Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

182 LA LEYENDA DE ORO
por espacio de seis afios, Tor no quererse prestar á las
profanas exigencins del tirano Sicardo, príncipe de Benevento,
fué preso y metido en una oscura prisión't donde
murió de hambre y de miseria el afio 83í.
DIA. 10.
SAN LUIS BEÍITRIN, CONFKOH.—San Luis Bertrán, hijo del
grande patriarca santo Domingo , nació en la nobilísima
ciudad de Valencia, fecunda madre de'muchos santos , á
l.0de enero de Iíi25. Su padre se llanm Juan Luislíertian,
y su madre Angela Exarch , personas honradas y virtuosas.
Estuvo el padre casado con otra mujer ántes que con
la madre del santo ; y Dios dispuso el segundo matrimonio,
y le alargó milagrosamente la vida para que diese al
mundo este hijo que habia de dar tanta honra á su patria,
lanía luz al mundo y tanto lusíre á la orden de Predicadores
; porque estando Juan Luis en lo óllimo de la vida
con una gravísima enfermedad, y aparejada ya la mortaja,
abrió súbitamente los ojos, y lepidio sus vestidos para
levantarse. Pensaron que desvariaba ; y él dijo : No desvario
; porque han estado aquí san Bruno y san Vicente
Ferrcr, y me han dicho que no tengo de morir de esta enfermedad
; y fué así: porque luego estuvo, y quedó lau
devoto de san Bruno , que muerta su primera mujer , se
fué al monasterio de Poría-fJíe/íjpara hacerse mongo carlujo
; pero en el camino se le aparecieron san Bruno y san
Vicente Fcn er , y le dijeron que no era la voluntad de
Dios que fuese religioso , sino que se quedase en el siglo;
y así se casó segunda vez con Angela Exarch , y de ella
tuvo ciuUro hijos j cuatro hijas , y el primero de los hijos
fué Luis Bertrán , á quien en el bautismo llamaron Juan
Luis, y después dejando el nombre de Juan, se quedó con
el de Luis. Ln su nifiez era tan aficionado á las cosas sagradas,
que cuando lloraba, el medio de callarle era llevarle
á la iglesia donde no solo cesaban las lágrimas, pero
se convcifian en risa y alegría ; y si estaban cerradas
las puertas de la iglesia mayor , con mostrarle las imágenes
que estaban allí de los apóstoles , callaba y sa alegraba.
Con la Beina de los ángeles tuvo especialísima devoción,
y de ocho aftos empezó á rezar su oficio todos los
dias. Gustaba del retiro y de la oración ; y encerrado en
su aposento gastaba orando mucha parte de la noche. No
dormía en la cama , sino sobre una arca y sobre la tierra
desnuda, y por la mañana descomponía la cama para disimular
su mortificación. Pocas veces quería almorzar , y
ya en tierna edad ayunaba muchos dias. Nunca le oyeron
jurar ni maldecir , ni decir palabra descompuesta ; ántes
reprendia con seso de varón á los muchachos que faltaban
en esto, como también á los que estaban ociosos, eslimando
ya el valor del tiempo , que es un tesoro no conocido,
de que hay pocos avarientos y muchos pródigos en el
mundo. Su entretenimiento era asistir á las misas y visitar
los conventos do los religiosos. Era muy obediente á sus
padres, y nunca les dio ocasión de enojo ; ántes si veia á
su madre enojada con alguno de su casa, tomaba un libro
espiritual y le leia algo para sosegarla. Era muy vergonzoso
y modesto, y ordinariamente traia los ojos bajos, como
quien andaba recogido dentro de si mismo. En llegando
á los quince años, frecuentaba mucho los sacramentos;
y píir evitar el reparo que podía haber en tiempo que no
se usaba tanta frecuencia de comuniones como ahora,
DÍA 'lO.
variaba las iglesias , comulgando ya en una iglesia , ya
en otra.
Confesábase con un religioso muy espiritual déla órden
de Santo Domingo, que le iba poniendo en perfección;
pero juzgando él que no podia servir perfectamente á Dios
en su patria, y en la casa de sus padres, mudando el Irnje
se salió secrelamente de Valencia con intento de irse á alguna
tierra donde no fuese conocido ; mas por una carta
que dejó escrita á sus padres fué buscado, y hallado siete
leguas de Valencia y traido á su casa. Vistióle su padre
de hábito clerical; y élse ocupaba continuamente en ejercicios
de piedad y devoción, acudiendo á los hospitales»
para servir y consolar á los enfermos. Llamábale Dios á
mayor perfección ; y así determinó entrar en la órden de
Santo Domingo, y pidió el hábito al maestro Fr. Jaime
Ferran , prior del convento de Valencia : mas el dia que
habia de ser recibido en la órden, sabiéndolo su padre,
vino al prior, y le representó tantas enfermedades y acha ­
ques ordinarios de su hijo , que el prior le prometió no
darle el hábito en todo su priorato. Afligióse el sanio mancebo,
viendo fruslados sus deseos y esperanzas ; y siempre
que miraba las paredes del convento de Santo Domingo,
úoia tocarla campana , derramaba muchas lágrimas
de sentimiento. Acudía frecuenlemente al convento , y los
viernes mientras los religiosos cantaban completas, se escondía
en una capilla del claustro , y en entrando ellos ei>
el capitulo, se acercaba á la pueiia y con grande silencio
oía la plática, que ordinariamente hacia estos dias á los
novicios el venerable Fr. Juan Micó, y al quererse acabar,
se iba muy de priesa por no ser descubierto. Una noche
se quedó en el convento , y la empleó toda en visitar
las capillas, haciendo oración en ellas, y pidiendo á Dios
y á la Virgen María y á sanio Domingo, que le diesen lo
que tanto deseaba. Alcanzóloíinalmcnle de nuestro Señor
con sus oraciones y lágrimas; porque Fr. Juan iMicó, que
sucedió en el priorato á Fr. JaimeFerran, ledió el hábito á
26 deagosto de 1544. Hizo su padre grandes diligencias
para sacarle de la religión ; pero ninguna bastó contra la
constancia del novicio ; y Dios que le habia llamado , lo
dió la perseverancia.
Propúsose Luis por ejemplar la vida de su padre sanio
Domingo, y délos otros santos de su órden, especialmente
la de san Vicente Farrer, con quien tuvo siempre particularísima
devoción ; y verdaderameníe fué Luis un retrato
al vivo de san Vicente : y así solía decir el sanio Fr.
Juan Micó, su maestro de novicios, que Luis habia de ser
en Valencia otro san Vicente Ferrcr. Pasó su noviciado
con grande fervor, y tomó imacostumbre que observó
después toda la vida , de dar á los pobres la mayor parto
de su comida : con que jumamente ejercitaba la abstinencia
y misericordia. En profesando cayó en una grave enfermedad
por el demasiado rigor con que afligía su cuerpo.
Esmerábase mas en las virtudes que habia volado, y
en las que son mas propias de los religiosos, como la obediencia
, castidad, pobreza, humildad y oración, en que
gastaba muchas hoias y quedaba como fuera de PÍ, sin saber
si estaba en el ciclo ó en la lierra; tanto que consultó
con el padre Micó , ¿qué seria la causa que cuando oraba
no estaba en sí ? A lo cual respondió el venerable padre:
Dad gracias á Dios, que esa es dicha, que no la alcanzan
todos. AI principio quiso dejarlosestudios para alcridercon
mas desembarnMá la oración \ contemplación;perocono-