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4 6 LA LEYENDA DE ORO.<br />
piró el alma {lidiosa end e los brazos <strong>de</strong>l crucifijo, y en<br />
manos <strong>de</strong> los ángeles; pues al inslanlc mismo se vió á<br />
modo <strong>de</strong> una paloma, con tal resplandor, que quilal a la<br />
vista á los circunstantes; y <strong>de</strong> esta suerte la presentaron<br />
con fragancia increible á los sacratísimos piés <strong>de</strong> Jesucristo,<br />
para que adornada <strong>de</strong> su inmensa gloria viviese eternamente<br />
entre las <strong>de</strong>más santas y puras vírgenes <strong>de</strong>l celestial<br />
coro.<br />
Murió, ó por mejor <strong>de</strong>cir, nació para vivir eternamente,<br />
e! ano MUS, á 6 <strong>de</strong> marzo, <strong>de</strong> edad <strong>de</strong> diez y siete años<br />
y diez meses. Quedó su cuerpo muerto lan bello y hermoso,<br />
que parecía que dormia: su rostro tan encarnado y<br />
luciente, que <strong>de</strong>mostraba ser rosa Iiermosa, tanto masque<br />
espiraba y daba un olor suavísimo. Toda la ciudad se alborotó,<br />
movidos <strong>de</strong> celestial impuláo <strong>de</strong> un gran resplandor<br />
(pie se vió sobre la casa <strong>de</strong> Rosa, y <strong>de</strong> oir las campanas<br />
todas <strong>de</strong> la ciudad, que milagrosamente se tocaron,<br />
haciendo salva á la santa, al pasar por aquellos aires,<br />
cuando iba á gozar <strong>de</strong> aquella gloria. Fue enterrada luego,<br />
por evitar tumultos y que no la maltratasen por llevar sus<br />
reliquias. Y á los treinta meses se apareció gloriosa visiblemente<br />
tres noches al papa Alejandro IV, que á la sazón<br />
se hallaba en Vilerbo: el cual la <strong>de</strong>claró y adoró por<br />
santa, y trasladó su cuerpo <strong>de</strong> la iglesia <strong>de</strong> Santa María<br />
<strong>de</strong>l Poyo, don<strong>de</strong> habia sido sepultado, á la <strong>de</strong> Santa María<br />
délas Rosas, don<strong>de</strong>, permanece hasta hoy entero, incorrupto,<br />
sano, hermoso y tan palpable y tratable como si<br />
durmiera; <strong>de</strong> suerte, que las religiosas suyas (que por<br />
ella hoy se llaman <strong>de</strong> Santa Rosa, visten el hábito <strong>de</strong> san<br />
Francisco, y guardan la regla seráfica <strong>de</strong> santa Clara) la<br />
visten y <strong>de</strong>snudan continuamente para mudarle ropa, como<br />
si fuera cuerpo vivo. <strong>Los</strong> milagros que Dios ha obrado y<br />
obra por ella cada dia, son infinitos; tanto, que para escribirlos<br />
era menester hacer un nuevo y gran<strong>de</strong> libro: y<br />
por eso me ha parecido omitirlos todos, para no hacer<br />
agravio á ninguno. Quien gustare leer muchos y portentosos,<br />
lea el tratado <strong>de</strong> ellos, con la traslación <strong>de</strong> la santa,<br />
que escribió don Alonso <strong>de</strong> Guzman al fin <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong><br />
Rosa, y saciará su <strong>de</strong>voción. Celebra la fiesta <strong>de</strong> santa<br />
Rosa <strong>de</strong> Viterbo nuestra madre la Iglesia á 4 <strong>de</strong> setiembre,<br />
que fué el dia <strong>de</strong> su traslación. Escribieron su vida<br />
Bartolomé <strong>de</strong> Pila; Mariano Franciscano; Rartolomé <strong>de</strong><br />
Lisboa ; y Wadingo en las Crónicas <strong>de</strong> san Francisco, Pedro<br />
Corretin <strong>de</strong> Viterbo; don Alonso <strong>de</strong> Guzman; el Martirologio<br />
romano y Baronio en sus anotaciones y otros.<br />
Y porque toda esta vida es un vivo ejemplar <strong>de</strong> ta vida <strong>de</strong><br />
Cristo, no hago ni saco <strong>de</strong> ella mas ejemplo, que ponerla<br />
á la vista.<br />
* SAN MOISÉS, LEGISLADOR, Y PIIOFETA.—Fué hijo <strong>de</strong> Amram<br />
y <strong>de</strong> Jocabed, y nació 15T1 anos antes <strong>de</strong> Jesucristo.<br />
Viendo el rey <strong>de</strong> Egipto que los hebreos se multiplicaban<br />
tanto y que Ilegarian á ser un pueblo temible por su bfrmero,<br />
dió un edicto por el cual disponía que fuesen arrojados<br />
al Nilo lodos los niños varones que naciesen <strong>de</strong> madre<br />
israelita. Jocabed guardó á su Moisés por espacio <strong>de</strong><br />
tres meses, al cabo <strong>de</strong> los cuales tomó un cesto <strong>de</strong> juncos,<br />
lo empegó, metió al niño en él, y lo puso sobre las aguas<br />
<strong>de</strong>l Nilo. Termulis, hija <strong>de</strong>l rey, que se paseaba <strong>de</strong>spués<br />
por la orilla, viendo flotar el canastillo, mandó que lo sacasen,<br />
y prendada <strong>de</strong> la belleza <strong>de</strong>l infante, quiso que se<br />
salvase, y lo hizo criar a sus expensas. <strong>Tres</strong> años <strong>de</strong>spués<br />
la misma princesa le adoptó por hijo suyo; le llamó Moisés,<br />
DIA 4.<br />
que quiere <strong>de</strong>cir «sacado <strong>de</strong> las agmf,» y lo hizo instruir<br />
en todas las ciencias <strong>de</strong> los egipcios; pero sus padres, á<br />
(piienes habia sido confiado por mía feliz casualidad, se<br />
<strong>de</strong>dicaron con lodo cuidado á enseñarle la religión y la<br />
historia <strong>de</strong> sus mayores.<br />
Algunos historiadores cuentan muchas particularida<strong>de</strong>s<br />
déla juventud <strong>de</strong> Moisés, que sin embargo no se apoyan<br />
en ninguna relación <strong>de</strong> la Escriiura, á la cual nos limitaremos.<br />
Por e.5ta sabemos, pues, que á la edad <strong>de</strong> cuarenta<br />
años salió <strong>de</strong> la córte <strong>de</strong> Faraón para ir á visitar á los <strong>de</strong><br />
su nación, que la crueldad <strong>de</strong> sus dominadores agobiaba<br />
con excesivos y crueles tratamientos. Ilabiendo encontrado<br />
un dia á un egipcio que maltrataba á un hebreo, le<br />
mató, suceso que, hahiéndose hecho público, obligó á<br />
.Moisés á <strong>de</strong>jar los estados <strong>de</strong> Faraón y refugiarse en e1<br />
pais <strong>de</strong> Madian, don<strong>de</strong> tomó por esposa á Séfora, hija <strong>de</strong>l<br />
sacerdote Jetró, <strong>de</strong> la cual tuvo dos hijos, Gersam y Eliezer.<br />
Por espacio <strong>de</strong> cuarenta años el que habia <strong>de</strong> ser libertador<br />
<strong>de</strong> Israel estuvo apacentando en aquel pais los ganados<br />
<strong>de</strong> su suegro, hasta que un dia, conduciendo las<br />
ovejas á lo interior <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto, en la montaña <strong>de</strong> Horeb<br />
se le apareció el Señor en medio <strong>de</strong> una zarza que ardía<br />
sin consumirse, y le mandó que fuése á romper el yugo<br />
<strong>de</strong> sus hermanos, visión que se halla explicada <strong>de</strong> una<br />
manera llena <strong>de</strong> interés é instrucción en los capítulos 3 y<br />
í <strong>de</strong>l libro <strong>de</strong>l Exodo.<br />
Moisés se resistió al principio, pretextando su inutilidad<br />
y el poco crédito que se daria á sus palabras; pero Dios<br />
venció esta resistencia por medio <strong>de</strong> dos prodigios. Juntándose,<br />
pues, él y su hermano Aaron, marcharon á la<br />
córte, y presentándose á faraón le intimaron que Dios le<br />
mandaba permitiese á los hebreos ir al <strong>de</strong>sierto á ofrecerle<br />
sacrificios ; pero el impío monarca se burló <strong>de</strong> aquella<br />
ór<strong>de</strong>n y redobló la crueldad con que trataba va á los israelitas.<br />
<strong>Los</strong> dos enviados <strong>de</strong> Dios se volvieron; pero presentándose<br />
luego por segunda vez, se esforzaron en persuadir<br />
á Faraón, seducido por los encantamientos <strong>de</strong> sus<br />
magos, á los cuales confundieron por medio <strong>de</strong> algunos<br />
portentos. El obstinado principe atrajo con su ceguera espantosas<br />
calamida<strong>de</strong>s sobre su reino, <strong>de</strong> las cuales la décima<br />
y última fué la muerte <strong>de</strong> los primogénitos <strong>de</strong> Egipto,<br />
que en una sola noche fueron todos muertos por el ángel<br />
exterminador, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el primogénito <strong>de</strong>l mismo rey Faraón<br />
basta el primogénito <strong>de</strong>l último <strong>de</strong> los esclavos y animales.<br />
Semejante catástrofe ablandó por un momento el corazón<br />
endurecido <strong>de</strong>l monarca, que dió permiso á los israelitas<br />
para ir don<strong>de</strong> querían. En virtud <strong>de</strong> esta ór<strong>de</strong>n salieron<br />
los hebreos <strong>de</strong> Egipto el dia 15 <strong>de</strong>l mes <strong>de</strong> Nisan,<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> cuyo dia empezó en a<strong>de</strong>lante á contar los años eq<br />
pueblo escogido en memoria <strong>de</strong>l recobro <strong>de</strong> su libertad.<br />
Cuando salieron <strong>de</strong> Ramessos eran en número <strong>de</strong> seiscientos<br />
mil hombres, sin contar las mujeres y los niños, llevando<br />
consigo innumerable número <strong>de</strong> ovejas y ganados<br />
mayores, y bestias <strong>de</strong> diversos géneros. Apenas hablan<br />
llegado los hebreos á la orilla <strong>de</strong>l mar Rojo, Faraón y los<br />
suyos, arrepentidos <strong>de</strong> haberles <strong>de</strong>jado salir <strong>de</strong> Egipto,<br />
corrieron <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> ellos con un ejército po<strong>de</strong>roso; pero Moisés<br />
extendió su vara sobre el mar, las aguas se dividieron,<br />
los israelitas pasaron al otro lado á pié enjuto, y los egipcios<br />
que quisieron seguirlos, quedaron envueltos y ahogados<br />
entre las olas que hablan tornado á su estado natural<br />
por medio <strong>de</strong> un fuerte viento que el Señor habia hecho