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ñomini, el dicent: Pom Do~<br />
inine, parce populo luo; et<br />
ne<strong>de</strong>s heredüalem tuam in<br />
opprobrium, ul dominealur<br />
cis nulioncs. Quare dkmlhi<br />
populis: Ubicsl Deus eoruni'i<br />
cíanos, traed Innibien los niños<br />
y los que todavía oslan<br />
al pecho; salga el esposo<br />
<strong>de</strong> su aposento y la esposa<br />
<strong>de</strong>l lecho nupcial. Llorarán<br />
los sacerdotes y los ministros<br />
dalScflor, entre el ves<br />
Zelatusest ¡wmims lerram<br />
suam, et pepercü populo<br />
suo. El respondil Dominus,<br />
el dixit populo suo: Ecce<br />
ego miliam vubis frumenium<br />
tíbulo y el altar, y esclamarán:<br />
Perdonad, Señor, perdonad<br />
á vuestro pueblo y<br />
no <strong>de</strong>jéis que vuestra heredad<br />
el vinum et oleum, el replebiminieis:<br />
sea entregada al<br />
et non dabovos ultra<br />
opprobrium ia genübus:<br />
dicil Dominus omnipolens.<br />
oprobio, <strong>de</strong> modo que caiga<br />
bajo la dominación <strong>de</strong><br />
las naciones. ¿Sufriréis que<br />
las naciones digan <strong>de</strong> nosotros:<br />
Dón<strong>de</strong> está su Dios?<br />
El Señor tiene un amor ardiente<br />
por este pais que mira<br />
como suyo, y él ha perdonado<br />
á su pueblo. El Señor<br />
ha hablado á su pueblo<br />
y le ha dicho: Vo os enviaré<br />
trigo, vino y aceite, y<br />
quedareis satisfechos, y no<br />
os abandonaré ya á los insultos<br />
<strong>de</strong> las naciones, dice<br />
el Señor omnipotente.<br />
Jiiel, liijo<strong>de</strong> Fatuel, era <strong>de</strong> la tribu <strong>de</strong> Rubén: es el segundo<br />
<strong>de</strong> los doce profetas menores. Profetizó hacia el ano<br />
antes <strong>de</strong> Jesucristo. Su profecía contiene tres capilu-<br />
'"s. Habla <strong>de</strong> los azotes con que Dios castigóá su pueblo, y<br />
<strong>de</strong> la ponitencia que este pueblo <strong>de</strong>bia hacer para apaciguar<br />
la cólera <strong>de</strong> Dios, üa predicho la venida <strong>de</strong>l Espíritu<br />
Santo, el juicio últim o, y el rigor con que Dios juzgará á<br />
lodos los hombres.<br />
REFLEXIO.NES.<br />
«Convertios á mi<strong>de</strong> todo vuestro corazón.» Dios mismo<br />
es el que nos invita, el que nos urge, el que nos manda<br />
(l"e nos convirtamos á él <strong>de</strong> todo nuestro corazón. DetppM<br />
<strong>de</strong> esto ¿á qué pecador pue<strong>de</strong> faltarle la confianza? pero<br />
al misrnoliempo ¿quién pue<strong>de</strong> diferir el convertirse? Si un<br />
P^ncipe ofreciese con tanta franqueza el perdón á un criminal;<br />
si él mismo convidase á un cortesano <strong>de</strong>sgraciado á<br />
(iue volviese á la córte, ofreciéndole su amistad, sus favores,<br />
¿«e hallarían muchos que se resistiesen á partir?<br />
¿lué difiriesen su vuelta? ¿A quién le ha parecido que<br />
era sobrado costoso, ó que eran <strong>de</strong>masiado onerosas cuaies-<br />
W'iera condiciones para comprar el favor <strong>de</strong> un príncipe?<br />
Atl! ¿y qué es el favor <strong>de</strong> un principo <strong>de</strong> la tierra , en<br />
comparacion <strong>de</strong> la amistad <strong>de</strong>l soberano Señor <strong>de</strong>l nniver-<br />
*o, <strong>de</strong>l Dios omnipotente, focóte <strong>de</strong> todo bien, y único ár-<br />
"'•ro <strong>de</strong> niu'ítio eterno <strong>de</strong>slino? y sin embargo ¿quien se<br />
rindt> á su voz?¿quién respon<strong>de</strong> con prontitud á su invitación?<br />
pn<br />
{Iiie n ¿quién 'r — se -apresura f — á entrar c u en o» su •nú!, favor. por naas<br />
tirs(. C:' BU im,*liiú ('011 e'upcño? Quieren conver-<br />
^nii:itTq,ie IaS "lM,!llS (hl mm'u^ pecadores mas<br />
íesion ' li,S mundanas, los libertinos <strong>de</strong>pro-<br />
( ^^^no (¡murian morir en su <strong>de</strong>sgracia ; quieren pues<br />
Proaia - i1H>10 'se l('l"e 8*e(nRre el 9«fl sea <strong>de</strong>masiado<br />
' " sé hace mmedialameníc. Dilución <strong>de</strong> la conver-<br />
DE CENIZA. 77<br />
sion, paso seguro, gaje cuasi cierto <strong>de</strong> la impenitencia final.<br />
El que vive con un <strong>de</strong>seo ineficaz <strong>de</strong> convertirse, cuasi<br />
por lo común muero impenitente. Vos, Señor, convidáis,<br />
solicitáis al pecador para que se convierta, mas á él no lo<br />
place. Cuando estarán <strong>de</strong> humor para ello, es <strong>de</strong>cir, cuando<br />
ya estarán disgustados <strong>de</strong> sus placeres; cuando por enfermedad,<br />
por la edad, ó por algún acci<strong>de</strong>nte funesto, no estarán<br />
ya en estado <strong>de</strong> ofen<strong>de</strong>ros; cuando se verán al bor<strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>l abismo, en que van á ser precipitados; cuando ya<br />
<strong>de</strong>sagra<strong>de</strong>n á los mundanos; cuando no serán ya buenos<br />
para nada; cuando el mundo á quien han servido, y <strong>de</strong><br />
quien han sido esclavos, no admitirá ya sus servicios:<br />
entonces esos mundanos rendidos, esos pecadores cansados,<br />
esas mujeres coquetas, envejecidas ó <strong>de</strong>sgraciadas,<br />
esos libertinos arrojados <strong>de</strong> las asambles profanas, <strong>de</strong> las<br />
partidas <strong>de</strong> placer, que han llegado á ser odiosos en Babilonia,<br />
pensarán <strong>de</strong> veras en lomar el camino <strong>de</strong> Jcrusalen,<br />
y en venir á ofrecer al Señor los miserables restos do<br />
una vida corrompida. Dios es misericordioso, es verdad;<br />
mas aun; es todo misericordia; pero no es menos justo.<br />
¿Y creemos que estos regresos forzados, que estas pretendidas<br />
conversiones dilatadas, sean <strong>de</strong> un gran mérito<br />
<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> él? El pecador no <strong>de</strong>be jamás <strong>de</strong>sesperar <strong>de</strong> su<br />
salvación; aun cuando no le quedase mas que un soplo <strong>de</strong><br />
vida, <strong>de</strong>ba reanimar toda su confianza en un Salvador que<br />
ha hecho tan gran<strong>de</strong>s gastos, y que ha muerto umversalmente<br />
por todos los pecadores; pero un pecador que es<br />
insensible á las amorosas solicitaciones <strong>de</strong> la gracia, y<br />
que se endurece voluntariamente contra toda la impresión<br />
<strong>de</strong>l Espíritu Santo, ¿ no tiene nada que temer? « Convertios<br />
á mí <strong>de</strong> todo vuestro corazón.» Quien dice<strong>de</strong> todo<br />
vuestro corazón, pi<strong>de</strong> una conversión entera, perfecta, sin<br />
división. No hay conversión verda<strong>de</strong>ra si no es <strong>de</strong> todo corazón.<br />
Reformar el lujo <strong>de</strong> los vestidos, cortar el juego,<br />
romper los vínculos criminales, no asistir mas á los obstáculos<br />
profanos, privarse <strong>de</strong> toda diversión poco cristiana,<br />
es una conversión muy edificante; pero si queda todavía<br />
alguna pasión dominante que sujetar, alguna afición favorita<br />
que vencer, alguna injuria que perdonar, alguna<br />
frialdad que eslinguir, algún lazo que romper, la conversión<br />
no es entera; no hay conversión <strong>de</strong> todo corazón,<br />
cuando hay alguna reserva en la conversión. He pasado á<br />
cuchillo, <strong>de</strong>cia Saúl al profeta, á todos los amálenlas; nada<br />
he perdonado <strong>de</strong> cuanto les pertenecía, conforme al<br />
ór<strong>de</strong>n<strong>de</strong>l Señor; y ¿qué significa, repone Samuel, el balido<br />
<strong>de</strong> esas ovejas, la voz <strong>de</strong> ese rebaño que has perdonado?<br />
¡Buen Dios, (pié <strong>de</strong> conversiones ambiguas, imperfectas,<br />
<strong>de</strong>fectuosas! ¡cuán pocos se convierten á Dios <strong>de</strong> lodo<br />
su corazón I<br />
El Evangelio <strong>de</strong> la misa es <strong>de</strong> san Mateo, (ornado <strong>de</strong>l cap. 6.<br />
1n illa teltipore: Dixil Jesús<br />
dimpulis suis: Cum jejunaiis,<br />
nolile fieril sicuihypocrilce<br />
tristes; exlerminanl<br />
enim facies suas, ul appareant<br />
homiuibus jejunantes.<br />
Amendico vobis, qvia reccperunt<br />
mermlem smm. Tu<br />
autem, cum jpjunas , unge<br />
cuput Imm, el faciem iuam<br />
lava, nc vi<strong>de</strong>aris homiuibus<br />
En aquel tiempo dijo Jesús<br />
á sus discípulos: Cuando<br />
ayunáis, no afectéis un<br />
aire triste como los hipócritas.<br />
Ellos ponen su rostro<br />
mncilonlo para hacer<br />
ver á los hombres que ayunan.<br />
En verdad os digo,<br />
qne lian recibido ya su recompensa.<br />
J!as cuando tú<br />
ayunes, unge tu cabeza, y