Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-
m 30. la sonta Iglesia, y darle rkiS tesoro que ahora posee. Habla en aqtiel tiempo niuchas traslaciones latinas, y casi irihumerables del Viejo Toslamento, sacadas de la versión griega do los Setenta, ydeLN'uevo Teslamento, otras tantas traducidas de griego, como lo afirma san Aguslin y el mismo san Gerónimo por estas palabras: «Entre los latinoá (dice) hay lanías versiones, como libros; porque cada uno á su voluntad, ó ha afiadido ó quitado lo que le ha parecido.» Pues habiendo tanta variedad de traslaciones, y siendo la divina Escritura la. luz del cielo que tiene la Iglesia para alumbrar ú sus hijos, y el pan con que los ha de sustentar, v él fimtlamenlo de nuestra santísima fé, escogió Dios nuestro Señor, por su gran clemencia, entre lodos los doctores de su iglesia á san Gerónimo, para que trabajase y sudase en una obra tan importante, quitando las nieblas de ta ignoiancia, y limpiando los caíios por donde se deriva el agua, nos diese esta misma luz mas resplandeciente, y esta fuente de la sagrada Escritura mas limpia, para refrigerio y descanso de nuestras almas: y para que pudiese mejor hacerlo, le castigó con duros azotes; porque dejaba de leerla, por leer á Cicerón : inspiróle que estudiase con tanto cuidado las lenguas griega, hebrea y caldea, y que visitase y anduviese por lodos los lugares de Palestina, para mejor entender loque en las divinas Letras se reííere haber Dios obrado en ellos : dióle una sed insaetabte de saber, y de andar por (Cintas provincias y naciones del mundo, y aprender de los insignes varones que iiabia en él, y de maestro hacerse discípulo, todo esto en órilen á las Letras sagradas. Y subte todo, le dió una humilcbui tan grande, que el mismo santo dicede sí: «Aunfinc yo me conozco por tan gran pecador, y cada dia en la oración, hincadas las rodillas, digo al Seilor: No os acordeis de los pecados de mi mocedad, ni de mis ignorancias; todavía, sabiendo que dijo el Apóstol, para que no caiga hincbado con la soberbia en el lazo del demonio, y quo en Otro lugar eslá escrito, quo Dios resiste a. los soberbios y da su gracia á los humildes; ninguna cosa, desde mi niñez, he procurado huir tanto, como el ánimo altivo, y la cerviz yerta, que provoca contra si el odiode Dios.» Yen otro lugar dice: «Yaconliesoque en interpretar las divinas Ksmlnras, no he confiado en mis propias fuerzas, ni hecho caso de mi opinión; antes he acoslumbrado á preguntar, nó so- 'aineiUe l-as cosas de que dudaba, sino (ambien las que yo pensaba que sabia.» Pues armado san (íerónimo con 'as ciencias humanas, y rico con las lenguas latina , griega , hebrea , siríaca y caldea, y sobro lodo vestido del espíritu tlel Señor, y del zelo de su gloria, y del bien de Sli Iglesia, emprendió una cosa que ninguno anles de él había osado emprender, ni después de él hasta nuestros tiempos ha osado inlentar: y tradujo el Viejo Testamento veces, una de griego en lalin, según la traslación de • los Setenta, y otra de la lengua hebrea, según la verdad hebraica : y aun el Salterio, no solamente le tradujo dos veces en huin, una de hebreo y otra de griego; pero enmendó dos veces la edición antigua, que cu su tiempo andaba sacada de la griega común y vulgata : y el Nuc- Vo Testamento , que andaba lleno de fallas y errores por f'ulpa de los escribientes, le corrigió y enmendó con gran c,i¡dado por mamlado do san Dámaso, como arriba se di- J**: y filó tan acertada y tan perfecta esta traslación de san Gerónimo del Viejo y del Nuevo Testamento, que en saá luz, luego algunas Iglesias le recibifron , y hendo SETlFJlimE. 135 después toda la Iglesia católica ha usado de ella, dejando la que hasta allí habia usado, como se ve en lo que escriben san Agustín, san (iregorioy san Isidoro: el cual en el libro de los Oficios divinos, dice: « Solo Gerónimo, presbítero, ha traducido do hebreo en lalin las Escrituras sagradas, y todas las Iglesias comunmente nsan de su traslación, por ser mas verdadera en las sentencias , y mas clara en las palabras: » y después acá los expositores do la sagrada Escritura han tomado esta traslación de san Gerónimo por regla, para seguirla. Y no solo los doctores parlicularcs, sino lumbien la Iglesia católica ha aprobado toda la edición vulgala, y dándole autoridad para confirmar los dogmas de la fé: y así usa de ella en las escuelas, y pulpitos, en disputas contra los herejes y en los mismos concilios, para dilinir las controversias y materias de la fé: y esta edición vulgata es la que hizo san Gerónimo , como erudilamenle lo prueban el cardenal Belarmino en sus Controversias , y el padre Alonso Salmerón de nuestra Compañía. Por donde se ve la autoridad que tuvo y tiene este santísimo doctor en toda la Iglesia católica; pues toda ella así ha abrazado esta vulgata traslación de san Gerónimo , y desechado en lo que la contradicen todas las demás. De esto se saca asimismo, cuán gloriosos y cuán fl uctuosos fueron sus trabajos en esta obra , propia de la mano del Señor, y con cuánta razón Je do la Iglesia al título y renombre de doclor máximo en exponer las sagitadas Escrituras: el cual él alcanzó aun viviendo ! y así Juan Casiano, autor de aquel mismo tiempo, dice: «San Gerónimo fué maestro de los católicos : cuyos escritos, como rayos divinos, resplandecen por todo el mundo: » y san Próspero, que escribió poco después , dice: «San Gerónimo fué muy elocuente en hebreo, griego y lalin, ejemplo de costumbres santas, y maestro del inundo: » y Casiodoro : «No pienso yo (dice) que san Gerónimo estuvo ocioso en Belblehen, antes se fué á aq iella tierra de milagr)?, para que ?u elocuencia á manera de un sol, resplandeciese en nosotros por la parte de Oriente.» Y no solnmente en la interpretación déla divina Escritura tuvo san Gerónimo tan grande autoridad ; pero en las demás cosas siempre la Iglesia se le ha dado grandísima, como se ve en el decreto de Gelasio, papa, en el concilio romano. Mas sin duda que ci Señor, que escogióá san Gerónimo para obra tan grande , le proveyó de lodos los talentos que para sacarla tan acabada y perfecta era menester; y el mas principal de todos, y mas necesan io, fué \n luz de su divino espíritu, que alumbrase el enlendimienlo del santo doclor, para entender sus sentencias, y que rigiese su pluma para descubrir aquellos tesoros divinos , que en ellas están escondidos. Pero lo que mas espanta es , que haya podido san Gerónimo escribir lo que escribió, y hacer lo que hizo, habiendo sido acosado de muchas j graves enfermedades, como él mismo lo dice por estas'palabras : « El Señor que mira la tierra y la hace temblar: quo toca los montes, y humean: que dice en el Deuteronomio: Yo mataré, y yo vivificaré : hei •¡ré, y sanaré; hace también que tema y se estremezca la tierra de este mi cuerpo con frecuentes enfermedades: á quien se dice: Tierra eres y en tierra te has de tornar: y así como estoy, olvidado de mi suerte y condición humana, me amonesta muchas veces, que como hombre, y como viejo , reconozca quo estoy muy cerca de la muerte. Y por quien eslá. escrito : ¿De qué te glorías, ó tierra y ceniza? Y así el mismo que
13G LA LEYENDA DE ORO. me hirió con tan súbita dolencia , me sanó con increible presteza, mas para alemorizarme que para aíligirme, y mas para enmendarme, que para apartarme. Así que sabiendo yo, cuyo es, lodo lo que vino , y que por ventura la causa de dilatar mi muerte es para que acabe la obra comenzada sobre los Profetas; quiero emplearme todo en esta ocupación, y como puesto en una alta atalaya , contemplar, nó sin dolor y gemidos, los torbellinos y naufragios de este mundo, sin que me dé cuidado cosa alguna presente, sino solo ¡o futuro; y estimando en poco el juicio y el decir de las gentes, sino solo el de Dios.» Esto es de san Gerónimo. Y demás de estas enfermedades, que él dice, tuvo una vejez muy cansada y quebrantada; pues él mismo confiesa que babia ya catorce años que no podia sufrir el trabajo de escribir por su mano, ni leer de noche los libros hebreos , ni aun de dia sino con mueba dificullad, y que los libros griegos otros bermsnos se los leian por no poder él: y con esto estaba tan lleno de sabiduría, y era lan rico su caudal, que no se podia creer la presteza y facilidad con que escribía si él mismo no lo dijese; porque en tres días tradujo los tres libros délos Troverbios, del Eclesiastés, y de los cantares de Salomón : en un dia, de caldeo en latin , el libro de Tobías ; y en dos semanas dictó los Comentarios sobre Mateo, por la grande ins'ancia de Ensebio Cremonense, su discípulo , que habiendo de caminará Italia, no quiso ir sin alguna prenda de su maestro. Y escribiendo á las santas madre é hija, Paula y Eustoqnia, y disculpándose déla llaneza de su estilo mal limado, dice, que no prelendia mas de declararla losmisterios de la santa Escritura : lo cual hacia con tanta velocidad, que muchos dias pasaban de mil renglones los que dictaba: y el libro que escribió contra Vigilando, hereje tan erudito y admirable, dice que lo dictó en una noebe, polla priesa del portador, que era Sisinio : que son todas cosas que ponen espanto: y mucho mas, que con ser este gloriosísimo doctor tan grande en los ojos de Dios, 5; en los de toda la Iglesia, fuese tan pequeño y tan humilde en los suyos, queenseñaha á los niñoséhijos de algunos caballeros, y Ies declaraba los poetas, historiadores y oradores, para criarlos, por medio de aquellas letras, con la leche de la piedad y temor santo del Señor, y haciéndose niño con los niños, para ganarlos á Dios. Y puesto i aso que Rufino le lacha de esto, y dice, quehabia usado oficio de gramático ; á mi ver es una de las cosas mas raras y admirables que hay en san Gerónimo, y quemas nos declara cuan encendido estaba aquel sagrado pecho del amor de Dios, y cuán poco reparaba en su autoridad, por servir mas al Señor: y juntamente nos euscfia con su ejemplo, que ninguna cosa hay en la república á que tanto se deba atender, cuanto á la crianza de los niños: y esto hizo el santo, habiendo mas de quince años que no tomaba en las manos libro alguno de gentiles para leerle; porque lo que no habia menester para sí, lo habia menester para imprimir en los corazones blandos de los niños el amor á la virtud. Y 110 se echa de ver esto ménos en lo que el mismo santo, escribiendo á Lcta, matrona romana nobilísima, exhortándola á enviar á su hija niña á Jorusalen, para que se criase á la sombra de santa Paula, su abuela, le dice; K Si la enviares, yo te prometo de serle maestro y ayo: yo la tomaré en mis brazos, y traeré sobre mis hombros; y viejo como soy, enseñaré á la niña á formar y pronunciar tartamudeando las palabras, y me preciaré de ello, y esm 30. taré mas ufano y glorioso, que el olro filósofo del mundo pues no enseñaré como él al rey de ¡Hacedonia, sino á una sierva y esposa de mi Señor Jesucristo, que ha de ser [¡resentada éntrelos coros de los ángeles, y puesta en el tálamo de los palacios celestiales.» Esto es de san Gerónimo. Pues ¿á quién no ponen admiración estas palabras? Mas así como Dios nuestro Señor en las cosas mínimas es máximo; asi los grandes santos en las cosas pequeñas son grandes, y para ellos no hay cosa menuda, de la cnal no pueda resultar gloria al Señor. Era san Gerónimo pequeño de cuerpo, como él mismo lo dice, y ya en la vejez usaba de un bouelillo, para tener caliento la caboza, el cual le había enviado san Paulino; y él le hace gracias per aquel don, |)or estas palabras: «De buena gana he recibido el bonetillo, que me habéis enviado para calenlar la cabezo, fria por la edad, pequeño en el tamaño, mas grande en la caridad; y me he holgado mucho con el don, y con el donador:» (pie lamlmTi es señal de su grande agradecimiento y humildad. Habiendo, pues, fl sanlísimo doctor corrido gloriosamente su carrera, y derramado por lodo el mundo los resplandores de sus virliulcs y doctrina, enriquecido la Iglesia católica con los tesoros de la sagrada Escriluta, quebrantado la cabeza á la serpiente, domado los monstruos infernales de las herejías, y triunfado de todos los que por ellos, ó por sus vicios, le hubian sido contrarios, y enseñado á los fieles el camino del cielo, y de toda perfección; estando ya muy viejo, y con los largos años> trabajos, estudios y penitencias tan consumido, que no podía menearse en la cama, sino asiéndose á una cuerda, que para este propósito tenia colgada del techo, le dio una recia calentura, y luego entendió que se acercaba ya aquel dichoso dia en que el Señor le queiia librar de la cárcel del cuerpo, y llevarle á gozar de sí; como él con lan vivos y encendidos deseos suspiraba. No se puede fácilmente creer el regocijo y júbilo que entonces sintió en sí el alma del santo: y aunque toda su vida no habia sido sino una meditación perpetua y aparejo para la mueiie, se armó con los santos sacramenlos, para pelear de nuevo con aquel dragón á quien tantas veces habia vencido: después consoló á sus monges y personas devolas que habian concurrido,para hallarse presentes á su glorioso tránsito, y amargamente le lloraban: y habiéndolos exhortado y animado al amor del Señor, y entre sí, y á toda virtud, dió su espíritu al que le habia criado, á los 30 del mes de setiembre del año 422, según Próspero en su Cronicón; y según el cardenal Baronio, de 420, imperando Honorio y'leodosio, el menor, su sobrino. De la edad en que murió, no hay cosa cierta; porque san Próspero, autor casi del mismo tiempo de san Gerónimo, le da noventa y un años: oíros noventa y ocho, y aun noventa y nueve : el cardenal Baronío setenta y ocho ó setenta y nueve: el P. Fr. José de Sigúenza, de su órden, en la vida que escribe de sn santo padre, lo extiende á ochenta y uno. La causa dií tanta diversidad de opiniones es, no saberse puntualmente el año en que nació este glorioso doctor, sino solamente que cuando murió en Persia el emperador Juliano Apóstata (que fué el año del Señor de 373), san Gerónimo era muchacho, como él mismo lo dice, y estudiaba gramática: las cuales palabras unos las extienden y otros las acortan mas, para en ellas fundar su opinión. Eo cierto es, que llegó á la edad decrépita, como lo dicesan Agustín, á quien
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la sonta Iglesia, y darle<br />
rkiS tesoro que ahora posee.<br />
Habla en aqtiel tiempo niuchas traslaciones latinas, y casi<br />
irihumerables <strong>de</strong>l Viejo Toslamento, sacadas <strong>de</strong> la versión<br />
griega do los Setenta, y<strong>de</strong>LN'uevo Teslamento, otras tantas<br />
traducidas <strong>de</strong> griego, como lo afirma san Aguslin y el mismo<br />
san Gerónimo por estas palabras: «Entre los latinoá (dice)<br />
hay lanías versiones, como libros; porque cada uno á su<br />
voluntad, ó ha afiadido ó quitado lo que le ha parecido.»<br />
Pues habiendo tanta variedad <strong>de</strong> traslaciones, y siendo la<br />
divina Escritura la. luz <strong>de</strong>l cielo que tiene la Iglesia para<br />
alumbrar ú sus hijos, y el pan con que los ha <strong>de</strong> sustentar,<br />
v él fimtlamenlo <strong>de</strong> nuestra santísima fé, escogió Dios<br />
nuestro Señor, por su gran clemencia, entre lodos los doctores<br />
<strong>de</strong> su iglesia á san Gerónimo, para que trabajase y<br />
sudase en una obra tan importante, quitando las nieblas<br />
<strong>de</strong> ta ignoiancia, y limpiando los caíios por don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>riva<br />
el agua, nos diese esta misma luz mas resplan<strong>de</strong>ciente,<br />
y esta fuente <strong>de</strong> la sagrada Escritura mas limpia, para<br />
refrigerio y <strong>de</strong>scanso <strong>de</strong> nuestras almas: y para que pudiese<br />
mejor hacerlo, le castigó con duros azotes; porque<br />
<strong>de</strong>jaba <strong>de</strong> leerla, por leer á Cicerón : inspiróle que estudiase<br />
con tanto cuidado las lenguas griega, hebrea y cal<strong>de</strong>a,<br />
y que visitase y anduviese por lodos los lugares <strong>de</strong><br />
Palestina, para mejor enten<strong>de</strong>r loque en las divinas Letras<br />
se reííere haber Dios obrado en ellos : dióle una sed insaetabte<br />
<strong>de</strong> saber, y <strong>de</strong> andar por (Cintas provincias y naciones<br />
<strong>de</strong>l mundo, y apren<strong>de</strong>r <strong>de</strong> los insignes varones que<br />
iiabia en él, y <strong>de</strong> maestro hacerse discípulo, todo esto en<br />
órilen á las Letras sagradas. Y subte todo, le dió una humilcbui<br />
tan gran<strong>de</strong>, que el mismo santo dice<strong>de</strong> sí: «Aunfinc<br />
yo me conozco por tan gran pecador, y cada dia en la<br />
oración, hincadas las rodillas, digo al Seilor: No os acor<strong>de</strong>is<br />
<strong>de</strong> los pecados <strong>de</strong> mi mocedad, ni <strong>de</strong> mis ignorancias;<br />
todavía, sabiendo que dijo el Apóstol, para que no caiga<br />
hincbado con la soberbia en el lazo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio, y quo en<br />
Otro lugar eslá escrito, quo Dios resiste a. los soberbios y<br />
da su gracia á los humil<strong>de</strong>s; ninguna cosa, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mi niñez,<br />
he procurado huir tanto, como el ánimo altivo, y la cerviz<br />
yerta, que provoca contra si el odio<strong>de</strong> Dios.» Yen otro lugar<br />
dice: «Yaconliesoque en interpretar las divinas Ksmlnras,<br />
no he confiado en mis propias fuerzas, ni hecho caso <strong>de</strong><br />
mi opinión; antes he acoslumbrado á preguntar, nó so-<br />
'aineiUe l-as cosas <strong>de</strong> que dudaba, sino (ambien las que<br />
yo pensaba que sabia.» Pues armado san (íerónimo con<br />
'as ciencias humanas, y rico con las lenguas latina , griega<br />
, hebrea , siríaca y cal<strong>de</strong>a, y sobro lodo vestido <strong>de</strong>l<br />
espíritu tlel Señor, y <strong>de</strong>l zelo <strong>de</strong> su gloria, y <strong>de</strong>l bien <strong>de</strong><br />
Sli Iglesia, emprendió una cosa que ninguno anles <strong>de</strong> él<br />
había osado empren<strong>de</strong>r, ni <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> él hasta nuestros<br />
tiempos ha osado inlentar: y tradujo el Viejo Testamento<br />
veces, una <strong>de</strong> griego en lalin, según la traslación <strong>de</strong><br />
• los Setenta, y otra <strong>de</strong> la lengua hebrea, según la verdad<br />
hebraica : y aun el Salterio, no solamente le tradujo dos<br />
veces en huin, una <strong>de</strong> hebreo y otra <strong>de</strong> griego; pero<br />
enmendó dos veces la edición antigua, que cu su tiempo<br />
andaba sacada <strong>de</strong> la griega común y vulgata : y el Nuc-<br />
Vo Testamento , que andaba lleno <strong>de</strong> fallas y errores por<br />
f'ulpa <strong>de</strong> los escribientes, le corrigió y enmendó con gran<br />
c,i¡dado por mamlado do san Dámaso, como arriba se di-<br />
J**: y filó tan acertada y tan perfecta esta traslación <strong>de</strong> san<br />
Gerónimo <strong>de</strong>l Viejo y <strong>de</strong>l Nuevo Testamento, que en saá<br />
luz, luego algunas Iglesias le recibifron , y<br />
hendo<br />
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<strong>de</strong>spués toda la Iglesia católica ha usado <strong>de</strong> ella, <strong>de</strong>jando<br />
la que hasta allí habia usado, como se ve en lo que escriben<br />
san Agustín, san (iregorioy san Isidoro: el cual en el<br />
libro <strong>de</strong> los Oficios divinos, dice: « Solo Gerónimo, presbítero,<br />
ha traducido do hebreo en lalin las Escrituras sagradas,<br />
y todas las Iglesias comunmente nsan <strong>de</strong> su traslación,<br />
por ser mas verda<strong>de</strong>ra en las sentencias , y mas<br />
clara en las palabras: » y <strong>de</strong>spués acá los expositores do<br />
la sagrada Escritura han tomado esta traslación <strong>de</strong> san Gerónimo<br />
por regla, para seguirla. Y no solo los doctores<br />
parlicularcs, sino lumbien la Iglesia católica ha aprobado<br />
toda la edición vulgala, y dándole autoridad para confirmar<br />
los dogmas <strong>de</strong> la fé: y así usa <strong>de</strong> ella en las escuelas,<br />
y pulpitos, en disputas contra los herejes y en los<br />
mismos concilios, para dilinir las controversias y materias<br />
<strong>de</strong> la fé: y esta edición vulgata es la que hizo san Gerónimo<br />
, como erudilamenle lo prueban el car<strong>de</strong>nal Belarmino<br />
en sus Controversias , y el padre Alonso Salmerón <strong>de</strong><br />
nuestra Compañía. Por don<strong>de</strong> se ve la autoridad que tuvo<br />
y tiene este santísimo doctor en toda la Iglesia católica;<br />
pues toda ella así ha abrazado esta vulgata traslación <strong>de</strong> san<br />
Gerónimo , y <strong>de</strong>sechado en lo que la contradicen todas<br />
las <strong>de</strong>más. De esto se saca asimismo, cuán gloriosos y cuán<br />
fl uctuosos fueron sus trabajos en esta obra , propia <strong>de</strong> la<br />
mano <strong>de</strong>l Señor, y con cuánta razón Je do la Iglesia al título<br />
y renombre <strong>de</strong> doclor máximo en exponer las sagitadas<br />
Escrituras: el cual él alcanzó aun viviendo ! y así Juan<br />
Casiano, autor <strong>de</strong> aquel mismo tiempo, dice: «San Gerónimo<br />
fué maestro <strong>de</strong> los católicos : cuyos escritos, como<br />
rayos divinos, resplan<strong>de</strong>cen por todo el mundo: » y san<br />
Próspero, que escribió poco <strong>de</strong>spués , dice: «San Gerónimo<br />
fué muy elocuente en hebreo, griego y lalin, ejemplo<br />
<strong>de</strong> costumbres santas, y maestro <strong>de</strong>l inundo: » y Casiodoro<br />
: «No pienso yo (dice) que san Gerónimo estuvo ocioso<br />
en Belblehen, antes se fué á aq iella tierra <strong>de</strong> milagr)?,<br />
para que ?u elocuencia á manera <strong>de</strong> un sol, resplan<strong>de</strong>ciese<br />
en nosotros por la parte <strong>de</strong> Oriente.» Y no solnmente<br />
en la interpretación déla divina Escritura tuvo san Gerónimo<br />
tan gran<strong>de</strong> autoridad ; pero en las <strong>de</strong>más cosas<br />
siempre la Iglesia se le ha dado grandísima, como se ve<br />
en el <strong>de</strong>creto <strong>de</strong> Gelasio, papa, en el concilio romano.<br />
Mas sin duda que ci Señor, que escogióá san Gerónimo<br />
para obra tan gran<strong>de</strong> , le proveyó <strong>de</strong> lodos los talentos<br />
que para sacarla tan acabada y perfecta era menester;<br />
y el mas principal <strong>de</strong> todos, y mas necesan io, fué \n luz<br />
<strong>de</strong> su divino espíritu, que alumbrase el enlendimienlo <strong>de</strong>l<br />
santo doclor, para enten<strong>de</strong>r sus sentencias, y que rigiese<br />
su pluma para <strong>de</strong>scubrir aquellos tesoros divinos , que en<br />
ellas están escondidos. Pero lo que mas espanta es , que<br />
haya podido san Gerónimo escribir lo que escribió, y hacer<br />
lo que hizo, habiendo sido acosado <strong>de</strong> muchas j graves<br />
enfermeda<strong>de</strong>s, como él mismo lo dice por estas'palabras<br />
: « El Señor que mira la tierra y la hace temblar: quo<br />
toca los montes, y humean: que dice en el Deuteronomio:<br />
Yo mataré, y yo vivificaré : hei •¡ré, y sanaré; hace también<br />
que tema y se estremezca la tierra <strong>de</strong> este mi cuerpo<br />
con frecuentes enfermeda<strong>de</strong>s: á quien se dice: Tierra eres<br />
y en tierra te has <strong>de</strong> tornar: y así como estoy, olvidado<br />
<strong>de</strong> mi suerte y condición humana, me amonesta muchas<br />
veces, que como hombre, y como viejo , reconozca quo<br />
estoy muy cerca <strong>de</strong> la muerte. Y por quien eslá. escrito :<br />
¿De qué te glorías, ó tierra y ceniza? Y así el mismo que