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Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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138 LA LEYENDA DE ORO. DIA 30.<br />

mas blanca que !a nieve do todas las virltules. iMiialmenlo,<br />

lodo el diseuiTido db san (ieróniino fué nn relíalo y<br />

mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> religión y santidad.» Todo eslo es <strong>de</strong> san Lorenzo<br />

J LIS! ¡nía no.<br />

La intima coneccioa <strong>de</strong> los escritos <strong>de</strong> esie padre con los<br />

luvlio.- <strong>de</strong> su vida, no pue<strong>de</strong> menos <strong>de</strong> obligarnos á dar <strong>de</strong><br />

ellos una i<strong>de</strong>a algo difusa en la historia <strong>de</strong> este dia, que<br />

acasocorrcspon<strong>de</strong>ria mas bien á un apéndice <strong>de</strong> sns obras,<br />

y los motivos que pudieron inducir al sanio á empren<strong>de</strong>rlas;<br />

y csloinismo nos excusa aquí <strong>de</strong> una repelicion importuna<br />

<strong>de</strong> mucho <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>jamos dicho en el cuerpo<br />

<strong>de</strong> su historia; pero para completar las noticias que puedan<br />

perfeccionarla, diremos brevemenle lo que resta para<br />

su inteligencia, adv'iiiendo que para instruirse en la serie<br />

<strong>de</strong> los escritos <strong>de</strong> san Gerónimo, y eu los hechos <strong>de</strong> su<br />

vida, es necesario consullar recíprocamenle su vida y sus<br />

escritos.<br />

Varias carias <strong>de</strong> este santo doctor, á las <strong>de</strong>volas mujeres<br />

que á su dirección estaban en los pasos <strong>de</strong> la virlud<br />

cristiana, y á varias otras personas, contienen excelentes<br />

consejos ó instrucciones para varios estados y condiciones.<br />

Habiéndole <strong>de</strong>jado Ileliodoro en el <strong>de</strong>sierto <strong>de</strong> Chaléis, en<br />

Siria, por volverse á su casa á liorna, le escribió san Gerónimo<br />

una carta elocuenUsima para persuadirle á que<br />

volviese á su reli.ro. l'sa en ella <strong>de</strong> tiernas reprensiones.<br />

«Soldado cobar<strong>de</strong>, le dice, ¿qué habéis <strong>de</strong> hacer en la<br />

casa <strong>de</strong> vuestro padre ? Acordaos <strong>de</strong> aquel dia en que<br />

os alislásteis por soldado <strong>de</strong> Cristo : que <strong>de</strong>spués le jurasteis<br />

fi<strong>de</strong>lidad... Aunque vuestro tierno sobrino se cuelgue<br />

<strong>de</strong> vuestro cuello, y vuestra madre se mese su cabello:<br />

aunque vaeslro padre se ponga al umbral <strong>de</strong> la puerla para<br />

<strong>de</strong>teneros, pasad por cima <strong>de</strong> vuestro padre, y seguid el<br />

estandarte <strong>de</strong> la cruz con los ojos enjutos. Es gran misericordia<br />

ser cruel en semejantes ocasiones. Os engañáis,<br />

hermano, si suponéis que pue<strong>de</strong> haber cristiano sin persecución<br />

: cuando se cree mas seguro, es cuaudo se ve<br />

asaltado con mayor violencia... Vos diréis: <strong>Los</strong> clérigos<br />

viven en las ciuda<strong>de</strong>s. Dios prohibo que hablemos mal <strong>de</strong><br />

los que sucedieron á los apóslolcs, que consagran con sus<br />

mismas bocas el cuerpo <strong>de</strong> Jesucristo, que nos hacen crisliaiios,<br />

y que tienen en sus manos las llaves <strong>de</strong>l reino <strong>de</strong><br />

lo» cielos.» Demuestra san Gerónimo la diferenciacnlre<br />

los clérigos y los mongos, y lo aparta <strong>de</strong>l <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> ser<br />

admitido en el cloro, porque « aunque un presbítero digno<br />

adquiere mayor grado <strong>de</strong> perfección, no es la dignidad<br />

eclesiástica la que hace buenos cristianos... No es fácil á<br />

todos los hombres tener las gracias <strong>de</strong> san Pablo, ni la<br />

santidad <strong>de</strong> san Pedro.» Ensalza <strong>de</strong>spués elocuentemente<br />

la dfcha <strong>de</strong> una santa penitencia y <strong>de</strong> la soledad en (jue se<br />

nos manifiestan abiertamente los cielos. Ileliodoro resolvió<br />

volver al <strong>de</strong>sierto, pero como se había or<strong>de</strong>nado do presbítero<br />

se vió obligado á servir en la Iglesia <strong>de</strong> Roma. Su<br />

sobrino Nepociano, jóven eclesiástico, solicitó <strong>de</strong> san Gerónimo,<br />

y éste le escribió varias cartas y reglas excelentes<br />

para «onducirse en la vida <strong>de</strong> eclesiástico; como, el<br />

que Cristo solo sea su porción, <strong>de</strong> modo que nada posea<br />

en su corazoR sino al Señor, y que aunquo viva y se mantenga<br />

<strong>de</strong>l altar, <strong>de</strong>ba contentarse con la comida y el vestido<br />

honesto y parco, teniendo lo <strong>de</strong>más por porción <strong>de</strong>bida<br />

al peregrino y al pobre: que jamás Heve á su casa mujer<br />

alguna, ó á lo ménos, muy rara vez por necísidad: no<br />

íener fumiliaridad con vírgenes consagradas á Dios, y aun<br />

si pue<strong>de</strong> ser no conocerlas; y amarlas á todas en caridad,<br />

generalmente sin oslar jamás en casa con alguna : «Nunca<br />

íieis, le dice, en la pasada castidad; no sois vos mas santo<br />

que David, mas fuerte que Sansón, ni mas sabio que Salomón.<br />

No visileis á mujer sola : no habléis con ella cara<br />

á cara.» Prohibe hacer fiestas con los legos: recomienda<br />

ta caridad., pru<strong>de</strong>ncia, discreción, mo<strong>de</strong>stia y sobriedad;<br />

pero no quiere excesos en los ayunos. Encarga severamente<br />

á los clérigos no tener aguda lengua, y que jamás <strong>de</strong>seen<br />

ser convidados á comer; y que una vez llamados,<br />

vayan, pero muy rara vez, ele. Muerto Nepociano, poco<br />

<strong>de</strong>spués escribió san Gerónimo su panegírico á su lio Ileliodoro,<br />

obispo enlonces do Allino, en que hace una pintura<br />

elegantísima do la cortedad ó incerlidumbre <strong>de</strong> la<br />

vida, recomienda la <strong>de</strong>voción do los difuntos, adornando<br />

tas capillas y altares do los mártires con flores, etc., y consuela<br />

á Ileliodoro, asegurándolo que su sobrino estaba<br />

á la sazón ya con Cristo, en compañía <strong>de</strong> los santos<br />

(p. u m<br />

Haliicndolc pedido su consejo un tal Rústico, natural <strong>de</strong><br />

Marsella, y mongo, pero que vivia en Roma, el santo le<br />

dió algunas instrucciones para servir á Dios en el estado<br />

monástico. Recomienda la vigilancia y fervor constante, la<br />

labor manual, lectura, meditación, obediencia, castidad y<br />

ayuno. Prefiére la vida cenobítica á la <strong>de</strong> los crmilaños,<br />

como mas segura ; y aun dice, que para hacerse cualquiera<br />

ermitaño, <strong>de</strong>beria primero vivir algún tiempo en<br />

comunidad. Añado, sor regla <strong>de</strong> algunos monasterios <strong>de</strong><br />

Kgipto, no admitir al que no supiese ó pudiese aplicarse á<br />

alguna labor manual, no tanto por ganar su suslento, como<br />

por precaver.los malos pensamientos que son hijos <strong>de</strong> la<br />

ociosidad. En el canío <strong>de</strong> los divinos oficios, no se consi<strong>de</strong>ra<br />

tanto la voz como los afectos <strong>de</strong>l corazón. « Ningún arle,<br />

dice, so apren<strong>de</strong> sin maestro, mucho ménos la salvación.<br />

Servid á vuestros hermanos, lavad los pies á los extranjeros,<br />

callad cuando os hagan alguna injuria, etc.» Pone la<br />

humildad y la paciencia por los medios mas eficaces para<br />

vencer las tentaciones, lo que confirma con el siguiente<br />

ejemplo. Un jóven griego que vivia en un monasterio <strong>de</strong><br />

Egipto, fué turbado con violentas tentaciones <strong>de</strong> la carne,<br />

y ni el continuo trabajo, ni la abstinencia mas severa forlalecida<br />

<strong>de</strong> fervorosa oración, le libertaban do las importunaciones<br />

y asechanzas <strong>de</strong> esto pertinaz enemigo. Su superior,<br />

á quien <strong>de</strong>scubrió su mal, dio secretamente ór<strong>de</strong>n<br />

á uno <strong>de</strong> sus companeros, <strong>de</strong> que le insultase en cualquiera<br />

parto con invectivas y baldones, y <strong>de</strong>spués fuése á quejarse<br />

al abad <strong>de</strong> aquel mismo á quien había ofendido, como<br />

si hubiese recibido <strong>de</strong> él la injuria. Habiendo pasado un<br />

año eu estos términos, le preguntó el superior al jóven, si<br />

las primeras tentaciones le molestaban todavía. A lo que<br />

respondió: Padre, me cuesta mucha pena vivir, para que<br />

infesten mi imaginación <strong>de</strong>leites sensuales. Rústico había<br />

á la sazón <strong>de</strong> volver á la Galia: por lo que san Gerónimo<br />

le mandó dirigirse por los consejos <strong>de</strong> los santos obispos,<br />

para que no s« <strong>de</strong>scarnase, ni abandonase el camino<br />

real. Estos directores eran Proclo, religioso y sabio obispo<br />

<strong>de</strong> Marsella, y Exuperio <strong>de</strong> Tolosa. De este úllimo dice:<br />

«Este último prelado imita á la viuda <strong>de</strong>'Sarepta: alimenta<br />

á otros, y él ayuna siempre : nada le turba mas que la<br />

angustia ajena. Él hadado á los pobres todo loque tenia,<br />

no obstante no hay un hombre mas rico que él. Lleva el<br />

cuerpo <strong>de</strong> nuestro señor Jesucristo enunacaja <strong>de</strong> mímbri-, y

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