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m<br />
tralo <strong>de</strong> su santo tio y padre espirilnal, y imiriócon gran<strong>de</strong><br />
fama <strong>de</strong> santidad : algunas sobrinas suyas Irocaron<br />
KI siglo por ia religión , y rc's[iIan<strong>de</strong>cÍLTon en virín<strong>de</strong>s y<br />
jnilagros; y los parientes que (piedaron en el siglo, vivían<br />
como religiosos, con hidjiío <strong>de</strong> seglares : tanto fué el<br />
fruto que sacó con sus ejemplos y palaliras. Volaba su fama<br />
por todas pai tes, y no cabiendo en Castilla, llenó también<br />
á Portugal , adon<strong>de</strong> fué llamado <strong>de</strong>l rey y la reina,<br />
que <strong>de</strong>seaban verle y bablarle : y fué tanto el provecho<br />
que experimentaron con su trato y conversación, que <strong>de</strong>searon<br />
se quedase en su corle y palacio ; mas no se lo<br />
pudieron persuadir, porque le parecía, según el diebo <strong>de</strong><br />
Cristo, bablando <strong>de</strong>l Bautista, que no se dice bien el vestido<br />
áspero con las corles y palacios <strong>de</strong> los reyes , don<strong>de</strong><br />
viven los que visten <strong>de</strong>licadamente; y así se volvió á Caslilla<br />
á su provincia, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> solia ir una vez cada año á<br />
Lisboa, á ruegos <strong>de</strong>l rey <strong>de</strong> Portugal y <strong>de</strong> la ¡ufanía doña<br />
María, su hija, y la princesa dofia Isabel.<br />
Habiendo sido guardián do algunos convenío.5 <strong>de</strong> su<br />
provincia, fué elegido provincial; y aunque el postrado<br />
<strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l capítulo procuro con lágrimas, razones y súplicas<br />
excusarse , no pudo ; porque todos á una voz dijeron<br />
que no se le admitiese ninguna excusa; y á él que no<br />
resistiese á la voluntad <strong>de</strong> Dios. Luego empezó á ejercitar<br />
su oficio como se podia <strong>de</strong>sear; era consigo riguroso y<br />
severo; con los <strong>de</strong>más blando y amoroso : á lodos lenia<br />
por buenos y sanios ; á sí solo por malo y pecador: para<br />
sí no buscaba nada; y atendía ú las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> todos:<br />
á los ancianos trataba como á padres, á los mancebos<br />
como á hijos, y á ninguno miraba como á inferior; y con<br />
eso no se <strong>de</strong>jaba servir <strong>de</strong> ninguno; parecíale que ser primoro<br />
en una comunidad religiosa es tener obligación <strong>de</strong><br />
ser primero en la humildad, caridad, mortiücacion y<br />
en las otras virtu<strong>de</strong>s, y que la cabeza en este cuerpo no<br />
tiene mas diferencia <strong>de</strong> los otros miembros, que estar en<br />
lugar mas eminente, para ver y aten<strong>de</strong>r con solicitud á<br />
las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> lodos. Visitaba á pié y <strong>de</strong>scalzo los<br />
convenios <strong>de</strong> su provincia , para alentar á sus subditos en<br />
la observancia y alentarlos en la perfección, para lo cual<br />
los ejercitaba y probaba con caridad y pru<strong>de</strong>ncia , según<br />
la capacidad <strong>de</strong> cada uno; á los fervorosos mandaba cosas<br />
arduas para hacerlos correr á largos pasos en la virtud,<br />
y á los flacos cosas fáciles para sacar <strong>de</strong> cada uno lo que<br />
podia. Tenia muy particular cuidado <strong>de</strong> los enfermos , y<br />
se informaba si los guardianes cuidaban <strong>de</strong> proveerlos <strong>de</strong><br />
lodo lo necesario; y si hallaba á algún guardián remiso<br />
en esto, le castigaba con severidad diciendo ; No puedo<br />
hallar excusa ninguna en un prelado que falta á á la cariridad.<br />
Las medicinas que el médico or<strong>de</strong>naba, por exquisitas<br />
y preciosas que fuesen, queria que so trajesen;<br />
aunque para ello fuese necesario empeñar los ornamentos<br />
<strong>de</strong> la iglesia; que es muy digno <strong>de</strong> notar en un santo tan<br />
pobre ; para que se vea como no se oponen entre sí las<br />
virtu<strong>de</strong>s, ni contradice la caridad á la pobreza. No se<br />
contentaba con velar sobre ¡os superiores y enfermeros,<br />
para que cuidasen <strong>de</strong> los enfermes: él mismo les hacia<br />
las camas, harria la enfermería, limpiaba los vasos inmundos,<br />
y ejercitaba los <strong>de</strong>más oficios con singular amor<br />
y cdiíicacion. Exhortaba á sus religiosos á lodas las virtu<strong>de</strong>s<br />
, y especialmenle á que tuviesen paz y amor entre sí;<br />
y <strong>de</strong>cíales muchas veces: Paz y amor, hijos mios, son los<br />
brazos fuertes <strong>de</strong>l alma, con que granjea las virtu<strong>de</strong>s y se |<br />
LA LEYliM) A DE ORO. DÍA 19.<br />
<strong>de</strong>fien<strong>de</strong> <strong>de</strong> los vicios. Encargábales mucho que huyesen<br />
<strong>de</strong> la murmuración, polilla <strong>de</strong> todas las buenas obras, y<br />
y que si tenían mil razones para juzgar mal <strong>de</strong> uno,<br />
buscasen una para juzgar bien ; porque con la caridad<br />
pue<strong>de</strong> mas esta sola que aquellas mil. Finalmente,<br />
en todas las cosas se mostraba el santo provincial<br />
vigilante pastor, cuidadoso prelado y amoroso padre.<br />
Fundó en el tiempo <strong>de</strong> su provinciaiato diversos conventos,<br />
y con nuevos eslatulos que hizo acomodados á la necesidad<br />
presente, redujo la provincia <strong>de</strong> San Gabriel á<br />
mayor observancia y rigor <strong>de</strong> vida <strong>de</strong>l que ántes lenia.<br />
En acabando su gobierno, fué llamado á Portugal con un<br />
compalero, y ayudó al siervo <strong>de</strong> Dios Fr. Marlin <strong>de</strong> Santa<br />
María, religioso observante <strong>de</strong> la provincia <strong>de</strong> Cartagena,<br />
á la fundación <strong>de</strong> la provincia <strong>de</strong> la Arrabida, y en esta<br />
sierra hicieron los tres y otros , que los imitaron, vida<br />
anacorética por algún liempó, resucitándolos ejercicios<br />
<strong>de</strong> la Tebaida y Egipto , y haciendo volver al mundo <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> tantos siglos á los Antonios é Hilariones Luego se<br />
fundaron algunos conventos, y san Pedro fué guardián y<br />
maestro <strong>de</strong> novicios <strong>de</strong>l convenio <strong>de</strong> Pallaes, y plantó su<br />
espíritu en los que fueron <strong>de</strong>spués las columnas <strong>de</strong> aquella<br />
religiosísima provincia, que suslenlaron en sus hombros<br />
la observancia y santidad <strong>de</strong> tdla. Dejando asentada<br />
la provincia <strong>de</strong> la Arrabida, se volvió por mandado <strong>de</strong> su<br />
provincial á la provincia <strong>de</strong> San Gabriel, <strong>de</strong> la cual por<br />
muerte <strong>de</strong>l siervo <strong>de</strong> Dios Fr. Marlin, fué llamado segunda<br />
vez á la Arrabida , para resucitar el primitivo fervor que<br />
él y Fr. Martin habían plantado, y había <strong>de</strong>scaecido algo<br />
con su ausencia y la muerte <strong>de</strong> su primer fundador.<br />
Habiendo estado muchos años san Pedro en la provincia<br />
<strong>de</strong> San Gabriel, y siendo como fundador <strong>de</strong> ella quo<br />
la <strong>de</strong>fendió para que no se <strong>de</strong>shiciese, la aumentó en muchos<br />
conventos, y la dio nuevas leyes para su conservación:<br />
se salió <strong>de</strong> ella con breve <strong>de</strong>l sumo pontífice Julio<br />
III, para hacer vida eremítica, y disponer una nueva<br />
reforma que meditaba. Estuvo algún tiempo con un discípulo<br />
suyo, que nunca le quiso <strong>de</strong>jar , llamado Fr. Miguel<br />
Ce<strong>de</strong>na, en una ermita que le dió el obispo <strong>de</strong> Coria don<br />
Diego Enrique <strong>de</strong> Almansa, cerca <strong>de</strong> la villa <strong>de</strong> Santa<br />
Ci uz <strong>de</strong> Cevollas, don<strong>de</strong> hizo vida mas <strong>de</strong>l cielo que<strong>de</strong><br />
lalierra, entregándose todo ala contemplación, viviendo<br />
entre los hombres mortales con el cuerpo, y con el espíritu<br />
entre los bienaventurados; hasta que con propósito<br />
<strong>de</strong> dar cumplimiento á sus <strong>de</strong>seos, se partió á Roma,<br />
don<strong>de</strong> venciendo con la ayuda <strong>de</strong>l Señor gran<strong>de</strong>s contradicciones<br />
, alcanzó finalmente <strong>de</strong>l sumo pontífice facultad<br />
para fundar su nueva reforma. Volvió á España para ponerlo<br />
en ejecución, y en prueba <strong>de</strong> que Dios y san Francisco,<br />
su padre, le guiaban en estos inlenios, dice su<br />
cronista Fr. Juan <strong>de</strong> San Bernardo, quo entrando en la<br />
ciudad <strong>de</strong> Coria en la casa <strong>de</strong> unas siervas <strong>de</strong> Dios, vieron<br />
al lado <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l santo á Cristo nuestro Señor, y al<br />
izquierdo á san Francisco. Cuantas contradicciones, injui<br />
ias, persecuciones y afrentas pa<strong>de</strong>ció el santo en la<br />
ejecución <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>seos, no hay para qué referirlo. A su<br />
penitencia llamaban temeridad ¡ á su pobreza tentación: á<br />
su humildad bajeza: á su oración ilusión : á su zelo mulabilidad;<br />
y finalmente á todas sus virtu<strong>de</strong>s, invenciones,<br />
y á sa toda santidad, hipocresía ; pero nunca se conoció<br />
mejor su santidad que entre tantas persecuciones, lascualos<br />
venció con paciencia y humildad , y con la confianza en