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Sin 1KMBRK. 107<br />
t:i.n el dcscotisiitílo y dolor do la nmci lo do sus padres:<br />
pena, (juc en la simia lnvo eircuii.sUuicias que la hieieron<br />
pasar délo vulgar, portándose en lodas las tribulaciones tan<br />
ajena <strong>de</strong>l sentimiento, que muclias voces se le inlorproló<br />
á insensibilidad la constancia. Levantóse en cici U ocasión<br />
una borrasca <strong>de</strong> persecuciones contra la sanís virgen, lan<br />
crecida ó tan <strong>de</strong>.^beclia, (pie el autor aiili¡íUo, que escribió<br />
su vida el año <strong>de</strong> 1323, y la <strong>de</strong>dicó y remitió á don Guiilom<br />
llainon do Cervollon, su sobrino, que á la sazón so<br />
bailaba sirviendo en la empresa y conquista <strong>de</strong> Cerdoña,<br />
al señor rey don Jaime el II, no so etrevió á individuarlas<br />
perno <strong>de</strong>spertar (como él mismo dice) émulos <strong>de</strong> venganza<br />
en su noble pecbo, ni avivar las centollas <strong>de</strong> enojos<br />
que tenían sepultadas las cenizas <strong>de</strong>l tiempo y <strong>de</strong>l olvido-<br />
Pero la sania, onseñnda á vencer on otro género <strong>de</strong> milicia,<br />
triunfó <strong>de</strong> estas persecuciones con la paciencia. Ella,<br />
on fin, llegó á tal cumbre <strong>de</strong> las virtu<strong>de</strong>s, que su ospíritu<br />
con aquella hambre y sed, que hace «ugolos bienaventurados,<br />
no podia salisfacorso con lo bueno, sino con lo mejor,<br />
no pmliendo paraíso en lo saludable, sino ailolaularsc<br />
á lo po.rfeclo. Sucedió ajusticiar en Barcelona á un facineroso<br />
<strong>de</strong> aquellos, cuya vida bacia casi abominable lo<br />
raro <strong>de</strong> su cruelad y <strong>de</strong>litos: refinéronsolo á la san'a; y<br />
olla movida <strong>de</strong> aquel zelo, lan amiga do la razón y <strong>de</strong> la<br />
justicia, se <strong>de</strong>jó llevar <strong>de</strong> un afoclo no solo lícito sino sanio,<br />
alegrándose que la hubiese y se administrase en su república<br />
: poro advertida <strong>de</strong>spués do su ángel, cunnlo mas<br />
meritorio hubiera sido cu la ocasión otro acto que fuera <strong>de</strong><br />
compasiva misericordia, concibió lal dolor do osle, que<br />
nosotros no acerlamos á lia marte <strong>de</strong>fecto, que juzgándole<br />
digno <strong>de</strong> gran salisfaccion, duplicó para ello sus ponilent'ias,<br />
aborroeiendo y castigando on sí somejanlos visos<br />
<strong>de</strong> faltas. Asimismo fué muy conocido y singular ol espíritu<br />
<strong>de</strong> profecía <strong>de</strong> nuestra sania virgen, <strong>de</strong> (pie bacon<br />
comim mención lodas las anliguas memorias suyas, con<br />
mas recomendación <strong>de</strong> la noloi inlad do osla excdonda,<br />
que expresión <strong>de</strong> los casos parlicularos, acaso por ser lautos<br />
y conocidos. Sucedía freciienícmonle dar noticia <strong>de</strong><br />
cosas que por camino humano no podían babor llegado á<br />
la suya. A h s <strong>de</strong>votos, quu1 la trataban, dcscubria por bio"<br />
suyo cosas por venir, y á los merca<strong>de</strong>res y navogantos<br />
repelidas veces acaeció prevenir los peligros futuros <strong>de</strong>l<br />
uiar y las tempestados, muchos dias áulos <strong>de</strong> suce<strong>de</strong>r,<br />
comprobando cuantos la creian, la verdad <strong>de</strong>l oráculo en<br />
lástimas y sucesos ágenos ; y los que nó, condonando su<br />
incredulidad con la dura exporioiu ia <strong>de</strong> sus naufragios y<br />
peligros. Gozaba frocuontomonle regalos <strong>de</strong>l ciólo, con<br />
revelaciones ó iluslraciones singulares <strong>de</strong> Cristo y <strong>de</strong> su<br />
Madre, que, como pagados <strong>de</strong> su amor, empozaron á<br />
mostrarla en los favores <strong>de</strong> esla vida un rasgo <strong>de</strong> los olornos<br />
que la lenian prevenidos en la otra. El trato visible y<br />
comunicación con los santos ángeles, singularmente el <strong>de</strong><br />
su guarda, fué familiar. Era <strong>de</strong>votísima y con extremo<br />
liorna en la meditación dolos mislerios do la vida y muerte<br />
<strong>de</strong> nuestro Re<strong>de</strong>ntor, experimentando tan celestial suavidad<br />
en la contemplación <strong>de</strong> las heridas, ponas y dolores<br />
<strong>de</strong> su crucificado Esposo, y recibiendo on su alma<br />
con gozo tao inefable las aguas <strong>de</strong> las fuentes <strong>de</strong>l Salvador,<br />
que en cualquiera parle que la cogiese una <strong>de</strong>vota y<br />
afectuosa meditación <strong>de</strong> estas, quedaba oxlátíca, sin sentido<br />
y movimiento por mucho ralo, llevada y arrebalada<br />
<strong>de</strong> toda aquella superior fuerza, á que no podian resistirle<br />
las <strong>de</strong>l cuerpo y ualuial. Muchas y ropolidas veces la hallaron<br />
en los umbrales do la puerta do la dicha iglesia <strong>de</strong><br />
la Merced, sin acción ni movimiento, teniéndola por muerta,<br />
cuanios no sabían que por estarlo al mundo, oslaba su<br />
vida on Dios oculta y escondida con Cristo. Otras voces<br />
la hallaron donlro<strong>de</strong> la misma iglesia en maravilloso é\<br />
tasis, elevada en el aire: cosas que al principio causaron<br />
rara admiración, aumentándola el no po<strong>de</strong>r averiguar,<br />
cómo ó por dón<strong>de</strong> habia salido <strong>de</strong> casa, y entrado en la<br />
iglesia: pues las puertas <strong>de</strong> una y otra, examinadas con<br />
toda diligencia, so hallaban y reconocían cerradas: ó fuese<br />
que por ministros <strong>de</strong>l cielo se abriesen y cerrasen las puertas;<br />
ó fjue nuestro Señor participase tal vez el favor <strong>de</strong> la<br />
penetración á aquel cuerpo. Una <strong>de</strong> las noches, que la hallaron<br />
<strong>de</strong>ntro déla dicha iglesia, la vieron gran distancia<br />
elevada <strong>de</strong>l suelo, on presencia <strong>de</strong> la antiquísima y milagrosísima<br />
imágen <strong>de</strong> nuestra Seflora <strong>de</strong> la Merced, pnlrona<br />
gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> Barcelona, y la primera que veneró sn sagrado<br />
y real or<strong>de</strong>n. Aguardó el R. P. prior, á que la santa<br />
volviese <strong>de</strong> aquel profundo éxtasis, con <strong>de</strong>bida consi<strong>de</strong>ración<br />
ni suefio santo <strong>de</strong> la espesa, lan guardado y<br />
atendido <strong>de</strong> su Esposo on los sagrados cánticos : volvió<br />
on fin; y el dicho prior, armandoá la obediencia <strong>de</strong> lodo<br />
su respolo y autoridad, la dijo (palabras, que por <strong>de</strong>coro<br />
do la antigüedad en que se refieren, hemos copiado casi<br />
á la letra1: «¿Es posible, sor María, que una señora noble,<br />
y religiosa ejemplar, se halle á puertas cerradas, y <strong>de</strong><br />
noche en la soledad <strong>de</strong> esla iglesia? ¿Es posible que tonga<br />
alrovimionto una mujer, para lo que no tuviera resolución<br />
un bombre? Dígame la verdad, y no me oculte la causa,<br />
el modo y los lances <strong>de</strong> este suceso.» Turbóse sobre modo<br />
la santa, al verse obligada á publicar los favores, que ¡-u<br />
humildad trataba <strong>de</strong> tener escondidos on ol centro <strong>de</strong> su<br />
propio conocimiento: sola, pues, la obediencia y el mándalo<br />
<strong>de</strong>l superior pudo sacar <strong>de</strong> su silencio la verdad do<br />
la nolicia ^ y fué que, naufragando en alta mar unos navegantes,<br />
invocaron á María santísima <strong>de</strong> la Merced, cuya<br />
prodigios i imágen, colocada en el altar mayor <strong>de</strong> dicha<br />
ií;lo.-ia, fue llevada por ministerio<strong>de</strong> espíritus angélicos, y<br />
on su compañía nuestra gloriosa sania, á lo alio <strong>de</strong>l mar:<br />
el cual al punto se pacificó, como en reconocimiento humil<strong>de</strong>á<br />
las intluoncías benignas déla que es estrella,y por<br />
reverencia ó vasallaje á tanta majestad, salpicó los vestidos<br />
<strong>de</strong> la sagrada imágen, que con el agua que esprimidos<br />
<strong>de</strong>stilaron <strong>de</strong> sí, dieron asegurado leslimonio <strong>de</strong> cuanto<br />
habia referido la santa: la cual preguntada <strong>de</strong>spués por el<br />
prelado, quien habia sido ol portero dichoso que había<br />
abierto y cerrado las puertas <strong>de</strong> la iglesia ; respondió, (pie<br />
los santos ángeles: los cuales habian restituido la milagrosa<br />
imágen á su aliar, y á ella á aquel sitio, para que<br />
gastase lo rcslante <strong>de</strong> la noche en divinas alabanzas; concluyendo<br />
su relación, con pedir arrodillada á sus pies,<br />
(pie on cuanlo tocaba á sí, se sirviese <strong>de</strong> no publicar el<br />
prodigio. Innumerables fueron otros favores, que recibió<br />
<strong>de</strong> Dios, <strong>de</strong> éxtasis, revelaciones y raptos.<br />
Y como por altas disposiciones <strong>de</strong> su provi<strong>de</strong>ncia quiso<br />
Dios siempre honrar y enriquecer á sus sanios <strong>de</strong> alguna<br />
protección especial para con los hombres, á fin <strong>de</strong> qne<br />
estos, ejercitando la <strong>de</strong>voción, hallasen socorro en sus<br />
aprietos y alivio en sus necesida<strong>de</strong>s: uno <strong>de</strong> estos gran<strong>de</strong>s<br />
patrocinios encomendó su Majestad á su gran<strong>de</strong> siorva<br />
y esposa santa María <strong>de</strong> Socos, á quien sobre escelenles