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Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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DKSPUIÍS m ri-NIZA.<br />

vfcfimas do la pasión domiir.nlo. No liay herejía qtts no<br />

fiiiya afectado la severidad en 80 moral, y que no haya<br />

IUTIIO o^tenlacion <strong>de</strong> un aire <strong>de</strong> ponitencia en su prelcndidu<br />

l eforma. Kl cisma y la herejía claman siempre <strong>de</strong> concierto<br />

conlra la relajación. Todavía se ayuna alguna vez<br />

enlre los prolesl.tules ; los griegos cismáticos ayunan aun<br />

hoy rigorosísimamenlc muchas cuaresmas : ninguno <strong>de</strong><br />

ellos aunque muera en el cisma ó en el error <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> esclamar:<br />

«¿Poniué hemos ayunado, y no habéis hecho caso<br />

<strong>de</strong> elloVi) ¿Kra preciso sufrir tanto para per<strong>de</strong>rme? ¿Después<br />

<strong>de</strong> lanto ayunar, no <strong>de</strong>hia tener por (oda recompensa<br />

mas que el inlicrno? «Hemos ayunado.« ¿Y por qué, Sen<br />

¡r. no os haheis dignado mirar nnesli a penilencia ? Porque<br />

no erais<strong>de</strong> mi rehafio; porqueestahnis fuera <strong>de</strong> mi casa;<br />

porque haheis vivido y haheis muerto separados, corlados<br />

por falla <strong>de</strong> vestido no se <strong>de</strong>lerminan á preseularse en<br />

público, y muchas veces ni aun se atreven á comparecer<br />

en la iglesia. Y no temáis pa<strong>de</strong>cer escaceses, ni empobrecer<br />

vuestra familia , porque hagáis limosnas y obras <strong>de</strong><br />

caridad ; ánles bien lodo género <strong>de</strong> prosperida<strong>de</strong>s lucirá<br />

entonces, brillará en vuestra familia , como el sol en su<br />

oriente. La alegría que causa naturalmente el nacimiento<br />

<strong>de</strong> este astro, no es mas que el símbolo <strong>de</strong> la que causarán<br />

en vuestro corazón las bendiciones <strong>de</strong> dulzura que<br />

Dios <strong>de</strong>rramará sobre vosolros. Dios no se <strong>de</strong>ja vencer en<br />

liberalidad. Ayunad, moiiiücaos , entrad en el espíritu <strong>de</strong><br />

la Iglesia, acompañando vuestro ayuno y vuestra penitencia<br />

con las obras <strong>de</strong> la caridad , y yo , dice el Señor , os<br />

colmaré <strong>de</strong> lodo género <strong>de</strong> bienes. Lejos <strong>de</strong>que la abstinencia<br />

y el ayuno alteren vuestra salud, por el contrario nunca<br />

<strong>de</strong> la Iglesia. ¡Cuántos malos católicos tendrán igual siUM'te!<br />

la habréis disfrutado tan perfecta , ni tan floreciente:<br />

liemos observado con toda regularidad el ayuno solemne, vuestras oraciones serán infaliblemonle oidas, y yo mismo<br />

también he.nos humillado religiosamenle miesd as almas<br />

prevendré vueslros <strong>de</strong>seos y vuestros votos. ¡Buen<br />

bajo <strong>de</strong> la ceniza. Tormas <strong>de</strong>licada que haya estado nuestra<br />

salud, por mas aversión que hayamos tenido al pecado,<br />

vos sabéis que no nos hemos dispensado <strong>de</strong> la abstinencia<br />

<strong>de</strong> Cuaresma , hemos obe<strong>de</strong>cido á la Iglesia, hemos<br />

observado religiosamente sus preceptos y su voz j y sin<br />

Dios, qué astuto es el <strong>de</strong>monio I ¡ Qué bien sabe el arte <strong>de</strong><br />

engañarnos, y <strong>de</strong> inutilizarnos los medios mas á propósito<br />

para satisfaceros! Parece á muchos el santo tiempo do<br />

Cuaresma un liempo espantoso, sombrío, y fecundo en<br />

tristeza ; tal es, en verdad, para aquellos que no le observan,<br />

embargo es!a penitencia no vale nada, no nos sirve <strong>de</strong><br />

ó que no lo observan como <strong>de</strong>ben. Pero es un tiempo<br />

iiingmi mérito? Siervos inlieles , dice e! Seflor , vosotros<br />

habéis ayunado ; pero aynn mdo, ¿os habéis abstenido<br />

do vuestras iniquida<strong>de</strong>s, <strong>de</strong> vuestras impurezas, <strong>de</strong> vuestros<br />

vicios? ayunando, ¿ hab iis resluido la hacienda mal<br />

adipiirida, habéis eslinguido el fuego <strong>de</strong> la concupiscencia<br />

<strong>de</strong> que osláis abrasados? ayunando, ¿habéis sofocado el espíi<br />

ilu <strong>de</strong> venganza y <strong>de</strong> pleitos? ¿el espíritu <strong>de</strong> agrura y<br />

<strong>de</strong> malignidad con vuestros hermanos? ayunando , ¿habéis<br />

roto este comercio criminal, esos lazos tan funestos á<br />

la inocencia? ¿habéis comenzado vuestros ayunos por pagar<br />

los operarios, los domésticos, los merca<strong>de</strong>res, á quienes<br />

vuestra lentitud en pagar causa un notable perjuicio?<br />

Kn fin, humillándoos bajo la ceniza, ¿os habéis humillado<br />

<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> Dios , y os habéis reconciliado con él por una<br />

sania confesión, por una perfecta contrición, por «na conversión<br />

sincera? Yo no me pago <strong>de</strong> un esterior morlilicado,<br />

dice el Señor, ni <strong>de</strong> una penitencia puramente esterior.<br />

Esas sefiales y osas mojigangas <strong>de</strong> penitencia no<br />

sirven mas que para hacer al hombre mas hipócrita, y por<br />

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