Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

OCTUBRE.
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valor y sus discursos convirtió entonces muchos infieles á
la religión, hasta que indignados los paganos por su constancia
le condenaron á ser decapitado, cuya sentencia se
ejecutó el año 362. Su cuerpo, que se guardaba en el mismo
lugar de su martirio donde se habia edificado una iglesia,
fué trasladado á Colonia el año 9G0 y colocado en la
abadía de San Martin, donde aun se conserva.
SAN BERCARIO, ABAD V MÁRTIR.—Descendiente de una
familia ilustre de Aquitania, nació este santo el afio G30.
Encargóse de su educación un santo arzobispo de Rheims,
que le hizo instruir en las letras y la piedad, de la cual
sacó el jóven la inspiración do retirarse del mundo á la
abadía de Luxeil. Su humildad y la exactitud con que
cumpüa sus deberes, le hicieron mirar luego como el espejo
de todos los religiosos, y habiendo vuelto á llheims
persuadió al arzobispo para que fundase el monasterio de
Ilauvilliers, donde se retiró Bercario con otros religiosos,
que le nombraron abad. Animado siempre del mismo celo
por la gloria de Dios, fundó otros dos monasterios en la
diócesis de Chalóos, los cuales enriqueció con las reliquias
que habia traido de Roma y de Jertisalen, adonde babia
ido en peregrinación, y con la entera donación de cuanto
habia heredado de su familia. Después de algunos afios
fué el santo abad víctima de su celo por la salvación de las
almas: un monge, á quien habia reprendido por una falla
grave, lo esperó durante la noche y le dió una puñalada
mortal. El santo se contentó con exhortar al culpable á la
penitencia, y pasados dos dias de agonía murió saniamente
el dia 28 de marzo del año 696.
SAN AMBROSIO, OBISPO Y CONFESOR. — Habiendo pasado
por los grados inferiores de la jerarquía eclesiástica
, fué este santo consagrado obispo de Cahors
por los años de 13%. Encontró su Iglesia en
un estado tan deplorable que á pesar de lodo su celo para
hacer desaparecer la corrupción de las costumbres, tuvo
el desconsuelo de ver inútiles todos sus esfuerzos. Retiróse
pues á una gruta cerca de la ciudad, donde se entregó
á la penitencia y á fervorosas oraciones para alcanzar que
aquel pueblo reconociese su extravio. Algún tiempo después
fue descubierto en su retiro, pero del todo imposible
lograr que volviera á encargarse de la dirección de su
rebaño, y para sustraerse mas fácilmente á las solicitaciones
de los que le querían obligar emprendió una peregrinación
á Roma. A su vuelta, fué á visitar el sepulcro
de San Martin de Tours, y últimamente se retiró á una
ermita del territorio de Berry, á cuatro leguas deBourges,
donde murió en paz elaño T70. Fué enterrado en el mismo
lugar, y en lo sucesivo se levantó allí mismo un monasterio
de canónigos regulares de San Agustín que llevó
su nombre.
SINLULO, OBISPO T CONFESOR.—Fué inglés y discípulo
del venerable Beda. Pasó sus primeros años en variosmonaslenosde
laGianBretana)yeI año i n pasó á Ale_
mama, donde san Bonifacio, que era pariente suyo, lo
recibió con alegría, le dió el hábito monástico y le
ordenó de diácono, encargándole el cuidado de predicar
el Evangelio a los infieles , los herejes y los
cismáticos. En T51 fué ordenado presbítero por el " mismo
san Bonifacio, quien lo envió á Roma para consultar
al papa san Zacarías acerca de algunos puntos importantes
de disciplina, y cuando volvió á Alemania fué designado
para ser su sucesor. Lulo fué pues consagrado arzo-
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hispo de Maguncia con el consentimiento del rey pepino y
la aprobación de todo el clero y pueblo del pais. Durante
ios ti-einta y cuatro años de su pontificado, se mostró
siempre digno por su sabiduría y sus virtudes, del alto
puesto que ocupaba, venerado y querido de los reyes y
prelados y de la sede apostólica que le consultaba en todos
los negocios graves de la Iglesia. En los últimos aflos
de su vida renunció su obispado y se retiró al monasterio
de Uarsfeld, donde acabó dichosamente sus dias el dia 1.°
de noviembre del año T87.
SAN GALO, ABAD Y CONFESOR.—Nació á mediados del siglo
VI en Irlanda, de familia noble y virtuosa. Sus padres
Je consagraron á Dios desde su infancia y le hicieron entrar
en el monasterio que dirigía á la sazón san Columbano
para que lo formase en letras y piedad. Galo aprendió
allí ambas cosas con aprovechamiento, y cuando «u maestro
san Columbano dejó la Irlanda para ir á predicar la fé en
Inglaterra, fué él uno de los doce rnonges que le acomparon
y que el año S83 fueron con él mismo á Francia. Galo
se retiró después á la Austrasia y fijó su residencia en
un desierto inhabitado, del cual salia solamente para irá
predicar á los infieles la doctrina de Jesucristo. Sus exhortaciones
y discursos tuvieron buen éxito, convirliendo
gran número de paganos. Su desierto se llenó dentro de
poco de numerosas celdas llenas de solitarios , las cuales
formaron muy pronto un monnsterio, que se hizo célebre
por la santidad delosque la habitaban. El rey de Austrasia
quiso colocar á Galo sobre la sede episcopal de Constancia
; pero el santo se negó siempre á aceptar semejante
dignidad y designó en su lugar á su discípulo Juan,
que fué consagrado con aplauso de todos. Después de haber
regularizado la disciplina, monástica entre sus discípulos
y de haberles dado la regla de san Columbano, murió
Galo en el propio monasterio, llorado de todos el dia
16 de octubre del año 6í6, ilustre en milagros.
SAN FLORENTIN, OBISPO Y CONFESOR.—Fué el XXIII obispo
de Tréveris, brillando en esta Iglesia por tiU celo, su
piedad y sus vastos conocimientos. Después de haber
gobernado su rebaño en paz y santidad, descansó en el
Señor, coronado de merecimientos durante el siglo V.
DIAl'I.
SANTA EDÜVIGIS , VIUDA.—Fué santa Eduvigis hija do
Bertoldo, marqués de Moravia y conde de Tirol. Tuvo
tres hermanas, la una casada con Felipe, rey de Francia,
otra con Andrés, rey de Hungría, que fué madre de santa
Isabel, y la tercera abadesa en un monasterio de monjas
en la provincia deFranconia. Tuvo asimismo cuatro hermanos
, Bertoldo, patriarca de Aquileya , Eleberto , obispo
de Bamberga, Olon y Enrique, que siguieron la milicia
y"sucedieron á su padre en el estado. Siendo doncella de
doce años la casaron sus padres con Enrique, duque de
Silesia y de Polonia, con el cual vivió con grande houcsUdad
y recogimiento, procurando de tal manera darcontento
á su marido y cumplir con las leyes del santo matrimonio,
que bien mostraba el ardiente deseo que tenia de
guardar cuanto pudiese la castidad; porque desde que se
seiitia preñada, hasta haber parido, la cuaresma, el adviento,
los domingos y muchas fiestas principales y vigilias
del año, de común consentimiento dormían apartados,
para darse á la oración y vacar mas al Señor: el cual dió á
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