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mv 29.<br />
nmm<br />
eran fioiiibres quo no creían sino lo qut) percibían por los<br />
sentidos, y así dijeron que no había ángeles. Y en nuestro<br />
tiempo, no han faltado herejes que han tenido eslc mismo<br />
error, que es tan gran<strong>de</strong>, que. hasta los mismos filósofos<br />
mas sabios y cuerdos, como Platón, Aristóteles, Trismejistro<br />
y oíros, le h;in tenido por tal. Pero aunque ellos se<br />
hubieran engañado y creído lo contrario; nosotros tenemos<br />
por fe católica, que hay ángeles, y que Dios los crió,<br />
y se sirve <strong>de</strong> ellos como <strong>de</strong> ministros suyos, en el cielo y<br />
en la tierra : y <strong>de</strong> esta verduii están llenas las divinas Letras,<br />
que por ser cosa tan clara y tan sin duda, no la probamos<br />
aquí. Y fué cosa muy conveniente, que criando<br />
Dios en esto teatro <strong>de</strong>l mundo tanta variedad <strong>de</strong> criaturas<br />
corporales, criase también en los cielos una criatura inmalerial,<br />
espiritual, incorpórcH, invisible é incorruptible,<br />
como lo es el ángel, que por ser en su sustancia mas noble<br />
y mas perfecto que todas las otras criaturas, nos representa<br />
mas perfectamente la bondad y omnipotencia <strong>de</strong>l<br />
Sefiorquelocrió.<br />
Por dos razones principalmente <strong>de</strong>bemos honrar y ser-<br />
,virá los ángeles : launa por sus gran<strong>de</strong>s excelencias; y<br />
la otra, por los benelicios que continuamente recibimos por<br />
medio <strong>de</strong> ellos, <strong>de</strong> ia mano <strong>de</strong>l Señor : y <strong>de</strong> estas dos cosas<br />
hablaremos aquí brevemente, para explicar la causa<br />
<strong>de</strong> la institución <strong>de</strong> esta lic-sla, y lo que <strong>de</strong>bemos á estos<br />
gloriosos espíritus, y se lo procuremos pagar y servir.<br />
Aunque es verd.id que el hombre y el ángel son criaturas<br />
<strong>de</strong> líics y hechura <strong>de</strong> un mismo artífice soberano, y<br />
que son criados á la imagen <strong>de</strong> Dios, y por la memoria,<br />
^fmdlníiente y voluntad, capaces <strong>de</strong> su gracia y parlieioriems<br />
<strong>de</strong> su gloria y bienavenlurau/a, y que por estos<br />
v otros respetos, el hombre se pue<strong>de</strong> igualar con el ángel:<br />
y que, consi<strong>de</strong>rando la unión hipostática <strong>de</strong>l Yerbo eterno<br />
con la naiiiralcza humana, y aquel Hombre Dios,<br />
sentado á la diestra <strong>de</strong>l Padre eterno, y aun á su henditisima<br />
Madre la Yirgen María nuestra Señora, ensalzada y encumbrada<br />
sobre todos los coros <strong>de</strong> los ángeles, podamos<br />
con verdad <strong>de</strong>cir, que por esta pai te la naturaleza humana<br />
sobrepuja á los ángeles: pero-mirando bien la naturaleza<br />
<strong>de</strong>l ángel y <strong>de</strong>l hombre, no hay duda sino que el ángel le<br />
hace grandisimas ventajas: las cuales el hombro <strong>de</strong>be reconocer,<br />
acatar y alabar por ellas al Señor, que se<br />
las dio: porque asi como el plomo, por fino que sea,<br />
no pue<strong>de</strong> llegar á la perfección do la plata, ni la plaá<br />
ia <strong>de</strong>l oro; asi un cuerpo, por noble y excelenle<br />
quesea, no pue<strong>de</strong> llegar á la excelencia que tiene<br />
cualquier espíritu, ni el alma <strong>de</strong>l hombre á la dignidad<br />
<strong>de</strong>l menor ángel <strong>de</strong>l cielo, mirando la naturaleza <strong>de</strong><br />
cada uno: que por esto dijo el Señor, como lo interpretan<br />
algunos doLiores, que entre los nacidos no había ninguno<br />
mayor que san Juan Daulista; mas que el menor en el reino<br />
<strong>de</strong> los cielos era mayor que él: porque para <strong>de</strong>cir algo<br />
<strong>de</strong> Jas excelencias <strong>de</strong> los ángeles si miramos su principio<br />
hallaremos que el Señor los crió , ó ante todas las otras<br />
criaturas , como muchos santos doctores lo sienten, ó á lo<br />
ménos (y es lo mas cierto), con las primeras <strong>de</strong> todas: si<br />
consi<strong>de</strong>ramos la vida y duración que tienen, son incorruplihles<br />
ó inmortales : si el modo y condición <strong>de</strong> su naturaleza,<br />
no tienen cuerpo ni están sejelos á la necesidad <strong>de</strong> la<br />
»nuerfe, ni <strong>de</strong>l frío y calor, <strong>de</strong> la hambre y sed , <strong>de</strong>l cansancio<br />
y <strong>de</strong> la enfermedad, ni <strong>de</strong> las otras miserias <strong>de</strong>l<br />
cuerpo. Pues sí ponemos los ojos en la agilidad y presle-<br />
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za con que obran , no hay velocidad en la (ierra, ni aun<br />
en los cuerpos celestiales, que con la <strong>de</strong> lo» ángeles se<br />
pueda comparar. I ucs ¿qué diré <strong>de</strong> aquella capacidad y<br />
excelencia <strong>de</strong>l ei<strong>de</strong>ndímiento ajigélico, qne entien<strong>de</strong> perpetuamente<br />
y sin discurso , y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto que fué<br />
criado, tiene perfecta yconsumada ciencia <strong>de</strong> todaslas cosas<br />
(pie naturalmente se pue<strong>de</strong>n saber? ¿Qué <strong>de</strong> la constancia<br />
y eficacia <strong>de</strong> su voluntad , por la cual tan intensamente<br />
quieren lo que quieren , que nunca se apartan do<br />
lo que una vez escogieron ? ¿Qué <strong>de</strong> la firmeza <strong>de</strong> su memoria<br />
, que nunca se olvida <strong>de</strong> lo que una vez percibió ?<br />
¿Qaé <strong>de</strong> su po<strong>de</strong>r, que es tan gran<strong>de</strong>, que un ángel solo<br />
mató ea una noche ciento y ochenta y cinco mil hombres<br />
<strong>de</strong>l ejército <strong>de</strong> los asirlos? ¿Y lo que es mas, un ángel sin<br />
trabajo ninguno y con una facilidad admirable, mueve el<br />
primer cielo, en cuya comparación toda esta máquina <strong>de</strong><br />
la tierra y <strong>de</strong>l agua, no es mas que un punto y há tantos<br />
millares <strong>de</strong> años que continuamente can tanta uniformidad<br />
y concierto le mueve ? ¿Pues el número <strong>de</strong> estos soldados<br />
y bienaventurados ministros <strong>de</strong>l Señor, quién lo podrá dignamente,<br />
explicar? Daniel, hablando déla muchedumbre<br />
délos ángeles, dice: «Millares <strong>de</strong> millares ministraban á<br />
Dios y diez veces centenares <strong>de</strong> millares le asistían : » y<br />
san Dionisio Areopagila dice, que el umnero <strong>de</strong> los ángeles<br />
exce<strong>de</strong> y es mayor que el número <strong>de</strong> todas las cosas<br />
corporales y materiales; porque como Dios nuestro Señor<br />
en esta hermosísima y admirable máquina <strong>de</strong>l universo<br />
preten<strong>de</strong> principalmente la perfección <strong>de</strong> él, y su po<strong>de</strong>r<br />
no es limitado, sino infinito é inmenso; con tanta mayor<br />
copia y ahundancia ha criado las cosas, cuanto ellas son<br />
mas perfectas en sí: y así vemos que todas estas cosas bajas<br />
y caducas que están <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la luna , son casi un<br />
punto en comparación <strong>de</strong> ios cielos , que son cuerpos mas<br />
perfectos y nobles: y en los mismos cielos , el mas alto y<br />
superior exce<strong>de</strong> mucho al inferior, y el supremo á todos<br />
los <strong>de</strong>más; y por oslo algunas estrellas <strong>de</strong>l firmamento<br />
que á nosotros nos parecen tan pequeñas á la vista , son<br />
mucho mayores que todo este globo, compuesto <strong>de</strong> todas<br />
las cosas inferiores. Ksta misma proporción hay en las cosas<br />
espirituales, y en aquellos supremos espíritus, respecto<br />
<strong>de</strong> las cosas corporales , á las cuales exce<strong>de</strong>n no en la<br />
cuaulidadcon!ínua,sínoen el número y cuantidad discreta,<br />
Y vese esto ser así; porque si cada uno <strong>de</strong> los hombres<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> nuestro primero padre Adán Insta el postrero que<br />
habrá en el mundo t exceptuando á Cristj nuestro Señor,<br />
que por ser Dios, y en cuanto hombre, cooiprensor , Señor<br />
y Uey <strong>de</strong> todos los ángeles , no tuvo necesidad <strong>de</strong> ángel<br />
que le guardase), tiene su Angel <strong>de</strong> Guarda, diputado<br />
para su <strong>de</strong>fensa como nos enseña la sania Iglesia nuestra<br />
madre: y en esto no hay excepción <strong>de</strong> bueno ó malo, ni <strong>de</strong><br />
fiel ó infiel (porque todos en cuanto hombres, participamos<br />
<strong>de</strong> este beneficio ); necesariamente habernos <strong>de</strong> confesar,<br />
que son mas los ángeles <strong>de</strong> solo el postrer coro (<strong>de</strong>l cual<br />
se dipulan los que guardan á los hombres) que todos los<br />
mismos hombres que ha habido y habrá basta el liu <strong>de</strong>l<br />
mundo. Pues ¿ qué será <strong>de</strong>l número <strong>de</strong> los otros coros ;<br />
pues por la razón que habernos dicho, tanto es mayor el<br />
número <strong>de</strong> ellos, cuanto su ór<strong>de</strong>n es mas alto y su perfección<br />
es mayor? Y por esto dicen algunos que es mas f,!-<br />
cil contar las estrellas <strong>de</strong>l cielo, y las gotas <strong>de</strong>l mar, y<br />
las hojas <strong>de</strong> los árboles , y (as yerbas <strong>de</strong> la tierra , y los<br />
átomos <strong>de</strong>l sol, que compren<strong>de</strong>r la muchedumbre <strong>de</strong> los