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Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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m<br />

( iiulro afios <strong>de</strong> i-epcnle, y <strong>de</strong>uiro <strong>de</strong> pocos dias la vió saiir<br />

<strong>de</strong>l pnrguíorio.<br />

Mas <strong>de</strong> veinte anos ánlesquc sucediese en Portugal la<br />

inuei te <strong>de</strong>l rey don Sehíisíian y <strong>de</strong> íanta nobleza <strong>de</strong> aquel<br />

reino, como murió en Africa, vió la santa un ángelconuna<br />

espada muy sangrienla sobre el mismo rey <strong>de</strong> Portugal;<br />

dimdola á enten<strong>de</strong>r la mucha sangre que <strong>de</strong> él se <strong>de</strong>rramaria<br />

: y al cabo <strong>de</strong> estos años, estando,ella afligiéndose<br />

<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> nuestro Sefior <strong>de</strong> tan gran<strong>de</strong> pérdida <strong>de</strong> un rey<br />

y <strong>de</strong> tanta gente, la dijo nuestro Señor: Si yo los hallé dispucslos<br />

pai a traerlos á mí ;. ¿<strong>de</strong> qué le fatigas tú? Vió también<br />

el mismo ángel con la espada <strong>de</strong>snuda y sangrienla<br />

sobre el reino <strong>de</strong> Francia, y dióla e¡ Señor á enten<strong>de</strong>r la<br />

ira que entonces tenia con aquel reino, y profetizó las herejías<br />

que se habían <strong>de</strong> levantar.<br />

LA LEYENDA DE ORO<br />

Vió <strong>de</strong> algunas religiones gran<strong>de</strong>s proezas que han <strong>de</strong><br />

baccr en tiempos veni<strong>de</strong>ros en servicio <strong>de</strong> la-Iglesia, como<br />

ella largamente escribe en el cap. 38 <strong>de</strong> su vida. Eevelóla<br />

nueslro Sefior que veria muy a<strong>de</strong>lante en sus dias la<br />

or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la Virgen, que ella babia reformado por eslas<br />

palabras: «Esfuérzate; pues ves lo que le ayudo: be<br />

querido que ganes lú esta corona: en tus dias verás muy<br />

a<strong>de</strong>lante la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la Virgen. Esto entendí <strong>de</strong>l Señor<br />

mediado febrero, año <strong>de</strong> Váli.n Consolóse muebo la<br />

santa madre: lo uno con osla corona que el Señor la ofrecia;<br />

y lo olro con ver que el sumo Pontífice <strong>de</strong>l cielo,<br />

disto nuestro Re<strong>de</strong>ntor, confirmaba con estas palabras<br />

el lílulo que sus vicarios en la tierra babian <strong>de</strong>clarado<br />

con la autoridad apostólica en favor <strong>de</strong> su religión, contra<br />

muchos émulos que á los principios que esla or<strong>de</strong>n<br />

vino á Europa (envidiosos <strong>de</strong> tan glorioso renombre) procuraban<br />

conlra<strong>de</strong>dr el lílulo lan ilustre que tiene <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

Üempo<strong>de</strong> la primitiva Iglesia, <strong>de</strong> religión <strong>de</strong> la Virgen<br />

María <strong>de</strong>l Motile Carmelo. Vió cumplida la sania madre<br />

Teresa en sus dias esta profecía; pues antes que muriese<br />

<strong>de</strong>jó aumentada su religión en gran número <strong>de</strong> monasterios<br />

y sujetos, y (lo que es mas <strong>de</strong> estimar) en grados<br />

<strong>de</strong> perfección: y para mayor consuelo suyo la mostró<br />

nuestro Señor, no solamenle lo que babia <strong>de</strong> ser <strong>de</strong> esta<br />

nueva plañía en su vida, sino también el crecimiento que<br />

tendria <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> muerta, y el frulo gran<strong>de</strong> que haria en<br />

los tiempos veni<strong>de</strong>ros en la Iglesia, como ella escribe en<br />

BU vida, por estas palabras: «Estando otra vez rozando<br />

cerca <strong>de</strong>l santísimo Sacramento, aparecióme un sanio,<br />

cuya ór<strong>de</strong>n ha estado algo caida : tenia en las manos un<br />

libro gran<strong>de</strong>: abrióle; y díjome que leyese unas letras<br />

que eran gran<strong>de</strong>s y mny legibles : y <strong>de</strong>cian así: En los<br />

tiempos adveni<strong>de</strong>ros íloi'ecerá esla ór<strong>de</strong>n, y habrá muchos<br />

márlires. Otra vez estando en maitines en el coro,<br />

se me reprcsenlarou y pusieron <strong>de</strong>lante seis ó siete, me<br />

parece serian <strong>de</strong> esta misma ór<strong>de</strong>n, con espadas en las<br />

manos: pienso que se da en esto á enten<strong>de</strong>r han <strong>de</strong> <strong>de</strong>fendi-r<br />

la fé; porque otra vez estando en oración se arrebató<br />

el espíritu: parecióme oslar en un gran campo don<strong>de</strong> se<br />

combalian muchos; y estos <strong>de</strong> esla ór<strong>de</strong>n peleaban con<br />

gran fervor; tenían los rostros hermosos y muy encendidos,<br />

y echaban muchos en el suelo vencidos, otros mataban:<br />

parecíame esla gran batalla contra los herejes.»<br />

Calló la sania madre el nombre <strong>de</strong> su religión por algunos<br />

honestos fines; pero es cierto como se supo <strong>de</strong> la misma<br />

sania Teresa , que hablaba <strong>de</strong> la nueva reforma que ella<br />

fundó. A mas <strong>de</strong> esla profecía <strong>de</strong> su religión , la dijo otra<br />

DIA 15.<br />

vez nueslro Señoi , no se <strong>de</strong>sharía la nueva reforma <strong>de</strong><br />

los <strong>de</strong>scalzos que entonces estaban muy perseguidos, sino<br />

que antes irían creciendo. Estando en la fundación <strong>de</strong> Segó<br />

vía , la reveló nuestro Sefior por medio <strong>de</strong> san Alberto,<br />

santo <strong>de</strong> su ór<strong>de</strong>n, la reparación <strong>de</strong> los <strong>de</strong>scalzos y <strong>de</strong> los<br />

padres calzados. Cuatro años antes que se acabasen las<br />

persecuciones y trabajos que los religiosos <strong>de</strong>scalzos pa<strong>de</strong>cían<br />

, que fueron grandísimos , vió un mar muy gran<strong>de</strong><br />

y muy alterado <strong>de</strong> persecuciones, y con esta visión la dió<br />

el Señor á enten<strong>de</strong>r que como los egipcios se habían hundido<br />

en el mar, cuando iban persiguiendo los hijos do<br />

Israel, y el pueblo <strong>de</strong> Dios pasó libre; asi su ór<strong>de</strong>n quedaría<br />

libre, y los que la perseguían ahogados y vencidos.<br />

Tuvo también revelación <strong>de</strong> la religión <strong>de</strong> la Compañía<br />

<strong>de</strong> Jesús, y lo <strong>de</strong>jó escrito <strong>de</strong> su propia mano en el libro<br />

que se guard*en San Lorenzo <strong>de</strong>l Escorial, don<strong>de</strong> dice:<br />

«De los <strong>de</strong> la ór<strong>de</strong>n <strong>de</strong> este padre, que es la Compañía <strong>de</strong><br />

Jesús, y <strong>de</strong> toda la ór<strong>de</strong>n junta he visto gran<strong>de</strong>s cosas:<br />

vílos en el eíelo con ban<strong>de</strong>ras blancas en las manos algunas<br />

veces, y como digo, otras cosas <strong>de</strong> gran<strong>de</strong> admiración<br />

: y así tengo esla ór<strong>de</strong>n en gran veneración; porque<br />

los he tratado mucho, y veo conforme su vida con lo que<br />

el Seflor me ha dado <strong>de</strong> ellos á enten<strong>de</strong>r.» T estando ella<br />

maravillada y contenta por la mucha <strong>de</strong>voción que tenia á<br />

esta religión, la dijo nuestro señor Jesucristo: Pues si tú<br />

supieses cuánto han <strong>de</strong> ayudar estos á la Iglesia en los<br />

tiempos veni<strong>de</strong>ros. Esta visión dice ella que -vió algunas<br />

veces : y aunque en la Vida que se imprimió no se <strong>de</strong>clara<br />

el nombre <strong>de</strong> la religión, está <strong>de</strong>clarado on el libro que<br />

olla escribió, y en los <strong>de</strong>más que andan <strong>de</strong> mano, las<br />

palabras que la dijo nueslro Señor, puso <strong>de</strong>spués mas a<strong>de</strong>lante<br />

en él capítulo íO, sin el nombre <strong>de</strong> la religión; pero<br />

es cosa ciertísima y sabida <strong>de</strong> su boca, todo lo que se ha<br />

dicho, como lo testifica el padre doctor Francisco <strong>de</strong> Ribera.<br />

En otra parte dice: «Estando en un colegio <strong>de</strong> la Compañía<br />

do Jesús, y oslando comulgando los hermanos <strong>de</strong><br />

aquella casa, vi un palio muy rico sobre sus cabezas: esto<br />

vi dos veces; cuando otras personas comulgaban, no lo<br />

veía.» De la misma religión <strong>de</strong> la Compañía <strong>de</strong> Jesús, advierten<br />

algunos escritores <strong>de</strong> su vida que habla la santa,<br />

cuando dice, en ol capitulo íO <strong>de</strong> su Vida : «Estando una<br />

vez en oración con mucho recogimienlo, suavidad y quietud,<br />

parecíame estar ro<strong>de</strong>ada <strong>de</strong> ángeles y muy cerca <strong>de</strong><br />

Dios: comencé á suplicar á su Majestad por la Iglesia:<br />

dióseme á enten<strong>de</strong>r el gran provecho que ha <strong>de</strong> hacer una<br />

ór<strong>de</strong>n en los tiempos postreros, y la fortaleza con que los<br />

<strong>de</strong> ella han <strong>de</strong> sustentar la fé.»<br />

Conoció también por revelación que su confesor, arpiel<br />

divino varón, el padre Baltasar Alvarez, déla Compañía<br />

<strong>de</strong> Jesús, se había <strong>de</strong> salvar, y la mostró Dios nuestro Señor<br />

un eminente lugar que había <strong>de</strong> tener en el cíelo: y<br />

añadió que aquel padre había llegado en la tierra á lan<br />

alto grado <strong>de</strong> perfección, que no vivía en aquel tiempo<br />

quien le tuviese lan alto, y que según aquel grado <strong>de</strong> perfección<br />

se le habían <strong>de</strong> dar los grados <strong>de</strong> gloria en el cielo,<br />

y que él excedía en perfección á todos los que había<br />

entonces vivos en el mundo. Supo también la muerte <strong>de</strong><br />

cuarenta padres y hermanos <strong>de</strong> la Compañía <strong>de</strong> Jesús que<br />

iban al Brasil, y los mataron los herejes. Iba entre ellos<br />

un <strong>de</strong>voto <strong>de</strong> la santa madre; y luego que los tomaron,<br />

dijo al padre Ballasar Alvarez, su confesor, que los había<br />

vislo cen coronas <strong>de</strong> mártires en el cielo. Después vino á

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