Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

190 LA LRYliiN DA DE ÜRO. DÍA 10-
arropenlida ; y el sanio 1c dijo que bien podia decir las la ciuz, y luego al punto la pistola se convirtió en un crucifijo.
Cuando el caballero vió la pistola convertida en
f]n¡nce misas que á honra de los quince misterios ¿el rosario
habia prometido á la Reina del cielo, si la sacaba crucifijo, atónico y atemorizado, se arrojó del caballo á los
de aquella culpa, porque ya no caerla mas en ella. Creció piés del santo, y revuelto en un mar de lágrimas, le pidió
la admiración de la mujer ; porque no habia comunicado perdón de su gran maldad, y el santo con su acostumbrada
á nadie aquella promesa : y de allí adelante vivió crislia- mansedumbre y benignidad le perdonó, y dióbuenosconsejos,
para que enmendase en adelante su vida. Sucedido
Tiamente, sin caer jamás en semejante pecado. Con los enfermos
tenia gran caridad , visitándolos y sirviéndolos en esto, se volvió á Francisco de Mora , y le mandó que no
los hospitales: con los pobres era liberalísimo, socorriendo dijese lo que habia visto ; añadiendo que no le preguntarían
de este caso, hasla que pasasen treinta años ; y así
todas sus necesidades ; y todos hallaban en él consuelo y
alivio de sus aflicciones y trabajos. Muchísimas son las sucedió, que después de treinta años le examinaron acerca
de esta maravilla.
profecías que se cuentan de san Luis en su vida ; porque
alcanzaba lo venidero , y conocía los pensamientos de
Escribieron la vida de san Luis Bertrán Fr. Francisco
las personas que trataba. Confesándose con él un religioso,
y comenzando en cierto paso á titubear de vergüenza,
Diago, en la historia de su orden de la provincia de Aragón
; Fr. Baltasar de Boca ; t-r. Vicenle Jusllniano , y Fr.
le dijo el santo; ¿Sois Judas vos? ¿Por qué no confesáis
Lucas de Loarte , lodos autores graves de la órden de
tal pecado? señalándole el que en la verdad habia comelido.
Confesándose con él otra mujer , y no acordándose
Santo Domingo , y don Juan Tomayo , en el quinto tomo
de su Murtiroiogio : y hacen honorífica mención de él los
de un pecado se le dijo el sanio ; y después siempre, que
historiadores de la Compañía de Jesús , por haberla eslimado
y favorecido mucho en sus principios, cuando entró
se confesaba con él, le preguntaba al On de la confesión:
Padre, ¿déjomc algo? Y el santo respondía i Tul y tal pecado
os dejais. A oirás muchas personas docia sus pecados,
en la ciudad de Valencia.
SAN FRANCISCO «E BORJA, CONFESOR.—Don Francisco de
ántes que ellos se los dijesen. Habiendo losfrailes legos recogido
mucha limeña [una semana , guardaron parte de
Borja, duque IV de Candía, y después religioso y tercero
propósito general de la Compañía de Jesús, fué primogenilo
de don Juan de Borja , tercero duque de Gandja, y de
ella para otra en que juntasen menos : fuéron á dar la limosna
al santo, que entonces era prior ; y él les dijo, que
doña Juana de Aragón su mujer, que era hija de don Alonso
de Aragón, hijo del rey católico don Fernando. Nació
diesen todo el dinero. Respondiendo ellos , que no tenían
mas que dar, le dijo al uno : ¿Y el real de á cuatro, que
en Gandía á los 28 de octubre , dia de los santcs apóstoles
san Simón y Judas, el año de 1510, siendo sumo pon­
cscondisíe en el calzado del pié izquierdo? Y volviéndose
al otro : Y vos también echad acá el ducado que (cncís en
tífice Julio II, y emperador Maximiliano el T, y rey de
la manga. Tuvo don de discernir espíritus, y la santa madre
Teresa de Jesús en el principio de sus fundacignes
Aragón el católico rey don f ernaedo su bisabuelo materno.
Estuvo la duquesa , su madre, con recios dolores de
consultó con san Luis sus deseos y algunas revelaciones
parto, y con gran peligro de perecer ella y la crialura.
que habia teaido ; y el santo después de haberlo cncomendadoá
nuestro Señor, la respondió , que su espíritu
Promelió el seráfico padre san Fi ancisco (del cual era muy
devota) que si Dios la alumbraba con bien, y le daba hijo
varón , le llamarla Francisco. Con esta devoción y un
era de Dios, y que se animase á proseguir en lo comenzado
; y la aseguró de parte de Dios, que ántes de cincuenta
cordón del mismo santo que se ciñó , fué Dios servido que
años su religión seria una de las mas Ilustres de la Iglesia
; lo cual vemos hoy felidsímamente cumplido.
naciese este dichoso niño, al cual llamaron Francisco, como
la duquesa, su madre, lo habia prometido. Tuvieron
Entre los innumerables milagros, que se cuentan de este gran cuidado sus padres de la crianza del niño, y que las
prodigioso santo , solamente contaré uno , por ser muy primeras palabras que aprendiese fuesen devotas y santas,
singular y maravilloso. Siendo prior del convento de Albalda,
reprendía con grande fuerza de espíritu los pecados chas veces lartamudeando los dulcísimos nombres de Je­
y que se acostumbrase desde su tierna edad á repetir mu­
públicos ; y un caballero de calidad , imaginando que se sús y de María ; y él lo hacia con mucha gracia y aprendía
las oraciones que le enseñaban , con tan buena me­
decía por él, lo que él habia bien menester, le envió á decir
por un criado suyo , que si no se desdecía de cuanto moria y felicidad, que no teniendo mas de cinco años,
habia dicho en el sermón, le habia de quitar la vida. Respondió
el santo con grande fortaleza, que tendría por gran llas. Mostraba particular contento y devoción en rezar al
cada dia decía de memoria la doctrina cristiana de rodi­
dicha recibir la muerte por lo que habia predicado. Embravecióse
mas con esta respuesta aquel caballero : y al tumbre de la casa de Gandía , con la cual destetaban y
santo que le cabla en suerte , conforme á la loable cos­
dia siguiente, caminando el santo desde Albaida á su convento,
que está distante del lugar una milla, en compañía ño , era cosa de maravillar el gusto con que rezaba y que­
criaban á sus hijos. Siendo nuestro don Francisco tan ni­
deun hombre llamado Francisco de Mora, vieron al caballero ría levantarse de la cama para hincarse de rodillas , y hacer
muchas genuflexiones , para imitar al apóstol Santia­
que venia á caballo á toda prisa con una pistola en la mana.
Francisco de Mora hecho á huir rogando al santo que go, el menor, de quien era muy devoto porque le habia
hiciese lo mismo; mas él confiado en Dios prosiguió su camino.
Llegó el caballero y díjole con mucha ira :. ¿ Cómo allegar imágenes de santos, hacer altares y ayudará mi­
i caido en suerte.. Toda su recreación y entretenimiento era
has tenido atrevimiento de reprender á un hombre como sa , é imitar al sacerdote en las ceremonias eclesiásiicas,
yo ? Y puso la boca de la pistola al pecho del siervo de y enseñar á los otros niños y pajes suyos. No era travieso
Dios , apretando el gatillo para quitarle la vida. Mas i ó ni inquieto, sino apacible, manso y sufrido; no se enojaba
maravilhi de Dios ! El santo sin temor alguno ni turbación, con nadie, ni enojaba á nadie.
alzando el brazo derecho, hizo hacia la [listóla la señal de Llegado á los siete años, el machio, que era un grave