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Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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UIA 4.<br />

ul y paslur universal du toda la Iglesia ; disputaba<br />

con los herejes sus perseguidores: interpretaba los sagrados<br />

lugares y textos <strong>de</strong> los sanios padres, profetas y<br />

evangelistas, <strong>de</strong>clarando las cosas mas dificultosas <strong>de</strong><br />

ellos con una doctrina celestial y tan profunda , que hacia<br />

quedar atónitos y confusos á cuantos la escuchaban : y<br />

tanto era mas digna <strong>de</strong> admiración su doctrina, cuanto<br />

sabian lodos que ni habla estudiado, ni sabia leer ni escribir,<br />

ni tenia edad ni posibilidad para haberlo aprendido:<br />

con que habían todos <strong>de</strong> confesar, como lo hacian,<br />

que era doctrina celestial infusa la suya. Su vida era un<br />

perpetuo ayuno y vigilia, y tanto, quedaba y causaba<br />

admiración á lodos, y parecía imposible que. naturalmente<br />

pudiese vivir con las abslinencias que hacia. En los ejercicios<br />

espirituales era incansable , y tan dada á las obras<br />

<strong>de</strong> misericordia , que no tenia reposo ni sosiego , cuando<br />

no se ejercitaba en ellas. Consolaba los aiflgidos, y los<br />

acompañaba en sus miserias. Visitaba conlimiamente los<br />

enfermos y encarcelados, procurando s;mar á unos, y librar<br />

á otros con sus penitencias y oraciones, sanando tullidos<br />

, dando visla á ciegos, oido ásordos, vida á difuu -<br />

los y haciendo otros innumerables prodigios.<br />

No es posible que criatura humana tenga palabras para<br />

pon<strong>de</strong>rar y explicar la caridad <strong>de</strong> esta santa y pura virgen;<br />

pues parecía díspensera <strong>de</strong>l cíelo para lodos los necesitados.<br />

Y así, cualquiera que se vela en alguna aflicción<br />

i <strong>de</strong> cualquiera cal¡d;id que fuese, recurría luego á<br />

Rosa, como en quien Dios tenia puesta la virtud <strong>de</strong> la<br />

caridad. V si bien nos acordamos, aun los pájaros volando<br />

se venían también á valer <strong>de</strong> este sagrado, y no con poco<br />

'mslerio recogían con sus picos las migajas que <strong>de</strong>sperdiciaba.<br />

Parecíale al padre <strong>de</strong> la bendita Rosa, que su<br />

hija era muy liberal en darlo que él sudaba y ganaba con<br />

tanto afán, y sentía fuese tariia su candad; y así muchas<br />

veces la reprendió, para que se abstuviese <strong>de</strong> aquel iiirendioamoroso,<br />

porla imiclia pobreza en que se bailaban. No<br />

le faltaron palabras ni disculpas á la santa niña inspirada<br />

<strong>de</strong>l Espíritu Sanio, para aquietar á su amado padre; pero<br />

habiéndola probibido no prosiguiese mas en dar lo que no<br />

trabajaba, ni adquiría, y siendo ella tan obediente y<br />

observante, humü<strong>de</strong>meute cedió a su volunlud, y escondiendo<br />

el poco pan que ella había <strong>de</strong> comer, lo guardaba<br />

P^ni los pobres, satisfaciendo su sania y piadosa inclina-<br />

Cl.on1 primero que su hambre : y siendo tan corla su por-<br />

) era bastante á satisfacer lodos los pobres que á ella<br />

Lniiin, que no eran pocos: pues así como Cristo Díen<br />

|lüeslro uuilliplicó los cinco panes en el <strong>de</strong>sierto ; así nues-<br />

'a bendita Rosa por virtud divina multiplicaba todos los<br />

la8 su corla porción <strong>de</strong> pan, y hacia que abundase para<br />

61 socorro <strong>de</strong> muchísimos necesilados. Afiadiéronse prodigios<br />

á prodigios : porque saliendo Ufl día apresurada con<br />

""os pedazos <strong>de</strong> pan en el seno, para socorrer la necesi-<br />

^'d <strong>de</strong> unos pobres que había oído pasar por la calle, la<br />

weontró su padre que venia <strong>de</strong> fuera : y viéndola ir tan<br />

(" esurosa, y que el bullo que mostraba era pan que llevíiba<br />

á los pobres, conlravinieiido al mandato que le habla<br />

pueslo; con rostro severo y voces impacientes lo dijo,<br />

M^c <strong>de</strong>scubriese el seno y mostrase lo que llevaba en él.<br />

Púsose Rosa como una ro^a, sonroseadas <strong>de</strong> su temor las<br />

"H-jillas; y obediente y humil<strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrió lo que llevaba.<br />

Mfiat, ió maravilloso Dios! en vez <strong>de</strong>l pan que habla escondido<br />

, <strong>de</strong>scubrió el seno lleno <strong>de</strong> hermosísimas y odo-<br />

SETIEMBRE.<br />

rlferas rosas <strong>de</strong> varios colores, siendo por el rigor <strong>de</strong>l<br />

invierno , cuando el hielo tiene todas las plantas consumidas.<br />

Atónito y confuso el padre <strong>de</strong> este milagro, conoció<br />

claramente que quien podía transformar el pan en rosas,<br />

sabría también mulllplicar y pagar lo que se daba á los pobres,<br />

aunque fuese quitándolo <strong>de</strong>l necesario sustento : y<br />

asi levantó el prccepl^á Rosa, <strong>de</strong>jándola libre en la operación<br />

<strong>de</strong> sus limosnas, y <strong>de</strong>más obras <strong>de</strong> misericordia<br />

espirituales y corporales.<br />

Hurtaron ála madre <strong>de</strong> Rosa una gallina que tenia <strong>de</strong><br />

varios colores, por lo cual era eslimada : y viendo la nina<br />

que pasaba á extremo el sentimiento que su madre<br />

hacia, llamó aparte á una mujer vecina, que con su espíritu<br />

profélico supo la habia hurtado, y díjole con caridad<br />

y humildad volviese á su madre la gallina, pues ella la ha<br />

bia llevado, y conocia el sentimiento gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> su madre<br />

La mujer, mas airada que compungida, comenzó á dar<br />

voces y á tratar mal con palabras á la sania niña; pero<br />

apenas acabó <strong>de</strong> negar la verdad, cuando le nacieron en<br />

el rostro una multitud <strong>de</strong> plumas <strong>de</strong>l mismo color, que las<br />

<strong>de</strong> la gallina, pareciendo ser las mismas, con asombro <strong>de</strong><br />

los que se hallaron presentes, que eran muchos los quo<br />

hablan concurrido á las voces que ella habia dado llamándolos<br />

para que viesen su afronta. Confusa y corrida la mujer<br />

, sacóla gallina <strong>de</strong> don<strong>de</strong> la tenia escondida, y la reslituyó,<br />

confesando á voces su culpa y pidiendo á Dios<br />

perdón <strong>de</strong> ella: lo cual visto por Rosa, hizo oración á<br />

su amante Jesos, para que suspendiese el cas' ígo <strong>de</strong> aquella<br />

miserable; pues merecía el perdón, por hallarse arrepenlida<br />

<strong>de</strong> su culpa. Apenas la nina hizo su petición, cuando<br />

la oyó aquel piadosísimo Señor, y libró á la mujer do<br />

aquella nota y fealdad, quedando su rostro como ántes, y<br />

su corazón compungido y enmendado, para no cometer<br />

en a<strong>de</strong>lante semejantes insultos.<br />

Siendo <strong>de</strong> siete años Rosa iba á la fuente con un cántaro<br />

<strong>de</strong> agua, sirviendo y obe<strong>de</strong>ciendo en esto, como en todo,<br />

á su madre; rompiósele á otra muchacha , que estaba junto<br />

á ella, el sin o: comenzó á llorar y <strong>de</strong>cir que Rosa se<br />

lo babia quebrado: acudió la madre ; y creyendo á su hija<br />

volvió como una fiera leona contra Rosa, diciéndolo<br />

mil injurias y baldones , y á gran<strong>de</strong>s voces chipaba á la<br />

madre <strong>de</strong> Rosa, diciendo que le consentia este y otros <strong>de</strong>sór<strong>de</strong>nes,<br />

con capa <strong>de</strong> hipocresía, y que bija y madre<br />

eran unas embusteras. Gustosa sufría nuestra Kosa aquellas<br />

afrentas por su esposo Jesús ¡ mas viendo que no habia<br />

medio <strong>de</strong> aquietar á la mujer con humil<strong>de</strong>? disculpas,<br />

y que á sus voces se juntaban mil almas, escogió el mejor<br />

medio, para confundirla y avergonzarla, ya que sus disculpas<br />

no bastaron. Trató <strong>de</strong> volverle su cántaro entero como<br />

estaba ántes; y así recogiendo los pedazos <strong>de</strong> él, que<br />

eran innumerables y pequeños, alzó los ojos al cielo y al<br />

instante volvió y se vió el cántaro entero y sano en las<br />

manos <strong>de</strong> Rosa puras y santas, sin hallaise en él señal<br />

alguna <strong>de</strong> que hubiese sido roto, con que se le restituyó<br />

entero á la avara y soberbia mujer, que tanto habia ofendido<br />

y maltratado á aquella inocente y'pura Rosa. La mujer<br />

se fué corrida, j la mullitud<strong>de</strong>gi'tiíc no cesaba <strong>de</strong> dar<br />

gracias á Dios, que tal virtud había dado á su querida<br />

Rosa.<br />

Como sus <strong>de</strong>seos eran <strong>de</strong> ser religiosa , y en Vilerbo no<br />

habia por enlom es mas convento que el <strong>de</strong> Santa Mana <strong>de</strong><br />

las Rosas, <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> San Benito, don<strong>de</strong> (qiizá por<br />

M

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