Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

11G LA LEYENDA DE ORO. DIA 28.
para criar á su cargo, tiímiendo que la madre lo había de
pervertir y lefiirle de su coior. Dio por maeslro á MlMr
ceslao á un varón sanio, llamado Pablo, para que desde
nifio le ensenase y le instruyese en e) temor santo del Sefior:
y el mismo padre Wratislao, con este mismo recelo,
Labia mandado en su testamento, que su madre y abuela
de Wenceslao, le tuviese consigo y gobernase aquel estado,
hasta lanío que el míio creciese y tuviese edad para
gobernarle: y así se hizo, quedando á la madre Draomira
otro hijo menor, por nombre Holeslao, á quien se dió una
provincia llamada Boleslavia, para su suslenlo y estado.
Cada uno de los dos hermanos imiló las costumbres de
los que los criaban ; poique no se puede fácilmente
creer lo que puede la crianza de los niños, y como se
les pega en Lien y en mal lo que en aquella tierna edad
ven y aprenden de sus amas, ayos y maestros, como
el ejemplo de estos dos hermanos nos lo enseña; porque
Wenceslao imitó las costumhres de su abuela, que
eran cristianas y religiosas, y su hermano, las de su
madre, que eran viciosas y conirarias á la religión cristiana,
de la cual (como dijimos) era capital enemiga:
y como tal, ó tan ambiciosa, no obstante lo que Wratislao,
su marido, hahia mandado en su leslamento,
tomó por fuerza el estado, y mandó luego que se cerrasen
las Iglesias de los cristianos: que los sacerdotes no predicasen;
ni los maestpos enseñasen á sus discípulos, so pena
de la cárcel, del desfierro y de la muerto. Mudó en Praga
los magistrados cristianos, y puso otros idólatras, que
mallratasen á los que profesaban la fé de Cr isto, y liahia
en todos ellos griin llanto, gran lurljacion y confusión : por
lo cual la abuela Ludmila y los olios que lj;en seniian,
fueron de parecer que Wenceslao se encargase del gobierno,
para cortar la raiz de aquellos males; y así se hizo.
Fué tan grande el odio y aborrecimiento que la nuera
conciliió contra su suegra, por verla gobernadora do aquel
estado,y lan aficionada á las cosas da religión y piedad,
que la hizo ahogar, estando en una capilla con la misma
loca que traia, y malar con este Miel íicnero (le muerte.
Era esta mujer como una fíiria infernal, brava contra todos
los subditos, y cruelísima é intolerable contra los
cristianos (como habernos dicho), y enemiga de su propio
hijo Wenceslao, y deseosa que el hermano menor líuleslao
fuese el sefior.
Era Wenceslao de muy lindo y grave aspecto, virgen
(oda su vida, templado en la comida y bebida, devotísimo
sobremanera, asistiendo á los oficios divinos de noche y
de dia, y de tanta penitencia y virtud, que de noche algunas
veces andaba con los piés descalzos sobre la nieve y el
hielo, sin sentir la fuerza del frió: y un compañero suyo,
yendo bien arropado y calzado, se heló, y poniendo los
piés sobre la huella y pisadas de Wene^slao, cobró calor;
y después al dia siguiente se hallaron los piés del santo
mozo destilando sangre. Era en el gobierno mas padre
benigno y sanio príncipe, (pie señor temporal: porque las
noches las gastaba en oración, y en alabar al Sefior, y
pedirle luz y fuerzas para hacer bien su oíicio; y los dias
empleaba en el gobierno, y en amparar y consolar á los
pobres, visitándolos, alimentándolos y remediando sus
necesidades. Algunos señores comenzaron á tener en poco
á Wenceslao, pareciéndoles que su vida era mas de monge
humilde, que de príncipe poderoso : y uno de ellos,
llamado Radislao, tomó las armas y se entró por el ducado
de Bohemia, robando y destruyéndola tierra, sin querer
oir á los embajadores que Wenceslao le enviaba para Iralar
de paz y concordia. Fué forzado Wenceslao á salir en
campo contra su enemigo: y temiendo que si venían á
batalla, se derramaria mucha sangre, y los inocentes padecerían;
para escusarlan gran mal, ofreció á su enemigo
de hacer campo y pelear cuerpo á cuerpo con él. Admitió
el partido Radislao, y armóse de todas armas de piés á
cabeza, y salió al campo en liravo caballo, con su lanza; y
Wenceslao, vestido con sola una loriga sobre el cilicio, y
con una pequeña espada, se puso de la otra parle, estando
los dos ejércitos á la mira. Al tiempo del arremeter, Wenceslao
so armó con la señal de la cruz, y el contrario enristró
la lanza para herirle: mas siíljilamentc vió dos ángeles
en favor de Wenceslao, y oyó una voz, que le decía
: No le hieras; y quedó tan espanlado y alónilo, que
se echó del caballo á los piés de Wenceslao, y le pidió
perdón, conociendo que Dios peleaba por él; y el huen
Wenceslao le levantó del suelo y le perdonó.
Otra vez, habiendo el emperador Otón, I de este nombre,
mandado juntar los príncipes del imperio en Yormacia,
para tratar algunos negocios graves en la Dieta imperial,
fué llamado entre los otros Wenceslao, duque d«
Bohemia, como príncipe del imperio. Un dia, por haherel
sacerdote tardado á decir la misa solemne que oia Wenceslao,
vino tarde á la junta de los príncipes: y ellos, sospechando
que aquella tardanza nacía de soberbia y vanidad,
determinaron no levantarse de sus sillas, ni Iioceile
cortesía cuando viniese, y lo mismo persuadieron al emperador.
Al tiempo que Wenceslao entró en la sala, donde
estaba el mismo emperador, vió dos ángeles que delante
iban de él y le acompañaban : y asombrado, se levantó
de su trono imperial y le salió á recibir, y le hizo acalamienlo
y le mandó sentar cabe sí, quedando los otros
príncipes, maravillados por ver lo que el emperador hacia
con Wenceslao, y no saber la causa; pero cuando el emperador
se la dijo, lodos conocieron su culpa y le pidieron
perdón. Quedó de esta vez tan alicionado el emperador á
la modestia y santidad de Wenceslao, que le dijo que le
pidiese cualquiera cosa que quisiese ; porque de muy
buena gana se la concederia. Pensó el emperador que había
de pedir algunas mercedes de cosas grandes y ricas
del siglo; mas Wenceslao solamente le pidió el brazo de san
Vito, mártir, que de Francia había sido trasladado á Corbeyade
Sajonia, en tiempo del emperador Ludovico Pío;
y también las reliquias de san Sigismundo, rey dcBorgofla.
El emperador le concedió lo que pidió como un precioso
y santo tesoro, y le dió otros dones magníücoa, y
entre ellos título do rey, y sus armas imperiales, y le libró
de cualquier pecho ó tributo. Mas el santo duque lo
(¡ue mas eslimó, fueron las reliquias de los santos: y llegado
á Praga, mandó edificar una suntuosa iglesia, que
después fué catedral, y dedicarla á san Vito, y colocar en
ella su brazo, que el emperador le había dado, y trasladar
á ella el cuerpo de la santa abuela Ludmila : el cual al
cabo de tres afios que había sido enterrado, se halló entero
y despidiendo un olor suavísimo de sí: y fué tanta la
humildad de Wenceslao, que nunca se quiso coronar ni
üinmrae rey; aunque el emperador y los otros príncipes
en sus cartas lo llamaban. Con estas obras, y con las maravillas
que Dios obraba con él y por él, vino Wenceslao
á ser muy famoso principe, y eslimado y amado de todos*