Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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SKTlExMBRE. 101
orr VM lib. vm, cap. 119;Trujillo in Thmmro
conciomtorum, tom. n; Morales in Chmúf. Hispan., lib. ix,
'i; el Martirologio romano, y líaronio en sus Anotaciones,
y en el lomo n de sus Anales, ano 303, numero
130; y lo que referimos de su invención y translación
gloriosa, lo trae Vinccncio Burgundio Bidovacense in Sperulo
majori, lom. iv, lib. xvi, ca^. 91.
SANTA MAIU'A DE CEIIVELUW (VULGO tm Socos), VÍJUÍHN.—
Santa María de Cervellon, á quien la piadosa gratilud de
sus favorecidos seftaló con el nombre «de Socos» (voz
catalana, que en nuestro castellano suena «socorro,» por
el pronto y benigno que en ella y sus méritos hallaron, y
hallan siempre los navegantes, y del cual también nosotros
usaremos en adelante, estimando por mas conforme á
su piedad, el darla ó conocer por el apellido de sus lu-nolirins
, nació en la ínclita y nobilísima ciudad de Barcelona,
cabeza y metrópoli secular del principado de Cataluña,
[•nerón los padres de nuestra santa, el nobilísimo caballero
don Bernardo Guillen de Cervellon, hijo segundo
de don Guillen de Cervellon, sefior de los castillos y
higares de Cervellon, de Vilamager, de Roqueta, Mirailc!;,
Gélida y otros; y doña María, su consorte, de cuyo apellido,
aunque suponérnosla calidad, no hemos podido rastrear
la certeza, ó sea habérnosla uegado la poca diligencristianos
que empleaban por su mano en la redención de los
cautivos, á cuyo piadoso y escelenle ministerio
habían con religiosa y cristiana piedad dedicado también,
á falta de sucesión, sa numerosa hacienda, no contentos
con tan repetidos subsidios. A aqueste, pues, varón santísimo,
eran mas frecuentes las instancias: á que correspondia
el santo con dar esperanzas muy benignas, hasta
que un día la noble señora con devota resolución fué á
buscarle, y echándose á sus piés, se los regó con lágrimas,
afiadiendo no se levanlaria de ellos hasta que la prometiese
de parle de Dios, el logro desús justos deseos. Prometiólo,
en lin, san Pedro Nolasco, y cumpliólo Dios ; porque
á breves días reconoció dona María, en las seflas de su
preñado, la .elicacia de aquellas oraciones. Dió gracias á
Dios, y á su grande abogado Nolasco por el beneficio; y
cumplido el tiempo, se llegó el dia del nacimiento feliz de
uueslra santa, que fué el 1.0 de diciembre del aíío de 1230.
Indecible fué el regocijo de los padres, deudos y familia
loda con este nacimiento; porque en los resplandores prodigiosos,
y extraordinaria serenidad, con que se notaba
ya aquel recien rosti ó, pronoslrcaban todos en sus corazones
cuánto había aquella niña de ilustrar á su casa. Bautizáronla
en la insigne parroquia de Santa María del Mar;
pusiéronla por nombre María, en honor de esta santísima
Señora : crióla su madre con el cuidado que correspondía
á tan amable prenda, no liándola de ajenos pechos. Creció
la nina, y crecieron al parecer con ella, y por ios mismos
pasos de la naturaleza, la gracia y la hermosura.
Aprendió con felicidad y facilidad indecible la doctrina
cristiana, y rudimentos de la fe y de la religión. Guslaba
de oírlos repetir á su madre, y entrañábalas con aféelo,
mayor que sus anos, en aquel dócil y bien dispuesto corazón.
Aborrecía las travesuras: amaba la quietud y la devoción;
y pedía con prudente simplicidad, «que la dijesen
muchas cosas de Dios. » Kmpezóse á señalar en la caridad
con los pobres, dolíanlo sus miserias, compadecínse