Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
158 LA LEYENDA DE OIÍO<br />
cabezas; y él, viendo la atención con que eslaban, les comenzó<br />
á predicar, y á <strong>de</strong>cir: Hermanas mias aves, mucho<br />
<strong>de</strong>béis alabará vuestro Criador; porque os vistió <strong>de</strong><br />
plumas y dió alas para volar, y un aire puro en que espaciaros,<br />
y sin ningún cuidado vuestro, ni solicitud, os<br />
mantiene y conserva: y oyendo estas palabras las aves,<br />
se regocijaban, estendiendo el cuello y las alas, y haciendo<br />
otras <strong>de</strong>mostraciones <strong>de</strong> contento y alegría: y<br />
aunque el santo las tocaba con el vestido, paseándose entre<br />
ellas, ninguna se meneó, hasta que las dió su bendición<br />
y licencia. No fué menor milagro lo que otra vez le<br />
acaeció, predicando á un pueblo, con unas golondrinas,<br />
las cuales cantaban tan importunamente, que no le <strong>de</strong>jaban<br />
predicar; porque volviéndose el varón <strong>de</strong> Dios á ellas,<br />
on voz alta Ies dijo: Hermanas mias golondrinas, ya es<br />
tiempo que yo también hable; pues vosotras hasta ahora<br />
habéis cantado: callad, hasta que se acabe el sermón, y<br />
estad atentas : y como si tuvieran razón, luego callaron y<br />
no se movieron hasta que se acabó el sermón, y con su<br />
bendición se partieron. No solamente dió el Señora san<br />
Francisco este imperio sobre las golondrinos, sino también<br />
á algunos <strong>de</strong> sus compañeros, por sus merecimientos;<br />
porque en la ciudad <strong>de</strong> París , habiéndose divulgado el<br />
milagro <strong>de</strong> las golondrinas, que acabamos <strong>de</strong> referir, estando<br />
uno <strong>de</strong> sus hijos estudiando, una golondrina .con su<br />
molesto canto le quitaba la atención; y él dijo á sus compañeros<br />
; Esta golondrina <strong>de</strong>be ser <strong>de</strong> aquellas que estorbaban<br />
á nuestro santo padre y no le <strong>de</strong>jaban predicar,<br />
hasta que les mandó que callasen; y volviéndose á la golondrina,<br />
le dijo : En el nombre <strong>de</strong>l siervo <strong>de</strong> Dios Francisco,<br />
te mando que luego calles y vengas á mí. Galló y<br />
púsose luego en sus manos; y conocióse mas la virtud <strong>de</strong>l<br />
seráfico padre y la gracia singular que el Señor le habla<br />
dado sobre la§ criaturas, y por él á sus hijos.<br />
Mas no es tanto <strong>de</strong> maravillar que las aves y las otras<br />
criaturas que tienen sentido obe<strong>de</strong>ciesen á san Francisco,<br />
como el ver que el fuego y las cosas insensibles se sujetasen<br />
á su imperio y voluntad. Tuvo el varón <strong>de</strong> Dios<br />
muy gran don <strong>de</strong> lágrimas, y sus ojos eran dos fuentes<br />
perpetuas que las <strong>de</strong>stilaban ; por esto vino casi á per<strong>de</strong>r<br />
la vista; y fué avisado <strong>de</strong> un médico que si no reprimia<br />
las lágrimas , sin duda vendría á quedar <strong>de</strong>l todo ciego.<br />
Ilcspondió el santo : llermano médico , no recibió el espíritu<br />
el beneficio <strong>de</strong> la luz por la carne , sino la carne por<br />
el espíritu i y no <strong>de</strong>bemos por amor <strong>de</strong> la vista que tenemos<br />
común con las moscas , poner impedimento á la vista<br />
espiritual y á la consolación celestial Y como le rogasen<br />
que á lo ménos recibiese un cauterio <strong>de</strong> fuego para remedio<br />
<strong>de</strong> los ojos; vino en ello por ser me<strong>de</strong>cina áspera y<br />
saludable. Al tiempo que el cirujano le quiso dar el cauterio,<br />
el santo habló con el fuego, y le dijo: llermano<br />
fuego, Dios te hizo muy hermoso y eficaz, y provechoso<br />
entre todas las criaturas: mira que me seas ahora blando<br />
y cortés : ruego yo al gran Señor que te crió , que me<br />
quemes suavemente para que te pueda sufrir. LFzosc el<br />
cauterio bien profundo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la oreja hasta las cejas, y no<br />
sintió mas dolor que si no se hubiera hecho en su cuerpo.<br />
Estaba una vez muy enfermo, y sintiéndose muy <strong>de</strong>bilitado<br />
, pidió un poco <strong>de</strong> vino; no le hubo,, mandó que le<br />
trajesen agua, hizo la señal <strong>de</strong> la cruz sobre ella, y<br />
convirtióse en excelentísimo vino; y en bebiendo un trago<br />
<strong>de</strong> aquel vino , luego se levantó bueno y sano. Otra vez,<br />
U k 4.<br />
hallándose muy fatigado, <strong>de</strong>seó un poco <strong>de</strong> música para<br />
<strong>de</strong>spertar la alegría <strong>de</strong>l ospírilu , y por mo<strong>de</strong>stia religiosa<br />
no la quiso pedir; pero el Señor aquella noche le dió<br />
música <strong>de</strong>l cielo tan suave, que le parecía estar ya en el<br />
otro mundo. Otra vez, yendo á predicar, le sobrevino la<br />
noche muy oscura , y el camino era peligroso, por un rio<br />
y lagunas que hnbia en el; el fraile que iba con él le<br />
dijo: Fadre , ruega á Dios que nos libre <strong>de</strong> estos<br />
peligros. Respondió el santo : Po<strong>de</strong>roso es Dios si quiere<br />
para darnos luz. En diciendo estas palabras, vino una<br />
luz gran<strong>de</strong> y clara , que les duró hasta que llegaron á<br />
la posada, y otros que iban do camino no vieron esta<br />
luz.<br />
Pues ¿ quién podrá referir los otros innumerables milagros<br />
con que el Señor honró á san Francisco en vida y<br />
en muerte? Echó <strong>de</strong> los cuerpos muchos <strong>de</strong>monios: dió<br />
vista á muchos ciegos: sanó á muchos cojos y mancos;<br />
restituyó los muertos á vida; dió hijos á las mujeres estériles,<br />
y libró <strong>de</strong> peligro á las que cstahan <strong>de</strong> parto y á<br />
los encarcelados <strong>de</strong> la cárcel, y á los que navegaban <strong>de</strong><br />
horribles tormentas. El pan que el santo ben<strong>de</strong>cía : los<br />
pedazos <strong>de</strong> su roto y pobre hábito: la cuerda con que so<br />
ceñia: el agua con que lavaba sus pies y sus manos , y<br />
cualquiera otra cosa que hubiese tocado , era saludable<br />
medicina para las dolencias, remedio para las adversida<strong>de</strong>s<br />
, y alivio y <strong>de</strong>scanso en los trabajos. Finalmente lodos<br />
los que en sus enfermeda<strong>de</strong>s y peligros con <strong>de</strong>voción<br />
y confianza le invocaron , hallaron remedio, como mas<br />
largamente se pue<strong>de</strong> ver en la vida , que escribió san<br />
Buenaventura, y en la Crónica <strong>de</strong> la sagrada or<strong>de</strong>n <strong>de</strong><br />
los Menores. Yo solo quiero referir tres milagros que me<br />
parecen mas notables. El primero fué, que habiendo<br />
estado el glorioso padre muy enfermo, le curó un médico<br />
con mucho cuidado; y como el sanio no tenia con qtté<br />
pagarle, le recompensó la buena obra que <strong>de</strong>l médico<br />
había recibido <strong>de</strong> esta manera. Había este médico labrado<br />
una casa con mucha costa: abrióse la casa <strong>de</strong> alto á bajo;<br />
y aunque era nueva estaba para caerse; pidió el médico<br />
alguna cosa que el santo hubiese tocado con sus manos;<br />
y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> mucha instancia , al fin los frailes le dieron<br />
unos pocos <strong>de</strong> cabellos <strong>de</strong> san Francisco. Tomólos y pú •<br />
solos aquella noche en las aberturas que so habían hecho<br />
en las pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong> su casa; y á la mañana las halló tan<br />
cerradas, que no quedaba rastro <strong>de</strong> ellas, y el edificio<br />
muy firme, sin po<strong>de</strong>r sacar los cabellos que habla puesto.<br />
El otro es, que un hombre religioso y temeroso <strong>de</strong><br />
Dios tenia una cuerda , con que el santo se solia ceñir:<br />
y habiendo en el pueblo muchos enfermos <strong>de</strong> varias y<br />
graves enfermeda<strong>de</strong>s, iba por las calles <strong>de</strong> los dolientes,<br />
y dábales á beber un poco <strong>de</strong> agua, en que aquella<br />
cuerda había estado on remojo; y con esto los enfermos<br />
cobiaban salud. El tercero es, que estando la ciudad <strong>de</strong><br />
Arezo para per<strong>de</strong>rse por las disensiones, bandos y guerras<br />
civiles que en ella se habiaíi levantado; el santo para<br />
apaciguarles, fué allá. Hospedáronle en una casa fuera<br />
<strong>de</strong> los muros, y víó á los <strong>de</strong>monios sobre la ciudad muy<br />
contentos, como atizando el fuego <strong>de</strong> aquellas disensio -<br />
nes y muertes: llamó luego á su compañero (que era<br />
Fr. Silvestre}, y díjole que se fuése á la puerta déla ciudad,<br />
y que en voz alta y en virtud do obediencia mandase<br />
<strong>de</strong> parte <strong>de</strong> Dios á ios <strong>de</strong>monios que se fuésen luego do<br />
allí. El santo lo mandó ; los <strong>de</strong>monios luego obe<strong>de</strong>cieron,