Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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esencial y eterna ha pronunciado. Sulilice y refine el entendimiento
del hombre cuanto le agradare; ponga en
tortura su razón para eludir lodo lo que le parece demasiado
incómodo al amor propio en la ley del Señor, y demasiado
severo en el Evangelio: !a verdad de lodo lo que el
Salvador nos ha dicho subsistirá eternamente. Corrómpase
cuanto se qtiiera la palabra de Dios con falsas inter^
pretaciones; disfrácesela con vanas sutilezas; fórmese cada
uno á sa gusto un sistema de conciencia cómodo é indulgente,
apoyado en mii autoridades; parezca haber proscrito
por el no uso las máximas mas santas del Evangelio;
siempre será verdad que no oslamos en este mundo sino
para trabajar en el negocio de nuestra salvación, y que
propiamente no tenemos mas que este solo negocio. Sicm^
pre será verdad que el camino que conduce á la vida es
estrecho; que hay pocos que vayan por este camino estrecho;
que es menester llevar su cruz todos los dias; que
es menester hacerse violencia á todas las horas del dia.
Siempre será verdad que el Evangelio es la única regla de
las costumbres; que el espíritu y las máximas del mundo
son enteramente opuestos al espíritu y á las máximas de
Jesucristo; que es en vano que el hombre se lisonjee de
pertenecer al número de los discípulos de Jesucristo, si
vive según el espíritu y las máxknas del mundo. En fin,
siempre será verdad que una vida blanda, deliciosa, mundana,
no fué jamás una vida cristiana; que es preciso dar
cuenta á Dios de lodos los talentos que se han recibido; de
todo el bien que se debia hacer y no se ha hecho; de todo
el mal que se ha hecho, y aun de todas las palabras ociosas.
Que la relajación debilite la fe; que el libertinaje sufoque
los sentimientos de religión ; que los malos ejemplos
adormezcan: las verdades del Evangelio no envejecerán
jamás; todo lo que Jesucristo ha dicho es verdad; sus pa-.
labras no pasarán; nuestra religión es tan invariable en
su moral como en sus dogmas. ¡Ah, Seflor, en qué vendrán,
pues, á parar tantos malos cristianos I
DOMINGO Y1GESIMOCUAUTO
PUNTO SEGUNDO.—Considera que si las palabras de Jesucristo
son tan infalibles; si sus amenazas son tan seguras
corno sus promesas ; si lodo lo que contiene su Evangelio
es palabra de Jesucristo; si lo que co»tienen de santo
y perfecto laníos libros de piedad no es mas que un
esti acío del Evangelio: ¿qué deben pensar , ó mejor, quó
no deben temer tantas personas para quienes todos estos
auxilios y estas lecciones son inútiles? ¡Quó cuenta tan
terrible no IcndWm que dar á Dios los que abusaren de
lanías instrucciones saludables y de tan poderosos socorros
1 Sin hablar de tantas otras obras piadosas , llenas del
espíritu do Dios y de unción , ¿ qué auxilios no han podido
hallar en estos ejercicios do piedad para lodos los
dias del año? ¿ qué ejemplos tan grandes de virtud en la
vida de tantos santos, tan propios para confundir nuestra
flojedad, para hacernos volver de nuestros eslravíos, pata
servirnos hasta de guias, ó al ménos de modelos?
¿qué leccknes de conducta mas saludables y mas seguras
que las que habrán encontrado en el Evangelio y en
la Epístola de cada dia? ¿qué de verdades práclicas en
las reflexiones y en las meditaciones sobre las Epístolas y
Evangelios? por fin , ¿dejarán algún protesto á nuestra
cobardía y á nuestra ignorancia todas estas práclicas de
piedad tan circuiistanciaílas y puestas al alcance de lodo
género de personas? Instruidos de lo que Dios pide do
nosolrofc, ¿quées lo que puede asegurarnos, si no hacemos
lo que Dios pide ? ¿ Creemos que nuestros pretesto?,
nue.strüs escusas , ó por hablar con mas justicia, nuestras
repulsas, debilitarán la infalibilidad del oráculo? ¿Nos
será admitido el decir: nosotros hemos respetado la palabra
de Jesucristo; hemos vivido persuadidos que lodo
lo que ha dicho es verdad; hemos creido que no habia
otro camino para ¡r al cielo que el que nos ha enseñado;
pero nosotros no le hemos seguido, porque el mayor número
de aquellos con quienes hemos vivido llevaban otro,
y la multitud nos ha arrastrado consigo ? Nó , no ignoramos
que todo pasa, que nosotros mismos pasamos también
en cada momento; que los bienes y males de esta
vida pasan ; pero la palabra de Jesucristo no pasará ; lodo
lo que él ha dicho del juicio último, del rigor y de la
duración eterna de las penas del infierno ; de la felicidad
y de los gozos inefables de los santos en el cielo; del mérito
de los sufrimientos y de las adversidades de los justos
en esta vida, todo es verdad , lodo es infalible, y lodo
lo que es contrario á estos oráculos no es mas que error
é ilusión. ¿ Cuál será, pues, la suerte de aquellos que
no hayan creido estas grandes verdades, ó que las hubieran
alterado? ¿cuál será el destino de aquellos qne habiendo
tenido fé no hubieran vivido conforme á su creencia?
¿Qué desdicha la de aquellos que no hubieren
muerto en el seno de la Iglesia católica , apostólica, romana
, única depositaría, do la verdadera fé y de la palabra
de Jesucristo, ó que habiendo vivido y muerto en
su seno no han seguido su moral I En su escuela es en
donde debe aprenderse loque es necesario creer, y lo que
es menester hacer para salvarse.
Este será también, SeQor, todo mi estudio, mfdianlo
el auxilio de vuestra gracia. Vos sois la verdad, el camino
y ta vida; escuchando con docilidad vuestra divina
palabra, y caminando con fidelidad por este camino, espero
que me haréis la gracia de que llegue á aquel dichoso
lei iuino que es la vida eterna y el colmo de todas las
felicidades. Amen.
JACULATORIAS.—Dichosos los que oyen la palabra de
Dios, y la ponen en práctica. (Luc. 11,)
Vuestra palabra, Señor , será de hoy en adelante una
antorcha que conducirá mis pasos ; una luz que me doscubrirá
el camino que debo tomar. (Psalm. 118.)
PROPÓSITOS.
1 El cielo y la tierra pasarán; desvaneceránse las
grandezas humanas; vendrán al suelo las fortunas mas
brillantes por mas bien .cimentadas que estén; placeres,
honras, dignidades, riquezas, lodo tiene sus edades, todo
tiene sus períodos; cuando se ha llegado al fin de In subida,
es preciso descender, solo á fuerza de remóse subo
rio arriba ; pero apenas se deja de bogar, se desciende.
Todo envejece cada dia .y en cada hora; lodo pasa con
rapidez, todo se nos escapa, y nosotros pasamos también,
pero las palabras de Jesucristo no pasarán. Todas sus
lecciones son verdades, y todas estas verdades son eternas.
Seguir al mundo, es dejarnos llevar del torrente en
donde nos anegamos; seguir la inclinación de las pasiones,
es correr á nuestra pérdida; apoyarnos en las criaturas,
es asirnos áun junco que se dobla, á una caña que
nos hiere al romperse. Penetrémonos bien de esla importante
verdad. Meditémosla sin cesar, y no perdiendo ja-