Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

U* LA LEYIÍN
él: las cuales se pueden ver en la vida de este santo, que
esciiljió Juan Antonio l'laminio, y la trae el padre fray Lorenzo
Surio en su quinto lomo de las Vidas de los santos.
* Sis CÍMCO, ABAD.—Nació este snnto en Irlanda el año
527 y murió en el de í)9!) según se desprende de los anales
de aquel pais. Cuando jóven pasó algún tiempo bajo
la dirección del abad Doco en el pais de Gales, y después
tuvo por maestro áFiniano, abad que era de un
monasterio de Irlanda, donde se reunían cuantos deseaban
aprender la verdadera sabiduría. Mucho fué loque
adelantó Cánico en esta escuela , por manera que su zelo
y trabajos apostólicos por la propagación de la piedad en
Irlanda , bacenque sea tenido como uno de los principales
ornamentos de esta isla. Tuvo grande amistad con los
santos de su tiempo, fundó un monasterio, que fué en el
tiempo muy célebre, ya por los milagros que obró su fundador,
ya por ¡a vida ejemplar que alli se practicaba.
SAN FEUMIN , OBISPO Y CONFESOR.—Nació en la Galia
Narbonense, y á la edad de doce aüos sus nobles y piadosos
padres lo pusieron bajo la tutela y dirección de un
tio suyo obispo de üecz. Este ilustre prelado le educó en
las ciencias y en la práctica de todas las virtudes, en las
cuales hizo el jóven tantos progresos , que antes de llegar
á la edad prescrita por los cánones, fué ordenado sacerdote.
Poco después murió el sanio obispo , y Fermin fué
colocado en su lugar por el unánime sufragio del clero y
del pueblo , siendo consagrado á la edad de veinte y dos
afios. La prudencia y sabiduría que mostró, acrediUirun
muy bien que la elección había sido inspirada por Dios.
Fu el desempefio de las funciones de su minislorio, la oración
y la morliQcacion fueron los principales medios que
empleó para sanliíicarse y preparar la sanliíicacion de
los demás. Asistió á los concilios IV y V de Orleans celebrados
en 5íl y 549 , y al de París en 551, y su reputación
iba aumentando á medida que se le presentaban ocasiones
para defender los intereses de la Iglesia. Después
de un ponlilkado de quince años, murió santamente eldia
11 de octubre del Uli'i, á la eda* de treinto y siete años,
en la misma ciudad de Ucez, en el Languedoc.
Los SANTOS TARACO , PROBO , v ANDRÓMCO , MÁRTIHKS.
—El primero de estos santos fué romano de extracción y
nació en Isanria. En su juventud sirvió en los ejércitos
imperiales , á cuya profesión renunció por temor de verse
obligado á obrar contra su conciencia. Cuando sufrió
martirio, tenia sesenta y cinco años de edad. El segundo,
san Probo, natural de Panfllia, había despreciado una fortuna
muy considerable , á fin de poder servir á Jesucristo
con mas libertad. Andrónico, el mas jóven de los tres, era
de una de las principales familias de la ciudad de Efeso.
Habiendo los tres sido presos en Pompeyópolis, ciudad de
Cilicia, fueron conducidos á la presencia de Numeriano
JÉáxímo, gobernador de la provincia, que debía hacer ejecutar
las órdenes contra los cristianos. Este gobernador
dispuso que los condujesen á Tarso, adonde debía él trasladarse
dentro de poco. Efectivamente, llegado el gobernador
á esta última ciudad, fueron los "tres santos presentados
á é!, y sufrieron varios interrogatorios, enviándoles
después de ellos á la ciudad de Anazarbo. Sujetóse-
Ies también aquí á nuevos interrogatoiios , á los cuales
contestaron con la misma constancia. Su paciencia y sü
valor fueron superiores á toda ponderación : sus cuerpos
afligidos por largo tiempo con loda clase de penalidades y
DA m ORO.
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suplicios, y con el hambre y las inmundicias de la cárcelt
parecían esqueletos destituidos de figura humana. Por fin
los entregaron á las fieras para que los devorasen; pero
estas respetaron las personas de los santos, con lo cual
indignado el gobernador,
mandó que los degollasen en
medio del mismo anfiteatro. Su martirio sucedió en Anazarbo
el día 11 de octubre del año 304.
LOS SANTOS NlCASIO, QlJIRINO, ESCUBÍCtl.O T PlENClA, MÁR­
TIRES.—Nícasío fué obispo de Rúan, y entre la multitud
de personas que convirtió á la religión cristiana, una de
las mas notables fué santa Piencia, virgen francesa de
gloriosa memoria. Quirino fué presbítero, y Escubiculo
diácono : ambos ayudaron á Nicasio en sus trabajos apostólicos,
y se cree que los tres fueron los fundadores de dicha
Iglesia de Unan, y que murieron durante el segundo ó
tercer siglo del cristianismo en Francia, en el territorio de
Vexin. Sus sagrados restos íuei'on sepultados por los cristianos
en una gruta, en la cual encontraron un día los
gentiles á santa l'iencia y la degollaron.
Los SANTOS ANASTASIO, PLÁCIDO V GINÉ?, MÁRTIRES.—El
primero era presbítero de la Iglesia de liorna, y los otros
dos compañeros eran soldados de aquellas legiones que se
expurgaron de cristianos para hacerles trabajar en las
famosas termas del emperador Dioclcciano. Un antiguo
manuscrito, citado por Baronio, dice que estos tres santos
murieron con otros muchos en la misma ciudad de Roma,
el año 290.
SAN SÁRMATAS, MOXGE Y MÁRTIR.—Fué discípulo de san
Antonio, abad, y vivió muchos años en los desiertos de la
Tebaida. San Gerónimo dice que el año veinte y dos del
imperio del gran Constantino, invadieron los sarracenos
el monasterio de San Antonio, y entre otros sacriticaron
al ilustre san Sármatas.
SAN GERMÁN, OIUÍPO V MÁRTIR.—Fué el séptimo obispo
de la ciudad de Besanzon, en las Galias. Su zelo por la
pureza de la fé católica le atrajo de tal modo el odio de
los arríanos, qaa no cesaron do perseguirle hasta que le
asesinaron el ano3T2. Su vida fué gloriosa en trabajos,
y su muerte en maravillas.
LAS SANTAS ZENAIDA Y FILONILA.—El Martirologio romano
dice que fueron hermanas, parientas y discípulas en la
fé del apóstol san Pablo. Nada sabemos de ellas mas que
eran de Tarso en Cilicia, y que fueron de las primeras
personas que en aquella región abrazaron el cristianismo.
SAN EMILIANO, CONFESOR.—Según Usuardofué este santo
de llcnues, en Francia, donde floreció con gran santidad
de vida, dedicado á la oración y al socorro de los pobres.
Cuéntase de él que multiplicó muchas veces el alimento
que debia dar á los necesitados,
y que á semejanza del
divino Salvador alimentó un día á todo un gentío numeroso
con muy escasas provisiones. No sabemos la época de
su dichosa muerte, que fué santa y gloriosa.
SANTA PLACIDIA, VÍRGEN.— Nació en Verona y fué hermana
del obispo san Leoncio. Desde muy jóven consagró
su integridad á Jesucristo, y observó tan perfectamente su
voto, que por no estar expuesta á las seducciones del mundo,
se retiró á una soledad, donde vivió por muchos años
ilustre en virtudes y milagros, hasta su dichosa muerte,
en cuya hora se vió rodeada de coros de ángeles que
acompañaron su almaá la morada de Dios.