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Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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DIA 4.<br />

OCTÜBRK.<br />

santidaJ interior, que fué cosa maravillosa, según Bt mostraba<br />

por los afectos exteriores. Finalmente, tanta consolación<br />

y suavidad sentimos lodos en el alma y en el cuerpo,<br />

que no mirábamos que se Labia pasado toda la noche.»<br />

Todas estas son palabras <strong>de</strong> aquel car<strong>de</strong>nal, que<br />

poco <strong>de</strong>spués dió su alma á Dios, referidas en la crónica,<br />

como se ha dicho. Pues ¿quién no ve las gran<strong>de</strong>zas y excelencias<br />

<strong>de</strong> este pequeño y humil<strong>de</strong> siervo <strong>de</strong>l Sefior : y<br />

que cuanto ól mas se abatió y <strong>de</strong>shizo por amor <strong>de</strong> Diosen<br />

el mundo; tanto el mismo Dios le ha sublimado y hecho<br />

mas glorioso cu el cielo y en la tierra ? Desnudóse <strong>de</strong><br />

todos sus vestidos <strong>de</strong>lanle <strong>de</strong>l obispo; y vistióle el Señor<br />

<strong>de</strong> su espíritu y <strong>de</strong> su gracia. Tomó por esposo la santa<br />

pobreza, y amóla con entrañable afecto ; y en pago le enriqueció<br />

Dios con tantos y lan divinos dones, y le hizo padre<br />

<strong>de</strong> un minero innumerable <strong>de</strong> hijos santísimos, ricos<br />

por la pobreza <strong>de</strong> su padre, abastado en las menguas temporales,<br />

y señores <strong>de</strong> las haciendas <strong>de</strong> los fieles, por haber<br />

<strong>de</strong>spreciado las suyas. Porque ¿<strong>de</strong> dón<strong>de</strong> se ha propagado<br />

y extendido tanto por todos los reinos, provincias<br />

y naciones <strong>de</strong>l mundo, la sagrada ór<strong>de</strong>n <strong>de</strong> san Francisco?<br />

¿De dón<strong>de</strong> se han multiplicado tanto sus conventos, y crecido<br />

tanto la muchedumbre <strong>de</strong> sus hijos, como vemos,<br />

sino por los morecimientos y virtu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> su gran padre?<br />

La bendición que con lyn larga mano echó el Señor <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

el cielo á san Francisco, esa ha caido sobre toda su ór<strong>de</strong>n,<br />

y le ha dado tantos, lan santos, tan doctos, admirables y<br />

fructuosos hijos, tantos mártires, doctores, confesores y vírgenes,<br />

tantos sumos pontífices, car<strong>de</strong>nales y prelados que<br />

con su vida, doctrina y gobierno, han sustentado 6 ilus-<br />

Irado la Iglesia católica. „<br />

Fué el padre san Francisco <strong>de</strong> estatura mediana, y antes<br />

pequeño que gran<strong>de</strong>, el rostro un poco largo, la frente<br />

llena, los ojos negros y apacibles, y no gran<strong>de</strong>s, los cabellos<br />

<strong>de</strong> la cabeza y ¡a barba eran negros, la nariz igual y<br />

<strong>de</strong>lgada, y las orejas pequeñas. Era <strong>de</strong> rostroalegre y benigno,<br />

antes moreno que blanco; su lengua era aguda y<br />

viva, la voz clara, dulce y sonora. Era naturalmente elocuente,<br />

y <strong>de</strong> muchas y buenas palabras, <strong>de</strong> muy pocas<br />

carnes y <strong>de</strong>licada complexión, y <strong>de</strong> gran<strong>de</strong> ingenio y espíritu<br />

en lo que emprendía. El abad Joaquín, ánles que<br />

santo Domingo y san Francisco instituyesen sus religiones,<br />

hizo pintar en San Marcos <strong>de</strong> Venecia, las imágenes<br />

<strong>de</strong> san Francisca con sus llagas y hábito, y <strong>de</strong> sanio Domingo<br />

con el suyo. Tengamos lodos gran <strong>de</strong>voción con<br />

este santísimo patriarca: imitemos (en la manera que<br />

nuestra flaqueza pudiere) sus heroicas virtu<strong>de</strong>s: seamos<br />

humil<strong>de</strong>s; estimemos-las cosas <strong>de</strong> la tierra, nó en lo que<br />

parecen, 8Íno en ¡0 ^ S0I). apeiezC;imos y anhelemos á<br />

las <strong>de</strong>l cielo: arda nuestro corazón y <strong>de</strong>rrítase con el<br />

r St!ftor, y quec[e llagado con la memoria <strong>de</strong> sus<br />

preciosas llagas Y reverenciemos con enlrañable afecto,<br />

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