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MÍA 17. ocTuimií. 24a<br />
daba MUÍS calor á los ¡¡u-s, ijncia nieve y los liiolos la potl¡;ui<br />
(¡uiUii-. ('.Oiic ilii '.' úi\ las otras asjx'rezns y [H'iiilcncias<br />
con (¡uc la santa princesa se perseguía, mas para admirar<br />
(pie para imilar? Cubt iasu cnerpocxlianslo yconsninido,<br />
y aíptcllos huesos que solo 1c quedaban conun solo monjil,<br />
y m manteo, <strong>de</strong> invierno y varano, en calor y en frio:<br />
traia á raiz <strong>de</strong> sus carnes un áspero silicio <strong>de</strong>cerdas<strong>de</strong> caballo,<br />
con unas mangas <strong>de</strong> paño blanco, por mejor disimular<br />
y engañar á los que la viesen, y una cinta con mucljos<br />
mulos, tan apretada, (pío fue necesario arrancarla<br />
por fuerza <strong>de</strong> la carne, don<strong>de</strong> se habia entrado y hundido,<br />
con gran sentimiento y dolor <strong>de</strong> la santa, y limpiar la<br />
matci ia y sangre que <strong>de</strong> las llagas corria. Tenia cama <strong>de</strong><br />
estado blanda y rica para cumplir con e! mundo con<br />
aquella apariencia ; mas la cama, en que ella dormia, eran<br />
unas labias, ó el suelo cubierto con un pedazo <strong>de</strong> cuero: y<br />
citando, por estar enferma, se quería regalar, mandaba<br />
(Miliar un [toco <strong>de</strong> paja ó heno, y encima un cobertor grosero.<br />
Velaba casi toda la noche; era la primera que se levantaba<br />
á maitines; y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> acabados, no volvia á<br />
la cama, antes se entraba en el capítulo <strong>de</strong> las monjas, y<br />
allí se abria á azoles: y no contentándose <strong>de</strong> la carnicería<br />
que hacia <strong>de</strong> sí, parecicndola que tenia pocas fuerzas,<br />
mandaba á algunas criadas conll<strong>de</strong>ntes suyas, que la disciplinasen<br />
basta <strong>de</strong>rramar muidla sangre. Pues el fervor,<br />
conlinuacion y perseverancia <strong>de</strong> su oración, ¿quién la podrá<br />
explicar? V aquella ternura y <strong>de</strong>voción, conque <strong>de</strong>noebe<br />
y <strong>de</strong> iba se entregaba á su amado, y se abrazaba con<br />
él, y le tenia apretado, y no le di'jaha hasta que la diese<br />
su bendioion ; y él se la daba tan copiosa, (pie muchas veces,<br />
eslando orando, fue \ista levantada en el aire, ro<strong>de</strong>ada<br />
<strong>de</strong> clarisima y celeslial luz con un rostro angelical; y<br />
algunas arrolnda y irasporiada en Dios, sin sentido, como<br />
imierla? .Mm lio pesaba al dmionio lanía santidad )<br />
lanía oración <strong>de</strong> Kduvigis, y lanfo regalo y favor <strong>de</strong>l Sefior:<br />
y dándole el mismo Señor licencia, para mayor corona<br />
y vidoria <strong>de</strong> la sania, una vez la acometieron "tres<br />
<strong>de</strong>monios, y la azotaron y mallratai oii, dando gritas y diciendo:<br />
¿Por que eres tan sania?l'ero olla no se movió;<br />
ánlcssufriendo con paciencia y alegría aijuel trabajo, hizo<br />
sobre sí la señal <strong>de</strong> la cruz; luego <strong>de</strong>saparecieron aquellas<br />
furias infcrnules. Oia misa, \ísperas y maitines en la<br />
iglesia, y con música y solemnidad, y por muchos lodos<br />
o nieves (pie hubiese, no <strong>de</strong>jaba <strong>de</strong> ir á ía iglesia, aunque<br />
estuviese léjos, sino era cuando por enfermedad no<br />
podia; porque no hacia oslado <strong>de</strong> oir los divinos oficios en<br />
^ casa, como lo hacen otras señoras ¡ y cuando los oia .si<br />
no era cosa forzosa y sumamente ¡iccesai ¡a ), no consentía<br />
que ninguno la hablase en la iglesia; porque <strong>de</strong>cia que<br />
aquella era casa <strong>de</strong> Dios y <strong>de</strong> oración, y no do parlar. Oia<br />
(odas los misas que podia, y procuraba que hubiese muchos<br />
sacerdotes, y hacíalos venir <strong>de</strong> otras partes para oir<br />
muchas; y acabada la misa, qneria (pie el sacerdole pusiese<br />
sus manos sobre su cabeza, y la ochase su bendición,<br />
y docia qUÜ ]c era gi-an provecho para el alma y<br />
para el cuerpo; y asi lo oxperimenlaba muchas voces.<br />
Cuando habla <strong>de</strong> comulgar, eran tantas las lágrimas<br />
m <strong>de</strong>rramaba, tanto el cuidado <strong>de</strong> aparejarse, arrodir****<br />
Wfam y ¿dir favor al Señor, que no podia <strong>de</strong>jai<br />
(e pegar <strong>de</strong>voción y ro.\eiTiicia al sanlísimo Sacra-<br />
'ÍWHÍWÍ a cualquier persona que la miraba. Tenh muchas<br />
J muy preciosas reliquias e imágenes, que mandaba llevar<br />
consigo, cuando iba á ¡a i-losia. para <strong>de</strong>spertar mas su<br />
<strong>de</strong>voción con la vista <strong>de</strong> ellas ; especialmente llevaba consigo<br />
en la mano una imágen pequeña <strong>de</strong> la sanl;siina Virgen<br />
María (con la cual tenia dulce trato y suavísimos coloquios;<br />
, y no pocas veces, dando con esta imagen la bendición<br />
á los enfermos, cobraban salud. La meditación <strong>de</strong> la<br />
pasión y cruz <strong>de</strong>l Seílor, era todo su regalo y recreo, y<br />
veneraba con snma <strong>de</strong>voción cualquier cosa que representase<br />
aquel sagrado é inefable misterio. Fué mny curiosa,<br />
piadosa y magnífica en el aseo dolos templos, en el ornato<br />
<strong>de</strong> los aliares, en la riqueza <strong>de</strong> los cálices, en la variedad<br />
<strong>de</strong> los vasos y ornaineutos preciosos ¡tara el culto divino,<br />
los cuales olla misma hacia por sus manos'y por las <strong>de</strong> sus<br />
criadas. Nunca se sentaba cuando hacia oración, sino con<br />
las rodillas <strong>de</strong>snudas, aun en tiempo do imierno y <strong>de</strong> frio,<br />
y con tanta continuación, y tan largo espacio, que so la<br />
hicieron en las mismas rodillas unos callos duros, tan<br />
gran<strong>de</strong>s como dos huevos 6 como dos puños. Siendo,<br />
pues, esta santa princesa tan <strong>de</strong>vola, tan fervorosa y<br />
amorosa para con Dios, y tan solícita y cuidadosa en servirle,<br />
y olvidada <strong>de</strong> todas las cosas <strong>de</strong> la tierra, en vacar<br />
y asistir á él; no es maravilla que el mismo Señor<br />
haya sido tan liberal con ella, y onriquecídola con<br />
sus celestiales dones, y comunicádola su divina luz. Una<br />
vez, estando secretamente orando en la iglesia á hora que<br />
las monjas comían, dolante <strong>de</strong>l altar <strong>de</strong> la Virgen don<strong>de</strong><br />
habia un crucifijo; una monja, que se había escondido<br />
para acecharla, vió que el crucííijo alzó la mano <strong>de</strong>rocha<br />
y la echó su bendición, diciendo con voz alia ; Yo he oído<br />
lu oración : tú alcanzarás lo que me has pedido, k mas do<br />
esty, revelóla gran<strong>de</strong>s secretos y díóla don <strong>de</strong> profecía.<br />
Muchas cosas dijo que serian, antes que sneedieson: untclcis<br />
estando auscnle, anunció y afirmó, como si estnvier(i<br />
présenle y las viera; y hasta los pensamientos ocultos<br />
<strong>de</strong>scubrió á algunas personas, como si los leyera en sus<br />
corazones. Ilustróla el Señor con muchos y grnn<strong>de</strong>s milagros<br />
en su vida y muerte, que so pue<strong>de</strong>n leer en sn Vida.<br />
Entre los otros milagros se escribe, que dos hombres ahorcados,<br />
vinieron por tos merecimientos <strong>de</strong> olla, y los mandó<br />
quitar <strong>de</strong> la horca, con gran<strong>de</strong> admiración délos que<br />
estaban presentes: y cuando línrique, su marido, lo supo,<br />
mandó que cuando Eduvigis pasase por las cárceles públicas,<br />
se abriesen las puertas y se soltasen los presos, y se<br />
diese á lodos perdón y libertad por su respeto. Ilalwa estado<br />
una noche gran ralo velando y orando; y cansada,<br />
adormecióse: tenia en la mano una vela encendida; cayó<br />
sobre un libro en que leía , y consumiéndose toda la vela,<br />
el.libro no se quemó, ni recibió daño alguno.<br />
Poro.no quiso el Sefior que á una alma lan querida suya<br />
la faltasen trabajos, adversida<strong>de</strong>s y lionas, (pie son la fragua<br />
en que se prueba y afina la virtud, y una <strong>de</strong> las mas<br />
ciertas señales <strong>de</strong> su amor. Vió á sn marido herido y preso<br />
en manos <strong>de</strong> su enemigo, y no se turbó; ántos ella con<br />
sus oraciones y coa su presencia, le libró do sus manos.<br />
Viole <strong>de</strong>spués acabado y sin vida: y aunque lo amaha<br />
liornamonte, como á señor y marido, no por eso se angustió<br />
ni <strong>de</strong>sconsoló; pero siijolandjsu vohmlad á la do Dios,<br />
le hizo gracias por ello, y consoló á los que amargamente<br />
lloraban su muerte, Vió á sn hijo primogénito Enrique [á<br />
quien ella por sus gran<strong>de</strong>s virtu<strong>de</strong>s quería sobremanera!,<br />
muerloá manos <strong>de</strong> los lárlaros en batalla, poro no por<br />
eso .perdió la paciencia, rinalmeulo, en todas sus tribuía-