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Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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DIA 10.<br />

<strong>de</strong>: «Pido por caridad á vuestra paternidad, que le ofrezca<br />

este <strong>de</strong>seo por mi, y le suplique que le dé eficacia y<br />

efecto si <strong>de</strong> ello es servido , ó que á lo menos haga que á<br />

mí me sea otra muerte y otro martirio verme morir, sin<br />

morir <strong>de</strong>rramando la sangro por él.» Pues ¿qué diré <strong>de</strong><br />

las otras admirables virtu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> este glorioso padre? ¿Qué<br />

<strong>de</strong> aquella soberana pru<strong>de</strong>ncia con que conoció la vileza y<br />

bajeza <strong>de</strong> todas las cosas <strong>de</strong> la tierra , y las menospreció;<br />

y eslima y aprecio que tuvo <strong>de</strong> las <strong>de</strong>l cielo, que por haberlas<br />

<strong>de</strong>jado le habian <strong>de</strong> dar? ¿ Qué <strong>de</strong> la sencillez y<br />

santa simplicidad <strong>de</strong> paloma, acompañada con esta pru<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong> serpiente? Queria antes ser engañado, que pensar<br />

que le engañaban: y con haberse criado en la córle,<br />

don<strong>de</strong> hay tantos arliücios y engaños, y sido señor y virey<br />

, y conocido per experiencia cuan poco hay que fiar<br />

en el mundo; ninguna cosa bastaba para hacerle per<strong>de</strong>r<br />

su santa simplicidad, ni sospechar mal <strong>de</strong> nadie. Pues<br />

¿ qué diré <strong>de</strong> su maravillosa mansedumbre , y que nunca<br />

se le oyó palabra <strong>de</strong>scompuesta ? ¿ Qué <strong>de</strong>l zelo <strong>de</strong> la<br />

justicia , siendo seglar? ¿Qué <strong>de</strong> la severidad en la religión<br />

, cuando veia que la suavidad no aprovechaba?<br />

¿Qué <strong>de</strong> la vigilancia para que no se entrase en la Compaflía<br />

el regalo y la relajación, ni cosa que la pudiese <strong>de</strong>sdorar<br />

ó menoscabar su vigor? ¿ Qué <strong>de</strong> la benignidad con<br />

que mezclaba esta severidad, <strong>de</strong> manera que el rigor fuese<br />

suave, y la suavidad rigurosa cuando era menester ?<br />

¿Qué <strong>de</strong> su honestidad, que estando enfermo en casa <strong>de</strong><br />

su misma hija la con<strong>de</strong>sa <strong>de</strong> Lerma , no consintió que ella<br />

le bañase con un poco <strong>de</strong> leche los piés, que tenia hincha<br />

dos y atormentados con recios dolores <strong>de</strong> gota ? ¿ Qué<br />

<strong>de</strong> las otras virtu<strong>de</strong>s, que todas fueron heroicas y divinas<br />

en el padre Francisco , y dignas <strong>de</strong> tan gran varón<br />

<strong>de</strong> Dios?<br />

Como á tal lo trataba y regalaba el mismo Señor y le<br />

hr.cia mil favores, no solamente adornando su alma con<br />

las virtu<strong>de</strong>s que hemos dicho , sino también esclareciéndole<br />

con los resplandores <strong>de</strong> su divina luz, y magnificándole<br />

con algunos milagros y cosas sobrenaturales; porque<br />

estando una vez en Medina <strong>de</strong>l Campo en su aposento <strong>de</strong><br />

rodillas en oración, le vió el padre Gerónimo Ruiz <strong>de</strong> Por<br />

tillo (que fué el primer provincial <strong>de</strong> la Compañía en el<br />

Peiú) ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> una clarísima luz, y con el rostro muy<br />

resplan<strong>de</strong>ciente. Lo mismo vió en Bcrlanga otro padre que<br />

se llamaba el doctor Ayala: el cual, entrando á prima no<br />

che don<strong>de</strong> el padre estaba orando, le vió cercado <strong>de</strong> una<br />

uz excesiva , y [a pieza con mayor claridad que si en ella<br />

^ubicra muchas hachas ardiendo , y juntamente vió que<br />

crf11 rof^o sallan unos como rayos <strong>de</strong> gran resplandor,<br />

mbicn P^ece que el Señor le revelaba las cosas secretas<br />

y ocultas; porque estando el año <strong>de</strong> 15S2 en Oña-<br />

P lleSó m •aeayo <strong>de</strong> don Carlos, su hijo, el duque <strong>de</strong><br />

Jjamlía, que se llamaba Sansón, mado antiguóle aquela<br />

casa, con la nueva <strong>de</strong>l nacimiento <strong>de</strong> don Francisco <strong>de</strong><br />

«orja, su hijo primogénito y sucesor; y ántes que el la<br />

cayo hablase y le diese las cartas qne traia, le dijo el pa-<br />

OUÍ.U T'L 11 venid0'Sa"Sün: ¿cómo queda Francisb<br />

tna a fado aauo tmucha f h ? prisa ^'^ ñor manera iraer el ^-yo „ Porque , , se ha-<br />

ganar las albricias; y ch> Z J j ? ^ 1<br />

ría que hay F ^ Z n ^ ^ ^ J ^ ^<br />

nadólas albricias; iueyo gran Sdilf í me ha<br />

.o per<strong>de</strong>rlas? No A r L ^ e ^ X ^ S<br />

OCTUBRE. 207<br />

tres Ave Marías, y escribiré al duque que os las dé; que<br />

bien las merecéis.<br />

La segunda vez, que por mandado <strong>de</strong>l emperador fué á<br />

Portugal, cayó enfermo en Evora tan gravemente, quecos<br />

médicos que le curaban le tenian y lloraban por muerto;<br />

y él, viendo sus lágrimas, dijo, que aun no estaba madura<br />

y sazonada la fruta , para presentarse <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> los<br />

ojos <strong>de</strong>l Rey soberano, y que <strong>de</strong> allí á cuatro dias partiría<br />

para Lisboa, con el favor <strong>de</strong>l Señor ; y así fué : aunque<br />

los médicos <strong>de</strong>cían que naturalmente era imposible.<br />

Estando en Lisboa convaleciente en el palacio <strong>de</strong> Xabregas,<br />

que es <strong>de</strong>l rey, á la ribera <strong>de</strong>l rio Tajo, y <strong>de</strong> aires<br />

sanos y frescos, una tar<strong>de</strong> á <strong>de</strong>shora comenzó el padre<br />

Francisco á dar gran priesa á sus compañeros que le sacasen<br />

luego <strong>de</strong> aquella casa , y que ninguno <strong>de</strong> ellos ni<br />

<strong>de</strong> los criados <strong>de</strong> la reina, que estaban con él y le servian,<br />

aquella noche quedase allí; y así se hizo por la instancia<br />

y firmeza con que el padre insistió en ello. Aquella misma<br />

noche súbitamente se levantó una tan brava y terrible tormenla<br />

, que las naos po<strong>de</strong>rosas <strong>de</strong> la India , que estaban<br />

amarradas con fuertes cables y maromas , se <strong>de</strong>samarraban<br />

y so encontraban y hacían pedazos entre sí: y si el<br />

padre se estuviera con sus compañeros en aquella casa<br />

<strong>de</strong>l rey , sin duda hubieran pa<strong>de</strong>cido mucho aquella<br />

noche.<br />

Otra vez, yendo camino <strong>de</strong> Andaluaía, se topó con Suero<br />

<strong>de</strong> Vega, hijo <strong>de</strong> Juan <strong>de</strong> Vega, que á la sazón era presi<strong>de</strong>nte<br />

<strong>de</strong>l consejo real <strong>de</strong> Castilla. Llegaron ambos una<br />

tar<strong>de</strong> en la posada : retiróse luego el padre á un aposento<br />

á hacer oración comosolia; y Suero <strong>de</strong> Vega se quedó con<br />

sus criados al fuego <strong>de</strong>una chimenea en otro aposento mas<br />

afuera. Estando allí en su pláticas bien <strong>de</strong>scuidados , salió<br />

el padre á <strong>de</strong>shora dando voces y diciendo : O señores,<br />

¿ aquí están ? Sálganse luego. <strong>Los</strong> que esto oyeron,<br />

aunque no veían por qué, se saberon luego tras el padre:<br />

apenas habian salido , cuando se cayó una pared <strong>de</strong> la<br />

casa con espantoso estallido.<br />

Cuando se partió <strong>de</strong> España con el car<strong>de</strong>nal Alejandrino<br />

para Francia , y <strong>de</strong> allí á Roma , le acompañó el padre<br />

Juan Suarez hasta Miranda <strong>de</strong> Ebro; y á la <strong>de</strong>spedida el<br />

padre lesignilkó que él apenas llegaría vivo á Roma , y<br />

que Suarez seria otra vez provincial <strong>de</strong> la provincia <strong>de</strong><br />

Castilla : y lo uno y lo otro sucedió como el padre lo<br />

dijo.<br />

Estando el padre vecino á la muerte , dijo al hermano<br />

Marcos, su compañero, que pasado él <strong>de</strong> esta vida, ¡ría á<br />

las Indias , y en ellas trabajaría en servicio <strong>de</strong> Dios : cosa<br />

que <strong>de</strong>cía Marcos que jamás le había pasado por el pensamientu<br />

procurarla ni <strong>de</strong>searla^ pero como el padre se lo<br />

dijo, así se cumplió.<br />

Estando Francisco <strong>de</strong> Briones , que fué algunos años<br />

companero <strong>de</strong>l padre Francisco, tan apretado <strong>de</strong> una dolencia,<br />

que los médicos <strong>de</strong>sconfiaban <strong>de</strong> su salud ; entró á<br />

verle el padre Francisco , y le animó y consoló , y le dijo<br />

que no tuviese pena, que no moriría <strong>de</strong> aquella enfermedad,<br />

sino que muy presto se levantaría ; y así se cumplió<br />

esta y otras dos veces^jue se halló en otros semejantes peligros.<br />

El padre Hernando <strong>de</strong> Solícr estaba enfermo en la cama<br />

<strong>de</strong> unas tercianas, y al tiempo que aguardaba el acci<strong>de</strong>nte,<br />

entró á verle el padre Francisco, y preguntóle. cómo<br />

estaba. Respondióle el doliente : Como nuestro Señor

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