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Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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134 Li LEYENDA DE ORO<br />

lágrimas <strong>de</strong> san Gerünimo, que aquellos bárbaros no llegasen<br />

á la Tierra Sania; y con estocesú la partida, y lodos<br />

los moradores <strong>de</strong> Jerusalen quedaron libres <strong>de</strong> aquel<br />

sobresalió. 1.a segunda fué, que casi al mismo tiempo entraron<br />

los godos por Europa y <strong>de</strong>struyeron muchas ciuda<strong>de</strong>s<br />

y provincias <strong>de</strong> Grecia; y <strong>de</strong>spués, andando el liempo,<br />

con varios sucesos entraron también en Italia, y cercaron<br />

á Roma, y la tomaron y saquearon y arruinaron<br />

el año <strong>de</strong> 410, siendo emperador Honorio, hijo <strong>de</strong>l gran<br />

Tcodosio, como san Gerónimo antes que sucediese lo había<br />

profetizado, escribiendo sobre el profeta Daniel. Y aunque<br />

sus enemigos y otra gente holgazana le quisieron calumniar<br />

y repren<strong>de</strong>r por loque babia escrito; cuando lo<br />

vieron con los ojos y cumplirse lo (pie él babia profetizado,<br />

lloraron su <strong>de</strong>sventura, y alabaron el espíritu profélico<br />

y pru<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l santo doctor: el cual, hablando <strong>de</strong> esto,<br />

dice estas palabras : «Iso se ha <strong>de</strong> lisonjear á los principes<br />

<strong>de</strong> manera que se <strong>de</strong>je la verdad <strong>de</strong> las Escriluras sagradas;<br />

ni es injuria <strong>de</strong> una persona particular, cuando<br />

en general se disputa <strong>de</strong> las cosas. Y aunque yo baya tenido<br />

cuidado <strong>de</strong> esto en lo que escribí, la calumnia que se<br />

me habia impuesto, con el juicio <strong>de</strong> Dios se ha quitado,<br />

para que se echase <strong>de</strong> ver el amor que me tienen mis<br />

amigos y las asechanzas y embustes <strong>de</strong> mis enemigos.»<br />

Pero en aquella ruina y <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> Roma, luvo el sanio<br />

mucho que llorar y éti que ejercitar su carulad ; poi que<br />

muchos <strong>de</strong> los que <strong>de</strong> ella se pudieron escapar, fueron<br />

buyendo hasta Jerusalen, don<strong>de</strong> san Gerónimo los reqibió<br />

y amparó lo mejor que pudo, con la ternura y sentimienlo<br />

(pie pedia mi caso tan triste y miserable : <strong>de</strong>l cual él mismo<br />

dice estas palabras: «Verdad es aquella sentencia,<br />

que todas las cosas que nacen se acaban, y las que crecen<br />

se envejecen, y que no hay cosa hecha por mano y obra<br />

<strong>de</strong> hoaibres, que al fia no se acabe y consuma con el<br />

tiempo. ¿Quién creyera que Roma, edificada con las victorias<br />

y <strong>de</strong>spojos <strong>de</strong> lodo el mundo, babia <strong>de</strong> caer y ser<br />

juntamente madre y sepultura <strong>de</strong> sus hijos? ¿Y que todas<br />

Jáseoslas <strong>de</strong> Oriente, <strong>de</strong> Egipto y África, se hablan <strong>de</strong><br />

llenar <strong>de</strong> los cautivos y esclavos <strong>de</strong> aquella ciudad que fue<br />

señora <strong>de</strong> tantas gentes? ¿Y que Rolen santa cada día habla<br />

<strong>de</strong> recibir y acoger en sí, como pobres y mendigos, á<br />

hombres y mujeres nobles, que en otro tiempo fueron tan<br />

ricos y abimdiinles? A los cuales, porque no po<strong>de</strong>mos remediar,<br />

les tenemos gran compasión y juntamos nuestras<br />

lágrimas con las suyas; y ocupados con la carga <strong>de</strong> tan<br />

sania obra, no pudiendo ver sin sollozos y gemidos á los<br />

muchos que vienen, habernos <strong>de</strong>jado la interpretación sobre<br />

el profeta Ezequiel, y casi todo el estudio; porque <strong>de</strong>seamos<br />

poner por obra las palabras <strong>de</strong> la Escritura, y no<br />

<strong>de</strong>cir cosas sanias, sino hacerlas.»<br />

En estas obras <strong>de</strong> caridad yon otras semejantes se ejercitaba<br />

nuestro santo doctor, como quien estaba tan encendido<br />

y abrasado <strong>de</strong>l amor <strong>de</strong> Dios y <strong>de</strong> sus prójimos. Ocupábase<br />

también en respon<strong>de</strong>r á innumerables cartas que<br />

le escribían <strong>de</strong> todas las parles <strong>de</strong> la cristiandad hombres<br />

doctos, obispos, prelados, pregunlándoie dudas, y proponiendo<br />

cuestiones <strong>de</strong> la sagrada Escritura, y otras personas<br />

principales, pidiéndole consejo en lo que habian <strong>de</strong><br />

hacer, para agradar á Dios, y servirle mas pcrfectamoiile;<br />

porque cierto es cosa que admira, ver como todos consultaban<br />

á san Gerónimo como á un oráculo <strong>de</strong>l cielo, y el<br />

gran trabajo que tenia en respon<strong>de</strong>r; porque a<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />

DFA 3().<br />

los que <strong>de</strong> Siria, Palestina, Egipto, y <strong>de</strong> lodo Ol iente<br />

aendian á él; <strong>de</strong> Italia le consultaban l'amaqnio, Occéano,<br />

llelíodoro, Cromacio y otros muchos; y entre ellos |COII¡O<br />

dijimos] el maestro y pastor universal <strong>de</strong> la Iglesia san<br />

Dámaso, papa ; <strong>de</strong> l'ram ia, san Paulino, Exupcrio, Minerío<br />

y Alejandro; y Rustico, mongo, Hebdibia y Algasia,<br />

que <strong>de</strong> las últimas partes <strong>de</strong> Francia le enviaron nn mensajero<br />

á Belea, para que les <strong>de</strong>clarase algunas cuestiones<br />

difíciles: <strong>de</strong> Alemania enviaron Simia y Eretela otro, para<br />

haber <strong>de</strong> él las varias tra.slaciones<strong>de</strong>l Salterio: <strong>de</strong> España,<br />

Abigaole escribió; y Luciano Balíco, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Andalucía, le<br />

envió á preguntar lo que habia <strong>de</strong> hacer, acerca <strong>de</strong> ayunar<br />

el sábado, y el comulgar cada día; y tenia asalariados<br />

seis escribienles en Relen, para que trasladasen lo que iba<br />

el santo escribiendo, y se lo enviasen. San Severo Sulpicío<br />

fuéá buscarle, y le visiló, y estuvo con él seis meses:<br />

y si pudiera, estuviera toda la vida, por apren<strong>de</strong>r <strong>de</strong> él<br />

virtud y ciencia: y lo (pie es <strong>de</strong> mayor maravilla, íles<strong>de</strong><br />

África, el santísimo y sapientísimo Agustino, luz <strong>de</strong> la Iglesia,<br />

le enviaba sus libros para que los censurase ; y se los<br />

<strong>de</strong>dicaba, y le proponía las cuestiones dificultosas que él<br />

no sabia <strong>de</strong>salar, especialmente las <strong>de</strong>l origen <strong>de</strong>l alma:<br />

y no pudiendo el ir en persona, como <strong>de</strong>seaba verse con<br />

san Gerónimo, le envió á Paulo <strong>Oro</strong>sio, Alipioy Profutnro,<br />

para que oyesen <strong>de</strong> él, lo que él, por su humildad, <strong>de</strong>cía<br />

que no sabia: y eu una epístola, que es la tií, para san<br />

Gerónimo, le dice estas palabras: « Dos escritos tuyos que<br />

han venido á mis manos be leído, y los he bailado tan ricos<br />

y llenos <strong>de</strong> cosas, que no quema, para aprovecharme<br />

en mis estudios, sino po<strong>de</strong>r estar siempre á tu lado, pero<br />

porque no puedo hacer eslo, pienso enviarte algunos <strong>de</strong><br />

mis hijos en el Señor, para que ¡os enseñes; porque yo<br />

conozco, que no hay en mi, ni pue<strong>de</strong> haber, ciencia <strong>de</strong><br />

las divinas Letras, como veo que hay en f.» Esto es <strong>de</strong><br />

san Aguslin: para que se vea la estima que tenia <strong>de</strong> san<br />

Gerónimo. I'inalmenle, eran tantos los que le importunaban<br />

con sus carias, que el mismo santo, escribiendo á<br />

Paulino, 1c dice estas palabras: « Tara <strong>de</strong>cir llanamente la<br />

verdad á vuestra santa caridad; al tiempo que estoy para<br />

navegar á Occi<strong>de</strong>nte, son tantas las cartas que en un mismo<br />

punto se me pi<strong>de</strong>n, que no me es posible que yo las<br />

pueda escribir, ni satisfacer á los que me las pi<strong>de</strong>n.» Y<br />

lo que pone mas admiración es, que escribiendo e^lesanto<br />

doctora lauta variedad <strong>de</strong> personas, á papas, obispos,<br />

monges, clérigos, señores y señoras principales, vírgenes1»<br />

casadas y viudas; <strong>de</strong> tal manera escribe, que se mi<strong>de</strong> con<br />

el estado <strong>de</strong> cada uno, y guarda el <strong>de</strong>coro y ja propiedad<br />

que le conviene, y le <strong>de</strong>sjnvuelve, explica y enseña lo que<br />

<strong>de</strong>be hacer en él, como si cu aquel solo y nó en otro se<br />

hubiera ejercilado; lo cual, aunque en algunos otros santos<br />

se echa <strong>de</strong> ver, en ninguno mas que en san Gerónimo:<br />

porque Dios nuestro Señor especialmente le habia escogido<br />

para doctor y maestro <strong>de</strong>l mundo.<br />

A quien leyere esto con atención, parecerá que las ocupaciones<br />

que habernos dicho tenía el santo, eran tantas y<br />

tan gran<strong>de</strong>s, que bastaban á <strong>de</strong>rribar cualquiera gigante:<br />

pero san Gerónimo lo era tan gran<strong>de</strong>, y tan robusto y valeroso,<br />

(pie la carga que para otros fuera Insufrible, era<br />

líjera para el ¡ porque todo lo <strong>de</strong>más le era como accesorio,<br />

y su principal estudio y cuidado era meditar la ley<br />

<strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong> dia y <strong>de</strong> noche, y leer y enten<strong>de</strong>r la sagrada<br />

Escritura, y traducirla cín'.erprelaiia, para enriquecer

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