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Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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20i LA LEYENDA DE ORO. DIA 10,<br />

Francisco: véalos quien quiáiere en su vida : estos bastan<br />

para que entendamos que fué muy profunda y estremada<br />

la que dió el Señor á este luimil<strong>de</strong> siervo suyo.<br />

Hija <strong>de</strong> la verda<strong>de</strong>ra l)un¡ildad es la virtud <strong>de</strong> la santa<br />

pobreza, en la cual se esmeró muebo el padre Francisco;<br />

porque <strong>de</strong>seó afectuosamenle ser verda<strong>de</strong>ro pobre <strong>de</strong> Cristo,<br />

y lo supo ser, y vivir y morir como pobre, favorecido<br />

<strong>de</strong>l Seflor. Des<strong>de</strong> el dia que se bizo religioso, no tuvo en<br />

su po<strong>de</strong>r moneda <strong>de</strong> ninguna suerte, ni conocia el valor<br />

<strong>de</strong> las monedas: que era cosa que ponia admiración en<br />

una persona que babia sido tan rica, y gastado tanla hacienda.<br />

En todas sus cosas daba muestra <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ro pobre<br />

y perfecto amador <strong>de</strong> esta virtud : en su vestido, en<br />

su comida, en su cama y aposento, y aun en las cosas mas<br />

menudas, como en el papel que gastaba para sus sermones,<br />

en el fuego que se le bacia en alguna necesidad y en<br />

cosas semejantes; y para hacerle tomar unos zapatos, ó<br />

unas calzas nuevas, era necesario usar <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s persuasiones<br />

y artilicios. Cuando iba á pedir limosna, <strong>de</strong> mejor<br />

gana comia los mendrugos y pedazos <strong>de</strong> pan que él ú<br />

otro traían, que el entero que se ponia á la mesa. En sus<br />

caminos, por largos y trabajosos que fuesen, nunca, por<br />

mucha falla que tuviese <strong>de</strong> salud, consentía que para su<br />

persona so llevase ni una sábana limpia, temiendo que<br />

esto fuese en perjuicio <strong>de</strong> la santa pobreza; y muchas<br />

veces dormía, cuando iba <strong>de</strong> camino, en los parajes, ó á<br />

teja vana en tiempo <strong>de</strong> (rio, y entrando el viento por muchas<br />

partes. Su liellro y capa agua<strong>de</strong>ra, as( en el invierno<br />

como en el verano, era su manteo doblado al revés (por<br />

no gastarle tanto); y con esto no pocas veces llegaba á las<br />

posadas traspasado <strong>de</strong>l agua y frió; y entonces ora su<br />

alegría, cuando llegando <strong>de</strong> esta manera no hallaba buen<br />

recado en la posada. La ermita <strong>de</strong> la Magdalena, que labró<br />

en Oflate, la casa <strong>de</strong> probación <strong>de</strong> Simancas, y otras<br />

obras que hizo, todas eran al talle <strong>de</strong> su espíritu, el cual<br />

resplan<strong>de</strong>cía, y era tanto mas admirable en el padre,<br />

cuanto mas era lo que había <strong>de</strong>jado en el mundo; porque<br />

se echaba bien <strong>de</strong> ver, que lo que en otro pudiera ser miseria,<br />

ó falla <strong>de</strong> ánimo y eslrechura <strong>de</strong> corazón, en él era<br />

menosprecio <strong>de</strong>l mundo, é imitación <strong>de</strong> Cristo, y un vivo y<br />

entrañable <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> vestirse <strong>de</strong> su <strong>de</strong>snu<strong>de</strong>z, y vivir y<br />

morir como él vivió y murió. Hubo algunos que admirados<br />

y movidos principalmenle <strong>de</strong> esta humildad y pobreza <strong>de</strong>l<br />

padre, se <strong>de</strong>terminaron á seguirle, y entrar en la Compafiía,<br />

como lo hicieron.<br />

También es bija <strong>de</strong> la humildad la obediencia, en la<br />

cual fué muy perfecto el padre Francisco, obe<strong>de</strong>ciendo enteramente<br />

al Señor, y los ministros que en su nombre le<br />

gobernaban. Solía llamará la obediencia barca segura, en<br />

la cual aunque duerma y repose, no <strong>de</strong>ja el religioso <strong>de</strong><br />

navegar prósperamente, y hacer camino <strong>de</strong> noche y <strong>de</strong><br />

día. Cobraba tan gran respeto á sus superiores, que no<br />

solamente le duraba el tiempo que ellos lo oran, sino también<br />

<strong>de</strong>spués que lo <strong>de</strong>jaban <strong>de</strong> ser, solamente porque lo<br />

habían sido. Cuando estaba en Espafia, y recibía cartas<br />

<strong>de</strong>l santo padre Ignacio, general, ánles que las abriese,<br />

se hincaba <strong>de</strong> rodillas y bacia un poco <strong>de</strong> oración, suplicando<br />

á nuestro Señor que le diese gracia para oír y cumplir<br />

la obediencia <strong>de</strong> su superior, que en aquellas cartas le<br />

enviaba, y como si <strong>de</strong>l cielo le viniera aquella obediencia,<br />

así se gozaba con ella y la cumplía: y lo que para los<br />

otros religiosos es una expresa obediencia, CÍO para el pa -<br />

dre Francisco cualquiera significación <strong>de</strong> la inclinación <strong>de</strong>l<br />

superior.<br />

Para tener un poco la rienda al espíritu fervoroso <strong>de</strong>l<br />

padre Francisco en sus penitencias le or<strong>de</strong>nó el santo padre<br />

Ignacio que en lo que locaba á su salud obe<strong>de</strong>ciese á<br />

su compañero que era un hermano y se llamaba Melchor<br />

Marcos. Fué cosa <strong>de</strong> admiración la obediencia que le tuvo<br />

y la humildad con que le preguntaba si baria esto ó<br />

aquello : y si le daban alguna cosa para su salud , luego<br />

preguntaba si el hermano Marcos lo mandaba. La misma<br />

obediencia guardaba con el cocinero cuando le iba á servir<br />

en la cocina. Un dia que estaba ayudando en ella en<br />

Yailadolid, le mandó llamar la princesa doña Juana; y el<br />

padre no quiso ir sin licencia <strong>de</strong>l cocinero, el cual le dijo<br />

que fuése , pero que se volviese luego ; porque les haría<br />

falta si se <strong>de</strong>tuviese , y que dijese á su alteza como estaba<br />

ocupado en la cocina , y que luego le <strong>de</strong>jaría volver. De<br />

la misma manera que el simple hermano se lo mandó , lo<br />

cumplió el padre, contando á su alteza puntualmente lo<br />

que le había mandado el cocinero, quedando la princesa<br />

admirada y edificada <strong>de</strong> ver la obediencia con que el religioso<br />

padre, y sanio y dlscrelo cortesano , había ejecutado<br />

lo que aquel simple hermano con tanta llaneza le<br />

habia or<strong>de</strong>nado.<br />

Solía <strong>de</strong>cir que esperaba en nuestro Señor, que tres<br />

cosas principalmenle conservarian .y acrecentarían la<br />

Compañía: la primera la oración y el uso <strong>de</strong> los santos sacramentos<br />

: la segunda las contradicciones y persecuciones<br />

: la tercera la perfecta obediencia: y daba la razón;<br />

porque la primera nos junta y ata con Dios : la segunda<br />

nos <strong>de</strong>spega <strong>de</strong> la vanidad y amor <strong>de</strong>l siglo ; y la tercera<br />

nos hermana y traba entre nosotros mismos, y nos une<br />

con nuestras cabezas. Después que en Oñale renunció su<br />

estado, y se comenzó á dar á la vida religiosa con mas<br />

perfección, le <strong>de</strong>paró nuestro Señor un superior muy riguroso<br />

en si, que le daba larga rienda en sus penitencias,<br />

y le incitaba á mayores cosas que sus fuerzas podían llevar.<br />

Hacíale trabajar con la angarilla muchas horas, y<br />

traer piedra y cal, y los otros materiales para la obra;<br />

y el buen padre con una mansedumbre y sania simplicidad<br />

le obe<strong>de</strong>cía como si fuera un ángel enviado <strong>de</strong>l cielo<br />

para gobernarle.<br />

Pero ¿quién podrá explicar el don <strong>de</strong> la oración y trato<br />

familiar que este bienavcnlurado padre tuvo con Dios , y<br />

el cuidado <strong>de</strong> examinar muchas veces cada dia su conciencia<br />

, y confesarse dos sacramentalmenle, para disponer<br />

su alma á recibir el rayo <strong>de</strong> la divina luz? Con el uso<br />

continuo <strong>de</strong> la oración vino á hacer un hábito <strong>de</strong> ballur<br />

á Dios en lodas las cosas , <strong>de</strong> manera que parecía que<br />

lodos los lugares le servian <strong>de</strong> oratorio , y los negocios,<br />

<strong>de</strong> recogimienlo y máleria para la misma oración. En los<br />

caminos , los montes , los ríos y los campos le servían <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>spertadores y mensajeros <strong>de</strong> Dios, para conocerle,<br />

amarle y alabarle mas en lodas sus criaturas: y aunque<br />

le era trabajoso el caminar , todavía gustaba <strong>de</strong>l Iraluijo;<br />

porque no habia quien le embarazase para su oración.<br />

Cuando estaba en alguna conversación <strong>de</strong> seglares que<br />

no podía excusar, estaba tan <strong>de</strong>nlro <strong>de</strong> sí, y lenía á Dios<br />

tan présenle como si estuviera en alguna alia y profunda<br />

contemplación ; porque el cuerpo eslaba con ellos, y su<br />

corazón y espirilu con Dios. Acontecióle estando con personas<br />

graves y <strong>de</strong> respecto, elevarse y olvidarse <strong>de</strong> si, y

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