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Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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DIA 1 2.<br />

DIA 12.<br />

.OÍR<br />

SIN WILFRIDO, OBISPO Y C.O.NFKSOU.—Wilfrido fué inglés<br />

<strong>de</strong> nació», hijo <strong>de</strong> muy nobles padres, do quienes fué tan<br />

bien instruido en la fé católica y buenas costumbres, que<br />

a<strong>de</strong>lantándose la pru<strong>de</strong>ncia á la edad, era <strong>de</strong> los mas ancianos<br />

y doctos, venerado y reverenciado en sus mas tiernos<br />

anos; y apenas cumplió los catorce, cuando renunciando<br />

al siglo y sus riquezas {<strong>de</strong> que era abundante) con<br />

todas sus vanida<strong>de</strong>s, se entró á servir á Dios en un monasterio,<br />

don<strong>de</strong> en breve tiempo se a<strong>de</strong>lantó tanto á todos<br />

en pru<strong>de</strong>ncia, virtu<strong>de</strong>s y letras, que era <strong>de</strong> todos maestro.<br />

Kl rey Alchfi ido, que en este tiempo poseia (oda la Hretafia<br />

y se bailaba sin obispo, puso los ojos en Wilfrido y le envió<br />

al rey <strong>de</strong> Francia, para que le hiciese consagrar en<br />

obispo <strong>de</strong> Eboraco, en Inglaterra. Recibióle el rey lionoríticamente,<br />

como mcrecian su virtud, sangre y recomendaciones<br />

<strong>de</strong> Alcbfrido, y lo envió al obispo <strong>de</strong> Taris, Agilberlo,<br />

que lo consagró, asistido <strong>de</strong> otros obispos: con lo<br />

cual Wilfrido, hecho ya obispo, volvió á su patria con lodo<br />

honor, y coa el mismo fué recibido. Gobernó su Iglesia<br />

algunos afios en paz y quietud, predicando y reduciendo<br />

nmclias almas á la fé <strong>de</strong> Jesucristo; pero como el enemigo<br />

común se viese perdidoso con la predicación y virtu<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

Wilírido, procuró inquietarle y divertirle; y así sembró<br />

gtfftü entre él y el rey: el cual lo echó do su silla y <strong>de</strong><br />

su Iglesia.<br />

Vínose, á Roma : don<strong>de</strong>, vista su inocencia por el sumo<br />

poniíiice Agalon, que entonces tenia la silla <strong>de</strong> san I'edro,<br />

6 abso!vió y <strong>de</strong>claró inculpable y amado <strong>de</strong> Dios, en un<br />

concilio que tuvo en la misma ciudad <strong>de</strong> Roma <strong>de</strong> ciento<br />

veinte y cinco obispos, y quiso su santidad [para <strong>de</strong>clarar<br />

mas su inocencia) que Wilfrido fuese uno <strong>de</strong> los obispos<br />

<strong>de</strong> dicho concilio : el cual acabado, se volvió á su patria y<br />

obispado, mandándoselo así el poníífice. Pero por uo tener<br />

mas encuentros con el rey, no volvió á su misma Iglesia,<br />

sino que se entró en la provincia <strong>de</strong> los australes sajones,<br />

que eran gentiles; y pudo tanto su divina predicación,<br />

que los redujo á todos á la fé <strong>de</strong> Jesucristo y á lodos<br />

los bautizó, librando toda aquella provincia y «gente sajól<br />

a , no solo <strong>de</strong> la esclavitud <strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio, sacándolos á<br />

todos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el rey y príncipes hasta el mas humil<strong>de</strong>, <strong>de</strong><br />

Jas tinieblas gentílicas en que tan ciegos vivian; sino también<br />

<strong>de</strong> las penas temporales, que justamente pa<strong>de</strong>cían<br />

e los, sus campos y ganados; pues habia tres años que<br />

no llovía y muchos morían <strong>de</strong> hambre y sed. A tanto llear<br />

m'aban I8081'6'30'0"' (,Utí <strong>de</strong> cinciienta en cillcucnta se<br />

J n os BQinbnwr. al mar, <strong>de</strong>sesperados, gustando<br />

mas morir <strong>de</strong> una VP* ai.„ i j<br />

. . . . . Utl vez abogados en sus ondas, que morir<br />

rabiando <strong>de</strong> hambre. Pero ,, ó bondad inmensa <strong>de</strong> Dios!)<br />

apenas los mlnjo á la fé con su divina predicación el glolioso<br />

.<br />

obispo<br />

•<br />

Wilfrido,<br />

,, '<br />

einmi»<br />

uan,l0<br />

n<br />

Hovio<br />

••<br />

sobre<br />

i<br />

ellos<br />

n<br />

el<br />

i<br />

agua <strong>de</strong><br />

i<br />

ia graciMen el baulisrao vcnKr.„o., i A A<br />

,1. . , . " u' Y soore sus campos la <strong>de</strong>seada<br />

«el cielo; <strong>de</strong> suerte, que á nnm* A:** , i ,<br />

A •. ' ' 1 . d Pocos días todo se vió ver<strong>de</strong>,<br />

noi ido y con sazonados frutos dinrin i^, • r •.<br />

ri-ca i ti- ^ r • ' aan(:,() todos míluitas gra-<br />

UJs a Dios por beneficios tantos.<br />

maiíos 7°<br />

,n;laS1'0 ^f,'0V^os, que hacia Dios por<br />

viendo tam0s prodigios, dió al santo obispo una isla llama!<br />

BLCCn o ***** Península ó Quersoncso, la cual<br />

OCTUliRE. 213<br />

también redujo á la ley evangélica, y fundó en ella un<br />

monasterio admirable. Aquí, pues, en toda paz y quietud<br />

vivia Wilfrido, y ejercia la dignidad <strong>de</strong> obispo y apostólico<br />

varón: y como libraba á todos <strong>de</strong> la esclavitud cierna <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>monio, también libró <strong>de</strong> la temporal y espiritual á un<br />

tiempo doscicn'os y cincuenta esclavos, que tenían los señores<br />

<strong>de</strong> aquella isla, bautizándolos y dándolos libertad.<br />

En este tiempo murió el rey Britanno, que habia echado<br />

<strong>de</strong> la silla al santo obispo Wilfrido, y sucediéndole en el<br />

reino Aldfrido, pidió al bendito prelado que volviese á su<br />

Iglesia <strong>de</strong> Eboraco, y el santo, para complacer al rey y<br />

consolar aquellas ovejas, que sin su pastor balaban ti isles<br />

y <strong>de</strong>sconsoladas, volvió <strong>de</strong> nuevo á ocupar su primera silia,<br />

<strong>de</strong>jando sacerdotes y varones apostólicos en aquella<br />

isla y provincia, nuevamente por él convertida, para que<br />

cultivasen la viña <strong>de</strong>l Señor. Poco le duróla quietud ; porque<br />

pasados cinco años, movió tal discordia la sierpe infernal,<br />

que el mismo rey que le habia llamado, incitado<br />

<strong>de</strong> muchos envidiosos, le <strong>de</strong>sterró y arrojó <strong>de</strong> su silla.<br />

Volvió á Roma, y fué otra vez <strong>de</strong>clarado por el pontitice<br />

inculpable y justo, como se vió, según las acusaciones que<br />

le hacian; pues todas eran impuestas y falsas.<br />

Con esta <strong>de</strong>claración y ór<strong>de</strong>n <strong>de</strong> su santidad, se volvió<br />

a su obispado : y pasando por Francia, le dió <strong>de</strong> repente una<br />

enfermedad, <strong>de</strong> que estuvo en la ciudad <strong>de</strong> Meldo cuatro<br />

dias continuos con sus noches, ya casi muerto, sin comer,<br />

beber, hablar, ver, oir, ni hacer otra acción vital, fuera do<br />

respirar, tan <strong>de</strong>licadamente, que apenas se percibia si leam<br />

alienlo. Al quinto dia, como quien <strong>de</strong>spierta <strong>de</strong> un profundo<br />

sueño, se levantó: abrió los ojos y vió cerca <strong>de</strong> s(<br />

un coro <strong>de</strong> música y llanto; porque le estaban cantando<br />

salmos, mezclados en tiernas lágrimas: y suspirando algún<br />

lanío, preguntó por un sacerdote suyo, llamado Acca.<br />

I.laiiiáronle al instante: el cual, como vió vivo y que hablaba<br />

á su pastor y padre, que juzgaba muerto; hincado<br />

do rodillas él y todos los presentes, dieron á Dios las gracias.<br />

Luego pidió á todos le <strong>de</strong>jasen solo con aquel su sacerdote;<br />

y estando á solas le dijo: Sabe que he tenido<br />

una visión tremenda, la cual quiero que sepas tú solo, y<br />

guar<strong>de</strong>s silencio, hasta ver lo que Dios quiere <strong>de</strong> mí. Púsoseine<br />

en pié <strong>de</strong>lante cierto gallardo jóven vestido <strong>de</strong><br />

blanco, pero ricamente adornado, el cual dijo: Yo soy el<br />

arcángel san Miguel, y soy enviado <strong>de</strong> Dios, para volverte<br />

<strong>de</strong> la muerte á la vida : la cual le conce<strong>de</strong> el Señor por<br />

las oraciones y lágrimas <strong>de</strong> tus discípulos y hermanos, y<br />

por la intercesión <strong>de</strong> su santísima Madre y mi Señora, la<br />

siempre Virgen María, sin pecado concebida. Por lo cual<br />

te digo, que ahora sanarás <strong>de</strong> esta enfermedad ; pero está<br />

apercibido y pronto; porque pasados cuatro años te visitaré.<br />

Ahora irás á tu patria ; recibirás y serás restituido á<br />

tu Iglesia; cobrarás cuantas posesiones te habían quitado;<br />

y en honor y paz tranquila acabarás tu vida.<br />

Convaleció, pues, el santo obispo; y habiendo todos<br />

alegres y regocijados, dado á Dios infinitas gracias por ta»<br />

beneficio, <strong>de</strong>spedido <strong>de</strong> todos, prosiguió su viaje. Llegó en<br />

fin á su Iglesia y obispado i dió las cartas que traia <strong>de</strong> su<br />

santidad; y leidas por el rey y <strong>de</strong>más príncipes y obis-pos,<br />

fué recibido con lodo honor, y le fueron restituidas todas<br />

sus rentas, posesiones y dignida<strong>de</strong>s, por común acuerdo<br />

<strong>de</strong> lodos, en un concilio que para este electo se juntó cerca<br />

<strong>de</strong>l rio Nidd. Con estos honores, y toda paz y quietud,<br />

vivió cuatro años, gobernando su Iglesia saiilisimamcnte,

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