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TU A -11).<br />
nilikv.as y ügndns cneslioncs, que los Miagm mueven en<br />
Istá o-ü'iieiaá; como (lol modo con que fueron criados: <strong>de</strong>l<br />
or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> las mórnlas, ¿ inslantes : <strong>de</strong> la disposición que<br />
luvieron para recildr la gracia: <strong>de</strong>l licnq)o en (pie comenzaron<br />
¡i ser bienaventtnados, y si merecienm la bienavenini<br />
anza : y cuál haya sido su pecado por el cual los malos<br />
fueron echados <strong>de</strong>l cielo: el secrelo modo <strong>de</strong> ensenarse<br />
v mariifcsiar sus concepks unos á otros: su admirable<br />
niovimienlo <strong>de</strong> una parle á olra y eficacia en su<br />
operación ; y olías dificnlla<strong>de</strong>s como estas, que son mas<br />
para ejercitar en las escuelas los agudos ingenios^ne para<br />
inílamar las volunta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los que esto leyeren, que es<br />
lo que yo aquí pretendo.<br />
La segunda causa <strong>de</strong> honrar á los ángeles es, por los<br />
lietielicios que coulinnamenle nos hacen, como minislros<br />
priucipa'es <strong>de</strong>l Seíior ; porque dado que él sea la fuente<br />
manantial, la raiz, origen y primera causa <strong>de</strong> lodos<br />
los bienes <strong>de</strong> naturaleza y <strong>de</strong> gracia que se <strong>de</strong>rivan e»<br />
nosolms; mas los caños y arcaduces por don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>rivan,<br />
son los sanios ángeles, <strong>de</strong> los cuales Dios se sirve, como<br />
<strong>de</strong> mano e inslriimenlo, para hacer lodo lo que es servido<br />
en el cielo y en la tierra. De estos beneficios algunos son<br />
parliculares y propios <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> los hombres: otros<br />
iK'rleiieceii en general á lodos, y á la gobernación y conservación<br />
<strong>de</strong>l universo ; porque (como dijimos) <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />
hora <strong>de</strong> su nai itiiienta tiene cada hombre un Angel <strong>de</strong><br />
(íuarda, que le acompaña hasta la hora <strong>de</strong> su mnerle, y<br />
sea nmio su mr.eslro. ayo y una guia cierla y segura para<br />
llevarle por las sendas <strong>de</strong>rechas y apacibles <strong>de</strong> la virtud,<br />
>' apurhirle <strong>de</strong> les tropiezos y malos pasos y lazos peligrosos<br />
(pie el <strong>de</strong>monio le arma, y <strong>de</strong>lVn<strong>de</strong>i le y amparar-<br />
'e<strong>de</strong> sus asechanzas, embnsles y marañas: lo cual hace<br />
eJ sanio Angel Cuslodio con suma vigilancia y cuuliulo,<br />
por habérselo mandado Dios, y por el amor (pie por su<br />
amor nos tiene; porque como dice gravemcnle san Ueinardo,<br />
en lo? soberanos espíritus, no solamente se halla<br />
una admirable dignidad, sino lambien una amable dignación<br />
: quiere <strong>de</strong>cir, que con ser laníos y tan sublimes<br />
aquellos celesliales espíritus, no se <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñan <strong>de</strong> abatirse á<br />
las cosas rateras y bajas, y encargarse <strong>de</strong> enseñar y encaminar<br />
á una cosa lau frágil, como el hombre, porque el<br />
'-'•iador <strong>de</strong>l ángel y <strong>de</strong>l hombre se lo manda, para gloriíi-<br />
^ar por este medio al liombrc, y colocarle, en aquellas si-<br />
"íts vacías que perdieron por su culpa Lucifer y los <strong>de</strong> su<br />
Ijaudo. ¿Quién leyéndolas sagradas Lelras, no se admira<br />
^ 'i>s cosas que se cuentan en ellas haber obrado los santos<br />
angeles en a\uda y favor <strong>de</strong> los escogidos <strong>de</strong> Dios?<br />
* Pié, para acompañar, guiar y amparar á Tobías, y<br />
<strong>de</strong>spacharle sus negocios, y <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rle <strong>de</strong>l pez (pie loque-<br />
•ia tragar, y darle por mujer tan buena compañía, como<br />
le dió, y res|j|Uút |a jjája (|(. |üS 0jÜS su padre, que para<br />
''J^icicio <strong>de</strong> su virtud , y ejemplo nuestro <strong>de</strong> paciencia,<br />
'1;,h¡a perdido? ¿Quién no alaba al Señor, cuando lee que<br />
Uil ángel luchó toda la noche con Jacob, y que no pudo<br />
P' evaleeer contra el? ¿Y que otro vino <strong>de</strong>l cielo á <strong>de</strong>>per-<br />
•a* v animar al profeta Klías, y traerle <strong>de</strong> comer? ¿Y que<br />
olio llevó por un cabello al profeta llabacuc hasla Haliilo-<br />
"i'-', para que diese <strong>de</strong> comer al profeta Daniel, que estafen<br />
el lago <strong>de</strong> los leones; y que (como el mismo Danieldi-<br />
I" • erró las bocas <strong>de</strong> los leones hambrientos, para que no<br />
SETIEMBRE. 125<br />
lo <strong>de</strong>spedazascn y comiesen? ¿Y que otro, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber<br />
san Felipe, el diácono, bautizado al etíope eunuco <strong>de</strong><br />
Candace, reina <strong>de</strong> Etiopia, le llevase porel aire, hasta <strong>de</strong>jark1<br />
en la ciudad <strong>de</strong> Azoto? Finalmente, no hay cosa tan<br />
baja, que aquellos altísimos y soberanos espíritus no hagan<br />
con singular pronlilud y alegría, para beneficio <strong>de</strong> los<br />
hombres, por mandárselo el Señor ; porque como dice el<br />
bienovenlurado Lorenzo Jusliniano, hablando <strong>de</strong> la guarda<br />
<strong>de</strong> los ángeles: «Ellos son los que refrenan á los <strong>de</strong>monios,<br />
para que no nos tienten tanto como querrian, y nos<br />
<strong>de</strong>scubren sus engaños : respon<strong>de</strong>n á sus falsos argumenlos:<br />
si caemos, nos levantan: si no sahemos, nos enseñan<br />
i si estamos libios, nos inflaman; y como fieles compañeros,<br />
siempre eslán á nuestro lado y nos <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n,<br />
('liandodormimos, cuando estamos quedos, cuando andamos,<br />
cuando obramos y ruando estamos ociosos, nunca<br />
nos <strong>de</strong>jan , ni <strong>de</strong>samparan. Alumbran nuestro enlcndimienlo,<br />
<strong>de</strong>spertándole e imprimiendo en él los rayos <strong>de</strong> la<br />
divina luz, y <strong>de</strong>shaciendo las tinieblas, oscurida<strong>de</strong>s y<br />
sombras que le podían ofuscar. Cuando hacemos limosna<br />
y cuando oramos, llevan nueslras oraciones y nuestras<br />
oírendas, y las presentan al Señor, y <strong>de</strong> allá nos traen la<br />
gracia y dones espirituales, alegrándose <strong>de</strong> nuestro aprovechainieulo<br />
y gozándose <strong>de</strong> nueslro bien.» Todo esto<br />
es <strong>de</strong>l beato Laurencio Jusliniano. Mas porque en la festividad<br />
<strong>de</strong>l Angel Custodio, que es el primer dia <strong>de</strong> marzo,<br />
traíamos mascopiosamenle <strong>de</strong> los beneficios <strong>de</strong>l Señor y<br />
<strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s e innumerables bienes que <strong>de</strong> él nos \ienen<br />
por manos <strong>de</strong> los ángeles <strong>de</strong> nueslra guarda, no me<br />
quiero alargar en eslo, sino pasar á los oíros beneficios<br />
que el linaje humano y todo el universo, por el ministerio<br />
(lelos ángeles perpelnamente recibe: porque ellos son<br />
;('omo dijimos) los principales minislros <strong>de</strong> la divina l'rovi<strong>de</strong>ucia,<br />
para regir y conservar el mundo: ellos son los<br />
que mueven los cielos, y con su concertado movimicnlo ó<br />
influencias, son causa <strong>de</strong> toda la vida, variedad, distinción<br />
y belleza que hay en todas las criaturas corporales: estos<br />
son los presi<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> las provincias, príncipes <strong>de</strong> los<br />
reinos, conservadores <strong>de</strong> las especies <strong>de</strong> todas las cosas<br />
visibles, repartidores <strong>de</strong> los dones y ejecutores <strong>de</strong> la voluntad<br />
<strong>de</strong> Dios'. Por eso en las divinas Lelras se llaman soldados<br />
<strong>de</strong> Dios, ejército <strong>de</strong>l Señor, principes <strong>de</strong> las provincias,<br />
presi<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> los pueblos,, guardas y maestres<br />
<strong>de</strong> los hombres, medianeros e inlcrcesores para con Dios,<br />
redores y gobernadores <strong>de</strong>l mundo: llámanseluz, por su<br />
gran claridad y sutileza: llámanse fuego y carbones encendidos,<br />
porque, son ar<strong>de</strong>ntísimos y abrasados en |]<br />
amor: llámanse eslrelias <strong>de</strong> la mañana, porque asi como<br />
las eslrelias corporales hermosean al cielo visible , así<br />
ellos mas escelentemenle adornan el supremo é inleleclual<br />
cielo: llámanse trono <strong>de</strong> Dios, porque en ellos reposa<br />
y tiene su asiento : llamánse piedras preciosas y encendidas,<br />
porque encien<strong>de</strong>n con sus oraciones, amonesiacioncs<br />
y consejos nuestras almas, para que apetezcan y busquen<br />
las cosas sanias y preciosas <strong>de</strong>l cielo y menosprecien las<br />
<strong>de</strong> la tierra: llámanse sol, porque alumbran el mundo:<br />
columnas <strong>de</strong>l cielo, porque le sustentan : carros <strong>de</strong> Dios;<br />
ciudadanos <strong>de</strong>l paraíso ; y Cnalmenle amigos é hijos <strong>de</strong>l<br />
mismo Dios. Por lodos estos lílulos <strong>de</strong>bemos nosotros invocar<br />
á lodos los santos ángeles, alabarlos c imitarlos; y<br />
ron mas especial <strong>de</strong>voción al capitán <strong>de</strong> todos ellos, y<br />
príncipe <strong>de</strong> la Iglesia, sanMiguel, comolodiceel bicuaven-