Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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le jizolaron con varas de hierro, y al fin lo ocharon en
una lioynefa, (londe consumó su martirio, el año 303.
¡SAN ¡N'uvouio, v sis COMI'AÑI.UO^, M.UITIRES.—San Nemorio
era diácono de la Igie&iu de Troyes cuando enlró
en esta ciudad Alda, rey de los hunos. Para apaciguar
á aquel guerrero, llamado « el azote de Dios, » el
clero y el pucldo mandaron al ilustre diácono con otros
sois clérigos á su oncueniro. Vestidos, pues, con las vestiduras
sagradas y llevando la cruz en procesión , se presentaron
al vencedor, que lejos de ahlandarse con aquellas
señales do, paz , mandó á sus soldados que se apoderasen
de los siete eclósiasticos , é inmediatamente los
degollasen. Murió ¡Scmorio con sus seis compañeros en el
mes de setiembre del año 451.
S.v.\ PANFILO, OBISPO Y CONFESOU.—El cardenal IJaronio
dice que fué este santo obispo de Capua, y que después
de haber llorocido en ciencia y piedad, acabó pacílicamente
sus dias en medio de su rebaño. El mismo autor es
de parecer que floreció durante los siglos IV ó V. Antiguamente
fué muy venerado en Italia, y habia algunas iglesias
de su invocación.
SAN AUGDSTAL, OBISPO Y CONFRSOU.— Según Beda fué
francés de nacimiento y obisijo de la ciudad de Arles. Su
pontificado fué célebre en imporlanles trabajos apostólicos
para la reforma de la disciplina y propagación de la fé.
Su ardiente caridad para con los pobres le obligó á vender
hasta lo que le era mas preciso, para dárselo y aliviar
las miserias públicas. Euézcloso y caritativo como un
apóstol; asistió á varios concilios de su tiempo, y murió
con la muerte de los santos, eu el mes de setiembre
del año ífiO.
SANTÍI GEHMWA, VÍKORN Y MÁiim. — Oíros la llaman
tlrimonia. Fué martirizada en defensa de su castidad en el
siíio de su retiro, en Picardía, diócesis de Laon.
S.VM V MEDRUIEUTA, VÍHGKN Y ABADESA.—Puésobi ina de
sania Aldegunda, y fué educada en un monasterio de que
(U'spues fué abadesa; murió por los años de 70o.
SAN EUXAN, OBISPO.—Solo se sabe de él que fué primer
obispo de llaphoe, cu Irlanda, provincia de ülsler.
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LA NATIVUUD pl U VÍRGBN SANTÍSIMA.NUESTRA SESORA.—
DH nacimienlode la gloriosísima Virgen y Madre de Dios,
María Señora nuestra, dice la santa Iglesia en una antífona,
hablando con ella, estas palabras: «Vuestra nalividad,
ó Virgen y Madre de Dios, ha traido gozo y alegría al
mundo universo; porque de vos ha nacido el Sol de justicia,
Cristo nuestro Dios:, el cual, deshaciendo la maldición
(debajo de la cual estábamos comprendidos), echó su
copiosa bendición sobre nosotros; y venciendo y matando
la muerte, nos dio vida sempiterna y perdurable. Por
cierto que con gran razón, guiada del Espíritu santo, dice
la Iglesia, que el nacimiento de ¡a Virgen ha acarreado al
mundo universo singular alegría y regocijo: porque si el
ángel san Gabriel dijo á Zacar.'as, que muchos se gozarían
y tendí ian placer en la natividad de su hijo san Juan Bautista,
y la celebraron, porque era hijo de oraciones, y nacía
de [¡adres viejos y de madre estéril, y habia de ser
procursor del Mesías, y aparejarle el camino; ¿cuántos
mas motivos y títulos tiene todo el mundo para holgarse
y dar saltos de placer, el día que nació esta Virgen ben-
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ditísima, en cuyas purísimas entrañas se habia de encerrar
Dios nuestro Hedonlor, y vestirse de su carne y unir la
nalm aloza divina con la humana, y darle, con su bendición,
vida y salud eterna? Todo el universo estaba vestido
de tinieblas, de culpas é ignorancia, y cubieilo de una
noche tenebrosa y oscura; mas cuando apuntó y comenzó
á reirsc la luz de esta Alba divina, lodo se bañó de regocijo
y alegría, entendiendo que se acercaba el dia, y venia
el Sol que le había de esclarecer y librarle de todos
los males y miserias que padecía. La sanlísima Trinidad
tuvo singular contento: el Padre, por haber nacido su
dulce Esposa: el Hijo, porque habia de ser su Madre; y
el Espíritu santo porque era su Templo, y porque por virtud
suya habia de concebir al Hijo del Altísimo en su sagrado
vientre. Pues ¿qué diré de todos aquellos celestiales
y bienaventurados espíritus? ¿Qué fiesta creemos que hicieron
en el cielo el dia que vieron nacida en la tierra á
la que habiu de ser su Reina y reparadora de las sillas,
por medio de su benditísimo Hijo? ¿Qué de los santos patriarcas,
sus primogenitores, cuando vieron cumplidos sus
largos y ansiosos deseos, y que por medio de esta niña
habia de ser tan ¡lustrado y encumbrado su liníqe? ¿Qué
de los profetas, que tantas veces la anunciaron, y debajo
de tantas sombras y misteriosas figuras la dibujaron y
pintaron? Todo el linaje humano se debe alegrar con el
nacimiento de esta Señora, por la honra que le vino do
tenerla por parionla, y por gloria, ornamento y corona
suya ; y particularmente life pecadores, po'- tener tal abogada
é intercesora. Peroles que mas parte hoy tienen en
esta fiesta son los padres de esta niña, á quienes Dios hizo
tan señalada merced, y por medio de ellos dió tanta alegría
;i todo el mundo. El padre de la Virgen fué Joaquín,
de -Nazareth; su madre Ana, de la ciudad de Belén; y los
dos eran de la tribu de Judá, y del linaje de David. Eran
ricos y nobles, y de sangre ilustrísima; poique descendían
de muchos reyes, de valerosos capitanes, de grandes y
sabios jueces y gobernadores del pueblo de Israel: y lo
que mas importa, de santísimos sacerdotes y patriarcas,
y amigos de Dios, que le habían servido con singular
amor y reverwicia. A mas de esto, eran personas muy
temerosas de Dios, y guardaban con gran cuidado su santa
ley, en ayunos, oraciones y limosnas; porque lal couvenia
que fuese el árbol que habia de producir tal fruto. Repartían
sus rentas en tres partes: en el templo y culto divino,
en los pobres, y en sustentar su familia.
Habían vivido veinte años casados, sin tener hijos, porque
era Ana estéril; y por esta causa andaban muy tristes
y afligidos. Mas Dios nuestro Señor con gran providencia
ordenó que Ana fuese estéril, para que el nacimiento de
su Hija santísima fuese milagroso, y no se atribuyese á la
naturaleza, sino á la gracia. Y como dice san Juan Damasceno,
para que por este milagro se allanase el camino
para el milagro mayor de todos los milagros, que es venir
Dios al mundo y encarnar en las entrañas de María; y
para que se entendiese que la que nacía no era obra de
deleite sensual, sino de la gracia divina: y que el Señor
algunas veces cierra la puerta para abrir la mayor maravilla,
para que con el nuevo milagro se conoza mejor y se
estime mas la grandeza de la que nace. También quiso
Dios que fuese estéril Ana, y ella y Joaquín viejos; para
que la Virgen que nacía, fuese bija de oraciones, de deseos
y lágrimas, á la manera que lo fué Samuel, hijo de