antes <strong>de</strong> maitines y otra ánlcs <strong>de</strong> amanecer, unas veces<br />
con cor<strong>de</strong>les nudosos, oirás con ortigas, otras con ca<strong>de</strong>nas<br />
<strong>de</strong> hierro, variando los iiislrmnentos para renovar<br />
el dolor. Siempre Iraia <strong>de</strong>scubierta la cabeza al sol, aire,<br />
lluvias, nieves y hielos, y no pocas veces se ponía en oración<br />
en los campos cuando oslaba nevando ó lloviendo : y<br />
congelándose la nieve, ó el agua en su cabeza , para limpiarla<br />
se arrancaba los cabellos, <strong>de</strong>seando pa<strong>de</strong>cer <strong>de</strong> alguna<br />
manera la corona <strong>de</strong> las espinas <strong>de</strong>l Señor. En tiempo<br />
<strong>de</strong> inviei no abría la ventana y puerta <strong>de</strong> su celda, y<br />
quitándose el mantillo se pouia en medio <strong>de</strong> rodillas, basta<br />
que con el airo bolado que pasaba, quedaba el cuerpo<br />
pasmado <strong>de</strong>l frío, y entonces corraba la ventana y lo <strong>de</strong>cía<br />
á su cuerpo, como burlándose do el: Bien (o regalas, cuorpecillo<br />
; pues cierro la ventana porque no sientas el frío.<br />
De allí á un rato cerraba la puerta, y <strong>de</strong>cía lo mismo; y<br />
<strong>de</strong>spués se ponía el manto y le <strong>de</strong>cía: Ahora, hermano<br />
cuerpo, bueno estás y acomodado: bien pue<strong>de</strong>s perseverar<br />
en la oración. Otras veces so salía do noche á la huurla<br />
en el tiempo mas riguroso, y se estaba <strong>de</strong>snudo al hielo,<br />
basla que no lo podia sufrir; y enlonces, como por alivio<br />
se arrojaba en un estanque helado, quebrando el hielo con<br />
el golpe, y perseveraba en esto tormenlo muchas horas, y<br />
(¡es|!ues salía á buscar el calor <strong>de</strong> la oración que templase<br />
los rigores <strong>de</strong> aquel frío. <strong>Los</strong> piós traía siempre <strong>de</strong>scalzos<br />
y ordínariamenló Henos do heridas: porque yendo por los<br />
campos abslraido do los sentidos, se herían con las piedras<br />
y espinas; y estas <strong>de</strong>cía que eran flores y rosas<br />
paia el. Cuando las heridas oran gran<strong>de</strong>s, las curaba<br />
ochando on ellas un poco <strong>de</strong> tierra, y <strong>de</strong>cía (pie no era<br />
meneslor otra medicina. Andaba vestido <strong>de</strong> un asperisimo<br />
cilicio, el cual no se quitaba <strong>de</strong> día ni <strong>de</strong> noche, sino para<br />
ponerse otro mas áspero, ó á lo menos por la novedad<br />
mas penoso. Invenló é hizo fabricar uno do hoja <strong>de</strong> lata<br />
agujereado á manera <strong>de</strong> rallo, con las puntas hacia <strong>de</strong>ntro,<br />
que le cogía <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el cuello hasta la cintura y lo cenia<br />
estrechamente al cuerpo, y trujólo veinte años continuos,<br />
y solamonic se <strong>de</strong>snudaba <strong>de</strong> él, para cargar <strong>de</strong><br />
azotes sus espaldas, y luego se lo vestía sobre las llagas<br />
con mayor dolor. Einalmente, él habia hecho do la peuíteucia<br />
como un vcslido <strong>de</strong> que nunca se <strong>de</strong>snudaba, para<br />
po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>cir con san Pablo, que andaba cercado <strong>de</strong> la<br />
mortificación <strong>de</strong> Jesucristo. Parecían á algunos sus rigores<br />
temeridad, y aconsejábanle que los mo<strong>de</strong>rase, á (pie<br />
respondía el santo: liemos hecho un pacto mi cuerpo y<br />
yo, que mientras viva en este mundo, nunca ha <strong>de</strong> loner<br />
inle¡ misión on el pa<strong>de</strong>cer ; mas en llegando al cielo, lo <strong>de</strong>jaré<br />
para siempre <strong>de</strong>scansar. Y así lo cumplió en cuereóla<br />
y siete años que vivió, <strong>de</strong>spués que entró en la religión;<br />
y llegó á ponerse tan llaco <strong>de</strong>l exceso <strong>de</strong> sus rigores,<br />
que nú tenia mas que la piel sobro los huesos, y esta tan<br />
pálida y <strong>de</strong>negrida, que mas parecía sombra do algún cadáver,<br />
que figura do hombre vivo. Santa Teresa dice, (pie<br />
cuando en su vejez lo conoció, paiecia por su extremada<br />
flaqueza, hecho do raices <strong>de</strong>. árboles- Conservóle Dios milagrosamente<br />
la vida para que viviese muriendo, y fiavc<br />
ejemplo <strong>de</strong> una penitencia sobre todas las fuerzas bum;;-