Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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DIA 1 2. DIA 12. .OÍR SIN WILFRIDO, OBISPO Y C.O.NFKSOU.—Wilfrido fué inglés de nació», hijo de muy nobles padres, do quienes fué tan bien instruido en la fé católica y buenas costumbres, que adelantándose la prudencia á la edad, era de los mas ancianos y doctos, venerado y reverenciado en sus mas tiernos anos; y apenas cumplió los catorce, cuando renunciando al siglo y sus riquezas {de que era abundante) con todas sus vanidades, se entró á servir á Dios en un monasterio, donde en breve tiempo se adelantó tanto á todos en prudencia, virtudes y letras, que era de todos maestro. Kl rey Alchfi ido, que en este tiempo poseia (oda la Hretafia y se bailaba sin obispo, puso los ojos en Wilfrido y le envió al rey de Francia, para que le hiciese consagrar en obispo de Eboraco, en Inglaterra. Recibióle el rey lionoríticamente, como mcrecian su virtud, sangre y recomendaciones de Alcbfrido, y lo envió al obispo de Taris, Agilberlo, que lo consagró, asistido de otros obispos: con lo cual Wilfrido, hecho ya obispo, volvió á su patria con lodo honor, y coa el mismo fué recibido. Gobernó su Iglesia algunos afios en paz y quietud, predicando y reduciendo nmclias almas á la fé de Jesucristo; pero como el enemigo común se viese perdidoso con la predicación y virtudes de Wilírido, procuró inquietarle y divertirle; y así sembró gtfftü entre él y el rey: el cual lo echó do su silla y de su Iglesia. Vínose, á Roma : donde, vista su inocencia por el sumo poniíiice Agalon, que entonces tenia la silla de san I'edro, 6 abso!vió y declaró inculpable y amado de Dios, en un concilio que tuvo en la misma ciudad de Roma de ciento veinte y cinco obispos, y quiso su santidad [para declarar mas su inocencia) que Wilfrido fuese uno de los obispos de dicho concilio : el cual acabado, se volvió á su patria y obispado, mandándoselo así el poníífice. Pero por uo tener mas encuentros con el rey, no volvió á su misma Iglesia, sino que se entró en la provincia de los australes sajones, que eran gentiles; y pudo tanto su divina predicación, que los redujo á todos á la fé de Jesucristo y á lodos los bautizó, librando toda aquella provincia y «gente sajól a , no solo de la esclavitud del demonio, sacándolos á todos, desde el rey y príncipes hasta el mas humilde, de Jas tinieblas gentílicas en que tan ciegos vivian; sino también de las penas temporales, que justamente padecían e los, sus campos y ganados; pues habia tres años que no llovía y muchos morían de hambre y sed. A tanto llear m'aban I8081'6'30'0"' (,Utí de cinciienta en cillcucnta se J n os BQinbnwr. al mar, desesperados, gustando mas morir de una VP* ai.„ i j . . . . . Utl vez abogados en sus ondas, que morir rabiando de hambre. Pero ,, ó bondad inmensa de Dios!) apenas los mlnjo á la fé con su divina predicación el glolioso . obispo • Wilfrido, ,, ' einmi» uan,l0 n Hovio •• sobre i ellos n el i agua de i ia graciMen el baulisrao vcnKr.„o., i A A ,1. . , . " u' Y soore sus campos la deseada «el cielo; de suerte, que á nnm* A:** , i , A •. ' ' 1 . d Pocos días todo se vió verde, noi ido y con sazonados frutos dinrin i^, • r •. ri-ca i ti- ^ r • ' aan(:,() todos míluitas gra- UJs a Dios por beneficios tantos. maiíos 7° ,n;laS1'0 ^f,'0V^os, que hacia Dios por viendo tam0s prodigios, dió al santo obispo una isla llama! BLCCn o ***** Península ó Quersoncso, la cual OCTUliRE. 213 también redujo á la ley evangélica, y fundó en ella un monasterio admirable. Aquí, pues, en toda paz y quietud vivia Wilfrido, y ejercia la dignidad de obispo y apostólico varón: y como libraba á todos de la esclavitud cierna del demonio, también libró de la temporal y espiritual á un tiempo doscicn'os y cincuenta esclavos, que tenían los señores de aquella isla, bautizándolos y dándolos libertad. En este tiempo murió el rey Britanno, que habia echado de la silla al santo obispo Wilfrido, y sucediéndole en el reino Aldfrido, pidió al bendito prelado que volviese á su Iglesia de Eboraco, y el santo, para complacer al rey y consolar aquellas ovejas, que sin su pastor balaban ti isles y desconsoladas, volvió de nuevo á ocupar su primera silia, dejando sacerdotes y varones apostólicos en aquella isla y provincia, nuevamente por él convertida, para que cultivasen la viña del Señor. Poco le duróla quietud ; porque pasados cinco años, movió tal discordia la sierpe infernal, que el mismo rey que le habia llamado, incitado de muchos envidiosos, le desterró y arrojó de su silla. Volvió á Roma, y fué otra vez declarado por el pontitice inculpable y justo, como se vió, según las acusaciones que le hacian; pues todas eran impuestas y falsas. Con esta declaración y órden de su santidad, se volvió a su obispado : y pasando por Francia, le dió de repente una enfermedad, de que estuvo en la ciudad de Meldo cuatro dias continuos con sus noches, ya casi muerto, sin comer, beber, hablar, ver, oir, ni hacer otra acción vital, fuera do respirar, tan delicadamente, que apenas se percibia si leam alienlo. Al quinto dia, como quien despierta de un profundo sueño, se levantó: abrió los ojos y vió cerca de s( un coro de música y llanto; porque le estaban cantando salmos, mezclados en tiernas lágrimas: y suspirando algún lanío, preguntó por un sacerdote suyo, llamado Acca. I.laiiiáronle al instante: el cual, como vió vivo y que hablaba á su pastor y padre, que juzgaba muerto; hincado do rodillas él y todos los presentes, dieron á Dios las gracias. Luego pidió á todos le dejasen solo con aquel su sacerdote; y estando á solas le dijo: Sabe que he tenido una visión tremenda, la cual quiero que sepas tú solo, y guardes silencio, hasta ver lo que Dios quiere de mí. Púsoseine en pié delante cierto gallardo jóven vestido de blanco, pero ricamente adornado, el cual dijo: Yo soy el arcángel san Miguel, y soy enviado de Dios, para volverte de la muerte á la vida : la cual le concede el Señor por las oraciones y lágrimas de tus discípulos y hermanos, y por la intercesión de su santísima Madre y mi Señora, la siempre Virgen María, sin pecado concebida. Por lo cual te digo, que ahora sanarás de esta enfermedad ; pero está apercibido y pronto; porque pasados cuatro años te visitaré. Ahora irás á tu patria ; recibirás y serás restituido á tu Iglesia; cobrarás cuantas posesiones te habían quitado; y en honor y paz tranquila acabarás tu vida. Convaleció, pues, el santo obispo; y habiendo todos alegres y regocijados, dado á Dios infinitas gracias por ta» beneficio, despedido de todos, prosiguió su viaje. Llegó en fin á su Iglesia y obispado i dió las cartas que traia de su santidad; y leidas por el rey y demás príncipes y obis-pos, fué recibido con lodo honor, y le fueron restituidas todas sus rentas, posesiones y dignidades, por común acuerdo de lodos, en un concilio que para este electo se juntó cerca del rio Nidd. Con estos honores, y toda paz y quietud, vivió cuatro años, gobernando su Iglesia saiilisimamcnte,

214 LA LEYENDA DE ORO. y descansó en el Sefior, lleno (h días y virtudes, hablen^- 1 do padecido tantas cahunidades y destierros, todo por su amante Jesús, por c&paoio de cuarenta y cinco años (pie fué obispo, sin dejar de predicar y buscar almas para el cielo, donde la suya descansa. Su cuerpo santísimo, fué bonoríficamcnle llevado al monasterio Inthipo, donde primero hahia sido monge, como dijimos al principio, y allí obra Dios por él inlinilos milagros. Escribieron su vida, Ileda, De gestis anglar., libro, w cap. 28, lib, iv, cap. 12, lib. v, c«;). 20, el in Epilome, donde dice, fué su muerte gloriosa á 12 de octubre, año del Señor de ; Pedro Klesense, in Calhal. srriptor. brilamic.; Molano, úv Annotat. ad Usiutrdnm; Hoddio; Odón; Snrio, lom. v; el Martirologio romano; y Baronio en sus anotaciones, y en el lomo vui de sus Anales, año de T09, núin. 4. SAN SERAFIX DEMOXTK (ÍIUNAKO, COXI-ESOR.—El glorioso san Serafín, llamado vulgarmente do Ascoli, ciudad de la Marca deAncona, por haber vivido, siendo religioso, muchos años en esta ciudad, y por haberla ilustrado con su sania vida y con sus estupendos milagros; mientras vivió en el siglo se llamó Félix, y nació en e! año 1340, en una aldea del obispado de Fermo, nombrada Monto Granare. Sus padres fueron pobres y de baja condición ; porque su padre ganaba el sustento trabajando de albafiil; mas así él, como Teodora, que era su madre, tenían un rico fondo de virtudes; por lo que á semejanza del santo Tobías, criaro» á osle hijo en el sanio temor de Dios, y desde niño le enseñaron á aborrecer el pecado, á amar y servir á Dios, y á vivir segim las máximas de la religión. Luego (pie tuvo edad para servil', su padre, que por su miseria no podia suministrarle el necesario sustento, le puso en casa de un labrador, (pie le destinó á guardar el ganado. Esta separación de la casa y de los ojos de sus padres, no cansó ningún perjuicio á la piedad tpiele habían inspirado; porque Serafín conservó en la casa de su amo la misma inocencia de costumbres y la misma devoción que había tenido en la casa de sus padres. Cuando se hallaba en el campo guardando el ganado, acostumbraba hacer alguna cruz en algún árbol que tuviese corteza, y delante de ella se postraba y rezaba sus oraciones, y recomendaba con mucho fervor los intereses de su aVma á Jesucristo su Salvador, y á la santísima virgen María, de la cual era dovulisimo. Habiendo muerto después de algún tiempo su padre, fué Serafín llamado á vivir á la propia casa de un hermaiio mayor que tenia en ella llamado Silencio, para que le ayudase y sirviese de peón en el oficio de albanil, que ejercitaba á imitación de su padre. En este oficio tuvo que sufrir Serafín muchos' trabajos y penas; porque siendo poco apto para este oficio, su hermano, que era hombre colérico y bastante furioso, frecuentemente le reñia con aspereza, diciéndole muchas injurias y villanías, y muchas veces le cargaba de palos, y en algunas, trasportado de ira, le daba crueles golpes con el martillo: Serafín su fria con admirable paciencia todos estos malos tratos; y aunque su fatigosa ocupación le dispensaba de la ley del ayuno, ayunaba no obstante tres dias en la semana, y y cuando los demás oficiales descansaban de su trabajo, tomando su ordinaria refección, Seraíin empleaba aquel tiempo en rezar sus devociones. Manifestó Dios con un milagro estupendo, cuán grata le era la piedad de Serafín; porque yendo á visitar á la Virgen santísima, en su santa PIA 12. casa de Loreto, llegando al rio Potenza, halló que iba tan crecido, que no podia vadearse ;• y en efecto, sus compañeros permanecieron en la orilla sin atreverse á entrar en él; pero Serafín le pasó dos veces á vista de todos á pié enjuto, causando cu los espectadores aquel aátunbro quo se deja discurrir. Entretanto Silencio pasó á Loro, aldea poco distante de Monte Granare, para construir allí un eier'o edificio, y so llevó consigo á su hermano Serafín, para que le sirviese de peón en aquella fábrica. En la casa en que habilaroii entonces ambos hermanos, habia una mujer jóven, muy devota y virtuosa, que leia en voz alta libros espirituales, especialmente uno que trataba de los novísimos. Seraliu, que tenia mucha ansia y mucha sed do la palabra de Dios, aplicaba cuidadosamente el oido y el corazón á aquella santa lectura. Un día sucedió, que oyendo leer la severidad del juicio con que Dios juzgará á todos los hombres, y las penas eternas é incomprensibles de las llamas infernales, á que condenará á los pecadores, quedó de tal modo atónito y atemorizado, que dijo á aquella jóven : Si las cosas van así, seria mejor retirarse á un bosque para hacer vida eremítica, á. fin de no exponer á tan gran peligro la propia alma. No es esto necesario, le respondió la virtuosa jóven; pero si lú quieres asegurar tu salvación, basta que entres en la religión de los padres capuchinos, donde se profesa una vida santa y penitente. Seralin, que hasta entonces no había tenido ninguna noticia de esta religión, se informó dél modo de vivir de sus religiosos por la misma jóven, que se hallaba plenamente informada do todo, con ocasión de hospedarse en su misma casa lo? capuchinos que pasaban por aquella aldea de I.oro;y baliiendo entendido que tenían un convento en Tolenlino, luego quo pudo pasó allí, é hizo vivas y humildes instancias á los padres capuchinos, para que le admitiesen por fraile lego en su religión; y aunque entonces no fueron atendidas sus súplicas, todavía repitiéndolas varias veces, y siempre con mayor fervor, consiguió por fin la gracia deseada: y en el año 1364, teniendo veinte y cuatro años de edad, vistió el hábito de religioso lego, en el convento de Jesi, donde fué destinado para hacer el acostumbrado año del noviciado. Todo el mundo sabe cuán duras y ásperas son las humillaciones, mortificaciones y penitencias quo los padres capuchinos imponen á sus novicio?, á lin de probarles su vocación y de inspirar en su alma el espíritu propio de aquella religión, que en una manera particular está dedicada y consagrada á la vida penileute y mortificada, con tanta edificación de la santa Iglesia. El bienaventurado Serafín, no sola acepta de buena gana y practicó con prontitud y alegría de su alma todo lo que le mandaban sus superiores, sino que afwdia á estas raorlificacione?, comunes á todos los novicios, otras muchas particulares; no dormía sino tres horas; llevaba conlinuamentc sobre sus desnudas carnes un cilicio tejido de asperísimas cerdas, que lo cubría lodo el cuerpo á manera de túnica ; tomaba cada dia una sangrienta disciplina con un azote armado de puntas de clavos, con el cual hacia tal carnicería en su cuerpo, que quedaba bañado en sangre; su obediencia no conocía ningunos límites, bastando la menor seña de los superiores y de cualquiera de sus hcrm:inos religiosos para ejecutar todo lo (pie se quería de él: su humildad era profundísima, reputándose el mas mínimo de todos, y que

214 LA LEYENDA DE ORO.<br />

y <strong>de</strong>scansó en el Sefior, lleno (h días y virtu<strong>de</strong>s, hablen^- 1<br />

do pa<strong>de</strong>cido tantas cahunida<strong>de</strong>s y <strong>de</strong>stierros, todo por su<br />

amante Jesús, por c&paoio <strong>de</strong> cuarenta y cinco años (pie<br />

fué obispo, sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> predicar y buscar almas para el<br />

cielo, don<strong>de</strong> la suya <strong>de</strong>scansa. Su cuerpo santísimo, fué<br />

bonoríficamcnle llevado al monasterio Inthipo, don<strong>de</strong> primero<br />

hahia sido monge, como dijimos al principio, y allí<br />

obra Dios por él inlinilos milagros. Escribieron su vida,<br />

Ileda, De gestis anglar., libro, w cap. 28, lib, iv, cap. 12,<br />

lib. v, c«;). 20, el in Epilome, don<strong>de</strong> dice, fué su muerte<br />

gloriosa á 12 <strong>de</strong> octubre, año <strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong> ; Pedro<br />

Klesense, in Calhal. srriptor. brilamic.; Molano, úv Annotat.<br />

ad Usiutrdnm; Hoddio; Odón; Snrio, lom. v; el<br />

Martirologio romano; y Baronio en sus anotaciones, y en<br />

el lomo vui <strong>de</strong> sus Anales, año <strong>de</strong> T09, núin. 4.<br />

SAN SERAFIX DEMOXTK (ÍIUNAKO, COXI-ESOR.—El glorioso<br />

san Serafín, llamado vulgarmente do Ascoli, ciudad <strong>de</strong><br />

la Marca <strong>de</strong>Ancona, por haber vivido, siendo religioso, muchos<br />

años en esta ciudad, y por haberla ilustrado con su<br />

sania vida y con sus estupendos milagros; mientras vivió<br />

en el siglo se llamó Félix, y nació en e! año 1340, en una<br />

al<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l obispado <strong>de</strong> Fermo, nombrada Monto Granare.<br />

Sus padres fueron pobres y <strong>de</strong> baja condición ; porque su<br />

padre ganaba el sustento trabajando <strong>de</strong> albafiil; mas así<br />

él, como Teodora, que era su madre, tenían un rico fondo<br />

<strong>de</strong> virtu<strong>de</strong>s; por lo que á semejanza <strong>de</strong>l santo Tobías, criaro»<br />

á osle hijo en el sanio temor <strong>de</strong> Dios, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> niño le<br />

enseñaron á aborrecer el pecado, á amar y servir á Dios,<br />

y á vivir segim las máximas <strong>de</strong> la religión. Luego (pie<br />

tuvo edad para servil', su padre, que por su miseria no<br />

podia suministrarle el necesario sustento, le puso en casa<br />

<strong>de</strong> un labrador, (pie le <strong>de</strong>stinó á guardar el ganado. Esta<br />

separación <strong>de</strong> la casa y <strong>de</strong> los ojos <strong>de</strong> sus padres, no cansó<br />

ningún perjuicio á la piedad tpiele habían inspirado; porque<br />

Serafín conservó en la casa <strong>de</strong> su amo la misma inocencia<br />

<strong>de</strong> costumbres y la misma <strong>de</strong>voción que había tenido<br />

en la casa <strong>de</strong> sus padres. Cuando se hallaba en el<br />

campo guardando el ganado, acostumbraba hacer alguna<br />

cruz en algún árbol que tuviese corteza, y <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> ella<br />

se postraba y rezaba sus oraciones, y recomendaba con<br />

mucho fervor los intereses <strong>de</strong> su aVma á Jesucristo su Salvador,<br />

y á la santísima virgen María, <strong>de</strong> la cual era dovulisimo.<br />

Habiendo muerto <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> algún tiempo su padre,<br />

fué Serafín llamado á vivir á la propia casa <strong>de</strong> un hermaiio<br />

mayor que tenia en ella llamado Silencio, para que le<br />

ayudase y sirviese <strong>de</strong> peón en el oficio <strong>de</strong> albanil, que<br />

ejercitaba á imitación <strong>de</strong> su padre. En este oficio tuvo que<br />

sufrir Serafín muchos' trabajos y penas; porque siendo<br />

poco apto para este oficio, su hermano, que era hombre<br />

colérico y bastante furioso, frecuentemente le reñia con<br />

aspereza, diciéndole muchas injurias y villanías, y muchas<br />

veces le cargaba <strong>de</strong> palos, y en algunas, trasportado<br />

<strong>de</strong> ira, le daba crueles golpes con el martillo: Serafín su<br />

fria con admirable paciencia todos estos malos tratos; y<br />

aunque su fatigosa ocupación le dispensaba <strong>de</strong> la ley <strong>de</strong>l<br />

ayuno, ayunaba no obstante tres dias en la semana, y<br />

y cuando los <strong>de</strong>más oficiales <strong>de</strong>scansaban <strong>de</strong> su trabajo,<br />

tomando su ordinaria refección, Seraíin empleaba aquel<br />

tiempo en rezar sus <strong>de</strong>vociones. Manifestó Dios con un milagro<br />

estupendo, cuán grata le era la piedad <strong>de</strong> Serafín;<br />

porque yendo á visitar á la Virgen santísima, en su santa<br />

PIA 12.<br />

casa <strong>de</strong> Loreto, llegando al rio Potenza, halló que iba tan<br />

crecido, que no podia va<strong>de</strong>arse ;• y en efecto, sus compañeros<br />

permanecieron en la orilla sin atreverse á entrar en<br />

él; pero Serafín le pasó dos veces á vista <strong>de</strong> todos á pié<br />

enjuto, causando cu los espectadores aquel aátunbro quo<br />

se <strong>de</strong>ja discurrir.<br />

Entretanto Silencio pasó á Loro, al<strong>de</strong>a poco distante <strong>de</strong><br />

Monte Granare, para construir allí un eier'o edificio, y so<br />

llevó consigo á su hermano Serafín, para que le sirviese<br />

<strong>de</strong> peón en aquella fábrica. En la casa en que habilaroii<br />

entonces ambos hermanos, habia una mujer jóven, muy<br />

<strong>de</strong>vota y virtuosa, que leia en voz alta libros espirituales,<br />

especialmente uno que trataba <strong>de</strong> los novísimos. Seraliu,<br />

que tenia mucha ansia y mucha sed do la palabra <strong>de</strong> Dios,<br />

aplicaba cuidadosamente el oido y el corazón á aquella<br />

santa lectura. Un día sucedió, que oyendo leer la severidad<br />

<strong>de</strong>l juicio con que Dios juzgará á todos los hombres, y<br />

las penas eternas é incomprensibles <strong>de</strong> las llamas infernales,<br />

á que con<strong>de</strong>nará á los pecadores, quedó <strong>de</strong> tal<br />

modo atónito y atemorizado, que dijo á aquella jóven : Si<br />

las cosas van así, seria mejor retirarse á un bosque para<br />

hacer vida eremítica, á. fin <strong>de</strong> no exponer á tan gran peligro<br />

la propia alma. No es esto necesario, le respondió la<br />

virtuosa jóven; pero si lú quieres asegurar tu salvación,<br />

basta que entres en la religión <strong>de</strong> los padres capuchinos,<br />

don<strong>de</strong> se profesa una vida santa y penitente. Seralin, que<br />

hasta entonces no había tenido ninguna noticia <strong>de</strong> esta religión,<br />

se informó dél modo <strong>de</strong> vivir <strong>de</strong> sus religiosos por<br />

la misma jóven, que se hallaba plenamente informada do<br />

todo, con ocasión <strong>de</strong> hospedarse en su misma casa lo? capuchinos<br />

que pasaban por aquella al<strong>de</strong>a <strong>de</strong> I.oro;y baliiendo<br />

entendido que tenían un convento en Tolenlino,<br />

luego quo pudo pasó allí, é hizo vivas y humil<strong>de</strong>s instancias<br />

á los padres capuchinos, para que le admitiesen por<br />

fraile lego en su religión; y aunque entonces no fueron<br />

atendidas sus súplicas, todavía repitiéndolas varias veces,<br />

y siempre con mayor fervor, consiguió por fin la gracia<br />

<strong>de</strong>seada: y en el año 1364, teniendo veinte y cuatro años<br />

<strong>de</strong> edad, vistió el hábito <strong>de</strong> religioso lego, en el convento<br />

<strong>de</strong> Jesi, don<strong>de</strong> fué <strong>de</strong>stinado para hacer el acostumbrado<br />

año <strong>de</strong>l noviciado.<br />

Todo el mundo sabe cuán duras y ásperas son las humillaciones,<br />

mortificaciones y penitencias quo los padres capuchinos<br />

imponen á sus novicio?, á lin <strong>de</strong> probarles su vocación<br />

y <strong>de</strong> inspirar en su alma el espíritu propio <strong>de</strong> aquella<br />

religión, que en una manera particular está <strong>de</strong>dicada y<br />

consagrada á la vida penileute y mortificada, con tanta<br />

edificación <strong>de</strong> la santa Iglesia. El bienaventurado Serafín,<br />

no sola acepta <strong>de</strong> buena gana y practicó con prontitud y<br />

alegría <strong>de</strong> su alma todo lo que le mandaban sus superiores,<br />

sino que afwdia á estas raorlificacione?, comunes á todos<br />

los novicios, otras muchas particulares; no dormía<br />

sino tres horas; llevaba conlinuamentc sobre sus <strong>de</strong>snudas<br />

carnes un cilicio tejido <strong>de</strong> asperísimas cerdas, que lo<br />

cubría lodo el cuerpo á manera <strong>de</strong> túnica ; tomaba cada<br />

dia una sangrienta disciplina con un azote armado <strong>de</strong><br />

puntas <strong>de</strong> clavos, con el cual hacia tal carnicería en su<br />

cuerpo, que quedaba bañado en sangre; su obediencia no<br />

conocía ningunos límites, bastando la menor seña <strong>de</strong> los<br />

superiores y <strong>de</strong> cualquiera <strong>de</strong> sus hcrm:inos religiosos para<br />

ejecutar todo lo (pie se quería <strong>de</strong> él: su humildad era profundísima,<br />

reputándose el mas mínimo <strong>de</strong> todos, y que

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