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m<br />
LA LEYENDA DE ORO.<br />
DIA 10.<br />
caricias ¡ y viendo que estas no bastaban á contrastar su<br />
Hos, y que <strong>de</strong>snudos los anaslrason vivos por los lugares<br />
mas ásperos , espinosos y pedregosos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto , y que<br />
los unos se viesen á los otros en las vueltas y tornos qno<br />
los caballos hiciesen, para que con la vista fuesen mas<br />
alormenlados; pero ánlcs le salió al revés esfa segunda<br />
intención : porque ejecutada la sentencia por los lieros<br />
verdugos con todo rigor y tiranía , cuando pasaba uno<br />
<strong>de</strong> los sanios mártires cerca <strong>de</strong>l olio, <strong>de</strong> suerle que pudiesen<br />
verse y hablarse, no solo no recibían mas tormento<br />
ánles bien alegres y regocijados en el Señor, por quien<br />
pa<strong>de</strong>cían, se saludaban diciéndose uno á otro: Hermano,<br />
ruega á Dios por mí: ya su inmenso amor ha cumplido<br />
nuestros <strong>de</strong>seos: así se consigue el reino <strong>de</strong> los ciclos.<br />
De esta suerte se animaban y regocijaban en el Señor, y<br />
<strong>de</strong> esta suerte, haciendo oración y cantándole á Dios himnos<br />
<strong>de</strong> alabanzas, eníregaron sus benditísimas almas en<br />
manos <strong>de</strong> su Criador, y sus cuerpos gloriosos, aunque<br />
tan maltratados y heridos, se conservan en el mismo lugar<br />
don<strong>de</strong> fueron sepultados por los cristianos, obrando<br />
nuestro Señor Jesucristo innumerables milagros por su<br />
intercesión.<br />
No se aplacó la ira <strong>de</strong>l cruel y rabioso arriano Genserico;ánfes<br />
mas enfurecido hizo martirizar otros muchos<br />
é invictos soldados <strong>de</strong> Jesucristo, cuyos nombres eslán<br />
escritos en el libro <strong>de</strong> la vida. Mandó <strong>de</strong>sterrar algunos;<br />
y uno fué san Valeriano, obispo, con penas gravísimas,<br />
<strong>de</strong> que ninguno le diese albergue en su casa ; y así el<br />
santo viejo, que era <strong>de</strong> ochenta años, vivió mucho tiempo<br />
<strong>de</strong>snudo, al frió y hielo; y así acabó felizmente su carrera.<br />
Por ór<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l mismo Genseiico entraban en los<br />
templos los arrianos, y echaban por tierra el sacrosanto<br />
cuerpo y sangre <strong>de</strong> Jesucristo: y porque <strong>de</strong>fendía un sacerdote<br />
llamado Armogaslo , tan impío sacrilegio, le pusieron<br />
en un cruel lormento, don<strong>de</strong> le (orcianlas piernas,<br />
ánimo y fé invicta, le mandó <strong>de</strong>gollar, or<strong>de</strong>nando al verdugo<br />
que si al tiempo <strong>de</strong> corlarle la cabeza , le hallaba<br />
limido y que quería <strong>de</strong>jar la fe para vivir, sin remedio le<br />
<strong>de</strong>gollase; pero si vela que moría firme y constante, no<br />
le quitase la vida. No era piedad esta <strong>de</strong>l traidor Genserico,<br />
ánles sí impiedad jamás oida: porque su ánimo era,<br />
si estaba constante , quitarle <strong>de</strong> mártir la corona: y si no<br />
lo estaba que entonces muriese y perdiese el alma. Pero<br />
nada consiguió ¡ que si bien no le quitó la vida el verdugo,<br />
porque le halló mas firme y constante que una columna<br />
<strong>de</strong> mármol, y nos quitó un mártir; nos <strong>de</strong>jó un<br />
confesor glorioso, cuyo martirio ya celebraron los ángeles,<br />
y premió Dios. El último fué san Saturo, á quien no<br />
podiendo el impío rey apartar <strong>de</strong> la fé con promesas do<br />
dignida<strong>de</strong>s y puestos gran<strong>de</strong>s , mandó le quitasen los<br />
esclavos , la hacienda toda , que era riquísima; los hijos<br />
y la mujer : á la cual or<strong>de</strong>nó que á sus mismos ojos se<br />
casase con un pérfido arriano. Esta fué la mas cruel guerra<br />
que le previno el Urano ; porque inducida <strong>de</strong> la sierpe<br />
infernal, cual otra Eva procuró con caricias y alhagos<br />
<strong>de</strong>rribar al fuerte Adán , su esposo; mas él la respondió,<br />
lo que Job á la suya: como una <strong>de</strong> las mujeres necias<br />
has hablado. Quítenme los hijos: quítenme la mujer: quilenmelas<br />
riquezas; que mi Señor Jesucristo me enseña que<br />
quien no lo <strong>de</strong>ja todo por su amor, no es verda<strong>de</strong>ro discípulo<br />
suyo, ni pue<strong>de</strong> serlo. ¡ O constancia sania 1 ¡ ó valor<br />
inaudito ! ¡ ó Saturo glorioso! Pobre y mendigo te <strong>de</strong>jan,<br />
sin hijos, y mujer; pero no le pudieron quitar la corona<br />
<strong>de</strong> gloria que tan gloriosamente mcrocisle. Querer <strong>de</strong>clarar<br />
los tormentos que pa<strong>de</strong>cieron los otros doscientos<br />
y setenta mártires , que aquí ponemos , con otros , trecientos<br />
setenta y cinco mas, que todos murieron á manos<br />
<strong>de</strong>l tiranoGcnscncOjSÍnolros inünilosque se ignoran; fuera<br />
nunca acabar; basta saber las cruelda<strong>de</strong>s que usó con<br />
hasta romperle los huesos y <strong>de</strong>jarlos en solo las <strong>de</strong>licadas los que nonbramos para discurir lo que seria <strong>de</strong> los<br />
cuerdas <strong>de</strong> los nervios: y viendo los verdugos que se le<br />
caian ya las piernas y brazos, se los alaron con duras<br />
cuerdas, para que durase el lormento; pero <strong>de</strong> todo le<br />
sacó sano y libre aquel divino Señor por quien pa<strong>de</strong>cía.<br />
Colgáronle <strong>de</strong> un pié la cabeza hácia bajo, y el bendito<br />
santo estaba como quien <strong>de</strong>scansa y duerme en una cama<br />
<strong>de</strong> blandas plumas 3 y al fin lo mandó el rey <strong>de</strong>gollar:<br />
pero un sacerdote arriano le dijo , no hiciese tal; porque<br />
los cristianos no le venerasen por mártir. Admitió el impío<br />
otros. Celebra la Iglesia el martirio y fiesta <strong>de</strong> estos gloriosos<br />
santos ál6 <strong>de</strong> ocluhre; porque sin duda lodos, ó<br />
los mas, pa<strong>de</strong>cieron este dia, y fué por los años <strong>de</strong>l Señor<br />
<strong>de</strong> 456. Escribieron su vida y martirio Beda; Usuardo;<br />
Adon ; Yictor, obispo ulicense, Hb. 1 <strong>de</strong> Perserut. wandal.;<br />
Surio, lomov; Pedro <strong>de</strong> Natalib., in Calhulogo sancl.,<br />
lib. ix, cap. 73 ; el Martirologio romano; y Baronio en sus<br />
anotaciones y en el tomo vi <strong>de</strong> sus Anales, año <strong>de</strong> í")6,<br />
mim 13.<br />
rey el consejo, y por mas afrenta <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l <strong>de</strong>stierro y<br />
otras muchas, le hizo guardar vacas. Estando en este<br />
ejercicio , le reveló el SeHor el dia y hora <strong>de</strong> su gloriosa<br />
muerle: y llamando á un crisliano, su amigo, y que le<br />
* LOS SANTOS SATÜIIMXO Y NEtlEO, C0X 0TI10S TIÍESCIEX-<br />
TOS SESENTA Y CINCO COMPAÑEROS, MÁRTIRES.—Lo mismo<br />
que los anteriores, eran estos sanios <strong>de</strong> África, y sufrieron<br />
veneraba como á apóstol, llamado Félix, le dijo y pidió le<br />
el martirio en el mismo país durante la persecución que<br />
enterrase en muriendo <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> un ái bol por huir el ser<br />
venerado, y le lomó juramento <strong>de</strong>que así lo baria. Murió<br />
el dia y hora que dijo; y Félix, cumpliendo lo que habla<br />
jurado, cavó al pié <strong>de</strong>l árbol: y como le embarazasen las<br />
raices, hizo tanto que las corló y arrancó <strong>de</strong>l todo, y<br />
cavando cuanto hondo pudo, al tiempo que ya quería <strong>de</strong>jarlo<br />
y sepultarle en el hoyo, <strong>de</strong>scubrió una urna <strong>de</strong> hermosísimo<br />
mármol, tan bien labrada, tan curiosa y rica,<br />
que no es posible haya alguno <strong>de</strong> los reyes tenido tan<br />
precioso sepulcro, y en ella lo sepultó: que así honra<br />
Dios á los que le sirven y por su santo nombre pa<strong>de</strong>cen.<br />
Luego se siguió el glorioso Másenlo, al cual procuró el<br />
impío rey traer á su voluntad con promesas, hulagos y<br />
contra los cristianos movió el rey <strong>de</strong> los vándalos Genserico.<br />
<strong>Los</strong> tormentos con que fueron afligidos aquellos sanios<br />
fueron tan atroces, que solo podia inventarlos la ingeniosa<br />
crueldad <strong>de</strong> un tirano.<br />
SAN ELIFIO MÁRTIR.—Nació en Lorena, <strong>de</strong> una familia <strong>de</strong><br />
santos, y su educación é inclinaciones correspondieron<br />
perfectamente á los eficaces ejemplos <strong>de</strong> virtud <strong>de</strong> que había<br />
sido testigo en su infancia. A causa <strong>de</strong> su celo por la<br />
religión cristiana acarreóse sobre Elifio el odio <strong>de</strong> judíos y<br />
paganos, que lograron hacerlo pren<strong>de</strong>r en tiempo <strong>de</strong> Juliano<br />
Apóstala. Metiéronle en una cárcel en Toul; pero<br />
pasado algún tiempo fué puesto en libertad. Después fué<br />
preso segunda vez y sufrió varios tormentos ; pero con su